Feb 18, 2005 19:23
Aquejada yo de tantos males,
con un pastillero de plata traído de México
lleno de píldoras amarillas, blancas, rojas,
multicolores medicamentos para el dolor,
para la ansiedad, para el insomnio,
y para prevenir la aparición de otros males,
efectos secundarios de los primeros.
Lo bueno de estar todo el día tomando pastillas,
sufrir convalecencia, etcétera,
es que continúo cobrando dinero sin trabajar.
A hurtadillas, me fui a Granada la semana pasada,
esta me voy a Valencia, dando gracias a Zeus por crear
el compromiso entre viejos amigos, en este caso de mi progenie.
Si hay suerte, tras el noveno parte de baja,
el viernes que viene, viajaré a Salamanca con mi buena amiga Dayana.
Dulce, dulce, dulce vida esta que me brinda un poco de justicia,
amarga, desgraciadamente poco satisfactoria, pero por fin un poco de tiempo...
A otra cosa: las últimas películas observadas por mí en salas "comerciales" han sido:
"El fantasma de la ópera", mala malísima, me tuve que desquitar metiéndome en la sesión golfa de
"El aviador", impactante, me entró hasta vértigo con alguna escena, el color maravilloso, la actuación del niño Di Caprio magnífica.
"Descubriendo Nunca Jamás", pensé mucho en mi padre que le encantan estas películas lacrimógenas que exaltan el poder de la imaginación y el creer en la magia y todo eso tan infantil y tan bello y tan inocente, tan como yo fui un día lejano.
"Largo domingo de noviazgo", soberbia, soberbia, soberbia, es como un libro. Bella, intrigante, mágica, sensible. La composición, la fotografía, las tomas increíbles, realmente apabullantes. Tal vez una banda sonora demasiado lánguida, pero que tampoco desentona.
No me mola hacer críticas de pelis porque creo que es algo que sobrevuela mi futuro como vil carroñero, es decir, que si me frustro y no llego a crear, me dedicaré seguramente a criticar, y eso es feo, feo, feo. De todos modos esto sólo ha sido una brevísima opinión humilde, sin ningún motivo en especial, sólo recomendaros la segunda y la cuarta, que me han embelesado.