Titulo: El pequeño príncipe, los piratas y los locos.
Fandom: LMF!OP/KHR
Personajes/Parejas: Los Locos/varios personajes de KHR.
Número de Palabras: 625
Notas/Advertencias: YAY! He retomado esta historia, ¿Es eso algo bueno? La advertencia es que esta sin betear y que es tremendamente soso. Apropósito, van a llover perros y tiburones, es el tercer escrito que subo en el día 8D
Estaban listos, incluso después de escuchar que I-pin -o el “pan de cebollas con patas”, como le había llamado Hikaru- se estaba encargando fácilmente de los piratas. Todos los locos del barco estaban preparados para el abordaje. Incluso la vigía, quien no perdería esta oportunidad para demostrar sus habilidades de fruta del diablo versión león, ganándose la admiración del joven Vongola a quien este cambio le recordó su pelea con Ken en Kokuyo Land. Los únicos que no estaban presentes eran D, L y Sir, quizás haya sido una suerte para todos que el calamar naranja no se encontrará presente para ver esto.
Pero todo quedo en eso, “estar listos”. Porque ni bien se acercaron lo suficiente para hacer el reclamo correspondiente para la liberación de los niños previo abordar, un golpeado pirata, levantó un pañuelo que quizás haya sido blanco en un pasado lejano, anunciando que se rendían e incluso suplicaba auxilio, el cual, por supuesto, fue ignorado.
- ¡Reborn-san, Yamamoto-san! - se escuchó desde la cubierta del otro barco.
Los locos observaron entre fascinados y confundidos al pequeño niño, que todos conocían perfectamente, aparecer de su escondite con un inconciente Lambo en brazos seguido por una I-pin que ya no tenía a nadie más a quien golpear. O por lo menos eso fue lo que pensaron, porque mientras que se acercaban a la baranda del barco para pasar al Weeping Lamb, un corpulento hombre, con barba morada y más cicatrices sobre su cuerpo que pelos en la cabeza, apareció detrás de ellos. ¿Qué intentaba hacer? Dios sabrá, porque lo siguiente que vieron los locos fue a Yamamoto en acción. Y sencillamente poco les importó la suerte de ese suicida, ya que habían vuelto a caer en los gritos de fangirls, molestando a los demás miembros de la tripulación que no miraban la serie y que habían perdido en sus filas al medico.
- En nombre de los revolucionarios, se pide su incondicional rendición - anuncio Kmi solemnemente, haciendo que los gritos pararan y los locos volvieran a un estado alerta, listos para atacar si uno de los piratas intentaba moverse - Así como la entrega pacifica de los niños a bordo. Cualquier movimiento que pueda ser considerado una amenaza será pagado con la ejecución inmediata.
A todo esto, para acentuar que se estaba hablando en serio, la artillera demostró que estaba lista para actuar si algo pasaba. Los demás locos no se hicieron esperar, demostrando abiertamente que estaban preparados si se daba la oportunidad, mostrando sus armas y garras. Incluso Reborn había desenfundado su arma y esperaba atento mientras el guardián de la lluvia ayudaba a los tres niños a pasar al barco.
Si solo D estuviera allí para ver eso… seguramente los mataría a todos.
Una vez que estuvieron a bordo y los niños fueran llevados a la enfermería por el medico, Luga retomó la navegación del barco. Mientras los demás se mantenían alerta a cualquier intento de ataque por la espalda que pudiera darse.
-Listo Miyu- ordenó una de las capitanas, una vez que estuvieron a una distancia prudente.
Definitivamente no pasó lo que esperaban, porque de ninguna manera la orden quería decir que volara el barco pirata por los aires, pero eso fue lo que sucedió finalmente. Todos miraron a la ahora caída loca que se levantaba torpemente, aun inconciente de lo que había hecho.
- ¡Bien hecho Miyu! - la celebró entusiasmada la vigía, que había vuelto a su forma humana, dándole palmaditas en la espalda y estrujándola.
Desconcertada la chica miró la gran explosión que había frente a ellos, así como los pedazos de madera del barco que caían por todos.
- ¡Yo no tengo la culpa de nada!- se defendió dándose vuelta para mirar a las dos capitanas con su mejor cara de inocente, porque en este caso definitivamente lo era.