Hola!
He decidido empezar con mi tabla de personajes de la comunidad
qaf_ficcion.
Título: Cuadro
Nombre del autor:
cloe2gsFandom: Queer as folk
Personaje: #17.- Craig
Nota: Tras 5x13
La verdad es que no sabía bien porque había vuelto, no sabía qué era lo que le había impulsado a acudir de nuevo a esa galería de Nueva York por decima vez en lo que iba de mes. Podría decir que era el orgullo por saber que su hijo estaba triunfando haciendo lo que quería, aquello por lo que lo había arriesgado todo; pero estaría mintiendo. Justin había hecho cientos de exposiciones allí, en Denver, en Chicago, en Texas… incluso en Pittsburg, y nunca había ido a ver ninguna de ellas, es más, incluso había fingido no leer su nombre en los periódicos y haber pasado de pagina.
Y sin embargo, allí estaba. De pie frente a ese cuadro al que no podía dejar de mirar. Puede que no fuera el mejor cuadro de su hijo, él los había visto mejores en otra parte de la exposición, pero era este el que le hacía volver una y otra vez. No era lo que acostumbraba a pintar, nada de cuadros que parecían moverse, ni personas llenas de realismo, ni llenos de formas imposibles… era un niño, de unos diez años, agachado, con una pelota de beisbol entre las manos y el guante a sus pies. Eran esas dos cosas, el guante y la pelota, lo que le hacían volver una y otra vez.
Eran los mismos que le regalo el día que cumplió diez años. Justin los había dibujado en manos de ese niño castaño. No sabía si Justin se acordaba de ese día; pero él sí.
Recuerda habérselo dado y la cara de ilusión que había puesto. Justin nunca había sido muy deportista, pero aun así se había mostrado ansioso por apuntarse al equipo de beisbol y ser un gran bateador, como él lo había sido en su niñez. Recuerda lo triste que se puso cuando le sentaron en el banquillo y lo mucho que se esforzó por poder jugar bien. Por eso le compro aquel guante, para que pudieran practicar juntos en casa. No sirvió de mucho. Su hijo no tenía demasiada coordinación y al año siguiente se decantaron por la pintura. Jennifer y él habían guardado ese guante como oro en paño en una de las cajas del garaje. Esperaba que sus nietos lo heredasen. Lástima que ya no fuera a haber nietos.
―Hola, señor Taylor ―le saludo una joven poniéndose a su lado―. Fue una sorpresa no verle ayer por aquí.
―Me surgieron algunos negocios.
―Pues es una pena porque estuvo aquí el autor.
―¿Justin vino?
―Sí ―afirmó ella con un asentimiento―. Vino con el niño del cuadro, el hijo de su pareja, y llevaba ese mismo guante enganchado al pantalón.
No pudo evitar sonreír con tristeza al evocar esa imagen. Al final el guante sí fue para su nieto, aunque no fuera el nieto que esperase tener.
―¿Sabes que, Mandy? He decidido comprar el cuadro.
Título: La forma en que se miran
Personaje: #01.- Brian
Pairing: Brian/Profesor de gimnasia, Gus, Justin
Rating: pg-13
Advertencias: SLASH (chico/chico)
Nota: Post 5x13. Se hacen alusiones al famoso recuerdo de Brian y su profesor de gimnasia
Justin seguía a Brian hasta la cocina, se apoyo en el marco de la puerta mientras le veía coger una cerveza del refrigerador, y decidido acompañarle cuando fue hasta el salón y se sentó en el sofá. Todo ello sin decir ni una palabra, porque se había mantenido en silencio desde que había terminado el partido de futbol de Gus.
―Brian ―comenzó a decir el rubio sin aguantar más el silencio― ¿Qué pasa?
El castaño negó con la cabeza y le dio un largo trago a su cerveza.
―Si no me lo dices no podre ayudarte.
―No es nada, Sun.
―No me mientas ―dijo poniendo una mano sobre su rodilla―. Has estado muy callado desde que acabo el partido.
―Te repito que no es nada ―respondió con brusquedad antes de ponerse en pie y andar hacia la ventana dejando que su vista vagara por los jardines que rodeaban Brittin.
―Brian… por favor…
Reflejado en el cristal vio la cara de pesadumbre de Justin, tan triste por la manera en que le había contestado, tan apesadumbrado porque no confiara en él lo suficiente como para decirle lo que pasaba por su mente… y se vio incapaz de no suspirar y empezar a hablar.
―Es por el entrenador.
―¿El entrenador? ¿El entrenador Summer? ¿Qué pasa con él? Creía que te gustaba.
―Eso fue antes ―respondió dándole otro trago a su cerveza.
―¿Antes? Brian, eso fue ayer.
―Ayer no lo había visto.
―¿El qué? ―volvió a preguntar Justin. A veces era odioso que a Brian hubiera que sacarle las respuestas con sacacorchos, su vida sería mucho más fácil si no fuera tan difícil hacerle hablar.
―La forma en que se miran ―respondió dándose la vuelta y mirando a su rubio amante―. La maldita forma en la que él y Gus se miran cuando creen que nadie les ve.
Justin frunció el ceño al oírle ¿Cómo se miraban? Era incapaz de saber a qué se refería Brian, él no había notado nada, ni en los partidos, ni en los entrenamientos, ni cuando se acercaba a hablar con el entrenador sobre algo… No parecía que hubiera nada raro y sin embargo, allí estaba Brian, enfadado por algo que él había visto menos de una hora antes.
―No sé de que hablas.
―Es de la misma forma en que mi profesor de gimnasia y yo nos mirábamos.
El rubio abrió los ojos con sorpresa al oír la declaración. El profesor de gimnasia y Brian. El tío al que le había hecho su primera mamada. Y ahora pensaba que Gus y el entrenador se miraban igual. Pensaba que Gus y el entrenador… ni siquiera era capaz de terminar de formar el pensamiento en su mente, mucho menos ponerlo en palabras.
―¿Al que le hiciste tú primera mamada? ―preguntó con la voz algo ronca.
―Hicimos mucho más que eso ―respondió con una sonrisa de lado―. Con el que follaba todos los putos miércoles al terminar la clase de gimnasia, porque era la última del día. Él que me empujaba contra la pared de las duchas y me follaba con los dedos antes de meterme la polla. Al que le hacía mamadas mientras pensaba las jugadas del equipo de baloncesto.
Justin tragó saliva al oírle. Debatiéndose entre pedirle que se callara o que siguiera hablando. Por un lado era perturbador imaginarse a Gus y al señor Summer en cualquiera de esas situaciones, pero por otro, casi podía imaginarse a un Brian adolescente, como el que había visto en algunas de las fotografías de Debbie, desnudo bajo las duchas de un vestuario cualquiera siendo follando por un desconocido mucho mayor que él.
―¿Crees que es la relación que tienen? ―consiguió preguntar Justin alejándolas imágenes del Brian adolescente de su cabeza― A lo mejor te lo has imaginado.
―No me lo he imaginado ―gruño Brian apretando con fuerza la botella vacía que sostenía entre las manos.
―¿Y entonces qué? ¿Hablamos con Gus? ¿Con las chicas? ¿Con el entrenador?... ¿Qué hacemos?
―No lo sé ―reconoció Brian derrotado tras estar unos minutos en silencio―. Si por mí fuera iría a darle una paliza.
―Pero no puedes hacer eso.
―Pero no puedo hacer eso ―repitió yendo a sentarse al lado del rubio.
―Tampoco podemos dejarlo pasar. Gus solo tiene quince años y es su entrenador y profesor.
―Si se te ocurre algo soy todo oídos.
―¿Qué paso contigo? ¿Como parasteis tú y ese profesor de gimnasia?
―No porque yo quisiera, eso te lo aseguro ―contestó con una pequeña sonrisa―. Fue un par de semanas antes de los finales. Me había quedado tras la clase con alguna excusa… no sé, no recuerdo bien cual fue. El caso es que lo hicimos sobre su escritorio, en ese pequeño despacho que tenia, habíamos tirado al suelo todos los papeles y sentía la madera fría en mi espalda. Recuerdo que sólo nos quitamos los pantalones, como siempre solíamos hacer, y que me penetro rápido, como si no quisiera alargar el momento, sin mucha preparación. Follamos como locos, no sé durante cuánto tiempo, sexo salvaje y duro, nunca lo había hecho así, él siempre se había preocupado porque yo estuviera bien. Supongo que aquella debió de haber sido la señal de que algo no andaba bien ―añadió con pesadumbre perdido en sus recuerdos― Después me pidió que me vistiera y me fuera. Yo no quise, claro; pero él me subió los pantalones y me cogió del brazo con fuerza antes de sacarme de allí y de decirme que no volviera. Y no lo hice.
―¿Qué… que paso con él?
―No volvió en dos semanas. Por Debbie nos enteramos que se había casado.
―Supongo que no podemos esperar que eso pase esta vez ¿verdad?
―No. No podemos.
―Habría que hablar con Gus sobre ello.
―¿Para qué?
―Para empezar porque no estamos seguros.
―Yo sé lo que vi. Vi la forma en la que se miraban. Yo sé lo que está pasando ―dijo mirándole con enfado.
―No. Crees que lo sabes; pero no estás seguro. Yo no vi nada raro entre ellos, Brian. ¿Y si sólo lo viste porque querías verlo? No podemos acusar al entrenador Summer de algo que no sea cierto.
―Así que hablamos con Gus ¿no? ¿De qué serviría? Si miente y dice que no es cierto, no le creeré.
―¿Y si dice que no es cierto y es verdad?
―Tampoco le creeré porque pensare que me está mintiendo.
―Brian…
―No, Sunshine. Yo sé lo que vi.
Justin quiere decir algo mas, algo que pueda convencer a su amante de que lo mejor es hablar con su hijo y creer en su palabra. No se le ocurre nada y en silencio le ve salir del salón y subir las escaleras. Mañana, cuando Gus vuelva de pasar la noche en la ciudad con sus madres los tres tendrán que sentarse a hablar. Las cosas no pueden quedarse como están, con Brian imaginándose cosas que es posible que ni siquiera estén sucediendo. Eso será mañana, ahora solo queda intentar alejar esos pensamientos oscuros que ocupan la mente de su amante.