[ShiChul/SMUT] De Desnudez y Corbata Parte I (NC-17)

Jul 24, 2009 15:03



Título: De desnudez y corbata (Parte I)
Autor: crabbyqtee
Rating: NC-17
Fandom: Super Junior
Pareja: ShiChul.
Nº de palabras: 6059

Notas: NO sé como sea la casa de Siwon y sinceramente no podría interesarme menos apegarme a la verdad. La estructura está planeada por mí y a mi entera discreción… además, quién necesita la verdad cuando se habla de fanfiction?

PARTE I

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Nunca dejaba de sorprenderse porque siempre había algo que no había visto antes y porque creía que no podía ir más lejos. Estaba equivocado, cada una de las veces que se permitía pensar tal atrocidad. Esta vez, no mucho más sorprendente que otras veces  desde una mirada objetiva, lo sacó de sus casillas porque nunca antes había hecho algo tan demencial.

Estaba en su cuarto, su pulcro, familiar y cristiano cuarto, intentando leer un libro. No, no la biblia, un libro estándar que, además, estaba logrando envolverlo por completo. Por leer se había olvidado de servirse de comer a pesar de que la cena estaba lista en el microondas, tenía horas sin moverse, sin hablar, sin despegar la vista de las páginas. Se reacomodó las gafas y dio vuelta a la página 381, sin darse cuenta de cuándo durante el día había pasado de la 219 a la presente. Se había estado sintiendo mal, no muy mal pero lo suficiente para cancelar algunas actividades menores y tomarse el día. El día que le había prometido a uno de sus hyungs, el más peligroso, que iría a su departamento a ver una película de terror en cuanto terminara con su agenda. Puesto que no hubo agenda, no recordó la cita que había pactado hasta las 8 de la noche.

Escuchó ruidos en la ventana. Se le ocurrió que tal vez el aire estaba fuerte, no le habría extrañado por la época del año, así que ni siquiera se molestó en mirar. Cerró los ojos de pronto, dándose cuenta de que estaba extremadamente cansado, no hacer ejercicio lo extenuaba, necesitaba moverse y pronto. Estiró el cuerpo hasta que sus tobillos tronaron y sus manos tocaron el punto más alto en la cabecera de su cama. Justo cuando abrió los ojos, pretendiendo volver a la lectura, estos vieron una mancha rosada en la ventana que, instantáneamente llamó su atención.

-¡¿HYUNG?!

Heechul. En la rama de un árbol. En pijama. Sonriendo. Siwon se puso de pie tan rápido que ni siquiera recordó haberlo hecho, aventando el libro, el separador y sus cobijas por ahí, estaba preocupado, estaba desconcertado… ¿qué rayos? Abrió la ventana bruscamente, lastimándose un dedo. -Aiya!

-Siwon-ah… -susurró su mayor, como si no quisiera ser descubierto. Ridículo porque así era IMPOSIBLE no verlo, sentado en una rama muy delgada, en calzoncillos y con su camisón rosa.

-¡Heechul hyung, qué haces aquí… qué haces AHÍ! Ven…

-No gracias, pretendo quedarme a mirar hasta que se me adormezca el trasero, -Lúdico- ¡y tú, más vale que tengas excusas y explicaciones a las excusas y excusas para las explicaciones!

-Ssssh… hyung… mis padres están abajo.

-¿Y, su hijo no tiene visitantes nocturnos que lo miran por la ventana de su habitación, le gritan y se cuelgan de sus árboles con sus gatos?

-¿¡Traes a HeeBum?!

-No, hah! Pero caíste... lol.

-Hyung… ven, te vas a caer.

Siwon le tendió los brazos, inclinándose un poco hacia afuera de la ventana. No era una ventana grande y le iba a costar meter a HeeChul (y ni hablar de sacarlo por la puerta principal y explicar cómo llego eso a su cuarto!) pero no pensaba dejarlo colgando de un árbol en… ‘paños menores’.

-Hyung, como llegaste hasta aquí? -le preguntó, moviendo un poco los brazos para que el otro se dignara a tomarlos. Cosa que igual no hizo.

-Pedí una van de la compañía. -en cambio, se miró, muy entretenido, las uñas.

-Te la prestaron?

-Digamos que… dejé una nota.

-Hyung eso es como robar… y toma mis brazos o caerás.

-¿Cómo sé que puedes llevarme hasta la ventana?

-Puedo. -no estaba ni una cuarta parte seguro de cómo había sonado, pero al menos así HeeChul intentaría ir hasta la ventana. Sonrió e intentó con su voz más dulce -¿No viniste aquí por mí hyung? Anda entra.

Funcionó, HeeChul alzó una ceja y, sonriendo, se aferró a los brazos de Siwon. Y sólo porque sabía que entrar en ese cuarto significaba salir a la mañana siguiente y pasar la noche con su dongsaeng, incluso se balanceó un poco hacia el frente para ayudar a Siwon en el rescate.

-Yah, es como rescatar a un gatito que no puede bajar del árbol.

-Excepto porque pesas como diez veces más -susurró y rogó más tarde que Heechul no lo hubiera escuchado. Dios estaba de buenas porque logró meter la mitad del cuerpo de HeeChul por la ventana y porque éste en sus gritos por entrar por completo, no lo escuchó. Cayó con un ruidoso sonido en el suelo y, como debía ser, Siwon lo ayudó a pararse, justo después de reacomodar su camisón rosado para que dejara de enseñar el trasero por la ventana.

Sí bueno, igual no era algo que no hubiera visto antes.

-¿Por qué me cubres? No es como que no me hayas visto desnudo antes.

- . . .

-Y además pienso desvestirme en… unos cinco minutos.

-¿Cinco? Por favor compórtate, mis padres están aquí…

-Y lo estarán toda la noche así que empieza a bajar el volumen… cuando el cambio es muy drástico y no te acostumbras… -y empezó a susurrar él mismo- de pronto puedes gemir… ligeramente fuerte.

-Hyung…

-Ssh… quedito -le ordenó su mayor cubriéndole los labios con su dedo índice. Sonrió, demoniacamente. Sabía lo que HeeChul tenía en mente pero lo mejor que podía hacer, en vez de escapar, era… concentrarse en no hacer ruido.

En efecto, el dedo de su hyung fue hábilmente reemplazado por sus tibios labios abiertos y suplicantes por interacción. Siwon no le negó lo que quería… porque lo quería también. Así que abrió sus labios también y dejó que la escalofriantemente hábil lengua de su hyung jugara con la propia.

Tras algunos segundos de batalla y de innegable sometimiento, Chullie se separó de sus labios aunque siguió mirándolos con lujuria inocultable.

-¿T-tan al grano, hyung?

-¿Te parezco una persona a la que le gusten los preliminares? -susurró, rozando sus labios con los de él. Hundiendo sus largos dedos con afiladas uñas entre su cabello, masajeando sin darse cuenta todos los nervios en su cabeza, obligándolo a cerrar los ojos y concentrarse en la sensación. La risa profunda del causante de aquella estampida de cosquilleos en su cuello llamó su atención de vuelta. -Sólo porque… no te lo mereces… hoy pienso consentirte.

-¿No lo merezco?

-Te portaste muy mal hoy, Siwon-ah… -lentamente los dedos se enredaron más entre su cabello y luego de cerrar los puños, tiró de él con fuerza- ¡¡A mí NADIE me deja esperando!!

-¡AH! No grites! -gritó el menor, adolorido. Ningún hombre normal está acostumbrado a que le estiren el cabello. Atrapó a Heechul de los hombros y lo alejó un poco de él, malamente porque sólo consiguió que el nombrado le estirara el cabello con más fuerza. -¡AH!

-Siwon-ah… ¿no me dijiste que no gritara… porque tus padres están aquí… y yo también… y tú también, y yo estoy en calzoncillos? Jaj… espera a que entren y te vean así conmigo…

-¿Así como? -le preguntó Siwon, aterrado, qué pasaba por la cabeza de su hyung? Tenía mucho miedo de pronto, no quería tener problemas con sus padres por eso.

-¡Así! -gritó de nuevo, quien tenía prohibido gritar, y jalándolo del cabello lo arrastró hasta la cama y lo tumbó de espaldas, colocándose sobre él a horcajadas. -Te llevarán a pláticas religiosas… porque… -cantó y acercó sus labios a la oreja de Siwon para susurrar- lo que me haces… es obsceno y… rudo -y cantó una vez más… sonriendo como si recién le hubieran regalado una casa rosa- y… es pecaaado!!

-Hyung no juegues con eso… -susurró Siwon, intentando calmar su ritmo cardíaco desde que se había dado cuenta de que su acompañante estaba semidesnudo y sentado sobre su cadera. Respiró profundamente…

-No juego con eso… ¿es o no es? -sonrió más, si era posible. Liberó el cabello de Siwon despacio, sólo para hundir sus manos debajo del cuello de su camisa. -Además… no te importó nunca, no finjas ahora que el que sea pecado te detendría. Me deseas demasiado… -Bajó un poco más las manos hasta el primer botón y las separó de golpe hacia los lados abriéndola por completo y tirándole algunos botones en el proceso. -Ups…

-Mi camisa…

-¿Ves, ves como no te importa que sea pecado?

-Qué sabes de pecados?

-Lo suficiente. -susurró mirándolo a los ojos cuando su barbilla estaba rozando los pectorales de su dongsaeng. Lamió despacio en línea recta desde su clavícula hasta su ombligo. -Qué bueno que saliste en esa revista… -deslizó sus delgadas y largas manos por ambos costados de su cuerpo, arrancando pequeñas risitas de Siwon que, de pronto había olvidado de qué hablaban y se ocupaba en ignorar los labios de Heechul sobre sus abdominales y sus escurridizos dedos sobre su pecho. -Empezabas a perder forma, sexy… pero… -este inclinó su cabeza en el musculoso pecho y lamió despacio, sin dejar de mirarlo a los ojos, uno de sus pezones. -Veo que todo está en orden…
El atacado sólo podía morderse los labios para no hacer ningún sonido. Cualquier expresión subida de tono podía tornarse ruidosa y advertirles a sus padres que había alguien más en su cuarto con él.

-No te reprimas, Shiwonnie~

-Creí que me habías dicho que bajara el volumen -susurró este, sonriendo. Había dejado de pensar en lo malo que era lo que hacía y estaba concentrado entonces en las yemas de los dedos de su hyung, dibujando cosas raras como en sus autógrafos sobre su pecho.

-Claro, a menos que quieras que tu correcta familia se entere de que follas a otro hombre hasta dejarlo afónico.

-Como si eso fuera posible -Por supuesto, por eso se ganó un buen manotazo en el brazo y una mirada de profunda ofensa. Rió despacio, no quería hacer ruido, tenía razón. Decidió entonces dejar de jugar al fuerte y rendirse, porque de cualquier modo ambos sabían que terminaría haciéndolo. Levantó sus manos, congeladas hasta entonces, y con ellas delineó los muslos del hombre sentado sobre él. -Hyung… bésame.

-Aiya! ¿Desde cuándo exiges? -le preguntó, sonriendo pícaramente, no le molestaba en absoluto, sólo le extrañaba, así que cumplió la orden tomando los labios del musculoso hombre debajo suyo con cierta brutalidad sexual suya muy característica, succionando su lengua y mordiendo su labio inferior.

Ante el sorpresivo ataque que en realidad se había buscado, Siwon reaccionó intentando profundizar el contacto, atrayendo a su hyung hacia él por las piernas, arqueando su espalda para sentir sólo un poco más de su tibio cuerpo y finalmente colocando ambas manos sobre su trasero y dándole un ligero apretón que hizo reír al mayor.

-Shhhh… nos escucharán. -le susurró contra los labios para besarlo una vez más y más tarde dirigirse a donde éste lo guiara moviendo lentamente su rostro, indicándole exactamente por dónde ir. Siguiendo instrucciones. HeeChul colocó sus manos sobre las de Siwon sólo para obligarlo a sujetar su cuerpo más fuerte contra él mientras dejaba que su propio peso callera de lleno en el musculoso cuerpo de su amante, asfixiándolo un poco y suplicando por aire. Sonrió y mordió lánguidamente la línea de su mandíbula, enterró su nariz en el hueco de su cuello y besó despacio su camino hasta su pecho.

-Okke… suficiente ropa.

Ni siquiera había terminado aquella frase cuando sus largas manos ya habían bajado al final de su pijama y se la estaban sacando diestramente. La prenda quedó arrumbada en algún lugar junto a la cama. Siwon no tuvo tiempo de apreciar el delicado cuerpo de HeeChul porque apenas habíase deshecho de su ropa, sus nerviosas manos corrieron a desabrochar su pantalón.

-H-hyung…

-¡HAH! -gritó Heechul y bajó el cierre rápidamente asustando un poco al dueño de los pantalones. Con una maestría irreal, manos y piernas, le sacó los pantalones sin la necesidad de apartarse ni de pedir ayuda. Sin duda alguna Kim HeeChul era BUENO en lo que hacía. Y tan bueno era que Siwon no reprimió un gemido cuando el susodicho, apoyándose en el musculoso pecho, frotó en su entrepierna moviendo sensualmente las caderas sobre las suyas. -Te gusta verdad…? Es inútil negarlo… yo lo siento.

Despacio y al cerrar los ojos delatando que además de hacer sufrir a Siwon se estaba haciendo sufrir a sí mismo, abrió un poco más las piernas para incrementar la fricción entre ambas erecciones crecientes. El mayor de ambos se lamió los labios, de pronto concentrado en sólo lo que él sentía, perdido en su universo de sensaciones. Suspiró, cayendo lentamente en una ligereza mental que, más temprano que tarde, lo arrojaría al total desenfreno. Siwon lo sabía, había sido abusado por y había abusado de él tantas veces que no saberlo... era impensable.

Las huesudas manos de uñas largas rasguñaron su camino hasta las caderas de quien parecía no mostrar ninguna reacción y se clavaron ahí, arrancando voluntariamente un gemido de dolor, el dueño de aquellos dedos hábiles no podía soportar saberse más caliente que el otro. El dolor, porque las uñas habían levantado algo de piel, hizo sentarse al menor y para evitar que HeeChul cayera en el proceso, lo tomó con fuerza de los muslos, acomodándolo sobre su regazo.

-Chullie...

-Dime ‘hyung’... irrespetuoso dongsaeng.  -Abofeteó suavemente su mejilla y la lamió despacio después, cuando el agredido arrugó los ojos y cuando notó que la piel se enrojecía un poco. -En la cama no...

-¿Por qué?

-A menos... -un beso- que sea de agua -otro- o redonda... -le dio un último beso más intenso y susurró- es aburrido. Y no vine aquí a aburrirme. -Con algo de dificultad, liberó sus piernas sólo para enredarlas en la estrecha cintura de Siwon que, tan pronto sintió que estaban suficientemente ajustadas a su cuerpo lo cargó tomándolo de la cintura y poniéndose de pie sólo para dar algunos pasos hasta un escritorio casi desocupado que en teoría sólo tenía algunos libros y retratos familiares. Siwon se maldijo por lo que estaba a punto de hacer pero de cualquier modo lo hizo.

Barrió brutalmente con un brazo todo lo que ocupaba la superficie dejándolo caer todo al suelo, por fortuna, alfombrado, y depositó a su hyung con una delicadeza que no merecía. Este finalmente desancló sus manos de los hombros poderosos casi dolorosamente plantadas pero lo atrajo más hacia si con las piernas. -Siwon-ah... -gimió lamiendo uno de sus dedos y acariciando cancinamente círculos alrededor del propio ombligo. -Fóllame.

Tragó duro. Quería obedecerlo, en el instante, sin más preámbulos, sin preparativos, sin pensarlo. Le asustó pensar que quería tomarlo tan bruscamente y quería además lastimarlo, escucharlo gruñir de dolor y poco a poco sentir sus gritos transformarse en gemidos de placer hasta que no quedara más que goce en su voz. Pero no se permitió hacer tal cosa... porque tampoco se podía permitir ser descubierto por sus padres. Y hablando de padres... la casa estaba muy silenciosa.

-. . . Siwon -lo llamó HeeChul, molesto, le había ordenado que lo follara y no sólo no estaba obedeciendo sino que parecía haberse perdido en una dimensión desconocida. Le pellizcó un brazo para hacerlo reaccionar, así obtuvo un gritillo de dolor.

-¡Aiya! Shhh shhh... escuchas, hyung?

-No -y se lanzó como una ave rapaz sobre la carroña hacia sus labios, tomándolo por el rostro y dejándole ninguna posibilidad de escapar. Un par de segundos Siwon no se quejó del ataque pero luego recordó por qué había parado en un principio, se separó de su hyung y señaló la puerta. -¿Qué, el silencio? No nos están espiando si eso es lo que crees... tal vez salieron...

-Pero...

-YAH! -y le soltó a continuación tremendo manotazo sobre el pecho desnudo. -Quítate esto!

Siwon cooperó para sacarse la camisa rota de encima y aventarla por ahí mientras HeeChul sólo acariciaba sus costados frotando las manos en busca de calor. ¿Quién necesitaba más calor? Pero era verdad que sus manos estaban frías así que las entrelazó con las propias y las llevó hasta el extremo del escritorio, por encima de la cabeza de su hyung y las soltó despacio. -Déjalas ahí...

-Te gusta verme expuesto eh?

-Como no tienes idea. -susurró el menor contra la piel de la cadera derecha del más pequeño de ambos cuya respiración agitada de pronto se había vuelto muy notoria. Sus grandes manos acariciaron la orilla de la prenda púrpura que cubría a su hyung... sólo por darle emoción al momento. Pero tan pronto el dueño los calzoncillos de interesante color movió la cadera, Siwon accedió a quitárselos... porque además lo estaban perturbando ¿Púrpura?

Entonces... y apenas Siwon había aventado aquel tramo de tela en el suelo... tres sonidos repetitivos y sordos les abrieron a ambos un hueco entre las costillas.

Habían llamado tres veces a la puerta.

Siwon tembló, automáticamente, su agarre en las caderas de su hyung sólo se volvió más fuerte por culpa del miedo. Este abrió la boca en un gesto de dolor y le pellizcó la piel de una mano para quitársela de encima. -Me haces daño! -susurró MUY, MUY quedo.

-¿Siwon? -preguntó una voz tras la puerta. -Cariño, estás aquí?

-Ahh... s-sí mamá. ¿Necesitas algo?

Ambos guardaron silencio, inmóviles, mirándose a los ojos, muertos de miedo. ¿Qué pasaba si a la mujer se le ocurría abrir la puerta? A NADIE se le había ocurrido poner el cerrojo.

Sin decir nada ambos entendieron que era momento de esconder todo y cuando digo todo... incluyo a HeeChul. Siwon lo tomó de las manos y lo ayudó a ponerse de pie, tan pronto como este toco el suelo, se puso la camisa de los botones rotos y recogió el pijama de HeeChul. Este se la arrebató de las manos y se lo puso encima.

-¿Puedo pasar? -preguntó la mujer una vez más. HeeChul sonrió maniáticamente al borde de la carcajada, pero una mirada reprobatoria de Siwon se lo impidió.

-En un momento! -contestó y susurró a continuación: -Hyung... entra al armario...

Lo empujó por los hombros hasta una puerta en la pared que HeeChul no lo dejó abrir. -¡Estás loco, no soy una cosa! -con ambas manos detuvo la puerta para que Siwon no pudiera abrirla.

-Hyung... por favor, entra ahí! -y con la última palabra usó toda su fuerza para abrir la puerta logrando, una fracción de segundo más tarde, hacer entrar al mayor adentro.

-Sácame!

-¿Siwon? -más golpes en la puerta. -¿Todo bien?

-Sí mamá, ya voy! -diciendo aquello se distrajo y la puerta se abrió una vez más dejando salir al delgado hombre que se negaba a esconderse ahí y que súbitamente se arrojó a sus brazos para besarlo descaradamente, colgado de su cuello. Sin quitárselo de encima, lo abrazó y entró junto con él al armario sólo para soltarlo adentro y salir tan rápido como pudiera, que resultó no ser muy rápido, -¡Hyung, es sólo ropa, por favor!

-Dije que no! -le respondió HeeChul escabulléndose antes de que la puerta se cerrara. Se plantó junto a la puerta con los brazos cruzados.-De ningún modo entraré ahí.

-Es sólo ropa que. . . Huele a mí.

Palabras mágicas. HeeChul entró corriendo al armario y se hundió entre las camisas con una sonrisa en los labios mientras Siwon, algo más relajado cerraba la puerta y averiguaba cómo iba a ocultar su evidente problema entre las piernas. Agarró su almohada más grande y decidió abrazarla como si hubiera estado durmiendo. Se acercó a la puerta y abrió sólo lo suficiente para ver a su madre curiosa del otro lado del marco. -Lo siento... me... vestía -inventó. Era la única posible explicación al ruido de puertas del armario.

La mujer se asomó al cuarto detrás de su hijo. -¿Por qué tus cosas están en el suelo?

-No... lo sé?

-¿Choi Siwon, qué ocultas?

-Nada.

-¿Estás mintiéndome?

-No. -mintió.

-Entonces déjame pasar.

No pudo negarse, hacerlo lo delataría, así que abrió la puerta despacio y la dejó pasar un metro antes de pararse frente a ella y negarle más entrada con el lenguaje corporal que tanto había aprendido cuando aún vivía en el dormitorio. Ella, en efecto se detuvo y miró alrededor.

OH POR DIOS, los calzoncillos púrpuras seguían en el suelo, justo entre la cama y el escritorio listos para ser vistos por la madre de Siwon. Más tardó él en pensarlo que la mujer en detectar la desconocida tela púrpura sobre la alfombra.

-Siwon, qué... es eso?

Se escucharon un par de golpes en el armario y Siwon tuvo que golpear la puerta para disimular que el sonido había llegado desde un lugar donde, supuestamente, no había nadie.

-Eh...es un regalo de... mis hyungs! -respondió demasiado alarmado para sonar real,

-Tus hyungs no hacen estas cosas... -dijo la mujer, sospechando. Cogió un bolígrafo del suelo y levantó la colorida prenda con él... como si le diera mucho miedo... justo después, y probablemente porque descubrió por qué le temía a un pedazo de tela, prosiguió con un tono ligeramente despectivo- Oh espera creo saber de quién, precisamente.

Siwon se rindió, no iba a mentir por completo... sólo... mentiría un poco. Caminó casualmente hasta la cama y se sentó, como su nada estuviera pasando, como si no fuera uno de los momentos más incómodos de su existencia. -Bueno ya, me lo dio HeeChul hyung.

-HeeChul... lo sabía! No me extraña en absoluto!

-Mamá... -le reprochó, no le gustaba que hablara así de su novio. Aunque no supiera ese último hecho.

-No puedo creer que conserves esto... Espero que sepas que ese muchacho ateo es una terrible influencia para ti, amor. -tiró la prenda una vez más al suelo, como si por ser un regalo de HeeChul tuviera algún tipo de espíritu maligno, y se acercó a su hijo. -Tíralos o algo.

-A... ahá.

-Te amo, -se acercó a él a besar su mejilla, sin notar que había entre ella y su hijo una esponjosa almohada que no iba a ir a ningún lado. -Y recoge tus cosas, cielo. Tu padre y yo saldremos a una cena con amigos, de acuerdo? Volveremos más tarde.

-Ok. Diviértanse. -se despidió de ella con la mano y en cuanto salió del cuarto y cerró la puerta Siwon aventó la incómoda almohada lo más lejos que pudo y corrió a poner el cerrojo. -Listo!

Las puertas del clóset se abrieron lenta y escalofriantemente, un par de huesudas manos se asomaron tras ellas y luego un delgado cuerpo totalmente desnudo salió de él. HeeChul sonrió al aventar lejos su pijama rosado y estirar la mano para coger algo del armario.

-Sabes?... Soy una pésima influencia para tí~

Sacó con un chasquido un objeto largo del armario que, cuando pudo enfocar la vista, Siwon reconoció como una corbata. La larga pieza de tela se enredó entre los dedos de su hyung que caminaba despacio hacia él y le daba una de esas miradas que hacían temblar sus rodillas. Lamiendo sus labios, sonriendo descaradamente porque sabía lo que su cuerpo podía hacerle al del menor y no tenía planeado controlarse, se acercó dando pasos largos y estéticos hasta que estuvo suficientemente cerca para echar lazo al cuello de Siwon con ella y atraerlo hacia sí.

Besó su barbilla suavemente... se mordió los labios no por seducirlo sino porque le había picado la barba incipiente de Siwon que, por algún motivo, le parecía genial. Lo arrastró hacia el espejo que había visto desde la primera vez que había entrado a ese cuarto, porque por supuesto esa no era la primera, y le dio la espalda para que ambos miraran hacia su reflejo.

-Hyung... exactamente qué tienes en mente?

-No lo sé. -susurró y tomó las manos ajenas para acomodarlas sobre sus caderas. -Sólo... tócame.

Las abandonó y estiró la corbata que yacía en el cuello de su compañero sólo para ponerla en su propio cuello y empezar a hacer un nudo desordenado.

-¿Qué haces? -le preguntó Siwon contra la piel de su espalda, mientras acariciaba suavemente su torso desnudo y tibio, tratando de memorizar cada poro, cada curva.

-Un nudo... corredizo. -obtuvo por respuesta. El dueño de aquella voz seguía moviendo desquiciadamente la arrugada corbata y haciendo muchos nudos con sus finos dedos.

-¿Para qué? -susurró en su oído, demandando atención, y acariciando con una mano su pecho y con otra la parte interna de sus suaves muslos. Quería algún tipo de reacción hacia sus caricias no esa cara adormilada mirando los nudos que iba haciendo la corbata, parecía totalmente indiferente a su tacto.

-El nudo es para mí, no para ti..., -sonrió maliciosamente cuando terminó de hacer el último nudo sobre su cuello. Un ligero gemido interrumpió la continuidad de la frase. Su hyung echó atrás la cabeza hasta recargarla en las clavículas de Siwon y, estirándolo por el cabello abrió un hueco suficiente para enterrar su nariz en su cuello y besarlo pausadamente. -Ya verás.

De repente se alejó sin más y se sentó en el escritorio, con las piernas abiertas, una evidente provocación... una invitación insolente y desesperada a tomarlo sin control, sin mesura.

-Hyung... -susurró.

-No pienses... ven. -le susurró de vuelta. Por algún motivo, cuando no lo necesitaban, habían encontrado el modo de ser extremadamente silenciosos, pausados. Era la compensación por lo que ambos sabían que vendría.

Siwon caminó hasta él y se colocó entre sus piernas, su incómodamente cubierta erección rozando con la de su hyung, ambos brazos rodeando su cintura, sus labios sobre los de él. Aquellas manos que eran capaces de hacerlo gritar de dolor y suspirar en éxtasis, acariciaron el contorno de su rostro delicadamente. Profundizando el beso sintió las rizadas pestañas de aquellos grandes ojos batirse contra su mejilla y provocarle cosquillas.

Sin quererlo, fue recostándolo poco a poco sobre la madera hasta que se encontró completamente apoyado en ella, ambos brazos por encima de su cabeza, el cabello de un largo apenas descentre revuelto entre sus dedos. Uno de los largos pies empujó la cadera del menor justo antes de que HeeChul susurrara fastidiado: -Quítate eso...

Obedeció, porque no podía hacer más, sus deseos eran órdenes, si le pedía una galleta se la daba, si le ordenada desvestirse lo hacía, si le decía que se tirara al suelo y rodara haciendo como pollito… lo hacía. Se creía capaz de hacer cualquier cosa que a su hyung se le viniera en gana, porque no podía decirle que no al dueño de los labios más suaves que hubiera besado, de las manos más hermosas y delicadas que jamás hubieran estrechado las suyas,  de las piernas más largas que en su cintura jamás se hubieran enredado… probablemente las únicas porque, naturalmente, lo amaba demasiado para que no lo fueran.

-¡Rápido!

Pretendía escuchar y quitarse los bóxers cuando su desesperado acompañante se sentó de golpe y, con una maestría indescriptible, le bajó salvajemente su última defensa. Se rió un poco ante la inesperada intromisión y la exposición repentina. Por esta risita se ganó un golpe, pero uno que no le dolió en absoluto, sólo logró darle más risa. Seguía sonriendo cuando besó el cuello de un fastidiado HeeChul que había pasado de su etapa sensual a la agresiva… que algo de miedo le daba, para ser sinceros.

La peor parte (o la mejor?) es que si no se ponía agresivo también, lo fastidiaba demasiado y más de una vez este había hecho una rabieta y lo había dejado sólo y alborotado. Por obvias razones no quería hacerlo enfadar, así que olvidó por unos momentos que estaba desnudo y atrayéndolo más hacia él si era posible, cargándolo ligeramente, besó su delgado cuello, esa superficie de suave piel que era su mejor refugio del mundo.

Por su parte, el mayor se encontraba agitado, sin saber muy bien por qué, sólo sabía que se estaba impacientando y que necesitaba acción PRONTO. Sus diligentes pensamientos se vieron violentamente ahogados por una nubosidad en su cerebro que sólo le permitió hacer “Mmmm” cuando sintió la lengua de Siwon lamer despacio su pezón derecho sólo para después acariciar con una mano el izquierdo y hacerlo arrugar los ojos y gemir despacio, buscando concentrarse en la sensación y sólo en la sensación. Una de sus manos, ambas entorpecidas por la falta de coherencia en su mente, se enterró en el cabello de su dongsaeng y la otra dirigió ambos índice y medio dedos directamente hacia su propia boca, lamiéndolos despacio y deslizándolos desde su barbilla hasta la mano de Siwon que le estaba proporcionando la embriagante caricia. Tan pronto sus dedos encontraron los ajenos, los segundos se alejaron para dejarlo acariciarse. No le gustó del todo… pero sabía que Siwon lo hacía apropósito, sabía que quería ver… constatar que estaba tan caliente que podía tocarse a sí mismo y no quejarse en absoluto.

Un pinchazo en su otro pezón lo hizo gritar de lo que parecía dolor pero, al contrario, había sido una ráfaga de placer tan electrizante que su propia garganta no había podido traducirlo. Abrió los ojos para ver cómo los dientes que lo habían hecho gritar así de pronto hacían marcas purpureas en su abdomen mientras ambas manos acariciaban sus piernas con minuciosa lentitud. Ver el camino de saliva que recorría su torso sólo le hizo darse cuenta de su palpitante y dolorosa erección que necesitaba ser tratada con urgencia. Pero eso tendría que esperar. En cuanto los labios de Siwon pasaron su ombligo apretó con las rodillas sus brazos y dijo:

-Espera… -en un susurro, y agarrándolo del cuello lo detuvo. -Mi turno.

Con ambas manos lo empujó por los hombros, sin siquiera pensar que podría moverlo, simplemente haciéndole entender que él mandaba ahora y que quería bajar del escritorio. Siwon se alejó un poco, lo suficiente para que, al resbalar por la orilla la delgada figura del mayor rozara completamente con la suya, el cálculo de espacio había sido perfecto. Este, atrapado entre el mueble y el poderoso cuerpo que deseaba con locura desde que descubrió que estaba cubriéndose de músculos (cuyo dueño además era alguna especie de príncipe encantador), encontró que se sentía ligeramente sumiso con la posición… no había sensación más perfecta que esa para lo que tenía en mente. Lo empujó sólo un poco más, asegurándose de que hubiera suficiente espacio. Sus manos, entonces en su pecho se deslizaron hasta su cintura y, conforme su propio cuerpo iba descendiendo, sus uñas dibujaban un doloroso camino hasta sus muslos.

Se encontró de rodillas frente a él, sintiéndose sexualmente insignificante, como si su única función fuera exactamente la que tenía en mente, sus dedos anclados a los trabajados cuádriceps del menor.

No mentiría, le gustaba sentirse una puta sometida cuando se daba cuenta de que, teniendo el erecto miembro de su amante frente a él, sus labios se secaban y su boca salivaba en exceso.  Lo… ansiaba, tocarlo, saborearlo… sentir la palpitante longitud llenar su boca.

Aquellos estéticos dedos de largas uñas se enroscaron en la base de su miembro y moviéndose despacio le arrancaron de la garganta al menor un par de gemidos graves apenas perceptibles que se potenciaron en cuanto la lengua del mayor se unió a sus manos en el agasajo.

Siwon entonces tuvo que apoyarse en su escritorio, porque veía venir la parte en la que sus piernas no eran suficientes para sostenerlo.  Sin duda alguna Kim HeeChul era BUENO en lo que le gustaba hacer y, en el momento, parecía que le gustaba introducir su miembro entero hasta el más remoto confín de su boca y hacer sonidos guturales mandando vibraciones a lo largo de este y hacerlo perder la cordura. Pero decidió dejar de hacerlo unos segundos, retirándolo de su boca con un ‘pop!’ sólo para lamerse los labios y susurrar -Estirame el cabello…
-Hyung -susurró él a su vez, en un tono mucho más agitado.

-Guíame… -no esperó respuesta, lamió el erecto miembro frente a él desde la base hasta la punta y lo introdujo de nuevo a su húmeda boca mientras sus manos acariciaban desesperadamente sus testículos y la cara interna de sus muslos.

Siwon hizo lo que le pedía, agarrando el sedoso y lacio cabello arriba de su nuca y, por ende, el control de su cabeza, moviéndolo despacio, controlando un poco el ritmo con el que su mente perdía claridad, su cuerpo aumentaba en temperatura y la presión en su abdomen se hacía irresistible.

HeeChul, por su parte, parecía perdido en el movimiento, su cuello estaba fuera de su control, las manos de Siwon justo arriba de su nuca le mandaban un característico cosquilleo al pecho y la sensación de sometimiento que invadía su cuerpo sólo le recordaba que quería que el dueño del cálido miembro dentro de su boca lo follara como si se tratara de una puta a la que se le puede hacer todo sin miramientos, doloroso y salvaje. Sentía las venas palpitar en sus labios, la punta rozar con su garganta y se concentraba para no toser porque sabía que eso pondría nervioso a Siwon.

Este por su parte había dejado de ver nítidamente desde la primera intromisión a la boca de su hyung, sentía agitado el pulso y, por algún motivo su mano en el cabello ajeno no podía dejar de moverse rítmicamente… porque quería más. Pero tuvo que hacerlo, porque no quería arruinar la diversión terminando antes de tiempo. Soltó su cabello, gimiendo levemente cuando este siguió en lo que estaba. Sabía que estaba al límite.

-H-hyung… para.

En respuesta algún tipo de “hmm?” se ‘escuchó’, pero la vibración en su miembro no hizo más que mandarle una descarga eléctrica por todo el cuerpo que lo obligó a arquearse sobre el escritorio, para la desaprobación del mayor. Este le dio un fuerte manotazo en una pierna y, apenas el menor había logrado recuperar un poco la compostura, haciendo un ademán de invitación con ambas manos lo incitó a penetrar su boca.

-Pero hyung… e-estoy cerca…

A penas sacando y metiendo el miembro de su boca un par de veces se detuvo y jugó un poco con sus dedos sobre él. -Exacto… quiero que te corras en mi boca… -lamió un poco de la preeyaculación que comenzaba a derramarse y sonriendo susurró: -Hard n’ long.

Era un monstruo. Convirtiéndolo lentamente en uno a él también, con cada estocada, con cada gemido. No podía abrir los ojos y mirar los rosados labios que se atrevía a profanar con cada arremetida de su miembro en la cálida y húmeda cavidad vibrante que estaba a punto de hace explotar su cerebro. Sentía ambas manos de su hyung sobre sus muslos, atrayéndolo hacia él, obligándolo a acelerar el ritmo de sus embestidas. Obedeció, a partir de ese momento su cuerpo perdió total relación con su mente, ninguna orden racional lo regía porque de principio no había tal.

No escuchó cuando un gemido floreció de la garganta de su hyung, pero sintió la vibración que lo hizo gemir ruidosamente a él. No escuchó la palmada que se había ganado por ir tan rápido, pero sintió el ardor sobre la piel de su cadera. No escuchó a su hyung toser y suspirar cuando sintió haber tocado algún punto suave dentro de su garganta, pero sintió los labios y dientes de este cerrarse contra su miembro y entonces, fue irrefrenable.

Sintió una fuerte presión en su abdomen que en los últimos minutos se había concentrado en controlar pero era suficiente. Una contracción en su miembro les avisó a ambos que estaba a punto de llegar al clímax. HeeChul liberó la convulsiva erección de su boca y lamiendo la punta, la acarició con sus huesudas y femeninas manos a un ritmo desquiciante y brutalmente veloz. -Anda… ven con Chullie… -susurró mordiéndose los labios. Abrió la boca descaradamente, sacando la lengua. No quería perderse una gota.

Siwon soltó un profundo y áspero gemido de su garganta, enloquecido con la visión de su hyung de rodillas frente a él, esperando a que liberara su semilla en su boca. Un apretón en la base de su miembro lo llevó hasta el punto más alto y entonces se sintió derramarse en él, primero sobre sus labios, después en su lengua… en su cálida boca. Suspiró un par de veces, sintiendo la fuerza drenarse de su cuerpo a una velocidad preocupante, con los ojos cerrados. Un pinchazo en el abdomen lo hizo abrirlos de nuevo, el mayor reclamaba atención desde el suelo, donde jugaba con los restos de semen alrededor de su boca. -Delicioso.

pairing:shichul, ~sujurabu, *fanfiction, (nc-17), ¡bias

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