Segundo regalo de Navidad, para yvarlcris. Parte 1/3

Dec 29, 2015 22:49

Pues continuamos con los regalitos!



Título: Orgullo, Prejuicio y Piñas.
Autor: seelphy
Regalo Para: yvarlcris
Personaje/pareja: McDanno; Steve McGarrett, Danny Williams, Grace Williams, Chin Ho Kelly, Kono Kalakaua, Amber Vitale, Kamekona, Flippa
Clasificación y/o Género: NR-17
Resumen: Danny Williams es el propietario de una pizzería en un pequeño pueblo de Oahu, se ha adaptado a la tranquila forma de vida de la isla pese a proceder del continente, pero todo su mundo dará un giro de 360º cuando un loco amante de la pizza con piña entre en su local.
Disclaimer: Los derechos son de la CBS y del maldito Lenkov hasta que Scott Caan se haga con ellos y tome el control de todo, mwhahahahaha :D
Notas (si las necesitas): Es un AU así que me voy a permitir unos cuantos cambios.

1.

Steve McGarrett subió a su Silverado pensando que aquel viaje había sido una completa pérdida de tiempo. Había ido hasta Kaneohe en busca de una pista que había resultado del todo inútil y ahora tenía que volver al cuartel del cinco cero sin nada que ayudara a resolver el caso. Esperaba que Kono y Chin hubieran encontrado algo en las entrevistas con los empleados de la fábrica donde trabajaba la víctima. No tardaría más de cuarenta minutos en estar de vuelta, pero tenía hambre, estaba desanimado por el tiempo malgastado y necesitaba desconectar un rato. Ya había abandonado la ciudad pero había varios pueblos que le cogían de camino hacia la capital, se desvió cuando vio el cartel que anunciaba que Ahuimanu se hallaba a apenas dos kilómetros y condujo por los caminos de tierra hasta la pequeña población. Justo a las afueras había un local con aspecto de restaurante, un nuevo vistazo le anunció que se trataba de una pizzería llamada “Jersey's”, sonrió divertido por la ocurrencia del dueño por ponerle un nombre tan extraño a su negocio pero aparcó el coche. Había varias personas en el interior del sitio, era acogedor y se notaba que tenía una clientela fiel puesto que varios se giraron al ver llegar al desconocido. El SEAL no se amedrentó, sabía que allí no había amenaza alguna puesto que incluso había familias comiendo, y varios niños correteando junto a un hombre rubio pidiéndole golosinas. Steve no pudo ocultar una sonrisa al ver como éste se agachaba riendo y bromeando con los chiquillos antes de ofrecerle un caramelo a cada uno de ellos.

- Buenas tardes- un camarero llamó la atención de McGarrett- ¿viene a comer?

- Sí- asintió el hombre.

- Puede ocupar una de aquellas mesas- le indicó el chico con una sonrisa amable- iré a tomarle nota enseguida.

- De acuerdo, gracias- Steve se sentó junto a la ventana, pidió una cerveza cuando el mismo camarero le preguntó qué quería beber y se perdió en sus pensamientos durante un par de minutos. Sin embargo, el ambiente que había en el interior del local le hizo olvidar el caso y centrarse en otras cosas. Ya no había ni rastro del hombre rubio que había llamado su atención antes, pero estaba seguro de que no había salido por la puerta del restaurante: se habría dado cuenta.

- Aquí tiene- el servicial camarero depositó una botella de cerveza fría sobre la mesa y le tendió un cartón plastificado con las diferentes pizzas y productos que servían, junto a los precios. Normalmente nadie miraba el menú puesto que todos los del pueblo ya eran habituales, pero el chico no conocía al haole y rescató uno de aquellos menús para que pudiera elegir.

- No hace falta- el líder del cinco cero rechazó la carta- tomaré una hawaiana.

- ...- Steve se sorprendió por la reacción del joven. No entendía si le había ofendido al rechazar el papel o qué, pero éste le contemplaba como si no le hubiera entendido.

- ¿Ocurre algo?- preguntó el marine- yo...

- No, señor... es que... aquí no preparamos pizzas hawaianas- explicó.

- ¿Que no...?- Steve se echó a reír ante lo absurdo que era aquéllo- ¿Cómo no vais a hacer pizzas hawaianas?

- No, verá...- Steve cogió el menú y echó un vistazo rápido para ver que,efectivamente, entre la variedad de pizzas que preparaban no se encontraba la típica de las islas- es la política del dueño. Sólo servimos hawaianas en ocasiones especiales y con reserva previa...

- Pero es una locura- exclamó Steve sin darse cuenta que algunos comensales le estaban mirando con curiosidad- ¿en qué clase de pizzería de Oahu no van a servir una hawaiana?

- Entiendo su reacción, señor- el chico no estaba habituado a tener aquel tipo de charla con los clientes. Llevaba más de un año trabajando allí y toda la gente del pueblo sabía la particular manía de su jefe hacia la comida que llevara piña, de manera que no sabía cómo explicarle al recién llegado a qué venía todo aquello sin parecer que estuviera loco, así pues optó por intentar desviar el tema- pero verá que tenemos una amplia variedad, y la pizza especial de la casa está realmente deliciosa.

- La especial de la casa...- musitó Steve buscándola en el menú- la “New Jersey”, ¿qué clase de restaurante es éste?

- Nadie en el pueblo tiene queja, señor- se atrevió a decir el camarero cansado de soportar los comentarios del extraño.

- Entonces no puedo tomar una hawaiana- repitió Steve aún sonriendo.

- Me temo que no.

- ¿Puedo hablar con el dueño?- quiso saber el comandante. En ese momento fue cuando se percató de las risitas y comentarios de los demás clientes y captó frases sueltas como: “la que se va a liar” o “los gritos de Danny se escucharán hasta en el continente”.

- Lo cierto es que está un poco ocupado y...- el chico intentó evitar la catástrofe pero, como si fuera cosa del destino, el propietario salió de la cocina en aquel preciso instante.

- Tom, ¿por qué tardas tanto? Toma nota del pedido y vuelve, te necesito aquí dentro...- era el rubio que había estado antes jugando con los niños. Se acercó a la mesa y sonrió a Steve amablemente antes de mirar a uno y otro- ¿hay algún problema?

- El señor quiere hablar contigo- se atrevió a decir Tom antes de marcharse a toda prisa hacia la cocina.

- Claro, por supuesto- murmuró el hombre- soy Danny Williams, dueño de la pizzería. ¿Qué pasa?

- Pues...- Steve suspiró inconscientemente al ver aquellos preciosos y brillantes ojos azules, que unidos a una franca y amable sonrisa hicieron que el rostro del rubio le pareciera lo más hermoso que había visto en años.

- ¡Danno, Danno!- un niño de unos cinco o seis años les interrumpió, se había sujetado a la camisa del dueño y tiraba de ella con insistencia llamando su atención.

- Disculpe un momento- pidió Danny dirigiéndose a Steve. El moreno asintió sin problema y observó toda la escena, tuvo que aguantarse las ganas de reír al ver como el otro hombre intentaba negociar con el pequeño para que hiciera un dibujo a cambio de darle un helado- lo siento, la madre del niño ha tenido que ir a la ciudad y le prometí cuidarlo hasta que volviera. ¿Qué desea tomar?

- Había pedido una hawaiana, pero...- Steve McGarrett tragó saliva al ver como cambiaba la expresión del tal Williams.

- No preparamos esas pizzas aquí.

- Eso me ha dicho su camarero, pero no lo entiendo...- Steve trató de sonreír aparentando calma pero el otro seguía serio- ¿por qué no hacen hawaianas?

- ¿Le digo yo en su casa lo que debe preparar para comer o para cenar?- cuestionó el dueño cruzándose de brazos- pues éste es mi restaurante y aquí no servimos comida con piña. ¡La piña está fuera del menú!

- Danny, cálmate- pidió uno de los clientes entre las carcajadas del resto- el pobre es nuevo y no conoce tus manías.

- No se deje engañar por su testarudez- añadió una mujer mirando a Steve que aún estaba atónito por el hecho de que un desconocido se hubiera atrevido a encararse con él- al principio parece muy gruñón pero... perro ladrador, poco mordedor.

- Gracias Sasha- Danny le hizo un gesto como queriendo decir que sabía librar sus propias batallas y volvió a mirar a Steve- ¿hay alguna cosa del menú que le interese?

- ...Creo que no- Steve aún le miraba fijamente.

- De acuerdo- Danny se encogió de hombros- a la cerveza invita la casa, que tenga un buen día.

- ¡Aún no he terminado!- exclamó Steve evitando que el rubio se marchara. Éste volvió a su lado resoplando- su camarero ha dicho que sólo preparan las hawaianas por encargo. Quiero encargar una... para mañana si puede ser.

- ¿Me estás tomando el pelo?- Danny Williams ya dejó a un lado el trato amable hacia el cliente- ¿es esto algún tipo de broma? Porque no tiene ninguna gracia...

- ¿Tengo cara de estar bromeando?

- No, de lo que tienes cara es de ser un maniático del control y de no saber aceptar que no siempre puedes salirte con la tuya- las palabras del rubio se clavaron en el pecho de Steve, ¿cómo podía aquel tipo con el que había interaccionado apenas cinco minutos haberle captado tan bien? El SEAL no dijo nada, sólo le miró con interés deseando saber más de aquel hombre que le había cautivado por completo.

- Mira, Danno...

- Me llamo Danny- le cortó el rubio con brusquedad- sólo dejo que me llamen Danno mi hija y los niños de por aquí.

- Como te decía... Danno...- Steve sonrió de forma irritante y evitó otra sarta de gritos colocando su placa del cinco cero sobre la mesa- estoy trabajando en un caso importante y me vendría bien una hawaiana... no tengo prisa, puedo esperar.

- Cinco cero, ¿eh?- Williams negó con la cabeza- los que se saltan todas las normas como si la isla fuera suya...

- ¿Qué?- Steve sólo había escuchado aquel tipo de comentario procedentes de algunos policías pero Danny seguía hablando y volvió a prestarle atención.

- Tendrá su hawaiana- masculló Danny Williams volviendo al interior de la cocina, y aunque había una puerta de por medio, todos los clientes pudieron escuchar sus gritos pidiéndole a la gente de la cocina que prepararan: “uno de aquellos horribles crímenes contra la pizza”.

2.

- ¿Me puedes explicar otra vez qué tiene esto que ver con el caso?- preguntó Chin al otro lado del teléfono- creía que no habías conseguido nada y volvías para el cuartel.

- Me he entretenido- respondió Steve con una sonrisita- sólo busca el nombre.

- Yo lo hago, jefe- exclamó Kono mucho más dispuesta a ayudar. Pasaron un par de minutos hasta que la joven volvió a hablar- Williams, Daniel. ¡Vaya!

- ¡¿Qué?! ¿Qué pasa?- Steve se alteró temiendo que el hombre que le había cautivado estuviera en busca y captura o algo así.

- ¡Es guapísimo!- anunció Kono con una carcajada.

- ¿Puedes centrarte en lo demás?- pidió Steve negando con la cabeza por el entusiasmo que mostraba la novata.

- Procedente de Nueva Jersey- Chin tomó el relevo de su prima y comenzó a leer la ficha del dueño de la pizzería.

- ¡Jamás lo hubiera imaginado!- Steve soltó una risita mirando la decoración del local donde la mayoría de las cosas eran procedentes de aquella ciudad.

- Divorciado, una hija de ocho años- siguió leyendo Chin Ho Kelly- hum... esto es raro.

- ¿A qué te refieres? ¿Qué has leído?- Steve se había desilusionado al saber que el rubio había estado casado, seguramente no tendría ninguna posibilidad con él pero se resistía a rendirse.

- Era detective privado- explicó Chin- bueno, técnicamente lo sigue siendo porque su licencia no ha caducado. Pero un día lo dejó todo y se vino a Oahu con la niña.

- ¿Algún problema con uno de sus casos?- preguntó Steve preocupado.

- Estoy mirando- podía escuchar a Chin teclear en la mesa de control.

- Aquí he encontrado algo- exclamó Kono- su ex mujer, Rachel, falleció en un accidente de coche junto a su nuevo marido un mes antes de que Daniel decidiera venirse a la isla.

- Seguramente buscaba un cambio de aires- murmuró Steve.

- Ningún problema con la ley- terminó diciendo Chin tras leer toda la ficha- tenía a medias la custodia de la niña con su ex mujer, y ninguno de sus casos le llevó a tener antecedentes. Está limpio. ¿Ahora puedes decirnos qué interés hay en él?

- A veces pareces tonto, primo- rió Kono- Steve ha parado a tomarse algo y se ha encontrado con el hombre perfecto.

- No sé si será tan perfecto- masculló McGarrett cortando la comunicación.

******************

Mientras el marine hablaba con sus compañeros, había un gran revuelo en el interior de la cocina de “Jersey's”. Danny seguía refunfuñando mientras los dos cocineros: Kamekona y Flippa, preparaban la última tanda de pizzas, entre ellas la hawaiana. El rubio se había resguardado en la cocina porque temía salir y volver a enzarzarse a gritos con aquel tipo, más ahora que sabía que pertenecía a aquella unidad de la policía de élite.

- ¿No piensas volver a salir?- Amber, camarera y confidente del rubio, se echó a reír al verle parado junto a la puerta espiando a escondidas al SEAL. La chica había llegado procedente de Nueva York huyendo de un ex novio maltratador, Danny la conocía de su carrera como detective y no había dudado en ofrecerle trabajo para ayudarla a salir adelante. Además, Amber le ayudaba a veces como canguro cuidando a su hija Grace si él tenía papeleo o cosas que hacer- cualquiera diría que te da miedo.

- Lo que no quiero es acabar echando su pomposo culo arrogante de mi local y que use su poder como ojito derecho del gobernador para cerrar el negocio- murmuró Danny- no quiero meterme en problemas con la policía local.

- ¡Lo que pasa es que te gusta!- la exclamación de Amber hizo que Kamekona se echara a reír dándole la razón.

- Tú- señaló al grandullón- termina esa dichosa pizza, sólo faltaría que se quemara y tuviera que soportar la peste a piña quemada durante días.

- Venga, Danny- la joven le sonrió con ternura- ¿cuánto hace que no tienes un cita? Ese tío está muy bueno, y es indudablemente gay...

- ¿Indudablemente gay?- preguntó Danny sin creer una palabra.

- ¿Crees que no he intentado flirtear con él?- Amber soltó otra risita- y me ha ignorado, sólo se ha fijado en ti. ¡Pídele salir!

- ¿A un loco amante de la piña? ¡Ni hablar!- farfulló Danny. Su única vía de escape era abandonar la cocina, los Kekumano ya habían pedido la cuenta y decidió ir a atenderles. Les dio las gracias por haber ido a comer allí y se despidió de ellos, la pareja acudía al local dos o tres veces por semana y podía considerarlos más como unos amigos que como clientes.

- Eh, Danno- la mano de Steve le sujetó del delantal antes de que pudiera alejarse lo suficiente de su mesa- ¿cómo va mi pizza?

- Es Danny, y ya casi está- gruñó el rubio soltándose y volviendo a la cocina. El olor la piña le hizo arrugar la nariz, aún no entendía cómo había gente a la que le gustaba la pizza con fruta... ¡era algo de locos!- ¿Ya está?

- Sí- aseguró Kamekona.

- Yo me encargo- Danny se adelantó a Amber, colocó la pizza en una caja de cartón que sólo empleaban para la comida que era para llevar y preparó la cuenta- no me miréis así. Ese tipo necesita aprender que no puede ganar todas sus batallas.

- Lo que buscas es una excusa para discutir con él y tantear el terreno.

- Vuelve a tu trabajo, o te haré trabajar dos turnos seguidos- exclamó Danny dirigiéndose a su empleada, era la única que se atrevía a bromear tan abiertamente con él. El rubio cogió la caja junto a la factura y salió de la cocina en dirección a la mesa donde aguardaba el nuevo cliente- aquí está.

- Hum...- Steve miró primero la caja, luego el trozo de papel con el precio y, por último, a Danny Williams esperando una explicación.

- Le hemos preparado su pizza, y seguro que en la ciudad le espera un caso muy importante. No tiene tiempo que perder- exclamó Danny gesticulando de forma exagerada- puede comer de camino.

- ¿Me estás echando, Danno?

- ¡DANNY!- bufó el hombre completamente desquiciado- y sí, aquí tiene su pizza y ahora, por favor, salga de mi restaurante.

- Pero...- el SEAL no quería marcharse aún.

- ¿Sabes qué? ¡La casa invita! Tienes cara de que te encantan las cosas gratis- comentó Danny en voz baja- te invito a la pizza si te largas ya.

- De acuerdo, me marcho- cedió Steve en un murmullo. Estaba claro que aquel tipo le odiaba y, aunque era divertido hacerle rabiar, no le apetecía estar más tiempo en aquel sitio cuando no tenía ninguna opción con él. McGarrett salió del restaurante pero en vez de ir a su coche, se dirigió a unas mesas con bancos que había en un parque al otro lado de la calle. Se sentó y abrió la caja para coger una porción de aquella pizza que olía deliciosamente.

- ¡Hola!- una niña apareció de repente ante él con una sonrisa adorable dibujada en su cara.

- Hola- saludó el comandante.

- ¿Una hawaiana?- a la chiquilla se le iluminó la mirada al verla- ¿cómo has convencido a Danno para que te la preparara?

- He sido un poco insistente- rió el SEAL consciente de que la niña no apartaba la vista de la pizza- ¿quieres un trozo?

- No sé si...- ella miró hacia el local con gesto dubitativo- mi padre podría enfadarse.

- Será nuestro secreto- el hombre cogió otro trozo- me llamo Steve.

- Yo soy Grace- la niña se sentó enfrente de él y aceptó su propuesta cogiendo una porción.

- ¿Sabes por qué el dueño tiene esa obsesión por la piña?- preguntó el marine.

- Manías suyas- ella se encogió de hombros riendo- sólo me deja comerla en mi cumpleaños, dice que no quiere que me vuelva una salvaje sin sentido del gusto por la buena comida.

- ¿Danno es tu padre?

- Ajá- Grace asintió fervientemente con la cabeza- pero yo de ti no le llamaría así, no le gusta que los adultos lo hagan.

- Sí, algo me ha parecido entender entre todos sus gritos- bromeó Steve haciéndola reír.

- ¿Por eso estás comiendo fuera? ¿Te ha echado?- la niña puso cara de pena- ¿se ha peleado contigo?

- No, me apetecía estar al aire libre- mintió McGarrett- ¿lleváis mucho tiempo aquí?

- Un año o así- contestó la niña terminando su comida y limpiando sus manitas en el pantalón que llevaba- cuando mamá murió.

- Oh, lo siento mucho, Grace- exclamó Steve apenado por la situación de aquella niña.

- Danno pensó que nos vendría bien mudarnos...

- ¿Y te gusta la isla?- preguntó él.

- Sí, tengo muchos amigos- la niña volvió a sonreír pero seguía demasiado seria.

- Puedes confiar en mí, ¿sabes? Soy del cinco cero- Steve le dejó su placa que Grace estudió con interés.

- Danno era como un policía antes de venir aquí...- confesó ella pasando los dedos por la reluciente placa- a veces me dejaba ayudarle a ordenar papeles de sus casos.

- ¿Lo echas de menos?

- Lo que quiero es que Danno sea feliz- expuso la niña devolviéndole la placa- tú eres muy guapo y simpático, ¿te gustaría tener una cita con Danno?

- ...¿Qué?- Steve parpadeó varias veces confundido creyendo que había escuchado mal.

- Oh, entonces es que tienes novia, lo siento- Grace parecía avergonzada.

- No tengo novia- aseguró el hombre- pero pensaba que tu padre estaba casado...

- Sí, se casó con mamá para que ella pudiera vivir aquí- la niña lo relataba todo con normalidad, estaba claro que se había criado en un ambiente lleno de tolerancia donde nunca le habían ocultado nada relativo a su familia- sólo eran amigos, los dos querían tener un hijo y llegué yo.

- Entonces... ¿a tu padre le gustan los chicos?- Steve no pudo disimular una sonrisa cuando la niña asintió confidencialmente.

- feliz navidad, - festival: crossovers, - publicaciones: fanfictions, fandom: hawaii five-0, - festival: querido santa

Previous post Next post
Up