Para:
nasiridFandom: Merlin
Título: Fe, por Camelot, tendrá Fe.
Palabras: 554.
Advertencias: G. || Spoilers 1x13
Personajes: Arthur/Guinevere
Resumen: Su corazón late desesperadamente, urgiendo algo de lo que aferrarse. Confía. Cree. Tiene fe. A partir de las escenas del 1x13 ♥
Notas: Deboe star loca para regalarte esto, seguramente me lo tirarás por la cabeza o algo, pero es que son tiernos, y dije... ¿por qué no? ♥ Espero que te guste!
Siente la muerte en su rostro, mientras pega su mano contra el mismo. La piel que quema en frío, que se desvanece. Su corazón late desesperadamente, urgiendo algo de lo que aferrarse. Confía. Cree. Tiene fe. Aún así… siente la vida que se disipa allí, delante de ella, sin poder hacer nada, más que hablar en palabras que no debe, más que enfrentar la realidad de poner sus últimas esperanzas en la muerte misma.
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-Guinevere… -Siente el ardor en sus mejillas, se excusa, repite que no recuerda, que no sabe y se sonroja. Su nombre sabe a dulce prohibido y desea golpearse contra la pared ante el mero pensamiento. No es el lugar, nunca lo ha sido.
Se va, un montón de ropas en sus manos, el corazón en la boca, la alegría en sus ojos y la sangre acelerada mientras su nombre en sus labios se repite una y otra vez en su mente. No llega más allá de las escaleras, donde se sienta, mejillas sobre la fría piedra y la extrema necesidad de calmarse.
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No se sorprende de encontrar a Merlín en la habitación de Arthur cuando entra con el bulto de ropa bajo sus manos. Tampoco se sorprende de que esté durmiendo o que Arthur gesticule indicándole silencio.
-El peor sirviente que he tenido. -le susurra cuando Gwen ha alcanzado el costado de la cama, del lado contrario a Merlín. Pero Arthur tiene una sonrisa en su rostro mientras lo dice, y le dedica otra cuando ella se inclina ligeramente de manera cortes. Sabe que Arthur sería incapaz de despertar a Merlín, no cuando el muchacho ha pasado los últimos días sentado a su lado el mayor tiempo que le han permitido. Una pequeña sensación de molestia se apodera de su pecho, pero no quita la sonrisa. -Guinevere…
Detiene en seco sus pasos que se alejan, habiendo terminado su quehacer. Se gira y enfrenta al príncipe. En sus labios hay una sonrisa entre divertida y solemne y Gwen no sabe si reír o correr lejos de allí.
-Gracias. -Se mueve para interceptar, para preguntar por qué, pero sus pensamientos enlentecidos no le dejan actuar antes de que Arthur, con quien no ha cruzado palabra desde el día que ha despertado, vuelva a hablar. -Gracias por creer.
Siente sus mejillas arden, se inclina en una reverencia, murmura un ‘es mi deber, señor’ y sale fuera. Se siente tonta y ridícula, pero no se detiene hasta que llega a la habitación de Morgana. Recién allí vuelve a sentirse ligeramente cómoda.
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Su casa es un gran vacío solitario. Gwen trabaja más tiempo del normal, visita a Gaius cada vez que puede y las pocas veces que Merlín se separa del lado de Arthur, aprovecha para ponerse al día. Gwen a veces se detiene a pensar cuanto ha cambiado Camelot, su lugar, su vida y hasta su manera de ver el mundo desde que Merlín ingreso a sus vidas.
Gwen a veces, pocas veces, se atreve a pensar en lo que aún falta por cambiar.
Cuando se esconde en su cama, pesadillas de muerte y perdida tras sus ojos, sonríe ante el sonido de su nombre en labios prohibidos y futuros ajenos, y sabe, comprende que la fe aún no está perdida.
Por el amor de Camelot, ella no la verá vencida.