1º fic del 2º festival de prompts. Living in the past Parte 1/3

Sep 20, 2016 18:30

Aún no sé en cuántas partes irá, así que de momento no anticipo cuántas entradas habrá con este fic.



Título: Living in the past
Autor: seelphy
Prompt escogido y autor de la idea: AU que mantiene el principio del Canon pero después puede llevarse como uno quiera: Un joven Steve está de permiso en una ciudad y conoce a un joven Danny con quien tiene una intensa aventura. Pronto tienen que separarse y, por circunstancias de la vida, pierden el contacto. Han pasado los años, Steve se plantea una relación más seria con Catherine y Danny acaba de salir de un divorcio horrible. De pronto se reencuentran en el lugar más insospechado: El garaje de Steve que ahora es la escena de un crimen que Danny investiga. yvarlcris
Fandom: H50
Personaje/pareja: McDanno
Clasificación y/o Género: NR-17
Disclaimer: Los derechos no me pertenecen
Advertencias: Sin spoilers
Notas (si las necesitas): Todo lo que está en cursiva (si es que lo he puesto bien en código HTML) son escenas de flashbacks, aunque al leerlo ya se nota ;)

Prólogo

Otro trabajo para novatos. El detective Daniel Williams bajó de su coche de mal humor, no estaba pasando por una buena racha, y el hecho de que el departamento de policía estuviera bajo mínimos le obligaba a realizar tareas que no se correspondían a su rango. El sargento Lukela le había pedido que fuera a echar un vistazo a un allanamiento con muerte del ladrón, todo indicaba que había sido en defensa propia, y nadie lo dudaba porque el propietario de la casa era el hijo de un antiguo miembro de la policía al que todo el mundo apreciaba. Danny no se había quedado a oír más detalles sobre gente que no le importaba, había subido a su vehículo para ir hacia la dirección que le habían dado. No le costó encontrar la casa, aún había un coche patrulla en el exterior y un cordón policial que prohibía el paso. Un oficial vigilaba que ningún curioso se acercara, el hombre reconoció a Danny y le señaló la dirección en la que debía ir, justo el garaje: el lugar en el que el ladrón había sido descubierto y había acabado hallando la muerte.

- Tal vez debería ir al hospital a que le echaran un vistazo a eso, comandante- dijo alguien en tono serio.

- Estoy bien, de verdad- masculló una voz con cierta irritación- ¿cuánto tiempo más necesitan? Quiero recoger todo este desastre...

- Aún tiene que llegar el detective encargado del caso...

- ¿El caso? ¿Qué caso? ¡Ha sido defensa propia!- exclamó la voz del hombre exaltándose. Danny se apresuró a acercarse, estaba algo oscuro y pudo ver a un hombre alto que se dirigía al otro policía uniformado.

- Sólo es una comprobación rutinaria- comentó Danny tratando de sonar amable- le haré un par de preguntas y le dejaremos en paz enseguida.

- Ah, detective Williams, le estábamos esperando- el oficial se sintió aliviado y pronto inventó una excusa absurda para salir de allí.

- Bueno... tal vez debería contarme lo que pasó- murmuró Danny echando un vistazo a su alrededor, había varias cajas tiradas con todo su contenido desparramado por el suelo, había muchas fotos y documentos con aspecto de ser antiguos y comprendió que aquel hombre quisiera preservar cuanto antes todos aquellos recuerdos- perdón, soy un maleducado. Soy el detective...

- ¿Danno?- el policía se quedó helado al escuchar aquel apelativo, sólo había una persona en toda su vida que le había llamado así y hacía años que no le veía. Se atrevió a alzar la vista y, poco a poco, fue reconociendo aquellos rasgos. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Diez? ¿Doce años?

- Steve...- logró decir notando como su boca se había quedado seca.

- ¿Qué... qué estás haciendo aquí?- preguntó Steve McGarrett que tampoco podía creerse aquel encuentro inesperado.

- Irme- gruñó Danny dándose la vuelta- pediré que envíen a otra persona.

- Eh, espera...- Steve colocó la mano sobre el hombro del rubio para impedir que se marchara, pero éste se revolvió y le propinó un puñetazo en la mandíbula.

- No quiero hablar contigo- añadió el detective saliendo del garaje.

1

Doce años atrás...

Por fin un poco de descanso, había decidido coger una noche para aislarse del mundo entero y no pensar en las dichosas maniobras que estarían haciendo en mitad del océano Atlántico a partir de la siguiente semana. El joven marine Steve McGarrett era uno de los mejores de su promoción, y le encantaba servir a su país, pero estaba cansado de aquellas pequeñas misiones de entrenamiento. Sus superiores le habían prometido destinarle pronto a alguna operación que implicara más acción, pero mientras esperaba su oportunidad, tenía que contentarse con aquellas cosas. Habían llegado aquel mismo día a Nueva York, y no tendría que embarcar hasta el domingo, lo que le dejaba una semana entera para estar en tierra firme y disfrutar de todo aquello que no tendría en el barco. Sus compañeros no habían dudado en planificar una noche de fiesta para ir a ligar, pero Steve se había descolgado del plan alegando un falso dolor de cabeza. Por eso había preferido ir a Nueva Jersey donde seguro que no se tropezaría con nadie conocido, había ido a cenar un buen chuletón y después se encaminó al primer bar que encontró en busca de una cerveza.

- ¡Ya me preguntaba cuándo aparecerías por aquí!- la voz del camarero le sacó de sus pensamientos, iba a ignorarle cuando vio que se dirigía a un chico que tendría aproximadamente su misma edad. Era más bajo que él, y su pelo rubio junto a unos ojos de un intenso color azul le hacían parecer más joven de lo que era.

- Te dije que vendría- exclamó el chico con una sonrisa satisfecha- ponme una birra.

- ¿Seguro que ya tienes los 21?- se burló el camarero como si no le creyera. El chico soltó un gruñido que hizo sonreír a Steve, aquel tío tenía carácter y eso le gustaba- está bien, tranquilo Danny. A la primera invita la casa...

- Eso está mejor- el tal Danny se sentó en el taburete que había junto a Steve que esperó unos cuantos segundos antes de atreverse a hablarle.

- Es molesto... ¿verdad?

- ¿Cómo dices?- Danny ladeó la cabeza para mirarle y Steve sintió que su corazón se detenía un instante al notar aquella mirada sobre la suya. El rubio sonrió mirándole con curiosidad mientras esperaba su respuesta.

- Lo de que no se fíen de la edad para servirnos una simple cerveza- explicó el chico con una sonrisa nerviosa.

- No creo que tú hayas tenido ese problema en tu vida- la respuesta franca y directa de Danny hizo que Steve se echara a reír, logrando una sonrisa divertida por parte del otro- soy Danny.

- Steve- se estrecharon la mano y comenzaron a hablar de sus vidas. El rubio era originario de Jersey y se estaba preparando para entrar en la academia de policía, pese a que parecía tener mal genio si le provocaban, Steve supo enseguida que era el tipo de persona que estaba siempre ahí para ayudar a los demás. Se tomaron otra cerveza más mientras seguían conversando, el marine pronto vio que su nuevo amigo era muy protector con su ciudad y no aceptaba ninguna crítica o comparación con Nueva York, lo que hacía demasiado fácil hacer que se disgustara. Pero enseguida lograba sacarle una nueva sonrisa que hacía que el pequeño berrinche no llegara a nada.

- Podemos quedar mañana y te enseño la ciudad- propuso Danny cuando Steve se empeñó en invitarle a lo que habían tomado- aquí tenemos cosas que no encontrarás en Nueva York.

- Si tú lo dices- bromeó McGarrett siguiéndole de camino a la puerta.

- Voy a hacer que te tragues tus palabras- prometió Danny Williams- oh... mierda.

- Menuda tormenta- suspiró Steve mirando la hora- ¿dónde puedo encontrar un taxi?

- ¿A esta hora y con la que está cayendo?- Danny negó con la cabeza- cogerás una pulmonía antes de dar con uno libre.

- Vale, pues un hotel...- Steve se encogió de hombros restándole importancia.

- Hay uno decente a un par de calles de aquí- recordó el rubio- sígueme.

- No hace falta que...- pero ya era tarde porque Danny había salido del resguardo que ofrecía la entrada del bar y ya corría calle arriba. Steve volvió a sonreír y se apresuró a seguirle, no tardó en darle alcance y burlarse diciéndole que debía correr más rápido si quería ser policía algún día.

- Estoy teniendo cuidado, la calle está mojada y es fácil resbalarse- protestó Danny- si eres un descerebrado me parece muy bien, pero yo no pienso pegármela por tu culpa.

- ¿Siempre eres así de cascarrabias? ¡Pareces mi padre!- chilló Steve adelantándole.

- Te vas a enterar- Danny logró sujetarle del brazo y le detuvo haciendo que perdiera el equilibrio y tuviera que apoyar la mano en la pared para no caerse.

- Te enfadas con nada- rió Steve. Los dos estaban completamente empapados y sus ojos se desviaron a la ropa que se ajustaba al cuerpo de Danny, más musculoso de lo que había pensado en un principio, Steve no se detuvo a pensar en lo que estaba haciendo: nunca lo hacía, él simplemente actuaba, por lo que cogió al rubio de la camisa y lo atrajo hacia él para besarle. Casi esperaba que el futuro policía le apartara a empujones, pero había creído leer en sus gestos que la atracción era mutua y no se equivocaba. Tras un par de segundos de incertidumbre, Danny le devolvió el beso con ardor y pasión. Solo se apartaron cuando el sonido de un trueno les hizo recordar que estaban en medio de la calle y aquel tipo de comportamiento entre dos hombres no estaba muy bien visto. Recorrieron el camino que quedaba hasta el hotel en completo silencio y se quedaron en la puerta sin saber qué decirse o cómo despedirse- ...igual deberías secarte un poco. O podemos pedir en recepción que te pidan un taxi...

- Será mejor que primero me seque un poco- concluyó Danny mirándole tímidamente- si te parece bien...

- Sí, claro- los dos compartieron una sonrisa cómplice. No querían separarse, ambos deseaban continuar con lo que había quedado interrumpido pocos minutos atrás y caminaron hasta recepción donde una mujer les atendió con una sonrisa.

- Lo sentimos mucho, señorita- se disculpó Danny señalando el suelo mojado- nos ha pillado la tormenta de lleno.

- Y no podemos volver a Nueva York donde están nuestras cosas- añadió Steve contando una pequeña mentira piadosa.

- No os preocupéis chicos- dijo la encargada- ¿queréis una habitación doble?

- Sí, para esta noche- Steve rescató la cartera de sus pantalones empapados y le cedió la tarjeta junto a su identificación.

- Vaya, ¿sois marines?- la mujer les miró con nuevo interés- espero que no os metáis en problemas por no llegar a Nueva York hasta mañana.

- No, tenemos una semana de permiso antes de embarcar- explicó Steve con una sonrisa totalmente inocente- hemos salido a tomar algo y ahora nos hemos quedado atrapados aquí. Eso me pasa por hacerle caso a mi amigo.

- Ya te he dicho que Nueva Jersey no tiene nada malo- bufó Danny.

- Eres de aquí, ¿verdad?- la mujer devolvió la documentación a Steve y les dio la llave de la habitación- tu acento te delata.

- Es la última vez que te hago caso- McGarrett continuó con la broma y Danny se dejó llevar, con Steve era fácil disimular y seguirle la corriente, era la primera vez que le ocurría algo así.

- Esperad un momento- la mujer desapareció tras una puerta que había detrás del mostrador y regresó poco después con dos bolsas idénticas que contenían algo muy parecido a un pijama de hospital- cambiaos y mandaré a alguien para que recoja vuestra ropa y la meta en la secadora. Mañana la tendréis antes del desayuno.

- Gracias, eres muy amable- logró decir Danny. Se despidieron de la mujer y subieron al ascensor en busca de la habitación, no era gran cosa: un cuarto con dos camas, una mesa, un armario y una puerta que daba al baño. El rubio miró a Steve algo nervioso y carraspeó- yo... entraré a cambiarme.

- Ok- Steve vio como el rubio se encerraba en el baño y suspiró temiendo que la magia del momento se hubiera esfumado. Se desnudó a toda prisa, se secó con una toalla que había sobre la cama y se puso aquel ridículo pijama, aunque tuvo que admitir que ponerse ropa seca era todo un alivio. Decidió llamar a recepción para pedir que cuando subieran a recoger la ropa, les llevaran alguna de esas mini botellas de alcohol para entrar en calor. Danny abandonó el baño pocos minutos después, los pantalones le venían ridículamente largos y había tenido que remangárselos varias veces para no tropezar con ellos.

- Ahórratelo- pidió viendo la sonrisa burlona en los labios del moreno.

- No iba a decir nada- mintió éste. Tocaron a la puerta y uno de los trabajadores del hotel les entregó el alcohol antes de meter en una bolsa la ropa empapada y marcharse con ella.

2

Steve McGarrett. Había tenido que ir a encontrarse con el maldito Steve McGarrett, el detective Williams abandonó la casa hecho una furia y se dirigió a los dos oficiales que aún guardaban vigilancia.

- Avisad a Lukela y que mande a otra persona- gritó Danny- me ha surgido un asunto personal muy importante y no puedo hacerme cargo de esto.

- ...Ok- los dos policías se miraron entrañados al ver el mal humor del hombre, sabían que había pasado por un divorcio bastante complicado y creyeron que estaría relacionado con aquello, por lo que no pusieron pegas, vieron como subía a su Camaro plateado y se marchaba a toda velocidad. El puñetero Steve McGarrett, seguía pensando Danny mientras negaba con la cabeza, sí que sabía que el marine era de Oahu pero no creía que estuviera en tierra, y menos aún que fuera a cruzárselo en aquella condenada isla. El hombre tuvo que dar un volantazo y parar en el arcén para serenarse un poco antes de seguir conduciendo, tenía demasiadas emociones en aquel momento, volver a verle después de tanto tiempo era complicado...

- ¿No has bebido suficiente en el bar?- preguntó Danny viendo a Steve con las cuatro mini botellas con distintos tipos de alcohol.

- Necesito un trago para entrar en calor- Steve dejó tres de las botellas en la pequeña mesita que había y se sentó a los pies de la cama más cercana- pedí alguna más por si te apetecía tomar algo.

- Primero me invitas a las cervezas... ahora esto...- Danny cogió una de las botellas y desenroscó el tapón antes de alzarla como si brindara con él- ¿De dónde ha salido tanta generosidad?

- Solo soy amable- sonrió Steve- además, es una inversión...

- ¿Cómo dices?- el moreno esbozó una sonrisa burlona cuando vio que Danny se revolucionaba al momento como si acabara de insultar a su familia.

- Así me aseguro que mañana me harás de guía turístico por tu maravillosa ciudad- aclaró Steve tratando de no reírse- ¿de qué te pensabas que estaba hablando?

- ...Da nada- Danny se sintió enrojecer.

- Eres muy fácil de enfadar, deberías controlar ese genio- le aconsejó McGarrett terminando su bebida.

- Tal vez no me enfadaría si no te dedicaras a provocarme cada vez que tienes la ocasión.

- Es que es divertido- argumentó el marine riendo.

- ¿Te gusta cabrear a la gente a la que acabas de conocer? ¿En serio tienes algún amigo?- bufó Danny aún enfurruñado.

- Me gusta cabrearte a ti porque sé que en el fondo no te enfadas- susurró Steve- lo último que querría es que te disgustaras de verdad.

- ¿Y puedo saber por qué piensas que no estoy mosqueado contigo ahora mismo?- quiso saber el rubio.

- Bueno, sigues aquí...- ambos se miraron fijamente- podrías haberte largado a tu casa.

- ¿Con el aspecto que tengo ahora mismo? No, gracias- Danny volvió a mirarse los pantalones y chasqueó la lengua.

- A mí no me parece que te queden tan mal- Steve trató de sonar serio pero perdió la batalla contra la risa, aún así Danny sonrió y rió con él- además, creo que si estás enfadado eres capaz de irte como sea y sin importarte nada más.

- ¿Acaso quieres hacer la prueba?- preguntó el rubio.

- No- Steve negó despacio con la cabeza.

- Sobre lo que ha pasado antes...- Danny se atascó a media frase sin saber cómo seguir.

- Siento si te ha molestado.

- No, no me ha molestado- ambos sonrieron tímidamente- me ha sorprendido, eso es todo.

- Me dicen que a veces soy muy impulsivo- añadió Steve con una ligera sonrisa.

- ¿Y en la marina saben que...?- Danny no sabía si era apropiado hacerle esa pregunta pero tenía demasiada curiosidad. No tuvo que acabar la pregunta porque Steve negó al momento- tiene que ser difícil...

- Danny, lo que me ha pasado contigo no es algo que me ocurra a menudo- confesó el marine poniéndose en pie- alguna vez he sentido atracción por otros hombres y no le he dado apenas importancia, pero contigo es distinto...

- ¿Esa es la típica frase que usáis los militares para ligar?- se mofó Danny.

- Tal vez, pero estoy siendo sincero- prometió Steve- nunca he llegado a acostarme con otro hombre.

- Yo tampoco- admitió Danny al momento- en el primer año de universidad me emborraché mucho una noche y me enrollé con un desconocido pero no pasó nada más, pensé que había sido una de esas experiencias que tiene todo el mundo, pero... a partir de ahí empecé a darme cuenta que los hombres también me atraían, a menudo más que las chicas.

- Creo que necesito otro trago- carraspeó Steve quién era poco dado a desvelar sus sentimientos tan a la ligera- ¿quieres?

- Sí, por favor- Danny cogió la botellita restante y ambos bebieron su contenido en un momento. Se miraron sonriendo, sin saber cuál de ellos daría el primer paso hasta que ambos decidieron tomar las riendas al mismo tiempo y estuvieron a punto de chocar, se echaron a reír antes de que sus bocas se encontraran. Aquel beso fue mucho más lento que el que se habían dado en la calle, los dos chicos estaban tanteando el terreno, sin estar muy seguros de si aquello estaba bien o no.

- Comandante McGarrett- Steve tardó en reaccionar pero alzó la mirada cuando notó la urgencia en la voz del agente de policía- vamos a tener que pedirle que salga de aquí hasta que envíen a alguien del departamento. El detective Williams ha tenido que...

- ¿Cuánto tiempo lleva el detective Williams en la isla?- carraspeó el SEAL.

- Pues... unos seis meses más o menos- el policía le miró sin comprender aquel interés- señor, como le estaba diciendo...

- Ok, lo dejaré todo tal y como está- Steve había dejado atrás todo su espíritu combativo de pocos minutos atrás. Danny Williams estaba en la isla. Danno. Habían pasado tantos años y, sin embargo...

- ¿Cómo se ha hecho eso?- el agente acababa de reparar en la marca que tenía Steve como consecuencia del puñetazo de Danny- ¿se ha peleado con el inspector?

- Ha sido culpa mía- replicó Steve al momento- ha sido una tontería.

- Ok, le avisaremos cuando venga el nuevo encargado del caso.

- Estaré en casa- dijo McGarrett despidiéndose sin mirar atrás. Aún no podía explicar cómo se sentía, ver a Danno le había hecho recuperar una cantidad de sensaciones que creía olvidadas.

- ¿Steve? ¿Han acabado ya?- una voz femenina llegaba desde el piso superior.

- Catherine...- el hombre se había olvidado de la presencia de su novia, por definirla de alguna manera, en la casa. La había llamado tras el incidente pero la policía le había pedido educadamente que se marchara para hablar a solas con el capitán de fragata.

- Eh... ¿estás bien?- la mujer se plantó ante él y depositó un beso en sus labios- ¿ha ocurrido algo más?

- Yo... no, es solo todo el desorden que hay en el garaje- mintió él- tengo que esperar a que venga un detective...

- ¿Seguro que te encuentras bien? Estás muy pálido- el hombre sonrió pero no dijo nada, llevaba viéndose con Catherine Rollins unos meses, ella también pertenecía a la marina y lo pasaban bien juntos. Pero justo cuando empezaba a plantearse si debía iniciar algo más serio con ella, Danno aparecía de nuevo en su vida: no podía ser una simple casualidad.

- No tenemos que ir más allá- dijo Steve cuando se separaron tras besarse durante unos cuantos minutos. No quería espantar a Danny, le gustaba demasiado aquel chico como para asustarle yendo demasiado deprisa, podía esperar si hacía falta, le bastaba con poder estar con él.

- Es raro...- admitió Danny sonriendo, tiró de él para que se sentaran en una de las camas y volvió a besarle- no estoy borracho, sé lo que estoy haciendo y...

- Te gusta- acabó el marine por él- yo me siento igual, pero no hay por qué precipitarse...

- ¿Tienes miedo? Dabas la impresión de ser alguien que no temía a nada- se burló el rubio.

- Lo que no quiero es que nos precipitemos y...- Steve se atrevió a ser completamente sincero- me gustas, no quiero que por culpa de las prisas no vaya a volver a verte.

- Vaya, si hasta tienes un lado romántico...

- ¿Puedes tomártelo en serio?- el bufido de Steve fue acallado por un nuevo beso de Danny.

- Tú tampoco es que tengas muy buen humor- rió Danny de nuevo.

- No me gusta que se burlen de mí cuando trato de hablar de cómo me siento- desveló.

- No volveré a hacerlo- prometió Danny mirándole con aquellos ojos azules que le volvían loco.

- [actividades], - publicaciones: fanfictions, fandom: hawaii five-0

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