Fecha de Estreno Original: 22 de Abril de 1994
Guión: Glen Morgan & James Wong
Dirigido por: David Nutter
Nunca tuve muy claro quién fue el primero, si Mulder o Scully. Quiero decir el primero que se enamoró del otro, o sea, pero de verdad.
He dicho muchas veces que la primera escena que vi de Expediente X fue la conversación del coche. Quiero decir, ver de verdad, ya sabes. Estás haciendo zapping. Paras. Te engancha. Te quedas viéndolo. Se te olvida todo lo demás. Así. Eso quiero decir.
Para cuando yo me enganché a Expediente X ya era la serie de moda, pero aún así me considero fan del núcleo original, porque fue hace mucho, mucho tiempo.
Mulder (yo no sabía que se llamaba Mulder) me parecía un guapearas del montón, y Scully (yo tampoco sabía que Mulder la llamaba por su apellido), una borde y una pedante. Me daba un poco de miedo verla. Aunque siempre me han gustado las historias de misterio. Iba a la universidad. Imaginaos. Hasta que un día paré en Telecinco y vi a Mulder decirle a Scully que no le llamara Fox con esa mezcla de ternura y timidez. Era la primera vez que ella le llamaba Fox. Y también sería la última.
Me veía un capítulo donde Gillian Anderson estaba tremebunda (por su embarazo, aunque yo no lo sabía todavía), y el siguiente otro en el que lo único grande que tenía eran sus gigantescas gabardinas (y su corazón, pero eso aún lo estaba descubriendo). Gracias a Tele5 estuve como un año viendo capítulos completamente aleatorios, porque así era como teníamos que ver Expediente X en España, y sin ser muy consciente de lo que narices pasaba con la dichosa conspiración ni por supuesto de que había una cosa que se llamaba “la conspiración”. Pero a la vez estaba quedándome superenganchada cada vez que caía en mi pantalla uno de esos en los que Mulder encontraba a su hermana perdida y escarbaba en la basurilla de su familia o en los que andaba literalmente desesperado porque le andaba pisando los talones al tipo que se llevaba a Scully de su lado.
Recuerdo que en el videoclub de mi barrio (sí, aún existían los videclubs), alquilé todos los capítulos de la conspiración. En orden. Os recuerdo que internet tampoco existía. Bueno, sí, pero los pocos privilegiados que lo tenían en casa tenían una conexión muy limitada (empezando porque indefectiblemente, cada vez que te conectabas tu madre te estaba pidiendo que cortaras porque iba a llamar por teléfono), y los que lo teníamos en la facultad teníamos que luchar con los Erasmus que dormían delante de los puestos con internet. Estoy hablando de esos tiempos.
Así que aquellos vídeos previos a la era preinternet arrojaron cierta luz sobre mi limitado mundo equisófilo, y calculo que tardaría como un año en ponerme al día en la cronología. Probablemente debió ser como el principio de la cuarta temporada, porque el primer cliffhanger que soy consciente de recordar es el de Getsemani, sentada en la cafetería de mi facultad con mi amiga Laura y las dos en shock porque Mulder no podía estar muerto habiendo dejando a Scully al borde del precipicio.
Y todo eso, se desencadenó a partir de la conversación del coche. Sin ambages. De golpe y sin frenos.
Por supuesto en aquel momento yo no tenía ni idea de lo mítica que era esa conversación, ni de que se hablaba de ella en internet, ni de que tenía su propio anagrama, TCotC. Sólo la estaba viendo y estaba viendo comunicarse a dos personas y decirse mucho más de lo que se estaban diciendo con palabras. La estaba viendo, y aunque aún no lo sabía, estaba viendo el corazón de Expediente X:
- "They're out to put an end to the X-Files, Scully. I don't know why, but any excuse will do. Now, I don't really care about my record, but you'd be in trouble just for sitting in this car and I'd hate to see you carry an official reprimand in your file because of me."
- "Fox ..."
- "I ... I even made my parents call me Mulder. So ... Mulder."
- "Mulder, I wouldn't put myself on the line for anybody but you."
- "If there's an iced tea in that bag, could be love."
- Must be fate, Mulder. Root beer."
Wow! Wong y Morgan pudieron declarar que no pretendían que esa conversación se convirtiera en un sinónimo de declaración de amor, pero el hecho es que lo hizo. Y yo, que nunca había visto más de dos frases cruzadas entre estos dos, fui capaz de ver entonces lo que acabó siendo: un compromiso, y una declaración de amor oculta.
Autorrespondiéndome a la pregunta de antes, si tuviera que decir quién se enamoró primero, diría que los dos. O sea, siempre es como muy evidente en la primera temporada lo fangirl que es Scully de Mulder. Está siempre en plan Marion en La Calavera de Cristal, y luego siempre se hace la interesante poniéndose la careta de seria profesional, pero el crush on Mulder que tiene es un canteo total desde el primer episodio. Y Mulder… bueno, pues también. A lo mejor no va en plan cara de bobo como ella, pero nunca pierde ocasión de tontear con ella, y siempre que tiene ocasión de demostrar lo que le importa Scully, lo hace.
El caso es que en la conversación del coche se aprecia otro nivel. Mulder está preocupado porque sabe que están metidos en un lío debido a lo que investiga y se da cuenta de que Scully está demasiado comprometida con él, pero ella, lejos de acobardarse, nos sorprende diciéndole claramente que lo arriesgaría todo por él. Wow. Mulder está impresionado. La pequeña espía. Es valiente, esa espía. Le acaba de decir que no le llame Fox. A ella le da igual. No arriesgaría su carrera por nadie, sólo por él. Lo recordará. Nunca más Fox. Lo arriesgará todo por él.
Mulder literalmente está flipando en la conversación del coche. Miradle. A Scully le da un poco de vergüenza decirle eso, baja la cabeza, pero se lo dice y levanta los ojos. Es importante para ella. No ha llegado hasta ahí por nada. Ya no hay marcha atrás. Y seguirá adelante. Es sutil, pero en realidad es su forma de decirle te quiero. Y Mulder la entiende.
En otra serie habrían tirado por el camino fácil y se habrían besado, pero esto es Expediente X, y al principio la UST molaba, así que cuando Mulder le responde eso de que “si hay té helado en esa bolsa esto es amor”, nuestro corazón se nos sale del cuerpo igual que se le está saliendo a Scully. Ella sonríe nerviosa. “Cerveza de raíz”. Él le devuelve la sonrisa. ¿Qué ha pasado?
Esta escena significa muchas cosas. A muchos niveles. Creo que Mulder tiene miedo. Creo que Scully tiene más, porque ella es mucho más madura que Mulder y hace tiempo que ha comprendido lo que él acaba de entender. Que le quiere. Que si esa lucha de Mulder es una mamarrachada, ella va a seguir con él. Creo que Mulder se da cuenta en este momento de que a lo mejor ese flirteo es más de lo que parece, aunque no se crea ni por asomo que sea merecedor de haber hecho algo para encontrar a semejante mujer.
Esta escena establece muchas cosas en la relación de Mulder y Scully. Es un punto de inflexión. Scully ha tomado una decisión en su vida. En retrospectiva, podemos decir que LA decisión de su vida. Y Mulder empieza a crecer y a madurar por primera vez desde hace muchos años justo en este momento en el que por primera vez en su vida empieza a aceptar que tiene junto a él a otro ser humano que le sostendrá y le acompañará en el camino sin importar lo que encuentren.
No obstante, Tooms es mucho más que la Conversación del Coche. Que no se nos olvide por su trascendencia, pero así es.
Tooms, el personaje, es el primer gran asesino de Expediente X tan bueno, que regresa para una segunda parte. El personaje era tan fascinante que hasta el propio Dough Huchinson que lo interpretaba, escribió un guión como continuación y se lo envió a Chris Carter. Fueron como no, Wong y Morgan, que habían escrito el episodio original, los que recuperaron la historia y la reciclaron en una forma más personalizada para nuestros agentes.
El otro gran motivo por el que Tooms es recordado es porque supone el debut de Mr. Armario Ropero, aka, el Director Adjunto Walter Skinner. Recuerdo que durante años, dudé de la lealtad de Skinner de una forma muy seria, así de bueno era Skinner.
Skinner fue otro de esos golpes de suerte con los que fue bendecida esta serie en esa gran primera temporada. El actor que interpretaba a Blevings no estaba disponible para Tooms, y se inventaron el personaje de Skinner, dándole un toque intimidante y tenso siempre a su relación con Mulder y Scully (en las primeras temporadas, claro), del que la serie se enriqueció muchísimo. No idea de de dónde sacaron a este tío, pero le daba el toque perfecto. Nunca te podías fiar del todo de él. Siempre estabas tensa cuando estaba presente. Te daba una de cal y otra de arena. Y tenía esas espaldas que daban la vuelta a la habitación y reventaban las camisas y esos brazos que sabías que podían machacar a Mulder cuando quisieran. Skinner. Agg!
Skinner siempre resultó un valor añadido para Expediente X, por su ambigüedad, siempre pisando la línea que Mulder y Scully no cruzaban, por su evidente relación paternalista con ellos, porque era el único que les protegía realmente, y por su extraña interacción con Mulder.
El debut de Skinner es fantabuloso por todo esto y porque nada más hablar con Scully la cala y lo sabes. Ella lo sabe. Skinner no es un brillante pijo de Oxford como Mulder ni es una wikipedia como Scully. Es sólo un tío normal que se preocupa de hacer lo correcto y que tiene que controlar a esos dos que investigan cosas raras. Podríamos pensar que nada intimida a Scully, pero, Skinner intimida a Scully. Después vuelve a reunirse con ellos, y ella le miente descaradamente cumpliendo antes de lo que piensa su promesa de que arriesgaría su carrera por él. Por Mulder. Skinner la echa sin contemplaciones y aunque abronca a Mulder por ponerla en esa tesitura, también le aconseja.
Me gusta también que nos presenten a este Skinner del que no sabemos qué pensar y que nos planten detrás al Fumador para que todavía nos quedemos más descolocados. La relación de Skinner y el Fumador siempre fue un buen pilar de Expediente X. Y la ambigüedad de la misma está presente desde el minuto cero, porque aunque se nota que van de la mano, también está claro que Skinner está incómodo y no le traga voluntariamente.
En realidad esto enlaza con el trasfondo que hay detrás de toda la historia del episodio de hoy. Mulder y Scully están siendo controlados y a sus jefes no les gusta por dónde van. En este sentido, Mulder hace gala de su faceta más siniestra en la última escena, en la que le hace a Scully la premonición de que se acerca un cambio para ellos.
Tooms es un episodio fantástico para los personajes. Para Skinner, desde luego. Para el Fumador, cuya sombra crece y se ennegrece en la esquina. Y desde luego, y especialmente, para Mulder y Scully.
La trama, como no podía ser de otra forma, es apasionante y terrorífica. Morgan y Wong le tienen cogido el punto a Expediente X y se sacan de la manga un fantástico guión que hace que se te pasen los 42 minutos sin que te des cuenta.
Además, tenemos a Mulder y Scully haciendo equipo al 100%, y eso siempre enriquece Expediente X. Mulder!obsesivo desplegando toda su faceta de gran investigador que ve lo que nadie más ve y Scully haciendo el trabajo policial que nadie más se molesta en hacer, buscando pistas de debajo de las piedras y preocupada por Mulder en todo momento.
Tooms, que, por mucho que sea un monstruo porque el mundo le ha hecho así, es malo maloso, le pone una trampa a Mulder, que está muy mono durmiendo en su sofá muerto de agotamiento a pesar del insomnio con películas clásicas de fondo, y Scully no tarda en mentir descaradamente a su jefe para ofrecerle a Mulder una coartada.
El episodio empieza con Mulder mostrándose como un loco ante un montón de personas serias, y aún así Scully no flaquea en ningún momento en su apoyo a Mulder. Scully lo explica muchas veces después: casi nunca estuvo de acuerdo con Mulder, pero esa pasión, le hace seguirle. Scully no puede evitarlo, y en este episodio se ve claramente. Mulder hace el ridículo, literalmente, al principio en el juicio, porque no le importa lo que nadie piense de él mientras se encierre al malvado, y Scully lo sabe. “If you’re resistant because you don’t believe, I’ll respect that. But if you’re resistant because of some bureaucratic pressure, they’ve not only reeled you in. They’ve already skinned you.”. Scully tomará la misma decisión muchas veces después, y Mulder no puede evitar respetarla intensamente por eso.
Para terminar, una mención al fantástico clímax del final, con Mulder y Tooms metidos en las escaleras metálicas. Puede que Duchovny se pusiera nervioso por meterse ahí con otro tío desnudo, pero claramente ese nerviosismo se transmite por la pantalla. Well done.
- Lo mejor: Podría decir todo, pero hay que elegir TCotC. Cerveza o té helado. Igualmente era amor.
- Lo peor: Absolutamente nada.