La Odisea de Teddy Lupin, por Teddy Lupin: Una vez haber decidido que no tenía por qué perseguir a Victoire para pedirle disculpas de camino a la torre de Gryffindor (de hecho, se ríe y niega con la cabeza cuando se da cuenta de que se ha planteado pedirle disculpas, porque vaya gilipollez), Teddy ha entrado en la sala común, le ha dicho a Jacquie, que leía en un sillón, que le encanta su pijama (porque es de las Hollyhead Harpies y él es fan acérrimo de los Falmouth Falcons, pero el pijama francamente mola, y las golpeadoras de las Harpies más todavía). Luego le han preguntado que qué hacía allí, si la fiesta seguía fuera, y él sólo ha sabido encogerse de hombros antes de atravesar la puerta de subida a los cuartos de los chicos. Arriba, aún preguntándose por qué no tiene más ganas de fiesta y respondiéndose que la gente es muy aburrida, se ha colocado el pijama de los Falcons, obviamente, y se ha metido en la cama. Como no podía dormir, se ha levantado y ha bajado a chinchar con su pijama a Jacquie, pero Jacquie lo ha ignorado completamente y él ha acabado sentado frente al fuego de la chimenea cambiándose el pelo de color. Jacquie se ha ido a dormir. Él ha seguido cambiándose el pelo de color. Hasta que se ha hartado y se ha largado de la sala común. Pero no, no ha ido en busca de la fiesta. Los pies lo han llevado hasta la entrada a la sala común de Ravenclaw, y la dama Lánguida del cuadro dormía, y él se ha transformado en un pequeño Ravenclaw de primero adorable con carita de pena, y la ha despertado, y con ojitos la ha convencido para que lo dejara entrar. Una vez dentro ya es Teddy otra vez, y la sala común está vacía salvo por Victoire, que lee junto al fuego y él se pregunta que qué demonios hace allí.
Pero no, no ha ido en busca de la fiesta. Los pies lo han llevado hasta la entrada a la sala común de Ravenclaw, y la dama Lánguida del cuadro dormía, y él se ha transformado en un pequeño Ravenclaw de primero adorable con carita de pena, y la ha despertado, y con ojitos la ha convencido para que lo dejara entrar.
Una vez dentro ya es Teddy otra vez, y la sala común está vacía salvo por Victoire, que lee junto al fuego y él se pregunta que qué demonios hace allí.
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