Disclaimer: He dicho NO al disclaimer y lo mantengo, si tienen fowleys que me denuncien si quieren.
Resumen: Como Scully le pide a Mulder que sea el donante para quedarse embarazada, vamos el flashback que falta en Per Manum
Tipo: Ni idea, que alguien me lo diga para clasificarlo de alguna forma!
Dedicatoria: Especialmente a xuanny para a ver si poquito a poco le va gustando la octava temporada. A todas las del LJ que paso unos buenos ratos contando mis cosas por ahí y leyendo las vuestras. Al que lo lea, porque al fin y al cabo esto lo hago para que la gente lo lea, no? Y ya de paso a Gillian y al nuevo baby que según rumores va a tener.
Feedback: anascully69@hotmail.com, vamos no teneis nada que comentar? Acepto críticas negativas, que conste.
Scully salió del edificio donde estaba la consulta del Doctor Parenti, el hombre que había hecho un rayo de luz en la oscuridad que reinaba últimamente en su vida. Todavía no se lo podía creer, había ido casi sin esperanzas, temiéndose que la prueba iba a dar resultados negativos. Eso lo hacia a menudo, prepararse para lo peor para que luego las buenas noticias fueran mejores. Se había levantado para recibir los resultados pero se había sentado segundos después de que el doctor pronunciara las palabras, probabilidades y éxito casi seguidas.
Todavía estaba temblando. No se lo podía creer. Había perdido toda la esperanza de tener hijos y ahora... ahora había posibilidades, el doctor no había querido dar nada por hecho, pero la palabra éxito había quedado grabada a fuego en la memoria de Scully. Podía tener éxito, podría tener un hijo.
Un hijo de Mulder y ella.
Subió a su coche y puso dirección a casa de él. Tenía que decírselo ahora mismo, cuando la euforia y la adrenalina recorrían su cuerpo, de otra forma si se lo pensaba estaba segura de que no sería capaz de hacerlo. Dios, él era su amigo, su compañero de trabajo, como le iba a pedir este favor? Sin embargo ella sabía que si no era a él no tendría a nadie a quien pedírselo. Su vida social se limitaba a su familia, algunas compañeras de la facultad a las que no veía ya desde hacía un año o más y Mulder. Su compañero era el único que tenía el cromosoma Y. Le había tocado.
Pero eso no era lo único por lo que Scully lo había elegido. Mulder tenía un historial genético impecable, era guapo, sin enfermedades hereditarias, inteligente. Que más se podía pedir? Además de que ella estaba enamorada de él, la razón más importante y la única que no le iba a decir para convencerlo. Porque esa era otra, lograría convencerlo?
Una cosa era haber bromeado sobre ello hacía tres años en un banco, Scully se acordaba muy bien de aquella conversación, nunca se había planteado en serio ser madre, su reloj biológico aún no se había puesto en funcionamiento y pensaba que estaba mejor sola que estar pendiente de un ser vivo que requiriera total atención todo el día. Si Queequeg no había sobrevivido ni medio año a su lado, y eso que lo había llevado a las mejores perreras de la ciudad y se lo había dejado a su madre cuando estas estaban llenas, Scully no estaba preparada para tener un hijo. Además faltaba el elemento importante, un hombre con el que compartiera su vida.
Después apareció en cáncer y su reloj biológico empezó a funcionar, poco a poco. Cuando la quimioterapia le dejaba caminar y no estar siempre en el cuarto de baño de su habitación vomitando, su madre y ella recorrían el hospital para estirar las piernas. Un día pasaron por maternidad. Ver esas cunas con niños y niñas recién nacidos dentro de ella le emocionó. Tan pequeñitos y sin embargo tan preciosos. Su madre le apretó el brazo y le dijo sonriendo, y quizá también un poquito emocionada, que ella también tendría un bebé tan bonito como ese. Scully no estaba totalmente segura de eso, pero desde ese día pasaban todos los días que estuvo en el hospital por allí y se quedaban minutos embobadas mirando por el cristal a esos niños.
A los pocos meses, curada ya del cáncer, apareció Emily. Su hija. Esa hija que nunca había tenido pero que llevaba su propio ADN. No sabía de donde había venido ni cuanto tiempo iba a estar junto a ella, pero la quiso mucho. Sabía que estaba destinada a morir y nunca contempló la posibilidad de regalarle unos días de vida más si en esos días iba a sufrir. Así que la dejó marchar. Con todo el dolor de su corazón. Al mismo tiempo su cuñada Tara estaba embarazada y Scully estaba un poco celosa de ella, iba a tener un hijo y ella no. Sabía que Tara no lo hacía a cosa hecha pero cuando decía que quería tener más y hablaba del niño que crecía en su vientre Scully la odió un poco. Al nacer Mattew, Scully pasó todo el tiempo que le dejaba el trabajo con él, ayudando a Tara a criarlo, haciendo de canguro cuando sus padres se tenían que ir fuera del país y no querían llevarlo con ellos... de todo.
Pero siempre supo que no quería criar los hijos de los demás. Quería tener sus propios hijos, oír sus risas en casa, corriendo, calmarlos cuando se cayeran al suelo... Tener a alguien que la llamara mamá. Por eso, y aunque todavía no había ningún hombre en su vida, se hizo las pruebas. Durante el cáncer los médicos habían notado algo raro en sus ovarios pero ella no quería recibir más malas noticias así que dejó eso pasar ocupándose solo de su recuperación, pero un año y algo después su reloj biológico la estaba pitando de forma tan insistente que ni tapándose los oídos podía dejar de oírlo. Cuando iba por el parque, por ejemplo, todos esos niños corriendo por ahí, sus madres cuidándoles para que no se hicieran daño, mujeres con cochecitos de bebé. Estaba decidida.
Por supuesto esos pensamientos eran invisibles para su compañero, que no se daba cuenta de lo que pasaba hasta que no le dieron los resultados y a causa de eso llegó tarde a trabajar. Los resultados fueron negativos. No podía tener hijos. No podía reproducir esas escenas del parque siendo ella protagonista. Tuvo ganas de abrazarse a Mulder y llorar hasta que no le quedaran lágrimas. Había perdido su oportunidad. Deseaba hijos y no los podía tener. Sin embargo haciendo gala de una frialdad que no sabía que tuviera le expuso los hechos como si se tratara de otra persona, no de ella. Lo que no se esperaba fue lo que él dijo a continuación. Mulder lo sabía. Sabía que le robaron los óvulos durante su abducción y no se lo dijo. Como ella, no había querido darle más malas noticias en el tiempo de su cáncer. Se enfadó con él. Mucho. Tampoco lo demostró abiertamente, esforzándose mucho por tener un tono de voz normal pidió una segunda opinión a pesar de que esperaba que eso no sirviera de mucho ya que Mulder los había llevado a especialistas y no habían resultado viables.
Si embargo... esa segunda opinión... Dios, Scully no podía parar de sonreír desde que había salido de la consulta. Se sentía feliz. Iba a tener un hijo. Había posibilidades para ello.
Había llegado al barrio de Mulder sin darse cuenta. La costumbre de recorrer el mismo camino durante tantos años, suponía. Dejó el coche en un sitio que encontró dos calles más abajo del edificio de Mulder y se puso a andar para llegar hasta él. En el coche había pensado en la historia, en los contratiempos que había pasado hasta ese momento pero no tenía ni idea que decirle a Mulder cuando lo tuviera cara a cara.
A pesar de ello entró en el edificio de Mulder con determinación. El ascensor estaba en esa planta así que subió en él notando como el nudo en el estómago que tenía desde que había entrado en la consulta del médico todavía no se le había ido. En ese momento incluso se le estaba anudando más y parecía que no podía respirar. Respiró fuerte varias veces, ese no era el momento ni el lugar para un ataque de pánico. Ahora que habia llegado tan lejos, no. Mulder era la única oportunidad para ser madre. Bueno, realmente no era la única, pero Scully se lo repitió varias veces, mientras el ascensor llegaba al piso de Mulder y salía de él, para no salir corriendo y aceptar el ofrecimiento del doctor de conseguir un donante anónimo. Scully quería que Mulder fuera el padre de su hijo.
Con paso decidido, o al menos eso le pareció a ella, recorrió los pocos metros desde el ascensor hasta la puerta del piso de Mulder. Tocó varias veces la puerta para que Mulder supiera que era ella. Tardó una eternidad en abrirle, cosa que aprovechó Scully en ordenar sus pensamientos y saber lo que le iba a decir a Mulder.
-Hola, Scully. No esperaba verte en todo el día -Mulder vestía con el traje de ir a trabajar pero se había arremangado las mangas, como lo hacía a veces cuando tenía calor.
-Puedo pasar?
-Si, claro...
Mulder la dejó pasar y Scully vio que la miraba extrañado. Era normal, no le había saludado y se había escurrido entre su cuerpo y la pared para pasar hasta la salita en la que casi se sentía como en su casa. La televisión estaba encendida y Mulder veía las noticias. Ella estaba de pie de espaldas la puerta con la mirada perdida en un punto imaginario de la ventana que tenía delante. Realmente iba a hacer lo que iba a hacer?
-Quieres comer? -le preguntó Mulder a sus espaldas- No tengo mucho, pero sí para hacerte un sándwich de esos vegetal que te gustan.
-No, no quiero nada -dijo volviéndose hacia donde estaba él y sonriéndole- No tengo hambre.
-No seas tonta -Mulder fue hasta la cocina- Así me acompañas, yo acabo de venir de la oficina para comer algo, ya que no estabas he preferido venir aquí que comer solo en cualquier bar.
Scully se miró el reloj. Sí, era la hora de comer ya y ni siquiera tenía hambre. Y eso que no había desayunado nada, excepto un café, porque aquella mañana estaba demasiado nerviosa para tomar algo comestible. En ese momento también estaba nerviosa por lo que le iba a decir a Mulder. Se quito la chaqueta y se sentó en el sofá por hace algo ya que Mulder todavía estaba en la cocina. Vio que tenía razón, encima de la mesa que estaba delante del sofá Mulder tenía un sándwich en una servilleta y una cerveza sin alcohol al lado.
-Toma -dijo Mulder entrando en la sala llevando en una mano el sándwich y en la otra una cerveza.
-Gracias -Scully cogió las dos cosas y las dejó sobre la mesa. Abrió la lata de cerveza y dio un buen trago. Lástima que fuera sin alcohol, borracha se decían las cosas importantes sin que lo fueran tanto- Vas a ir a la oficina a la tarde?
-No hay muchas cosas que hacer. Seguramente Skinner nos dará el caso mañana, cuando tú estés allí.
-O te encargarás tu de buscarlo -dio un mordisco a sus sándwich mientras veía que Mulder sonreía mientras bebía de la lata de su cerveza.
-Me conoces demasiado.
Como siempre, una conversación sin ninguna relevancia antes de empezar con el tema importante, porque Mulder sabía a que había ido ella. Se lo había dicho el día anterior al indicarle que había pedido el día siguiente libre para ir a ver los resultados de sus óvulos. Mulder le deseó suerte con un apretón de manos y un tímido beso en la mejilla. Tal vez era eso lo que le había dado suerte, no lo sabía.
Cuando terminaron de comer Mulder se llevo las servilletas y las latas vacías de cerveza a la basura mientas Scully se quedaba sentada mirando la tele, pero sin ver nada. Ya no había marcha atrás, había ido allí para decírselo, no para comer a costa de Mulder y luego irse a su casa como si nada.
-Mulder -empezó ella cuando él volvió a donde estaba- hoy como sabes he ido a que me dijeran los resultados.
Se levantó del sofá al mismo tiempo que él se sentaba, inquieta y nerviosa por lo que le quedaba por decir, al menos ya había empezado y si lo había hecho, había que acabarlo. Sin embargo no le salían las palabras, pero si las lágrimas que había intentado ocultar durante todo ese tiempo. No de tristeza, sí de felicidad, pero Mulder pareció confundirlas porque en seguida se levantó y la abrazó.
-Lo siento, Scully... sé lo mucho que lo deseabas pero... -Mulder la abrazaba con una mano y con la otra le acariciaba la cabeza y jugueteaba con su pelo.
-No, Mulder, no... -dijo ella apartándose un poco de él para mirarle a los ojos pero sin dejar ese abrazo protector- Te equivocas.
-Como que me equivoc... -ahora Mulder la cogió por los brazos- entonces quieres decir que...
Scully asintió, incapaz de decir la respuesta en voz alta mientras le daba un ataque de risa histérica del que Mulder también se contagió mientras la volvía a abrazar, esta vez con más fuerza incluso, tanta que Scully en un momento estaba segura que Mulder la ahogaría. Cuando se calmaron él cogió su cabeza entre sus manos mientras que con sus pulgares limpiaba esas lágrimas que Scully había derramado minutos antes.
-Vas a ser una madre estupenda, Scully, ya lo verás. Lástima que lo hayas dicho ahora, de lo contrario nos hubiéramos podido beber la botella de vino que tengo guardada para situaciones especiales. Oh, espera, podemos bebérnosla, total, no creo que a Skinner le importe que esta tarde no vaya a trabajar.
Se apartó de Scully con intención de sacar esa botella de donde la tuviera pero la voz de ella le paró. Aún habían cosas que hablar y luego si todavía quería lo podrían celebrar.
-Mulder. Hay algo más.
-Más? -se sorprendió Mulder parándose y volviéndose hacia Scully.
-Sí. Siéntate, por favor...
-Scully, me estás asustando... algo va mal?
-No... siéntate por favor, Mulder. Tengo que decirte algo importante.
Todavía sorprendido Mulder se sentó en el sofá y esperó pacientemente a que Scully empezara a hablar. Ésta se mojó los labios y dio varios paseos en el cuarto intentando saber por donde empezar.
-Mulder... El doctor Parenti me ha dicho que hay probabilidades de éxito, no me ha querido decir el porcentaje exacto, pero a mí con eso me sobra. El caso es que... yo creo que ese momento ha llegado. Han sido una consecución de situaciones lo que me ha impulsado a decidir que quiero ser madre, a crear otra vida dentro de mí. Son sentimientos muy confusos, pero tengo claro que todos se dirigen a la idea de quedarme embarazada lo más pronto posible.
No había mirado a Mulder durante su discurso, pero en ese momento lo hizo y lo vio con la mirada en el suelo, con las manos entrelazadas. No podía ver su reacción ante sus palabras porque Mulder permaneció al menos un minuto así, lo que hizo que Scully se pusiera más nerviosa de lo que estaba. Seguramente estaría pensando lo peor, que lo dejaba el FBI, a los expedientes x, al él...
-Mulder? -tenía que conseguir una reacción por parte de él, no le podía seguir hablando a un Mulder inmóvil mirando el suelo.
-Hay otro hombre?
Que? De las preguntas que se había preparado para responderle a Mulder esa era la única que no sabía que contestar. Y porque Mulder había dicho otro? Acaso él estaba celoso de que hubiera encontrado un hombre para que fuera el padre de su hijo que no fuera él? Acaso Mulder también había estado pensando en esa posibilidad? O es que él la consideraba como su propiedad y no permitía que nadie se la acercase?
-No! -dijo Scully rápidamente- No hay ningún otro hombre.
-Y entonces? Vas a elegir un donante anónimo?
No. Definitivamente no era una de las primeras opciones por las que Mulder había dicho otro hombre? Simplemente era porque después de siete años juntos ya la consideraba de su propiedad. Era un egocéntrico, que se le iba a hacer. Esperaba que esa cualidad no estuviera en sus genes.
-No, Mulder, ya tengo un donante pensado -dijo con tranquilidad.
-No has dicho que no había un...
-He dicho que no había otro hombre, Mulder, no que no tuviera un hombre en mente.
Era un tipo listo, lo podía adivinar por si solo. Dejó que lo pensara por unos segundos, seguramente estaría en estado de shock, como ella al recibir la noticia, y sus cerebro funcionaba más despacio de lo habitual. Una mueca de sorpresa cruzó la cara de Mulder por un segundo. Había atado cabos.
-Quieres decir que... -empezó a decir, pero ella no lo dejó acabar.
-Quiero que tú seas ese hombre, Mulder.
-Pero...
-Sé que cuesta de digerir que yo te pida este favor, pero sabes cuanto quiero tener ese hijo y para mí eres el donante ideal. Eres guapo, sin enfermedades hereditarias, inteligente. Tus genes son... perfectos. No se a quien se lo podría pedir más y no me fío de los donantes anónimos. Si te preocupan otras cuestiones sobre el rol que vas a llevar a partir de ahora te puedo decir que si tu no quieres, ninguno. Si tu no quieres no hace falta que te veas involucrado en su vida, ni nada por el estilo. Pero si quieres ya veríamos como nos las arreglábamos -soltó una risita nerviosa, Mulder la estaba mirando fijamente por eso decidió acabar ya con su discurso, al fin y al cabo lo importante estaba ya dicho- Esto te lo estoy pidiendo como un favor personal, nada más. Sí me dices que no pues... mi segunda opción es la del donante anónimo, el doctor Parenti me ha dicho que me aconsejaría sobre ello. Ah, y no te preocupes por los expedientes X, seguiré trabajando hasta que pueda en ellos y volveré cuando se me acabe la baja por maternidad, junto contigo se han convertido en una parte de mi vida y no la pienso soltar así como así.
-Lo tienes todo controlado, eh Scully?
Ella sonrió un poco nerviosa, pero se alegró que Mulder dijera algo, aunque fuera irónico, en vez de quedarse callado.
-Sabes que soy así, me gusta tenerlo todo bajo control. Que opinas? -Al acabar de haber preguntado eso se arrepintió, no quería presionarle- No... no hace falta que me lo digas ahora mismo, tu piénsatelo bien y luego vienes a mi casa a decírmelo... bueno no hace falta que sea luego, puede ser hoy, mañana, cuando quieras, no hay prisa, bueno una poca, pero esperaré el tiempo que quieras, al fin y al cabo tu también tienes que participar en esto, si quieres, claro.
Estaba diciendo tonterías, tenía que irse de allí cuanto antes para no tartamudear más delante de Mulder y dejar que lo pensara detenidamente. Así que cogió su chaqueta, colgada en uno de los brazos del sofá, y se la puso rápidamente.
-Scully -oyó que decía Mulder mientras ella se ponía su chaqueta- como acabas de decir me lo tengo que pensar. No es algo que me pidan todos los días, es una cosa muy sería.
-Claro Mulder -al ver que este se levantaba para acompañarla a la puerta lo detuvo con un gesto- No, no hace falta que me acompañes a la puerta. Se ir sola.
Por un impulso se agachó y besó a Mulder en la mejilla. Luego se dirigió a la puerta que daba al salón para salir.
-Nos vemos mañana en el trabajo, Mulder.
-Hasta mañana, Scully.
Andó todo lo deprisa que pudo hasta la puerta de entrada para salir de allí. Estaba un poco decepcionada. Creía que Mulder le iba a contestar, ya fuera sí o no, allí pero le había pedido tiempo para pensarlo. No sabía si eso era bueno o malo. Cerró la puerta del apartamento despacio y se dirigió al ascensor. Mulder se lo tenía que pensar.
No sabía porqué pero estaba segura de que Mulder le diría que sí.
FIN