En 1991 la Unión Europea puso en marcha el programa ARGOS-ASTARTE, que suponía la colaboración entre los países miembros y el debilitado gobierno del Líbano para fomentar zonas deprimidas pero de potencial valor turístico y cultural en el país asiático. Países como Francia, Italia, Grecia y Chipre enviaban a economistas, arqueólogos y otros profesionales para valorar el interés patrimonial de esas zonas y orientar a los libaneses en la creación de estrategias de explotación de esas zonas. A cambio, los países europeos adquirían derechos de establecer industrias turísticas y de adquirir un porcentaje de los restos arqueológicos encontrados, siempre que tuviesen cierta relación con el país en cuestión.El programa fue todo un éxito, y dio origen a otros proyectos de similares características con otros países mediterráneos.
Del único punto negro del programa ARGOS-ASTARTE apenas quedó constancia en los informes oficiales. Tuvo lugar en la isla de Tkypie, al sur de Chipre, en el otoño de 1991. La isla, en principio, era uno de los puntos secundarios del programa. Sin embargo, pronto se descubrió que además de una pequeña mezquita y una iglesia bizantina excepcionalmente bien conservada, la isla guarda un asentamiento romano, las ruinas de un modesto templo griego del siglo IV, e incluso se iniciaron las excavaciones para investigar estructuras enterradas que parecían ser anteriores a la dominación fenicia.
Por otro lado, la isla poseía una historia bastante triste. Durante el siglo XX sólo estuvo habitada por grupos armados radicales que la usaron como guarida y polvorín ocasional. De la época de dominación otomana se conserva muy poco, pero se sabe que en la Edad Media fue escenario de matanzas étnicas y de conflictos prolongados entre sus distintos ocupantes. Remontándose más en el tiempo, a los investigadores les llamó la atención que, pese a las ricos yacimientos de sal, de hierro y de cobre en la isla, ni los asentamientos giegos ni los fenicios parecen haber perdurado durante mucho tiempo. El carácter supersticioso de los pescadores de la región no ayudó mucho a la labor de los investigadores europeos que se adentraron en la poco conocida isla.
Para antes de que acabase el año 1991, los encargados del programa ARGOS decidieron excluir al enclave de las zonas de trabajo. De lo que pasó en ese otoño de principios de los 90 no se sabe casi nada, y los informes oficiales de la Unión Europea sólo hablan de bajas por estrés y depresiones post-traumáticas de los profesionales europeos enviados y de desapariciones o absurdas deserciones en el caso de los colaboradores libaneses. En total, tres arqueólogos, dos biólogos y un historiador europeos fueron involucrados en los extraños sucesos de Tkypie. De todos ellos, los pocos periodistas interesados en el caso sólo pudieron dar con el biólogo marino francés Jean Poincaré, que abandonó su profesión en 1992 y se retiró a un pequeño pueblo del sur de Normandía, alejado kilómetros del mar que siempre fue su pasión. Fue imposible entrevistarlo o conseguir que hablase de su experiencia en el mediterráneo oriental.
Esto que acabo de narrar podría ser el prólogo a una pequeña campaña de rol (10 ó 15 sesiones) que me encantaría dirigir utilizando el reglamento del juego de terror La llamada de Cthulhu. Eso significaría un cambio bastante considerable en lo que suelo dirigir, partidas de fantasía medieval con bastante toques de terror. A uno de vez en cuando le gusta cambiar de aires. ¿Algún voluntario para ser jugador? XD