Capítulo 31: Recuerdos, riesgos y encuentros

Jul 01, 2011 16:43


Tittle: Dioses…..

Personajes/Parejas:Sam/ Kurt/Puck /Blaine (ustedes deciden con quien) 
Tipo: Es un nuevo fic  
Rating: Es para adultos.   
Nota de Autor: Un nuevo fic, ya no se que mas inventar les pido disculpa por eso.. Espero que le guste y si quieren que lo continúen estoy a su orden…  "No soy un inútil total!, por lo menos sirvo de mal ejemplo."  
Lesluthiers

Pd. Espero que así sea más organizado

Capítulo 30:  El segundo ataque del topo: El pacto con el señor oscuro.

Capítulo 31:  Recuerdos, riesgos y encuentros

-Sencillamente ridículo- murmure, sentándome en la escalera del pórtico de mi casa.- Esto ya es infantil- Suspire, viendo la estrellada noche y sintiendo como mi corazón latía más lento. Las cosas habían cambiado a una velocidad tan abismal, que no podía definir el punto de quiebre o el de no retorno, solo sabía que todas las cosas marcaban mal y que no veía una solución que no lastimara a uno o más de uno de los participantes de esta historia.


Levante la mirada, para observar la luna, cuando vi pasar una pequeña estrella fugaz o era un ovni o era pipi congelada de un avión, no lo sabía, pero sea lo que sea que vi, solo me limite a cerrar mis ojos y con temor hice mi pequeña petición- Que todo se arregle por favor, solo necesito una oportunidad, solo una- agregue agachando la cabeza y cubriendo mi rostro con mis manos, maldiciendo mi posición de Dios, en esta triste historia

-Oye princesa- Escuche esa voz, que me provocaba escalofríos. Me gire con temor, para contemplar a Dave Karofsky, observándome fríamente, jamás creí que este chico, causante de tanto dolor, viniera a compartir mis dominios, al menos por una noche- La señorita Silvester pregunta, si por casualidad, tendrás hormigas rojas africanas

-¿Qué?- murmure, sin entender nada

-Hormigas rojas africanas o alguna clase de hormiga- repitió él chico y allí llegue al borde del cansancio y del agotamiento. Había soportado mucho, llevándome al límite, al punto en que si no explotaba sencillamente moriría, así que me puse de  pie y camine hacia el chico, para empujarlo y abrirme paso.- ¿Eso es un no?- grito el chico.

Caminaba seguro y bajando las escaleras, ingrese a mi habitación, donde encontré aun al pobre Jacob atado, mientras Sue Silvester, derramaba sobre su cuerpo jarabe de maple y miel, el pequeño osito feliz.

-¿Qué demonios está pasando?- Pregunte, frente a unos atónitos amigos, que estaban participando en la ducha dulzona.

-Porcelana, bien que llegaste. ¿Por casualidad, no tienes hormigas africanas?- Pregunto la endemoniada mujer.

-Claro, déjeme ver en mi alacena , tal vez tenga un poco de la última vez que fui a África- Grite, molesto

-Ok, no es necesario el sarcasmo, es obvio que no tienes hormigas, pero al menos tienes más jarabe de maple pues…- Trato de decir Sue pero yo la interrumpí.

-No- grite, llegando a mi limite- Esto ya no tiene sentido- Agregue caminando hacia la mujer luego de encender las luces.

-¿Qué haces Kurt?- Pregunto Finn, escondiéndose detrás de Quinn.

-Algo que ustedes no son capaces de hacer y es enfrentar al mundo- Añadí, arrebatándole el bote de jarabe de las manos de Sue-Jacob ha escrito verdades, que aunque no queramos enfrentar y admitir son verdades al fin.- Camine hacia el centro del circulo de mis amigos, que participaban en esta nueva tortura.- ¿No lo ven? Solo le estamos dando material para un nuevo titular, estamos comportándonos como aquellos que un buen día, arruinaron nuestra vida.- Mis amigos agacharon la cabeza y uno a uno soltaron los botes de miel y de jarabe de maple, todos menos Santana.

-El destruyo mi vida- Dijo la chica.

-No Santana, él no ha hecho nada, pues la verdad, es que eres tú la que la ha destruido. Ser diferente, tener una determinada tendencia u orientación sexual, no nos hace fenómenos de circo. Solos, somos los marginados, el ultimo eslabón de la cadena alimenticia, pero juntos, podemos hacer cosas diferentes- Me acerque a Santana y tome el envase de su mano- No estás sola- La chica agacho la mirada y cerro sus puños-No tienes que estar a la defensiva, ya no es necesario.- Agregue, cuando escuche unas aplausos a mi espalda.

-Muy, muy, muy emotivo, porcelana, tan típico de un chico, que se cree chica y tiene la sensibilidad de una flor y su misma fortaleza- Dijo Sue, entrando al círculo y arrebatándome el envase de miel el osito feliz- Son solo palabras, pues la verdad, es que este chico, nos ha hecho blanco de burlas, ataques y degradación. La verdad, es que todos a su alrededor, los observan, para estar allí cuando se equivoquen y cuando caigan y queden vulnerables, tomar sus cuerpos y lanzarlos a un gran cerro de estiércol y volverlos en abono, para las zanahorias que cultiva la Señorita Pillsbury .- Dijo la endemoniada mujer, acercándose a mi.

-Tal vez sea cierto, pero tienen que tener claro que ellos buscan hacer miserables nuestras vidas, solo para no ver lo miserable que es la suya- Conteste-¿Qué pueden hacernos que ya no nos han hecho?, ¿lanzarnos al bote de basura?, ¿bañarnos con granizado?, ¿hacernos calzón chino hasta dejarnos infértiles?. Sea cual sea la respuesta, el punto, es que ya hemos estado allí y hemos sobrevivido, esto no debe ser diferente- dije decidido y llamando más a la madurez que a otra cosa.

-Muy lindo, pero la verdad, es que los estudiantes son como lobos y ustedes son lindos venados, con una pata rota, serán víctima y ¿saben qué? no me importa, si para ustedes no es importante que se los cene, lo que importa es que yo no seré un lindo y tierno vendado- Sentencio Sue, caminando hacia un Jacob, que temblaba del puro terror.

De un momento a otro sentí valor, sentí fuerza así que camine hacia Jacob y me interpuse en el camino de Sue y su objetivo.

-¿Qué haces?- pregunto la mujer.

-Lo que debí hacer desde el principio-Suspire y con mis dudas añadí- Señorita Silvester, por favor márchese de mi casa.

-¿Qué?- pregunto la mujer, cerrando su mano en el envase de miel el osito feliz, para estrangularlo.

-Le estoy pidiendo que se vaya de mi casa- repetí.

-¿Sabes quién soy?, si me hechas te estarás haciendo de una gran enemiga- Me advirtió la mujer.

-Se quién es, Sue Silvester, pero esta es mi casa y aquí se hacen las cosas bajo mis reglas, así que lo diré solo una vez más, salga de mi casa- Dije, cuando la mujer levanto su mano y yo lo único que hice fue cerrar mis ojos y esperar un golpe, golpe que nunca llego.

-Ya lo escucho - dijo Dave, deteniéndose frente a mí y bloqueando cualquier movimiento que decidiera hacer la mujer.

-Salga de esta casa- Intervino Puck, deteniéndose justo al lado de Dave. Sue Silvester bufo y lanzo el bote de miel  a una de las esquinas, casi lastimando a mi pequeño e indefenso pollo

-Les diré algo, pequeños imbéciles, lo que le van hacer en la escuela es algo que ustedes nunca lo olvidaran, su vida será miserable, a tal extremo, que pedirán la muerte. - La mujer nos señaló a todos y cada uno y finalmente se giró para marcharse de mi casa azotando cuanta puerta encontró

Yo sonreía me sentía como el rey del mundo, pues habia logrado, enfrentar al propio diablo y había salido con vida…sonreí en aquel instante, llamando a mi conciencia, pues habia que ser claros, ¿Qué nos podían hacer? Somos simples adolecentes…

-No exagere, ¿Qué nos pueden hacer?- Pregunto Finn y yo tan sencillamente asentí.

Una de las cosas que debo aprender, es a no ser tan confiado, pero aun no llegaba el momento de aprender por la vía difícil esa lección.

Luego de que Sue, se fue de mi casa, le preste el baño a Jacob, con la firme promesa, que lo desinfectaría, después de su uso y  ¿Por qué hice eso? Porque creo firmemente que se captura más abejas con miel que con hiel, así que decidí hablar con el cabeza de payazo.

-Te traje ropa, Jacob- Dije, entrando al baño y dejando la ropa más grande que tenía en mi armario, en el lavado

-Gracias- contesto el chico-

-Lamento lo que ha pasado- añadí- Pero, es bastante complicado, manejarlo para nosotros.

-¿Complicado? ¿Es complicado?, complicado es vivir para mí. - El chico suspiro pesadamente- Esta era mi gran oportunidad de atacar, a las estrellas de la escuela- agrego Jacob,  ocultándose detrás de la cortina de baño.

-Pero también dañaste a personas que ni si quiera te habían molestado- Conteste- Sé que tienes razón, porque yo me sentí como tú, pero eso no te da derecho para lastimar a personas inocentes.- añadí mientras que Jacob tomaba el jabón para terminar de limpiarse la extraña mezcla dulce de su cuerpo

-Yo solo quería, hacerlos sufrir un poco, robar un poco su luz, todo para que Rachel  me viera- Jacob cerro la llave del agua y con su mano me indico que me girara, pues estaba a punto de salir-A ella le gusta Finn, él es popular y escribir estas historias, me ha hecho popular respetado y aceptado. Toalla por favor- dijo y yo le extendí una.

-Jacob, estas dañando al club, club que ella ama, ¿no crees que es una forma rara de conquistarla?- Le pregunte y él guardo silencio por unos segundos.

-Y ¿Qué propones?, pues ya lo intente todo- me pregunto y fue cuando comencé hablar.

La única opción que teníamos, para solventar este gran problema, era descubrir al topo, detectarlo y finalmente acabar con la ola de rumores, que se habían iniciado con aquella primera publicación. Hasta aquel momento no tenía ni idea como hacerlo, pero como un milagro el foco se me encendió y decidí proponerle un trato a Jacob, un trato que  tendría muchos riesgos pero que aclararía todo….

-¿Qué garantías me das?- Me pregunto, luego de que le conté mi plan.

-Tienes mi palabra y la palabra de un Hummel es valiosa- Añadí.

-Y ¿si ella no acepta?- Jacob dudo.

-Aceptara. Rachel tendrá una cita contigo, a cambio de que nos pongas en contacto con el topo- Sentencie.

-Tienes setenta y dos horas, pues el topo me escribirá en tres días. Si Rachel no sale conmigo, publicare la historia con el material que me del topo y añadiré el secuestro del que fue víctima y créeme que no omitiré ningún detalle- Jacob se puso de pie y camino hacia la puerta- Tienes hasta entonces.

Tenía mis dudas, pero a decir verdad,  esta idea no era del todo descabellada,  la única limitante, era Rachel y de alguna forma u otra había que convencerla, pero después de lo sucedido no creía que fuese un buen momento, para hacerle esa delicada pregunta, así que decidí guarda silencio y mañana plantearle mejor las cosas a Rachel y convencerla, aunque tuviese que regalarle toda mi colección de tiaras, aunque eso era bastante exagerado…

Mis amigos uno a uno fueron dejando la escena del crimen, todos menos Puck, que antes de salir me dijo algo que me dejo frio…

-No creí que te enfrentaras a Sue- Murmuro ayudándome a recoger el gran desastre de mi habitación-

-A decir verdad yo tampoco lo creí- Conteste sonriendo, agachando la cabeza.

-¿Realmente crees que no nos pase nada?- Me pregunto con voz seria y profunda.

-No lo sé, con exactitud, pero sé que no será peor  de lo que ya hemos pasado- dije caminando hacia él y posando mi mano en su hombro- Ahora ve a casa, acompaña a Santana, ella necesita de alguien que la entienda- Puck asintió y comenzó a caminar hacia la escalera de mi habitación, pero antes de que llegara la puerta le grite- Puck, trata de no hacer una gran tontería.- Él sonrió y dijo

-Lo intentare princesa-

Tenía tanto tiempo que no le escuchaba llamarme así, que un escalofrió recorrió mi espalda. Cansado suspire y me senté en el borde de mi cama, viendo todo lo que tendría que limpiar y todo antes que mi padre regresara, de su noche de futbol… Allí en la soledad de mi habitación, pensé, que no todo estaba perdido, que de alguna forma Puck y yo podíamos ser amigos y aunque las cosas no fueran como antes, podría ayudarle con Blaine…SI lo sé, lo sé, amigos… me creen una hermanita de la caridad, pero la verdad, es que no veía como dar pelea y sobre todas las cosas, como darla…Así que bajándome de cualquier nube, que indicara la posibilidad de volver con Puck, comencé a limpiar y de cierta forma a organizar mi propia ideas y sentimientos, hasta caer inconsciente de cansancio

A la mañana siguiente busque a Rachel por todas partes, pero no la encontré, debía hablarle y era muy urgente. Les deje mensajes en su celular y notas en su casillero pero la chica no aparecía al igual que muchos de mis amigos. Trate de no preocuparme pues al fin y al cabo, todo parecía andar muy calmo y sin amenazada de ser el débil venado herido, que sería devorados por los lobos.

La campana sonó y salí de clases, contento, aun no había reportes de daño o ataque hacia mi o alguno de los involucrados en el escándalo, aunque una preocupación se cernía sobre mi hermosa cabeza y tenía un nombre y un apellido, Rachel Berry.

Caminaba contento por los largos pasillos, ahora solitarios de la escuela, cuando escuche como algo se estrellaba contra el latón de unos casilleros. Con cuidado y mucha precaución me dirigí a la fuente del ruido.

-¿Con que eres gay?- pregunto un extraño futbolista

-Si lo soy ¿cuál es problema?, ¿acaso te afecta?- Esa voz tan familiar, resonó por el pasillo vacío.

-Claro que me afecta, pues más de una de mis novias, termino en la cama contigo, para que ahora resultes ser una florecita-El chico se abalanzó sobre Puck, golpeando su estómago y haciéndolo caer de rodillas, sin aliento.- Hare tu vida miserable Puckerman- Advirtió el chico, haciendo un gesto, ordeno que uno de sus grandes amigos abriera un casillero- Probemos tu nuevo hogar.- Los chicos tomaron, por los brazos y piernas a Puck, para levantarlo y obligarle a entrar a ese pequeño espacio. Mi corazón latió muy rápido y la adrenalina fluyo por mis venas, debo hacer algo, pensé.

Todo lo que había sucedido, en gran parte era mi culpa y  ese no era solo el problema, pues había asegurado, que no nos sucedería algo más grave de lo que ya nos había sucedido. Debía hacer algo, debía actuar, así que de la nada saque el valor o la locura, llámese como se llame, para salir de mi escondite y enfrentar a esos tres enorme sujetos.

-Oigan ustedes, suéltenlo- Grite abrazando mi mochila y rogando a todos los astros que no pasara nada. Fue cuestión de segundos que los enormes chicos, notaran mi presencia y dejaran a su víctima y caminaran hacia mi amenazante, hasta quedar a unos cuantos pasos de mí. A medida que se aproximaba, notaba lo grandes que eran, así que mi valor o locura, salió corriendo lejos de mí, tomando la forma de un yorkshire terrier, llorón y asustadizo - Por favor- añadí escondiéndome de todo y recordando que el seguro de mi padre, no cubría golpiza de bravucones.

-Mira quien llego a salvarte, tu noviecita- Dijo uno de los sujetos

-Él no es mi novio- Grito Puckerman- el asunto es conmigo, no lo molesten- Añadió el chico, poniéndose de pie y sosteniendo su estomago

-Hay tu novio quiere defenderte- Dijo un bravucón

-Él no es mi novio- añadí- Es mi amigo y él hecho que sea gay no lo hace un blanco de sus ataques.

-Tan lindos, ambos, se notan que se aman- Dijo un chico haciendo que los demás se rieran- Apuesto, que tiene tiempo  que no están solos, pues ahora son populares.

-Pero podemos ayudarlos con ese pequeño asunto- Añadió otro chico, tomándome por la camisa y alejando mis pies del suelo…

Había pasado cosas humillantes, pero nada absolutamente nada como esto… Es decir, no era el simple acto, del cual era sometido, si no que me dolía la idea de admitir, que Sue Silvester tenía razón…Pero ya era muy tarde para detener la gran bola de basura que nos había aplastado…

En ropa interior, me encontraba frente a los tres chicos, mientras Puckerman se quitaba la playera y comenzaba a desajustarse su jean viejo y roído.

No sabía hacia dónde mirar, solo sabía que estaba rojo cual tomate, mientras frente a estos chicos, mi piel pálida y mi ropa interior de diseñador quedaba expuesta. La humillación había llegado a su máximo extremo. Me lamentaba, de mi miserable existencia, cuando de un momento a otro, sentí como, Puck caía sobre mí porque había perdido el equilibrio.

-No traigo ropa interior- Me susurro  muy cerca del oído, abrazándome con fuerza

-¿Y a mí que me importa?- Respondí de forma autómata, pues Puck, era de mente pervertida, mientras le empujaba.

-Idiota- me recrimino- solo di eso.-Puck se alejó de mí y comenzó a bajar el zipper de su pantalón cuando yo grite.

-Puck no traes ropa interior- El frio recorrió  mi espalda, pues eso era lo último que me faltaba, una escena triple equis.

-¿Qué? Me gusta estar al natural, además estos chicos quieren ver todo- Puck se giró a mí y me guiño el ojo.

-¿Todo?- grite, entendiendo que trataba hacer- Eso es interesante- Comencé a coquetearle, pasando uno de mis dedos por su pecho. Acto seguido, uno de los bravucones intervino.

-No, espera, no quiero ver esto. Déjate los pantalones- Dijo el chico.

-Ahora ambos dentro del casillero- Ordeno otro chico y ambos comenzamos a caminar

-Mi ropa, ¿Qué van hacer con ella?- Grite aterrado.

-Creo que se verá bien mientras arde- Contesto un chico, dándonos un último empujón y así meternos dentro de un casillero. La puerta se cerró y quedamos a casi a oscuras, apenas iluminados, por los finos asces de luz, que se filtraban por las rejillas del casillero. Las risas se escuchaban, mientras los chicos  tomaban nuestras cosas, solo dejando las mochilas y salían corriendo, no sin antes golpear el latón del casillero y gritar.

-Que la pasen en grande, la escuela abre a las ocho.

-Noooo- grite desesperado-Esa ropa cuesta más que mil mesadas….Bestias…. No nos dejen aquí, el aire se acabara, mi padre se preocupara. No- añadí desesperado golpeando todo a mi paso.

-Hummel, calma- escuchaba la voz de Puck, tratando de tranquilizarme-

-Moriré aquí y me encontraran semi desnudo contigo-Gritaba, golpeando el latón haciendo ruido, cuando sentí que Puck de alguna forma evadía mis golpes y  me tomaba por los hombros, para empujarme hacia la pared fría del casillero.

-Cálmate Kurt- Susurro Puck-No tenemos mucho espacio y si gritas y te agitas será peor- Sus ojos perforaba mi piel, esa extraña cercanía, me hacia suspirar. Su piel tenuemente iluminada, me traía tantos recuerdos. Mordí mis labios, tratando de contener el impulso, el impulso de estar más cerca o tan sencillamente tocar, lo que alguna vez fue mío- ¿Estas más tranquilo?- Yo asentí tímidamente- Entonces ¿por qué tiemblas?

-Tengo miedo- Susurre, agachando la mirada

-Tranquilo no te hare daño- él suspiro para luego sonreír- Te lo prometo. Ahora necesito que metas tu mano en el bolsillo trasero de mi jean.

-¿Qué?- grite aterrado- ¿Qué meta mi mano en dónde?...

-En el bolsillo trasero de mi jean. Vamos Hummel, confía en mi- Agrego el chico. Yo suspire y lo mire directamente a los ojos, vi sinceridad así que solo me limite a decir…

-Ok- Mi mano derecha comenzó a recorrer la tibia piel de su pecho, descendiendo hasta su cintura, hasta rodearla y llegar al borde de su jean. Puck lanzo un largo suspiro y acerco su cuerpo más a mí. Mi mano, comenzó a tocar esa parte de su anatomía, sintiendo sobre la tela áspera del jean, la suavidad de sus glúteos… Dios debo concentrarme, debo suprimir mis impulsos, debo, ser firme.. Mi conciencia daba pequeñas advertencia, pero mis sentidos no obedecían, producto de las tímidas insinuaciones de Puck. De un momento a otro, sentí como su cuerpo tibio se acercaba más y más y su rostro se aproximaba a mi cuello.-Puck…Puck- temblé al decir su nombre.

-Lo siento, solo me acerco más para que…- Su frase se cortó, al sentir que yo introducía mi mano en el bolsillo de su jean. Palpe por unos segundos el objeto y entre mis dedos los deslice, sacándolo de un solo golpe. Puck gimió de una forma muy extraña, mientras yo comenzaba a temblar - ¿Lo tienes?- Susurro despacio

-Si-apenas pude decir

-Bien solo, entrégamelo y saldremos de aquí- dijo mostrando un poco de desgano, con el comentario.

-Ok- respondí rápidamente y luego de tragar grueso, comencé a mover mi mano temblorosa, con la pequeña navaja suiza, entre mis dedos. Puck, se negaba a hablar solo se mantenía inmóvil, no sabía si era porque le incomodaba la situación o era porque era de su agrado, el hecho era que su cuerpo estaba sobre el mío y en determinados instantes, sentía tímidos movimientos de su cadera.

Mis nervios llegaban al límite, cuando sentí sus labios sobre mi cuello, pasándome esa conocida electricidad en mi cuerpo. Todo me pedía a grito más y realmente deseaba mucho más.

-Kurt- mi nombre en sus labios, de esa forma me estremeció con más fuerza, haciendo que de mis dedos se escurriera la navaja cayendo pesadamente en el suelo del casillero.

-Lo siento- dije temblando

-Solo hay que recogerla y ya- Comento el del mohicano, sin siquiera molestarse de forma alguna por mi torpeza. Flexiono sus piernas, comenzó a deslizarse poco a poco y tratando de tomar la navaja con las manos, pero su cuerpo era demasiado grande, como para contorsionarse y llegar hasta el objeto- No…no puedo- dijo Puck, estirándose, para finalmente levantarse y dejar esa extraña posición.

-Déjame intentar-Murmure y apoye mi mano en su pecho, sintiendo la fina capa de sudor en su pecho. Ignore todo impulso y comencé a deslizarme por la fría y húmeda pared de latón, quedando en….

Ok, ok, necesito hacer una pausa, es decir, esto fue… ¿Cómo decirlo?, extrañamente ardiente…….¿Listos?....

Mi rostro quedo frente a su entrepierna y a medida en que me estiraba más, más cerca quedaba de ese parte de su cuerpo. Piensa en cosas lindas, unicornios, ropa de moda, lo que sea menos en sexo. Dios ¿qué diría mi madre sobre esto?, claro, pensé, que mejor apaga fuego que pensar en la opinión de tu madre.

-Vaya que eres flexible- Murmuro Puck sonriendo de esa forma tan peculiar que tiene.

-Puck no me ayudes quieres, esto ya es bastante extraño para mí- Conteste estirándome más y más.

-Cierto que eres virgen, en todo aspecto, pero eso no implica que nos quedemos encerrados aquí, así que perdóname por lo que voy hacer- Puck termino de hablar y en el acto tomo mi cabeza y la apoyo en ese lugar, en ese preciso y endemoniado lugar. Como acto reflejo yo tan sencillamente me estire más y tome la susodicha navaja con mis dedos.

-Puck, suéltame ya tengo la navaja- le exigí al del mohicano. El chico soltó mi cabeza y me puse de pie lo más rápido posible.

-¿Ves? No fue tan malo- Murmuro el chico y yo le entregue la navaja en sus manos

-Más te vale, que nos saque de aquí- Dije

-Deja eso en mis manos y ya verás- Puck se contorsiono un poco más y saco una pieza de su navaja, que inserto en el borde de la puerta de latón.-Bien solo tengo que hacer un poco de presión- Dijo el chico, sacando toda su fuerza en ese reducido espacio.

-Puck no creo que debas aplicarle tanta fuerza, pues eso se puede romper y…

-Cálmate Hummel, las herramientas y su utilización son mis fuertes, así que…- Un crash se escuchó y  la hoja de la herramienta cayo.- Maldición,  era la navaja de mi abuelo…Maldita sea- Grito Puck

-Te dije que se rompería- Murmure.

-Gracias por la advertencia, pero como puedes ver no saldremos de aquí- Añadió el chico. Mire a mí alrededor y note algo muy peculiar, sonreí y como si fuese un milagro, se encendió un foco y la idea para salir de ese lugar llego a mi cabeza.

-Bien, ahora se hará mi estilo- Dije, empujando a  puck.

-¿Qué piensas hacer?- me pregunto

-Ya verás- conteste, ingrese mi mano derecha dentro de mi ropa interior-

-Hummel, ¿Qué haces?- grito Puckerman.

-Quieres calmarte, no te hare daño- Advertí, para finalmente sacar mi posesión más preciada, mi tarjeta de crédito, platium.

-Kurt una tarjeta no nos sacara de aquí- Grito el del mohicano

-Espera y veras- Añadí- Voy a girarme y  necesito que te acerques a mí.

-¿Qué? Es una propuesta indecente- sonrió Puck, yo preferí agachar la cabeza y no contestar nada- Ok hagámoslo.

-Toma mi mano- ordene y acto seguido el chico tomo mi mano derecha donde sostenía la tarjeta.- Debemos encajarla en el pequeño perno de la bisagra y sacarlo. Voy a hacerlo y necesito que me ayudes con toda tus fuerzas a  sacar el perno- Dije encajando la tarjeta en el pequeño espacio, escuchando un clic y allí di mi orden- Ahora Puck- Noah comenzó a empujar hacia arriba la tarjeta y hasta que el primer perno cayo pesadamente, en el suelo del pasillo.

-Solo falta uno- Murmuro Puck, sin medir que era la bisagra que quedaba más abajo.

-Solo.. solo- trague grueso- Solo debemos agacharnos un poco y…

-Oye ya tú lo hiciste- Puck aclaro su garganta- Lo hare yo esta vez- El chico comenzó a deslizarse, tocando mi espalda y demás partes de mi cuerpo. Mordía mis labios, tratando de aguantar, tratando de soportar, la cruel maldad del destino. Puck parecía estar muy consciente de lo que estaba haciendo, así que no se detenía, ni si quiera a meditar la parte de mi anatomía que estaba tocando, que era precisamente mis  glúteos.

-¿Te falta mucho?- pregunte, dando pequeños golpecitos al latón.

-No, espera..espera…- hizo un esfuerzo más y escuche el tintineo del perno contra el suelo

-Somos libres- grite.

-No lo creo, la puerta aun esta atorada-murmuro Puck, poniéndose de pie.

-Solo debemos empujar- Puse mi mano derecha sobre el latón y Puck me imito- Empuja- grite y con un último esfuerzo, ambos logramos doblar el latón y  así hacer un pequeño espacio por donde salir.

Lentamente comencé a deslizarme por la abertura de la puerta y finalmente salí del pequeño lugar donde me habían encerrado. El aire frio del pasillo despejado, golpeaba mi cuerpo y respire profundamente, estirándome al máximo, cuando escuche.

-Disculpa princesa, necesito ayuda aquí- Me gire a ver como Puck solo había podido sacar la cabeza y uno de sus brazos.

-Ok, voy- murmure arrastrando mis pies, para tomar su brazo y comenzar a tirar de él.

-Auch me lastimas, Hummel-me grito el chico, pero yo lo ignore, colocando mi mano en su rostro y tirando con más fuerza- Hummel, mi rostro- se quejó Puck y yo seguí tirando, hasta que él me empujo con su mano, haciéndome caer sobre mi endeble trasero.- Te dije que me lastimas, esto no está funcionando.- Agrego  y yo solo lance un largo suspiro, haciendo que mi flequillo se elevara un poco.

-¿Qué propones?- Pregunte…

-Solo aléjate- me ordeno y yo me arrastre, hasta el otro extremo del pasillo y de un momento a otro, vi como Puck golpeaba, con fuerza la puerta del casillero, hundiéndola , doblándola y finalmente abriéndola de un solo golpe, haciendo que la puerta quedara colgando.- Lindos calzones, princesa- Dijo Puck, saliendo del casillero., sonriendo, para luego estirarse y caminar hacia mí y levantarme de un solo tirón del suelo y abrazarme fuerte- Somos libres….gracias….

No sabía cómo interpretar esto, no sabía ni si quiera que decir, no sabía nada, solo sabía que estaba más confundido que de costumbre. Al principio me rehusaba a abrazarlo, pero finalmente cedi, rodeando con mis manos su gran espalda y cerrando los ojos, solo recordando aquellos tímidos momentos en que era feliz a su lado.

De un momento a otro, Puck abrió sus brazos y me dejo caer, bajando de mi linda nube feliz y finalmente aterrizando en el frio suelo.

Un incómodo silencio se hizo entre ambos, como si volviéramos a nuestras habituales y casi acostumbradas, posiciones de odio mutuo, así que decidí romper el silencio.

-Tenemos nuestras mochilas y celulares, pero se llevaron mi ropa y parte de la tuya- Dije, agachándome y tomando mis cosas del suelo.- No puedo regresar así a casa- añadí

-Para eso hay solución- Murmuro Puck, tomando mi mano…

Una de las cosas que más me gustan de Puck es que a pesar de dar a demostrar al mundo que él puede ser un completo idiota, en el fondo, tiene sentimientos, la ingenuidad de un niño y hasta una creatividad única, pero digamos que esta vez ninguno de esos detalles eran suficiente para justificar mi vestimenta, al mejor estilo de…

-Krusty, me veo como Krusty- Murmure viéndome en el espejo del baño de chicos, notando aquella camisa de futbol tan grande que podía nadar en ella, unos jean, que tenía que mantener en su lugar, con un enorme cinturón y finalmente unos zapatos que apestaban y me quedaba gigantes.

-No te quejes, al menos no estas desnudo- Murmuro sonriendo.

-Tienes razón-conteste tomando mis cosas, para salir del baño y marcharme a casa.

-¿Ya te vas?- Me pregunto, terminando de ponerse una de sus tantas playeras.

-Si- conteste con dudas.

-Te acompaño- Dijo sin meditar, tomando sus cosas.

Salimos como pudimos de la escuela y aun no sabía el por qué o la razón, por la cual Puck quería acompañarme a mi casa.

Caminábamos por las calles vacías de Lima, a medida que la tarde iba cayendo, el silencio dominaba todo, hasta que Puck por fin decidió hablar.

-Hummel, somos amigos ¿verdad?- Me pregunto con dudas metiendo sus manos en el bolsillo de su chaqueta-

-Supongo- conteste encogiéndome de hombros.-

-Es que tú eres gay y yo soy gay y…- Puck aclaro la garganta.

-Vamos termina de preguntar Puck, esto parece la conjugación del verbo gay y créeme no existe ese verbo- Conteste más nervioso que de costumbre.

-Bien, es que vivir algo que no recuerdo no es fácil, es decir, Blaine es genial e inteligente, pero ..-Puck guardo un amargo silencio y agacho la cabeza.

-¿Pero, qué?- pregunte deteniendo mis pasos. Puck se adelantó unos pasos más y luego se giró a verme

-Pero no siento nada- Contesto mirando al suelo- Es decir cambie los hotcake por salchichas- Puck abrió los brazos tratando de darme a entender lo alarmado que estaba- Y realmente no siento nada, es decir, cuando besas a alguien que te  cambia tanto, debes sentirlo y saberlo-Puck se cubrió el rostro y se sentó en el borde de la cera- Seguramente creerás que es estúpido o bueno, tu eres virgen no debes saber sobre esto.- Yo suspire y camine hacia él para sentarme a su lado, mire hacia el cielo naranja que nos cobijaba , para abrazar mis piernas.

-Cuando besas a alguien que cambia tu vida, lo que sientes es pura electricidad, es como saltar de un sitio muy alto y no temer a la caída, es difícil de describir, solo sabes que lo sientes, mas allá de cualquier cosa, lo sientes- Conteste sonriendo y agachando la mirada, para cubrir mi gran sonrojo.

-Y, ¿tú ya has besado a alguien así?- Me pregunto y yo asentí sinceramente- ¿Tu?, ¿ya besaste a un chico?

-Si Puck, no sé por qué te sorprendes- Conteste mirándolo a los ojos.

-Es que tú eres tan, tan.. es decir, tan…- yo arqueaba mi ceja solo esperando una burrada típica de Puck- Tan tu- sentencio

-Sí, siendo tan yo, ya bese a alguien- Agregue desviando la mirada y viendo al cielo.

-¿Es alguien que conozco? Y ¿siguen juntos?- Me pregunto golpeando mi brazo.

-Sí, es alguien que conoces y…- Trague grueso con amargura y suspire- Y no seguimos juntos.

-Uy- respondió él- Seguro se separaron por que fuiste muy arrogante- Contesto de forma directa el del mohicano.

-Puede ser o él fue un tonto infiel. Sea como sea ya no estamos juntos y no hay posibilidad de que eso cambie- Respondí mirándolo a los ojos.

-No lo sé, no soy un experto en relaciones, pero hay algo que aprendí de este accidente y es que lo que tengas, poco o mucho, debe ser realmente bueno- Me dijo viendo al cielo.

-¿Qué piensas hacer con Blaine?- Le pregunte desviando el tema.

-No lo sé, no logro sentir nada- Él suspiro y agacho la cabeza para luego agregar- Tal vez falta, el sexo, si el sexo lo arregla todo.

-Puck por el amor de Dios- Grite levantándome

-¿Qué?, el sexo es genial. Claro tú te escandalizas, porque nunca lo has hecho- Grito Puck, aun sentado en la acera.

-Para tu información si lo he hecho- Dice moviendo mis dedos, como unas grandes comillas.

-Wow, y ¿qué tal?- Pregunto- ¿Fue intenso?, a ver cuenta.

-No te narrare una película triple equis Puck, no sueñes- Conteste girándome, para comenzar a caminar, pero Puck de un momento a otro me cerró el paso.

-Vamos Hummel, dame detalles, pues tengo que hacerlo bien con Blaine. Dime una posición en específico, pues tengo copias del cama Sutra, que saque del internet- Puck sonrió y agacho la cabeza, al ver mi molestia.- Solo es broma- Agrego y yo suspire e hice un gesto de pena, me dolía  verlo tan perdido y confundido, me dolía ver  que no recordaba nada de lo bueno que habíamos compartido.

-Sera genial- Le conteste- Solo no te precipites- Agregue comenzando a caminar.

-Eso espero, porque estoy cansándome de abstenerme- Contesto sonriente- Y porque realmente quiero creer que es lo suficientemente especial para hacerme cambiar- Puck comenzó a caminar a mi lado y añadió- Tu deberías, volver con el chico misterioso, seguro te extraña.

-No creo que se acuerde de mi- Respondí con dolor, viendo como a lo lejos comenzaba a divisarse mi casa- Bueno ya estamos cerca, creo que este último tramo puedo hacerlo solo- Añadí, deteniéndome y quedando frente a él.-Gracias por la extraña aventura y pues que esta quede entre nosotros- Dije riendo, para luego acomodar mi mochila y extender mi mano.

-Gracias a ti- Contesto, estrechando mi mano.

Sus ojos parecían mostrar la tristeza y confusión, no sé por qué, no sé cómo, hice algo que no era propio de mí. Me olvide de todo y me plantee la tímida posibilidad de volverme a enamorar o reconquistarlo, no parecía tan loco o tan tonto, pues tal vez y solo tal vez, este accidente le había dado la madurez y la claridad suficiente para entender todo…

Sacando fuerzas, lo atraje hacia mí y sin meditar mucho, como si saltara al vacío, uní mis labios con los suyos. Al principio, la impresión, le obligo a mantener los ojos abiertos, mientras yo dejaba caer mis parpados.

Mis labios extrañaban los suyos, extrañaba su respiración, un poco agitada y tibia que rosaba mi mejilla, así que como en piloto automático, mi mano ascendió hacia su cuello, atrayéndolo más hacia mí, para profundizar el beso, él por su parte, rodeo mi cintura, con su brazo derecho y lanzo un largo y sentido suspiro.

No si era por todo lo que había pasado o todo lo confuso que era ahora todo, pero el punto la verdad era, que ese beso, no podía si quiera compararse, con ninguno de los besos que me había dado antes Puck, no sabía cómo describirlo, pues realmente no había forma de hacerlo. De un momento a otro, sentí como su brazo se cerraba más sobre mi cintura, acercándome a él y permitiéndome sentir todo lo que una vez sentí, pero con mucha más fuerza.

El oxígeno, se agotaba y aunque ambos tomábamos pequeñas bocanadas no era suficiente, así que con dolor, nos separamos, con la respiración más agitada y de vez en cuando uno buscaba los labios del otro.

Puck apoyo su frente sobre la mía y sin abrir los ojos susurro

-Ok, no diré nada- Yo sonreí y acaricie su rostro - Yo.. mejor… debo ir…- Puck se negaba a abrir los ojos o alejarse de mí.

-Sí, tú debes ir a tu casa- Susurre.

-Bien- Contesto

-Bien- Respondí, alejándome de él y caminando hacia mí casa, mareado, como si flotara en el aire.. Era todo loco, pero en aquel instante, algo peculiar llamo mi atención, pero decidí ignorarlo, no pensar más y seguir…

Suspiraba, sonreía, me sonrojaba y así llegue a la puerta de mi casa, solo para recibir una extraña bienvenida de mi padre.

-Kurt- apenas me saludo y detallo mi nueva vestimenta

-Te explico..- Trate de decir lo sucedido, pero no me dio tiempo, pues mi padre tomo mi mano y  me arrastro hasta la sala….

Lo que vi me dejo frio, Santana, Finn y Artie, estaban en ropa interior, temblando y bastante molestos.

-¿Qué les paso?- Me atreví a preguntar.

-Al parecer lo mismo que a ti- respondió Artie

-¿Dónde están los demás?- Cuestione.- ¿Dónde está Rachel?

-Encerrados en la escuela- Dijo Finn, rascándose la cabeza.

-Debemos rescatarlos-

La noche prometía ser muy larga y tenía que admitir, que las cosas se estaban saliendo de control, aunque algo dentro de mi corazón, me gritaba que había sucedido algo raro con Puck, que la línea entre el olvido y el recuerdo era muy fina y que tal vez y solo tal vez, él pueda recordar algo al menos de forma inconsciente ¿Sera que puede recordar algo?… Sea lo que sea, por ahora, tenía problemas mayores, pues frente a mí, estaba el rescate de mis amigos y convencer a Rachel que saliera con Jacob….

Hola a todos, primero que nada pido disculpas por mi larga ausencia. Espero que esta entrega sea de su agrado y que les alegre un poco la tarde.

Muchas gracias por tomar parte de su tiempo, para leer mis locas historias…

Laty (un gran abrazo), Danny_tb(bienvenido, se extrañaba mucho por aquí), Allan MIchaelis y su gran amiga Nicole Pankeke y finalmente a Desire_chan…Un saludo especial a Javoss18 (estés donde estés espero que te encuentres muy bien amigo un gran abrazo)…

Muchas gracias por todo…

Como siempre...Se les quiere, valora y respeta..
Chris

dioses....

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