La fiesta ya ha terminado en el Gran Salón. Aún y así los alumnos siguen perdidos por el colegio intentando alargar la fiesta a su merced. Ella no.
Victoire está entre sentada y estirada en un sillón cerca del fuego en su sala común, leyendo un libro del cual ha leído cinco páginas en más de una hora.
Suspira flojito y se obliga a concentrarse, todavía con su ropa de disfraz de veela pero con el pelo por los hombros como siempre.
La Odisea de Teddy Lupin, por Teddy Lupin: Una vez haber decidido que no tenía por qué perseguir a Victoire para pedirle disculpas de camino a la torre de Gryffindor (de hecho, se ríe y niega con la cabeza cuando se da cuenta de que se ha planteado pedirle disculpas, porque vaya gilipollez), Teddy ha entrado en la sala común, le ha dicho a Jacquie, que leía en un sillón, que le encanta su pijama (porque es de las Hollyhead Harpies y él es fan acérrimo de los Falmouth Falcons, pero el pijama francamente mola, y las golpeadoras de las Harpies más todavía). Luego le han preguntado que qué hacía allí, si la fiesta seguía fuera, y él sólo ha sabido encogerse de hombros antes de atravesar la puerta de subida a los cuartos de los chicos. Arriba, aún preguntándose por qué no tiene más ganas de fiesta y respondiéndose que la gente es muy aburrida, se ha colocado el pijama de los Falcons, obviamente, y se ha metido en la cama. Como no podía dormir, se ha levantado y ha bajado a chinchar con su pijama a Jacquie, pero Jacquie lo ha ignorado
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La Odisea de Teddy Lupin, por Teddy Lupin: Una vez haber decidido que no tenía por qué perseguir a Victoire para pedirle disculpas de camino a la torre de Gryffindor (de hecho, se ríe y niega con la cabeza cuando se da cuenta de que se ha planteado pedirle disculpas, porque vaya gilipollez), Teddy ha entrado en la sala común, le ha dicho a Jacquie, que leía en un sillón, que le encanta su pijama (porque es de las Hollyhead Harpies y él es fan acérrimo de los Falmouth Falcons, pero el pijama francamente mola, y las golpeadoras de las Harpies más todavía). Luego le han preguntado que qué hacía allí, si la fiesta seguía fuera, y él sólo ha sabido encogerse de hombros antes de atravesar la puerta de subida a los cuartos de los chicos. Arriba, aún preguntándose por qué no tiene más ganas de fiesta y respondiéndose que la gente es muy aburrida, se ha colocado el pijama de los Falcons, obviamente, y se ha metido en la cama. Como no podía dormir, se ha levantado y ha bajado a chinchar con su pijama a Jacquie, pero Jacquie lo ha ignorado
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Cuando escucha su nombre lo primero que piensa es que ya está alucinando y que esto no puede ser muy bueno. Pero enseguida se gira un poco para ver a Teddy. Aunque su segunda reacción es sonreír y alegrarse y suspirar de alivio, enseguida finge que nada de aquello ha pasado.
Se incorpora un poco y le mira y se siente como tres veelas a la vez.
-¿Cómo te has colado? ¿No te quieren en tu sala común? -pero aunque lo hace or picarle, lo hace como antes antes, con una sonrisa y los ojos brillantes e inclinándose hacia delante bajando un pie al suelo.
Rueda los ojos con media sonrisa caminando resueltamente (como si no fuera en pijama y se estuviera muriendo de frío, gracias) hacia el sillón que hay enfrente del de Victoire.
-Bonita sala común -comenta, ignorando sus preguntas.
Le mira con una especie de sonrisa mientras baja el otro pie al suelo también, quedándose sentada. Pone el marcapáginas, bajando la vista al libro, y habla.
-Bonito pijama.
Alza la vista y le mira, y al final de todo se le escapa una risa.
Se hace un poco a un lado, inconscientemente, para que se pueda sentar Teddy, a la vez que rueda los ojos.
-Eso quería decir... -Se tapa la boca delicadamente cuando se le escapa un pequeño bostezo y mira a Teddy- ¿Qué haces aquí? -enseguida añade- No me creo que hayas adivinado el enigma para entrar.
Iba a sentarse en el sillón de enfrente, pero Victoire se echa a un lado y él duda un momento si sentarse junto a ella. Y tras la duda al final se queda en pie, y se acerca un poco a la chimenea.
Entreabre la boca medio ofendida y entrecierra los ojos. Al final se ríe.
-Tienes que comprenderlo, no suelen haber muchos metamórfagos... -Alza un poquito las cejas y baja la vista. Se pregunta porqué no le afecta tanto el que se haya colado en una sala común que no es la suya, frente al que Teddy haya venido a verla a ella.
-Pfff. La señora Gorda no deja entrar a nadie, aunque lo conozca de toda la vida.
Se acaba sentando en el suelo, de espaldas a la chimenea para poder mirar a Victoire.
-Que oye -dice al fin, porque a eso había venido (sí, Teddy, sí, habías venido a eso), no ha hablar de guardianes de salas comunes)-, que Jacquie es amiga mía, que no... -rueda los ojos.
Qué vergüenza, qué vergüenza, ¿tan cría ha parecido? Baja la vista asintiendo repetidamente.
Cuando le mira sonríe y niega con la cabeza.
-Ya, ya -¿qué va a decirle? Frunce un poco de nada la nariz.- Olvídalo... -No puede admitir que estaba celosa, no puede. Baja la vista a sus pies y no dice nada más.
Siempre se hacen estas bromas y ella contesta con una igual y los dos hacen que no les importa nada (que no sabe si es verdad o lo fingen) y ya está. Pero ahora que los dos saben que es tan verdad, la invade la vergüenza y siene que discutirlo sería lo más estúpido que podría hacer.
-Ya bueno, y tú has venido hasta aquí en pijama... -Dice como defensa, como haría la Vic normal, sólo que como no es la Vic normal la voz le sale insegura y no le mira a los ojos porque se sonrojaría.
Le sorprende tanto como le sorprende descubrir que es lo que llevaba esperando de hace meses.
Estira los brazos poco a poco, colgándose de él, y besándole de vuelta. El corazón le va a toda velocidad y tiene miedo de que ahora él se aparte y diga que es una broma.
Porque Victoire sabe el efecto que produce en los chicos, menos en Teddy. Por eso le gusta, es tan imprevisible como su color de pelo. Sí. Le gusta. Mucho.
Victoire está entre sentada y estirada en un sillón cerca del fuego en su sala común, leyendo un libro del cual ha leído cinco páginas en más de una hora.
Suspira flojito y se obliga a concentrarse, todavía con su ropa de disfraz de veela pero con el pelo por los hombros como siempre.
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Se incorpora un poco y le mira y se siente como tres veelas a la vez.
-¿Cómo te has colado? ¿No te quieren en tu sala común? -pero aunque lo hace or picarle, lo hace como antes antes, con una sonrisa y los ojos brillantes e inclinándose hacia delante bajando un pie al suelo.
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-Bonita sala común -comenta, ignorando sus preguntas.
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-Bonito pijama.
Alza la vista y le mira, y al final de todo se le escapa una risa.
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-Precioso -la corrige, ampliando la sonrisa y entornando levemente los ojos de una forma muy Black (eso dice su abuela).
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-Eso quería decir... -Se tapa la boca delicadamente cuando se le escapa un pequeño bostezo y mira a Teddy- ¿Qué haces aquí? -enseguida añade- No me creo que hayas adivinado el enigma para entrar.
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Iba a sentarse en el sillón de enfrente, pero Victoire se echa a un lado y él duda un momento si sentarse junto a ella. Y tras la duda al final se queda en pie, y se acerca un poco a la chimenea.
-Vuestra guardiana es una incompetente.
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-Tienes que comprenderlo, no suelen haber muchos metamórfagos... -Alza un poquito las cejas y baja la vista. Se pregunta porqué no le afecta tanto el que se haya colado en una sala común que no es la suya, frente al que Teddy haya venido a verla a ella.
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Se acaba sentando en el suelo, de espaldas a la chimenea para poder mirar a Victoire.
-Que oye -dice al fin, porque a eso había venido (sí, Teddy, sí, habías venido a eso), no ha hablar de guardianes de salas comunes)-, que Jacquie es amiga mía, que no... -rueda los ojos.
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Cuando le mira sonríe y niega con la cabeza.
-Ya, ya -¿qué va a decirle? Frunce un poco de nada la nariz.- Olvídalo... -No puede admitir que estaba celosa, no puede. Baja la vista a sus pies y no dice nada más.
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-Estabas celosilla, eeeh... -dice con una sonrisa socarrona.
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-Ya bueno, y tú has venido hasta aquí en pijama... -Dice como defensa, como haría la Vic normal, sólo que como no es la Vic normal la voz le sale insegura y no le mira a los ojos porque se sonrojaría.
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-En un pijama precioso -la corrige.
Y como ya no se aguanta más, se pone en pie en casi un salto y de pronto se ha inclinado sobre ella y la está besando.
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Estira los brazos poco a poco, colgándose de él, y besándole de vuelta. El corazón le va a toda velocidad y tiene miedo de que ahora él se aparte y diga que es una broma.
Porque Victoire sabe el efecto que produce en los chicos, menos en Teddy. Por eso le gusta, es tan imprevisible como su color de pelo. Sí. Le gusta. Mucho.
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