(no subject)

Oct 31, 2009 21:40

Hola!

Aqui esta el segundo capitulo de la historia ^,^

Debo decir que me sorprendio, para bien, la aceptacion que ha tenido y que haya gente que se lo haya leido; asi que espero que este capitulo y los que le sigan no os defrauden.



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Título: Capitulo 2: Brandon
Nombre del autor:cloe2gs
Fandom: Queer as folk
Pairing: Brandon/John
Rating: pg-13
Resumen: Solo le ha visto una vez y ya no puede sacarselo de la cabeza. Es hetero. Odia a los gays. Es menor que él. Ninguna de esas cosas parece importarle a Brandon cuando lo unico en lo que puede pensar es en él y en tenerle en su cama.
Nota: Este fic surgio recordando una alusion a la pareja que se hacia en un fic que no recuerdo de la comunidad y que era algo asi como que Brandon trabajaria si conseguia que John le dejara en paz... o algo parecido. No recuerdo de quien fue el fic pero dado que fue lo que me inspiro este se lo dedico a su autora, ais que si alguien recuerda esa frase de algun fic que me lo diga para poder hacer la dedicatoria en condiciones ^,^


Es lunes. La semana empieza.

El despertador suena a las siete y media poniendo la radio y haciendo que Brandon gruña mientras esconde la cabeza debajo de la almohada. Tarda cinco minutos en decidir levantarse y caminar hacia el baño. Se ducha y se viste con un elegante traje oscuro y una camisa más clara. Coge su maletín y le echa un vistazo al reloj mientras cierra la puerta con llave, las ocho y media, aun tiene tiempo de pasarse por el Starbucks a por un café. Lo malo es que los lunes no abren hasta las diez, como bien le indica el cartel de la puerta.

Con un vaso de café que ha comprado en el Dinner, y que Debbie amablemente le ha recordado que no se le olvidase devolver, entra a su despacho. Deja el maletín sobre la mesa y termina de beberse el negro líquido mientras espera a que el ordenador termine de encenderse. Abre el archivo de la cuenta en la que está trabajando y termina de retocar un par de cosas que no terminan de convencerle de la presentación que está preparando.

Un par de horas después el becario de arte entra por la puerta cargando las cartulinas en las que están las fotos para la campaña y que encargo al departamento artístico. Con un gesto de la mano le dice que lo deje sobre la mesa y se marche, sin molestarse en despegar la vista de la pantalla del ordenador donde se muestran las cifras de su próximo cliente.

―¡Joder! ―maldice cuando por fin les echa un vistazo― ¡Qué desastre!

Con las cartulinas en la mano y los bocetos previos se dirige al departamento de arte. Ve a Megan, la chica con la que ultimamente trabaja, inclinada sobre la mesa con unas pinturas en la mano. Ignorando el hecho de que pueda estar trabajando en algo, se acerca y deja las cartulinas con fuerza sobre la mesa, provocando que algunos rotuladores rueden y caigan al suelo.

―Megan, ¿Qué coño es esto?

Ella alza la mirada y le mira con desconcierto antes de bajar la vista hacia lo que Brandon le señala.

―Lo que has pedido. Las fotos de la presentación.
―De eso nada. Esto es lo que te pedí ―le dice dejando los bocetos sobre las fotos― ¿Se parece en algo a lo que tú me has dado?
―Sí, se parece. Sólo que lo que yo he hecho es mejor.
―Pero no es lo que te pedí, así que no es lo que quería que me hicieras. Y te voy a decir algo, no es mejor que lo que se suponía debías hacer.

Megan suele trabajar bien, al menos no había tenido demasiados problemas con ella; lo malo que tiene, y que hace que pase de las manos de un publicista a otro, es que a pesar de su increible talento, de vez en cuando, hace lo que le da la gana sin importarle lo que le han pedido, por el simple hecho de considerar que su idea es "mejor”. Otras veces Brandon ha tenido la paciencia suficiente como para manejarla, estudia su idea, la analiza y, en ocasiones, ha incluido algún detalle solo para tenerla contenta y que hiciera el trabajo tal y como se le había pedido. Pero hoy no tiene ni tiempo ni ganas. Lleva dos semanas estresado por esa cuenta, buscando el mejor enfoque, el que va a hacer que les elijan a ellos para vender su producto y no a Vangard o cualquier otro y no piensa permitir que una artista con aspiraciones le diga cómo hacer su trabajo.

―Mira Megan, pongamos las cosas claras ―le dice apoyándose en su mesa de trabajo―. Eres una gran artista, pero el publicista aquí soy yo, así que haz lo que te pido y no lo que a ti te da la gana.

Justin aparta la vista del ordenador con el que está trabajando y la centra en la pareja que está discutiendo cada vez con un mayor tono de voz, haciendo que el resto de los miembros del departamento dejen lo que están haciendo para fijarse en ellos. “Megan” piensa mientras niega con la cabeza y se acerca hasta ellos.

―Brandon, Megan ¿qué ocurre? ―les pregunta poniéndose a su lado con los brazos cruzados imaginándose lo que ocurre.
―Diferencias de opinión ―responde ella encogiéndose de hombros.
―Sí. Diferencias. No nos ponemos de acuerdo sobre quién es el publicista aquí. Yo le he pedido una cosa y como no le ha gustado ha hecho lo que le da la gana. Como siempre.
―Megan, ya hemos hablado de esto. No importa que creas que tu idea es mejor que la suya, Brandon es el publicista, no tú, y debes ajustarte a lo que te pida.

Ella le mira con seriedad, no muy contenta con lo que Justin le acaba de decir; pero aun así, coge las cartulinas con rabia.

―Bien. Lo hare de nuevo.
―Lo quiero a primera hora de la tarde sobre mi mesa.
―Imposible. Para mañana a última hora de la mañana como muy pronto.
―De eso nada ―le responde Brandon con brusquedad―. A primera hora de la tarde lo quiero sobre mi mesa.
―Estoy trabajando en otras cosas. Es mañana o nunca.
―Si hubieras hecho tu trabajo en condiciones desde un principio no tendrías problemas ahora.

Justin se aprieta el puente de la nariz al oírles empezar a discutir de nuevo.

―Brandon, ¿no puede ser para mañana?
―¿Y qué me la vuelva a jugar? De eso nada. Además, aunque me fiara de que esta vez hiciera su trabajo, cosa que no hago porque no es la primera vez que me hace algo como esto; la presentación es a primera hora de la mañana.
―Vale ―dice pasándose las manos por el pelo en busca de una solución. Es en momentos como este cuando odia querer tanto a Brian como para haberse dejado convencer de dirigir el departamento artistico de Kinnetik.― Haremos esto, Mark se encargara de ello.
―¿El becario? ―le pregunta incrédulo mientras sigue al rubio a su mesa de trabajo― ¿Estas de broma? Es una cuenta demasiado importante como para dejarla a manos de un muchachito sin experiencia que ni siquiera se ha graduado.
―Yo le supervisare. Te aseguro que quedara perfecto.
―Justin…
―No tengo gente libre Brandon, lo siento. Tendrás que conformarte con Mark y con que yo le ayude un poco

Brandon suspira derrotado y asiente con la cabeza. Sabe que el otro entiende lo importante que es esa cuenta y que si pudiera ponerle a alguno de los otros artistas lo haría; pero que no puede hacer nada.

―Está bien. Me conformare con eso. De todas formas, entenderás que te pida que me asignes a otro artista.
―Brandon todos están asignados.
―No quiero trabajar con Megan. Lo he aguantado mucho tiempo y muchas cosas, mucho mas que cualquier otro de los publicistas; pero ya no más. No puedo arriesgarme a que me vuelva a hacer algo como esto y que la próxima vez no pueda solucionarlo.
―Veré que se me ocurre.

El tiempo pasa rápido y como un reloj, justo cuando Brandon vuelve de la comida y está dejando la chaqueta en el perchero de su despacho, alguien llama a la puerta.

―Adelante.

Un joven pelirrojo, el mismo que aquella mañana le llevo las otras cartulinas, entra con nerviosismo, acercándose con cautela hasta la mesa del publicista donde deja unas cartulinas negras sobre la mesa.

Brandon sonríe de lado al notar el miedo que el otro desprende de cada poro de su piel. Le mira de arriba abajo estudiándole, analizándole detenidamente y lo que ve le gusta. Es un chico atractivo y si estuvieran en cualquier otro lugar se lo tiraría; pero Brian ha dejado las cosas claras. Nada de relaciones entre empleados. Solo existen dos excepciones para follar entre los muros de Kinnetic, el primero es que te llames Brian y te estés follando a Justin y el segundo, que sea un requisito para cerrar una cuenta. Al principio no se había tomado esa norma demasiado en serio; pero después de una extensa charla sobre el tema cuando le pillo liándose con Steve, el informático, en el cuarto de las fotocopiadoras… digamos que no se le ha quedado el cuerpo para más relaciones entre compañeros.

―Espera ―le dice cuando ve que el otro tiene intención de marcharse.

Coge las cartulinas con las fotos y las mira con ojo crítico, buscando cualquier cosa que no debiera estar allí, cualquier fallo, para poder corregirlo lo antes posible y que no le diera una ulcera. Eso sí que es lo que quería y al parecer el pelirrojo no la ha fastidiado.

―¿Hay algo mal? ―pregunta con nerviosismo al ver que Brandon no ha pronunciado ninguna palabra al respecto.
―No, está todo bien. Ya puedes irte.

El joven respira aliviado y sale con una leve sonrisa del despacho. Brandon deja las cartulinas sobre la mesa y abre un par de ficheros para volver a trabajar, haciendo que el resto del día pase con relativa tranquilidad.

De vuelta a casa detiene el coche frente al Starbucks, ignorando el sentimiento de ansiedad que se le ha instalado en el pecho desde que quito las llaves del contacto. Él solo quiere un café, no está allí para ver a John, en el que ha estado pensando de vez en cuando. No, se repite a si mismo, solo desea un café.

Mientras espera su turno no deja de mirar a todos lados del local, defraudándose al no encontrar a John por ninguna parte; recriminándose por ello poco después. Él no estaba allí por ningún hetero.

―Un expreso ―le pide a la chica que le atiende―. Oye ¿sabes si hoy trabaja John?
―¿John? ―le repite ella mientras prepara el café intentando recordar a alguien con ese nombre―. Lo siento no me suena ¿Estás seguro de que trabaja aquí?
―Al menos lo hacia el fin de semana.
―Entonces debe de ser uno de los chicos de instituto. Ellos solo trabajan el viernes por la tarde y los fines de semana.

Instituto. Esa palabra se repite como un mantra en su mente. Sabía que John era más joven que él, pero no suponía que lo fuera tanto. Instituto significa menor de edad así que, después de todo, el crio hasta le había hecho un favor no llamándole, no está dispuesto a tener problemas con la ley solo por un polvo. Lo decide de vuelta a casa. Desechara a John hasta un rincón de su mente y no volverá a pensar en él, ni a volver a ese Starbucks. Después de todo, cafeterías de la franquicia hay casi en cada esquina.

Sin embargo, toda su resolución se evapora cuando llega el viernes y tras el trabajo allí esta, haciendo cola por un café y para poder verle. Puede que se vaya a meter en problemas por ello, pero John se ha colado en sus pensamientos y Brandon sabe que solo hay una manera de sacarle de allí, tirárselo. Eso es lo que piensa hacer. Se lo follara y se olvidara de él. Fácil.

―¿Otra vez aquí? ―le dice el menor con brusquedad cuando le toca el turno
―Deberías ser más amable con los clientes ―le dice consiguiendo que el otro solo ponga los ojos en blanco―. Venga John, sé que me echabas de menos.

El castaño respira hondo para evitar decirle una borderia, porque por muy insufrible que el otro sea tiene razón en algo, es un cliente.

―¿Qué te pongo?
―¿A qué hora sales?
―Eso no está en el menú.
―Un expreso.
―¿Para llevar?
―No. Hoy tengo tiempo. Me lo tomare aquí ―le dice sonriéndole―. ¿Me vas a decir ahora cuando sales?

No responde a su pregunta, solamente se da la vuelta y le prepara el café en una taza que le tiende al rubio.

―Siguiente.

fandom: queer as folk, pairing: brandon/john, fics

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