El sábado quedé con María para ir a recoger unas entradas gratuítas a museos (duran hasta el 31 de diciembre de este año) y luego nos fuimos a casa para empezar a preparar la ruta de Marruecos.
Más o menos, tenemos Marrakech y Essaouira. No creo que nos sea muy díficil puesto que son ciudades por las que pasear y disfrutar del zoco y la media más que ir a museos (no hay muchos) y desgraciadamente, las mezquitas están prohibidas a los no musulmanes a excepción de la de Casablanca, por lo que no podremos ver ninguna. Eso sí, las madrazas se pueden visitar y pienso ver todas las que pueda.
Vimos una par de documentales y luego María se fue porque al día siguiente nos íbamos a Montjüic.
El domingo amaneció gris y con esa sensación de que va a romper a llover en cualquier momento aunque sólo cayeron dos gotas e hizo mucho bochorno. Empezamos a subir la montaña y... nos perdimos. No sé muy bien por qué, pero dimos más vueltas que un tonto y en otro momento no me hubiese importado, pero realmente hacía mucho bochorno y me sudaba toda la ropa. Cuando por fin llegamos al castillo no pudimos entrar: hoy me he leído en el periódico que había más de 40.000 personas! Lo dejamos por imposible y decidimos ir al encuentro de los padres de
Braen y nos tomamos algo de beber, comimos en el campo y estuvimos jugando a hacer el tonto hasta que nos cansamos y bajamos andando de nuevo.
Mina_Murray tenía dolor de pies y María y yo estábamos cansadas, la única que parecía fresca como una rosa era
Braen, que parece que el campo la revitaliza como la primavera a las margaritas...
Al llegar a casa, para que
Braen no se durmiera, jugamos al Trivial y me ganó. Que conste que yo tenía todos los quesitos antes que ella y si no fuese porque el cansancio me hacía desvariar la hubiese ganado yo.
En fin, que ha sido un buen fin de semana, tranquilo, pero con risas y tendré que plantearme hacer este tipo de salidas más a menudo...