a veces se nos olvida.

Oct 24, 2010 12:46



Supongo que a veces se nos olvida. Nos ponemos nuestras batas blancas, impecables que contrastan tanto con el pelo negro y rizado y parecemos más fuertes, más seguras. Aunque en el fondo temblemos como un cachorrito abandonado en medio de la selva salvaje que puede llegar a ser el hospital. Supongo que a veces se nos olvida. Nos reímos con los pacientes y les reñimos cuando les pillamos fumando. Les cogemos cariño demasiado pronto. Sí, eso es. Todavía no tenemos esa muralla que todos los médicos se construyen para que no les duela nada de lo que ven. Nuestra muralla apenas si tiene ladrillos. Por eso a veces, al ver a una persona tan consumida, que sabes que va a morir irremediablemente por culpa de ese maldito virus tienes ganas de salir de la habitación y encerrarte a llorar en el baño. Pero te quedas y permaneces con la sonrisa tensa y dándole conversación porque nadie ha venido a verlo. Que sí, que él se lo ha buscado y habrá dado mil problemas a su familia por culpa de las puñeteras drogas.  Que sí, que en cuanto salga volverá a hacer lo mismo y no lo dudará ni un segundo, porque a pesar de ser plenamente consciente de todo, en lo único en lo que puede pensar es en el próximo chute. Pero está solo. En más de un mes nadie ha venido a verlo. Y que triste tiene que ser estar atado a la cama sin que nadie venga a verte, sin conversación. Así que permaneces y sigues hablando con él, haciendo preguntas estúpidas, aunque no entiendas lo que te contesta, aunque te cueste imaginarte en esa situación tan devastadora. Supongo que a veces se nos olvida que hay cosas en el mundo que son jodidamente terribles y que una bata blanca no puede cambiar. Cuando el efecto de la metadona es demasiado fuerte, te despides con otra sonrisa y le pides que se mejore. Él se ríe y te dice que eso espera. Supongo que a veces se nos olvida que hay personas que nunca van a mejorar.

sida, hospital, drogas, vida, medicina

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