Autor: Usagi-Asakura
Fandom: World Series: Hetalia.
Disclaimer: Personajes a Hidekaz Himaruya.
Claim: Iván/Gilbert [Rusia/Prusia]
Tabla: 30 días
Tema: #13 - Un empujón.
Resumen: Un simple empujón le demuestra que algo puede ser robado.
Advertencias: Alemania en esta drabble, algo tan OCC que me duele leer. Lo sé, lo sé, es algo tan malo, pero no hay más en mis pocas neuronas -tos-. Gracias a quien lea, y a mi beta. Este escrito se da en un universo alterno.
#13- Un empujón.
Ludwig había ido a visitar a su hermano.
Sentía que algo raro le estaba pasando, ya que un día antes había estado extremadamente callado. Y eso para él era incomprensible. No es que Gilbert no pudiese ser callado, es que precisamente era que sólo estaba callado cuando algo malo le ocurría. Tal vez exageraba. Aun así, decidido, tocó la puerta de su departamento.
No recibió respuesta.
Con cierto nerviosismo sacó la llave de repuesto que tenía para casos extremos. Se adentró en la casa, pero no le encontró en la sala, así que optó por ir a su habitación.
-¿Hermano? -preguntó cohibido.
-¡WEST! -gritó el otro.
El alemán casi cayó al suelo por el gran brinco que había dado Gilbert a sus brazos.
-¿Estás bien? -preguntó de nuevo al verle con grandes ojeras. Gilbert calló y esbozó una sonrisa falsa.
-Sí…
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Sentados en el sillón de la sala, ambos miraban una película que momentos antes Ludwig había traído desde su casa, con la firme convicción de que alegraría a Gilbert. El mencionado se encontraba más relajado disfrutando de una cerveza, o por lo menos eso parecía ante la forma tan desparramada en la que estaba…
-¿Sabes…? -dijo de pronto Gilbert.
-¿Qué?
-Ten cuidado -advirtió.
Ludwig le miró sin comprender, y se sobresaltó cuando unas pequeñas lágrimas se desprendieron de los ojos rojos de su hermano.
-¡Nunca, NUNCA te acerques a alguien, West! -exclamó con alteración. Gilbert se limpió los fluídos nasales y las fastidiosas lágrimas que salían de él-. ¡Ten cuidado, porque algo podría ser robado sin previo aviso!
-¿De qué hablas?
-Me robaron mi primer beso. ¡MI PRIMER BESO! -gritó con ahínco. Se frotó los labios con furia, Ludwig sintió que un sudor apareció en su frente. “Conque era eso”, pensó-. ¡Sí! ¡ESTÚPIDO RUSO! ¡Esta me la paga! ¿¡Cómo se atrevió!?
Ludwig se quedó callado, mirando cada ademán de odio que salía de su rostro. Aquello debía haber sido un fuerte shock para que su hermano estuviese de esa forma; suspiró, esperando ser de ayuda.
-¿Qué pasó? -se atrevió a cuestionar. Vio cómo Gilbert se quedaba quieto y con nerviosismo empezaba a jugar con la tapa de su cerveza.
-Ah, pues, verás… Estaba yo, y luego él, y entonces, ¡ZAS! Me robó mi beso -explicó.
-… Hermano, no entendí -confesó Ludwig.
-Alguien me empujó y el ruso me besó -dijo tan rápidamente que el otro alemán pensó que se trataba de un trabalenguas. Estuvo a punto de darse un golpe en la cabeza con su mano, todo por un simple empujón.
-Mi primer beso, West. El primero -agregó antes de echarse a llorar en el sillón.
Ludwig no dijo nada más, simplemente optó por darle pequeñas palmaditas y reír con calidez. Sólo esperaba que su hermano se diera cuenta de los sentimientos que Iván le profesaba. Y que ese empujoncito que “alguien” les había dado, sirviera para algo bueno…
“Bueno”, se dijo…
”Por lo menos fue un beso.”