La inmortalidad del cangrejo...problemas de medio día.
Hoy, en particular, es uno de esos días en lo que me quedo inerte en mi cama y me pongo a pensar en la inmortalidad del cangrejo, ustedes pensarán ¿cuál es el problema? Pues el problema mis queridos comensales (?) surge cuando la inmortalidad tiene nombre (Twincest) y si queremos detallar podemos ponerle representantes (Tom y Bill) y es ahí en donde mi problema se vuelve más grande:
¿¡Es sano esto!?
La respuesta obviamente es no, pero tratándose de ellos cambia todo y se convierte en un sí, y como sí está bien y sí quiero seguir pensando en la inmortalidad del cangrejo dejo este drabble.
Por cierto Cide (L), no quedó como originalmente esperaba...pero es lo que hay xD.
Titulo: Marcando territorio.
Fandom: Tokio Hotel (¿En verdad es necesario aclararlo?)
Claimer:Tom/Bill o Bill/Tom (como lo prefieran xD)
Advertencias: Lime...y ya sabes si no te gusta en twincest no sigas.
-Listos chicos, no tardan en salir
Les informaron, Tom y Bill que estaban juntos se miraron, el menor retocó su maquillaje y el mayor empezó a jugar con su piercing, movía sus manos por todas partes...
-¿Estás bien, Tom?-Preguntó preocupado Bill.
-No, no lo estoy, tengo ganas de...-repasó el cuerpo de su gemelo de arriba hacia abajo.
-¡Oh!-fue la exclamación de séloquequieres, lo quiero pero no ahora
Golpeó con sus dedos la mesa, y siguió mirando a Bill, demonios tenía tantas ganas, ciertamente no era la primera vez que esto pasaba, sin embargo siempre terminaban dejándolo para después, sólo que hoy no podía, le necesitaba y mucho.
-Bill…
Llamó pero no obtuvo respuesta alguna, su ansiedad empezó a aumentar, estaba tan…distante, y eso sólo lograba incrementar sus ganas, esta vez era diferente a otras, el deseo estaba pero era algo más lo que le impulsaba, ¿tendría que ver la sonrisa que le dedicó a cierta fan? No lo sabía pero necesitaba dejar en claro las cosas.
Se acercó cautelosamente a él (no era como lo quería hacer, pero si Bill se ponía de diva, podía mandarlo a freír espárragos) , tomó sus caderas y lo presionó contra sí.
-Vamos, sé que tú también lo quieres.-Susurró en su oído y de paso mordió su lóbulo.
Bill dejó escapar un sugerente suspiro, e hizo a un lado su cabeza para que su hermano le besara el cuello.
-¡Demonios, Tom!-le grito-, si sigues aquí tendremos que cancelar concierto.
Sonrió, lo estaba logrando, así que mientras susurraba palabras o más bien frases que decían de una manera muy explícita lo que le haría empezó a mover las caderas de su gemelo en pequeños círculos. Las manos de Bill estaban apretando fuertemente el borde de la mesa, tratando de controlarse, pero eso era casi imposible, su labio inferior empezaba a hincharse lo mordía con tanta fuerza que si seguía así lo más probable es que terminara sangrando.
El de rastas sonrió cuando vio que su hermano se volteaba y le daba un beso que amenazaba con matarlos de asfixia. Como amaba eso, la manera en que Bill se volvía loco, como lo besaba con hambre…con desesperación. Caminaron por la habitación hasta toparse con un sillón en donde, no literalmente fue lanzado hacia él.
-Lo quieres, ¿eh?-le había preguntado con la voz ronca y mirada llena de deseo.
-Sí, lo quiero Bill, ¿qué jodidos piensas hacer?
En respuesta recibió un hambriento beso, de un momento a otro se encontró con Bill sentado a horcajadas sobre él, los besos se volvían más exigentes las manos no eran suficientes necesitaban más. Tres golpes en la puerta los detuvieron de su faena.
-¡Chicos, dos minutos para salir!-les gritó un miembro del staff.
Los dos se miraron, sus respiraciones estaban entrecortadas sus miradas cargadas de deseo, sus labios hinchados. Bill regresó y le dio otro beso no tan fuerte, se lamió los labios y se paró.
-Es hora de prepararnos-fue hasta el espejo y arrugó el ceño-, jodiste mi maquillaje.
Tom sonrió de medio lado.
-No es lo único que voy a joder esta noche.
El menor de los Kaulitz sonrió traviesamente y se miró de nuevo en el espejo, su cara se distorsionó en una mueca de irritación-, demonios, Tom, otro chupetón.
Y él sonrió de nuevo, ya había dejado las cosas en claro.
¿¡Es sano esto!?
La respuesta obviamente es no, pero tratándose de ellos cambia todo y se convierte en un sí, y como sí está bien y sí quiero seguir pensando en la inmortalidad del cangrejo dejo este drabble.
Por cierto Cide (L), no quedó como originalmente esperaba...pero es lo que hay xD.
Titulo: Marcando territorio.
Fandom: Tokio Hotel (¿En verdad es necesario aclararlo?)
Claimer:Tom/Bill o Bill/Tom (como lo prefieran xD)
Advertencias: Lime...y ya sabes si no te gusta en twincest no sigas.
-Listos chicos, no tardan en salir
Les informaron, Tom y Bill que estaban juntos se miraron, el menor retocó su maquillaje y el mayor empezó a jugar con su piercing, movía sus manos por todas partes...
-¿Estás bien, Tom?-Preguntó preocupado Bill.
-No, no lo estoy, tengo ganas de...-repasó el cuerpo de su gemelo de arriba hacia abajo.
-¡Oh!-fue la exclamación de séloquequieres, lo quiero pero no ahora
Golpeó con sus dedos la mesa, y siguió mirando a Bill, demonios tenía tantas ganas, ciertamente no era la primera vez que esto pasaba, sin embargo siempre terminaban dejándolo para después, sólo que hoy no podía, le necesitaba y mucho.
-Bill…
Llamó pero no obtuvo respuesta alguna, su ansiedad empezó a aumentar, estaba tan…distante, y eso sólo lograba incrementar sus ganas, esta vez era diferente a otras, el deseo estaba pero era algo más lo que le impulsaba, ¿tendría que ver la sonrisa que le dedicó a cierta fan? No lo sabía pero necesitaba dejar en claro las cosas.
Se acercó cautelosamente a él (no era como lo quería hacer, pero si Bill se ponía de diva, podía mandarlo a freír espárragos) , tomó sus caderas y lo presionó contra sí.
-Vamos, sé que tú también lo quieres.-Susurró en su oído y de paso mordió su lóbulo.
Bill dejó escapar un sugerente suspiro, e hizo a un lado su cabeza para que su hermano le besara el cuello.
-¡Demonios, Tom!-le grito-, si sigues aquí tendremos que cancelar concierto.
Sonrió, lo estaba logrando, así que mientras susurraba palabras o más bien frases que decían de una manera muy explícita lo que le haría empezó a mover las caderas de su gemelo en pequeños círculos. Las manos de Bill estaban apretando fuertemente el borde de la mesa, tratando de controlarse, pero eso era casi imposible, su labio inferior empezaba a hincharse lo mordía con tanta fuerza que si seguía así lo más probable es que terminara sangrando.
El de rastas sonrió cuando vio que su hermano se volteaba y le daba un beso que amenazaba con matarlos de asfixia. Como amaba eso, la manera en que Bill se volvía loco, como lo besaba con hambre…con desesperación. Caminaron por la habitación hasta toparse con un sillón en donde, no literalmente fue lanzado hacia él.
-Lo quieres, ¿eh?-le había preguntado con la voz ronca y mirada llena de deseo.
-Sí, lo quiero Bill, ¿qué jodidos piensas hacer?
En respuesta recibió un hambriento beso, de un momento a otro se encontró con Bill sentado a horcajadas sobre él, los besos se volvían más exigentes las manos no eran suficientes necesitaban más. Tres golpes en la puerta los detuvieron de su faena.
-¡Chicos, dos minutos para salir!-les gritó un miembro del staff.
Los dos se miraron, sus respiraciones estaban entrecortadas sus miradas cargadas de deseo, sus labios hinchados. Bill regresó y le dio otro beso no tan fuerte, se lamió los labios y se paró.
-Es hora de prepararnos-fue hasta el espejo y arrugó el ceño-, jodiste mi maquillaje.
Tom sonrió de medio lado.
-No es lo único que voy a joder esta noche.
El menor de los Kaulitz sonrió traviesamente y se miró de nuevo en el espejo, su cara se distorsionó en una mueca de irritación-, demonios, Tom, otro chupetón.
Y él sonrió de nuevo, ya había dejado las cosas en claro.