Festival de PROMPTS - Fic #4 - La Cabaña

Oct 05, 2017 08:00




Título: La Cabaña
Autor: seelphy
Prompt escogido y autor de la idea: AU: Quiero una historia en donde Steve, Chin, Kono y Danny se conocen siendo adolescentes y les ocurre alguna aventura tipo novelas de Stephen King.
Por supuesto, no pasa nada si Steve y Danny descubren que se atraen mutuamente, pero si es Gen tampoco me va a disgustar. De yvarlcris
Fandom: H50
Personaje/pareja: Steve, Danny, Chin, Kono. McDanno
Clasificación y/o Género: PG
Resumen: Danny ha llegado nuevo a Oahu y no tiene amigos hasta que conoce a Steve, Chin y Kono, que le aceptarán como uno más del grupo.
Disclaimer: Los derechos no me pertenecen.
Advertencias: Al ser un AU obviamente no hay casi nada del canon, y he hecho que los cuatro tengan la misma edad.

Prólogo

- Oh venga- Kono se levantó del banco donde estaba sentada y miró a Steve y Chin con una expresión que dejaba muy claro que no iba a parar hasta que aceptasen.

- ¿Por qué tienes tú tanto interés en el chico nuevo?- su primo la miró con suspicacia y Kono le contempló asombrada un instante antes de reírse.

- No es nada de eso- aseguró- es que siempre está solo.

- Porque quiere- replicó Steve alzando la vista de una revista sobre coches que estaba leyendo.

- Sí, le ofrecieron jugar en el partido del sábado y empezó a mascullar excusas absurdas- Chin le dio la razón a su amigo.

- Es un haole que no sabe cómo encajar- Kono les miró con gesto insistente- si no le damos una oportunidad nosotros, no se va a integrar nunca.

- Creo que no tiene intención alguna de integrarse- contestó Steve mirando al adolescente rubio que había sentado solo en el otro extremo del parque.

- Es por culpa de gente como vosotros que los nuevos no se adapten- Kono les lanzó una mirada enfurruñada y entonces miró a Steve con fiereza- tú no tendrías amigos si no fuera porque tu padre y mi tío trabajan juntos.

- Y... allá va- Steve y Chin se echaron a reír al ver cómo la joven caminaba decididamente hacia el nuevo estudiante. Llevaba en Oahu alrededor de un mes y nunca le habían visto con otros chicos de su edad, en clase era amable y respondía cuando le hablaban pero parecía rehuir el contacto con todo el mundo.

- Deberíamos dejar de hacerla rabiar- comentó Chin con una nueva carcajada- al final acaba metiéndonos en todos sus follones.

- Hacerse amigo del haole no es lo mismo que acabar en la otra punta de la isla porque quería hacer surf y se le olvidó comprobar que no había buses de vuelta- dijo Steve alzando la vista para ver cómo Kono abordaba al chico rubio que al momento pareció extrañado de que la joven se hubiera acercado a entablar conversación con él.

1.

Habían pasado varias semanas desde que el grupo había aceptado a Danny Williams, como se llamaba el nuevo chico del instituto, y no habían tardado en congeniar con él más de lo que habían pensado. Danny venía de Nueva Jersey porque a su padre le habían trasladado en el trabajo hasta Hawaii, el rubio solía quejarse del calor que hacía allí y de las continuas ganas que tenían sus amigos de ir a la playa cada tarde pero habían encontrado en él a un amigo leal y sincero.

- Venga Williams, ya te escaqueaste la última vez- rió Chin dándole un empujón- ¿qué excusa vas a inventarte ahora?

- No será que te da miedo... ¿verdad?- Kono trató de burlarse de él, sabía cuál era el mejor método para conseguir que Danny acabara cediendo a los planes.

- No, pero me parece una pérdida de tiempo ir a la costa norte porque ese tal Sang Min os ha hablado de una estúpida cabaña- Danny se cruzó de brazos- ese tipo es un criminal en potencia, yo no me fiaría de él.

- En eso tiene razón- secundó Steve apareciendo de improviso, sonrió al ver que Danny se tensaba al notarlo pasar a su lado.

- ¿Podrías hacer algo de ruido cuando aparezcas y no moverte como si fueras un maldito ninja?

- Me divierte asustarte- respondió el chico moreno felizmente.

- Bueno, al menos tengo a Steve de mi parte...- comenzó a decir Danny, pero frunció el ceño al ver la expresión burlona en el rostro del chico- ¿qué?

- He dicho que tienes razón en lo de Sang Min, no en que sea mala idea ir a echar un vistazo a la cabaña- añadió éste muy ufano- puede ser divertido.

- ¿En serio? ¿Una casa encantada? ¿Qué será lo próximo?- gruñó el rubio dándose por vencido.

- No te rías de nuestras costumbres- le amenazó Kono entornando la mirada- si vas a vivir aquí, tienes que aprender a respetar nuestra cultura.

- Y la respeto- se defendió Danny.

- Eso díselo a mi padre cuando nos trajo la pizza- añadió Steve sonriendo.

- ¡La pizza nunca jamás lleva piña! Es un atentado contra la comida- Danny no se cansaba de argumentar aquello cada vez que le sacaban el tema, le daba igual que sus nuevos amigos lo hicieran con la única intención de provocarle, jamás iba a admitir que la pizza con piña era algo comestible.

- Acabarás cambiando de idea- dijo Chin interrumpiendo la conversación- ¿nos vemos a las cuatro en el cruce?

- Si no hay más remedio...- Danny arrastró los pies demostrando que no le apetecía nada aquel plan, pero no dijo nada más. Le gustaba formar parte del grupo y que le hubieran aceptado a pesar de que tuvieran ideas tan distintas respecto a muchas cosas.

- Llevad comida y bebida- anunció Chin antes de marcharse en dirección a su casa.

- ¡Y una linterna! ¡Y cuerdas! Yo llevaré mi navaja por si acaso- Steve sonrió contento con la idea de que fueran a hacer falta sus habilidades de Boy Scout y se marchó detrás de Chin.

- Venga, deja de fingir que odias la idea- Kono y Danny tenían que ir en la otra dirección durante dos calles, cuando sus caminos se separaban para ir a sus respectivos hogares.

- ¿Una casa encantada?- protestó Danny con un resoplido.

- Es lo único que se me ocurrió para no ir a la playa...- se defendió ella- a todos nos encanta ir a hacer surf, solo quiero ayudar.

- Gracias- Danny sonrió mirando a la chica, quien había acabado convirtiéndose en su mejor aliada.

- ¿Entonces por qué parece que estés enfadado?

- Porque no va a servir de nada- se lamentó Danny dándole una patada a una piedra- he visto a Steve hablando antes con la jefa de las animadoras.

- ¿Con Catherine?- Kono se echó a reír- Esa chica es patética, lleva dos años intentando conseguir una cita con Steve y él pasa de ella.

- Pues hoy le hacía mucho caso- Danny apartó la mirada.

- Seguro que lo hizo porque sabía que estabas mirándole- Kono dio un saltito emocionada- te juro que Steve rehuye a todas las chicas que se le acercan.

- Rehuye a todo el mundo- le corrigió Danny Williams negando con la cabeza- está obsesionado con irse al ejército y no le interesa nada más.

- Tú le interesas- Kono dijo aquellas palabras en un susurro junto a su oído- ha estado preguntando cómo son las pizzas típicas de Nueva Jersey para prepararte una... pero yo no te he dicho nada. ¡Nos vemos a las cuatro!

2.

Danny pedaleaba a toda prisa, sabía que llegaba tarde y Steve era un maniático de la puntualidad, casi podía escuchar su voz en la cabeza regañándole por no estar a la hora acordada. El chico había querido ser previsor y había estado investigando sobre aquella dichosa cabaña, se le había pasado el tiempo volando y solo había podido coger algo de fruta antes de salir disparado de su casa. Suspiró aliviado al ver que sus amigos le esperaban en el punto de encuentro.

- ¡Ya creía que te habías rajado!- Chin dejó ir una carcajada en cuanto le vio aparecer.

- ¿Va todo bien?- Steve se había percatado del rostro enrojecido y sudoroso de su amigo- ¿Has tenido algún problema con tus padres?

- No... es solo que no me he dado cuenta de la hora- se excusó el rubio- siento llegar tarde.

- No pasa nada- Kono le sonrió- ¿esperamos a que recuperes el aliento o nos vamos ya?

- Podemos irnos ya- Danny fingió no estar agotado aunque su respiración acelerada le delataba. Chin y Steve pronto aceleraron sus bicicletas y salieron a toda velocidad, Kono no tardó en imitarles y Danny les siguió algo más despacio.

- ¿Seguro que no quieres que paremos?- se sorprendió al encontrar a Steve esperándole.

- Estoy bien- insistió Danny.

- Mientes de pena- Steve se rió y marcó un nuevo ritmo, mucho más relajado mientras le decía que Kono y Chin se habían desviado para ir a comprar granizado en el puesto ambulante de Kamekona, volvió a sonreír al ver como el rostro de su amigo se contraía- invitan ellos, no te preocupes.

- Es que... no he cogido dinero- admitió Danny- y solo he podido traer una manzana.

- Yo llevo agua y bocadillos de sobra- Steve le dedicó aquella sonrisa que aceleraba las pulsaciones del rubio. Danny sabía desde hacía tiempo que le atraían los chicos pero nunca había sentido lo mismo que sentía por Steve y aquello le daba miedo. Kono lo había sospechado enseguida y se había convertido en su confidente, la joven aseguraba que a Steve también debían gustarle los chicos porque no solía quedar con chicas y cuando lo hacía era por obligación y significaba un auténtico engorro para él. Pero aún en el caso de que Steve fuera gay, Danny no veía capaz que pudiera fijarse en alguien como él: McGarrett era, junto con Chin, la estrella del equipo de fútbol del instituto, popular y todo un aventurero. Mientras que Danny, Danny solo era un chico algo más bajito de la media que echaba de menos vivir en una gran ciudad. Era verdad que desde que se había hecho amigo del grupo se sentía más a gusto en Oahu, y hasta se lo pasaba bien en aquellas excursiones pero...- ¡¡Danny!!

- ¿Eh? ¿Qué?- el muchacho frenó la bicicleta al momento ya que Steve estaba parado.

- Llevo diciéndote que frenes desde hace un minuto. Chin y Kono tienen que venir por ahí- le indicó un sendero que habían dejado atrás- les dije que les esperaríamos aquí.

- Oh, lo siento- se sintió enrojecer.

- Te quedas muchas veces en tu mundo- le reprochó Steve mientras sacaba una cantimplora de su mochila y bebía un largo trago- ¿quieres? Es solo agua, te lo prometo.

- Vale- Danny sonrió y bebió un sorbo antes de devolvérsela.

- Te prometí que volvería a gastarte una broma de esas- Steve se refería a la ocasión en que había probado a hacer un batido muy rico en proteínas que no sabía nada bien, había usado a su amigo como conejillo de indias y había faltado poco para que acabaran en el hospital: Danny por una intoxicación y Steve con la nariz que no dejaba de sangrar por el puñetazo que el otro le había dado. Los dos se sonrieron, sus miradas azules se tantearon unos segundos hasta que fueron interrumpidos por las voces de los dos primos que ya iban a su encuentro, les dieron un vaso a cada uno y continuaron el camino a ritmo lento. Hacía calor y la bebida fría ayudaba a soportar aquel camino bajo el sol, solo se detuvieron para tirar los envases ya vacíos en una papelera que encontraron y retomaron el viaje a más velocidad hasta internarse en la jungla. Danny había leído que aquella casa estaba prácticamente oculta entre la vegetación ya que llevaba al menos dos décadas abandonada, algo que no hacía más que perturbarle hasta el punto de querer darse la vuelta, pero no iba a echarse atrás. Si había algo que caracterizaba a Daniel Williams era su cabezonería, y si decía que iba a hacer una cosa, no pararía hasta cumplir su palabra.

- Creo que es por aquí- indicó Chin señalando el camino entre los árboles.

- Sang Min dijo que había que pasar al lado de un árbol con el tronco torcido- repuso Kono señalando otro árbol que estaba más hacia la izquierda.

- Sang Min es un pozo de sabiduría- bufó Danny mirando bien los posibles senderos- tiene que ser por ahí.

- ¿Y en qué te basas?

- En que hay señales de pasos- respondió Danny sin dudar- dijisteis que esa cabaña atrae a muchos visitantes... es el único camino que parece que haya tomado alguien en las últimas semanas.

- Tiene razón- Steve había bajado de su bici y estaba comprobando las huellas en el suelo- es por aquí. Buen trabajo, Williams. Tal vez deberías hacerte detective de policía.

- ¿Te lo puedes imaginar?- Kono empezó a reírse- Trabajando con vuestros padres.

- Al menos empezaría a vestir como alguien de aquí- le provocó Chin.

- ¡Ni hablar! En Nueva Jersey todos los detectives van con camisa y corbata- exclamó Danny quien no comprendía que los oficiales de la isla vistieran de una manera tan informal.

- ¡Un detective en Oahu con camisa y corbata!- Kono empezó a reírse según lo decía y Steve y Chin le siguieron al momento- Pagaría por ver eso.

- Pues al menos he encontrado vuestra dichosa cabaña- repuso Danny deteniéndose.

- ¡Guau!- Kono dejó caer su bici al suelo y se acercó a la casa de madera con admiración- Es alucinante.

- ¡Entremos!- propuso Chin al momento.

- ¿Lleváis vuestras linternas?- preguntó Steve con la mochila al hombro.

- Hem...- Danny le miró avergonzado.

- Traje una para ti- el chico moreno le cedió la linterna antes de dar un paso hacia la entrada.

- Te lo dije- susurró Kono cuando pasó junto a Danny- le gustas.

3.

- Tiene un aspecto de lo más siniestro- comentó Chin pasando por delante de una de las ventanas para mirar en el interior.

- ¿Vas a rajarte, primo?- le picó Kono dándole un empujón cariñoso.

- Ni hablar- aseguró el chico poniéndose serio y dirigiéndose a la entrada- ¿preparados?

- ¿Va a cambiar algo que diga que no?- preguntó Danny con tono burlón haciendo que los demás rieran. Chin tuvo que forcejear un poco con el pomo hasta que logró que la puerta se abriera con un chirrido que les puso los pelos de punta.

- ¡En marcha!- Steve ya había encendido su linterna y fue el primero en atravesar el umbral para entrar en la cabaña. Había mucho polvo en los escasos muebles que quedaban, así como telarañas y un sonido que indicaba la presencia de ratones en algún rincón de la casa.

- Mirad eso...- Kono les indicó una de las paredes donde había unas manchas oscuras, debían tener varios años- ¿creéis que son de sangre?

- Seguramente fue algún idiota con mucho tiempo libre que quería asustar a gente como vosotros que entrara aquí- masculló Danny.

- ¿Ni siquiera tienes un poco de curiosidad?- formuló Steve.

- ¿Por un sitio abandonado, lleno de bichos que podrían contagiarnos algo? Pues no...- Danny iba a seguir exponiendo los motivos por los que no creía aquellas historias ridículas sobre casas encantadas cuando escuchó un golpe a su espalda y se giró dando un saltito al ver que la puerta se había cerrado- muy gracioso, Chin.

- ¡Te has asustado!- Kono se echó a reír- Así que crees en lo paranormal aunque sea un poco...

- Psé...- el rubio decidió ignorarla y fue a una de las habitaciones contiguas.

- Has sido muy rápido, Chin- susurró Steve dirigiéndose a su amigo por la broma de cerrar la puerta.

- Yo no he sido- respondió éste extrañado- creía que habías sido tú.

- Estáis de coña, ¿verdad?- Kono se empezó a poner nerviosa. Si ninguno de ellos había cerrado la puerta de la entrada, entonces...- ¡¡¡¡¡AAAAAAHHHHHHH!!!!!!

- ¡Danny!- los tres trataron de advertir al rubio que solo pudo girarse a tiempo de ver como la puerta del cuarto se cerraba sola separándole de sus amigos.

- ¡Decidme que es una broma sin ninguna gracia!- chilló Danny tratando en vano de abrir la puerta que se mantenía completamente encajada.

- Apártate, deja sitio- pidió Steve segundos antes de darle una patada a la madera para tratar de abrirla o romperla, pero por más golpes que le dio no hubo ningún avance. Las luces comenzaron a parpadear y una de las lámparas de la estancia cayó al suelo- Danny, ¿tienes algún sitio por dónde salir?

- ¿Danny?- Chin pegó la oreja a la puerta para ver si podía escuchar movimiento al otro lado pero había un sonido inquietante- ¡¡DANNY!!

- Tíos... no creo que vaya a decir algo así pero, creo que no estoy solo- la voz de Danny sonaba asustada y Steve regresó a su intento de echar la puerta abajo. Kono echó un vistazo a su alrededor por si hubiera algo que pudieran usar de palanca, encontró un trozo de tubería que podía ser útil cuando escucharon un gran estruendo.

- Vamos- entre los tres hicieron fuerza y lograron acceder a la habitación contigua pero no había ni rastro de su amigo.

- ¡Cuidado, Steve!- Chin fue el primero en ver el agujero en el suelo, se acercaron con cuidado y enfocaron con sus linternas al piso inferior.

- ¡Danny!- la silueta de su amigo estaba en el suelo, inmóvil y no respondía.

- ¿Qué haces?- quiso saber Kono cuando vio que Steve se quitaba la mochila y se dirigía al boquete.

- Me ataré la cuerda y bajaré a por él- exclamó el moreno sin dar opción a réplica- tenemos que sacarle de ahí.

- Te ayudaré- Chin comprobó que el nudo estaba bien asegurado antes de dejar que Steve bajara a la especie de sótano que acababan de descubrir. McGarrett se deslizó sin precaución alguna hasta tocar el suelo y corrió hacia Danny, se tranquilizó al ver que respiraba y no parecía muy herido.

- Danny...

- Mmmmm... dije que no quería venir a esta estúpida cabaña- refunfuñó el otro abriendo los ojos. Steve sonrió aliviado y alzó la voz para que Chin y Kono pudieran escucharle.

- ¡Está bien!- ayudó al rubio a sentarse y le preguntó si le dolía algo aparte de los arañazos que tenía en la cara.

- El tobillo- Danny seguía sentado y entonces palideció al recordar algo- Steve, había algo...

- Habrá sido el viento.

- No- insistió el rubio- quería que encontráramos...

- ¿Quién? ¿Qué tenemos que encontrar?- Steve se preguntó si Danny se había golpeado demasiado fuerte la cabeza.

- El fantasma- replicó el rubio pidiéndole ayuda para ponerse en pie. Tras recuperar su linterna miró a su alrededor hasta señalar un punto en la pared- ahí... ¿lo ves?

- ¿Qué demonios es eso?- la voz de Steve tembló pese a que quiso aparentar calma: habían encontrado otra puerta cerrada con un candado.

- Ahí es donde están- explicó Danny.

Epílogo

Veinte años después

- ¿Qué había en esa habitación?- la niña tenía los ojos abiertos con una expresión que variaba entre la fascinación y el terror.

- Los cuerpos de todos los niños que habían desaparecido- murmuró Danny Williams con tono serio.

- Todos aquellos niños que en la noche de Halloween no hacían caso a sus padres eran secuestrados por el loco Jerry- añadió Steve apareciendo por detrás de la niña para asustarla. La chiquilla dio un grito y se lanzó a los brazos de Danny con el corazón latiendo a mil por hora.

- ¡Os lo acabáis de inventar!- protestó.

- ¿Estás segura?- Steve se encogió de hombros con indiferencia- Si quieres tentar al destino, entonces...

- Vale, vale- ella negó con la cabeza- pero a las seis me dejáis en casa de Ashley.

- Trato hecho- Danny y Steve se sonrieron con complicidad.

- Voy a ponerme mi disfraz- Grace se puso en pie y ya iba a subir la escalera cuando se detuvo para mirarles- ¿de dónde habéis sacado esa historia?

- Ya te lo he dicho, me caí allí- dijo Danny- tus tíos Chin y Kono pueden confirmártelo.

- Claro, seguro- la niña puso los ojos en blanco y fue a su habitación.

- Se hace mayor- suspiró Steve sentándose junto a Danny.

- Dentro de dos o tres años será imposible convencerla para que venga a pedir golosinas en familia- admitió el rubio.

- Eh...- Steve le besó en los labios dulcemente- aún tenemos a Charlie. Nos quedan muchas noches de Halloween por delante.

- Sí- Danny se abrazó a su marido con fuerza- deberíamos comprobar que no esté sembrando el caos.

- Sólo está jugando a los coches con su disfraz de SEAL puesto- Steve sonrió con orgullo durante unos segundos y entonces miró a Danny- ¿por qué le has contado a Gracie esa historia?

- Dijo que nos acompañaría si le contaba una historia que diera verdadero miedo- explicó el rubio con una sonrisa- pensó que no conocería ninguna.

- ¿Piensas mucho en lo que pasó en aquella cabaña?- quiso saber Steve con la vista fija en los ojos azules del otro hombre.

- A veces- Danny Williams se encogió de hombros- esa tarde cambiaron muchas cosas.

- Sí- sus dedos se entrelazaron y se besaron una vez más- tenía miedo de perderte.

- No lo hiciste- sonrió Danny guiñándole un ojo- vamos a por Charlie, tanto silencio nunca es buena señal.

FIN

- festival: prompts, - publicaciones: fanfictions, fandom: hawaii five-0

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