Estando otra vez frente a él sentía de nuevo aquella euforia, excitación, como le llamaba Naruto, esa sensación de ansiedad por iniciar el combate, el tiempo no avanzaba, la historia se detenía y una gota de sudor frío recorrió cada milímetro del rostro del Uchiha, Sasuke notó como su antiguo colega respiraba apresuradamente, signo de su cansancio, estaban casi en las mismas condiciones, pues el comenzaba a agotarse también, era extraño como a pesar del transcurso del tiempo parecía como si no hubiesen pasado más que varios minutos, continuaban conociéndose, seguían siendo hermanos, amigos, colegas, enemigos, las cosas no cambiaban.
-Espero que esta vez tengas mucho más que dar, no quiero que me decepciones- Petulante y confiado, Sasuke se mofó de la situación de Naruto quien se levantaba del piso donde había caído de rodillas ante la defensa de Sasuke para evitar uno de los Justus de Uzumaki.
Lo admitía, Naruto seguía volviéndose fuerte y le pisaba los talones, estaban casi siempre al nivel y eso le exasperaba pero al mismo tiempo le emocionaba.
-No cambias- Dijo el rubio poniéndose de pie y limpiándose la sangre que brotaba de su labio inferior -Sigues siendo el mismo Teme que se pavonea sin argumentos. Creí que si te ibas, sería para mejorar… Sasuke-
Naruto sabía cómo llegar a molestarle realmente, porque le frustraba lo tan brabucón que podía llegar a ser, a pesar de estar herido, se burlaba de su poder, subestimándole, lo admitía, eso le enfurecía a sobremanera, pero Sasuke no hizo más que mostrar una sonrisa.
-¿Aun no lo comprendes? Me fui porque no había nada importante que me conectara a esta aldea, porque mi objetivo no estaba en este lugar, no me fui para darte el gusto- Odiaba que le llamara Teme porque eso le hacía recordar viejos tiempos, tiempos que no iban a volver jamás. Parte de lo dicho era verdad, pero lo primero, aun se lo cuestionaba.
-¡Vas a volver a Konoha, te llevaré aunque sea a la fuerza, pero vas a volver!- Rugió el rubio antes de comenzar a correr en dirección a Sasuke, con la clara idea, de iniciar una batalla que terminaría hasta que alguno de los dos se diera por vencido o pereciera en el intento, la desventaja era que ni Naruto ni Sasuke sabían rendirse.
-¡Intentalo!- Respondió preparándose, era momento de atacar.