Apr 30, 2012 21:14
Acostado desordenadamente sobre el asiento del coche, Jean Pierre bostezaba sonoramente. El chofer acababa de anunciar que ya habían llegado al internado.
" A de ser las botellas de vino que tome en cuanto partimos...Nunca había dormido tanto en un viaje."
Se acomodó la peluca torcida y despeinada y bajó del carro algo tambaleante...
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En esos instante entraba por la puerta cabizbaja sin prestar atención a su alrededor.
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Sonrrió ampliamente y corrió hacía la muchacha.
- ¡Sandrine!
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Se giró rápidamente y a punto estuvo de caer.
Primero se quedó estupefacta ante la inesperada visita y luego solo pudo responder a aquel afectuoso saludo con una gran sonrisa. Tuvo el impulso de acercarse a él corriendo también pero recordó que se hallaban en mitad del internado y que no parecía muy adecuado.
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- ¿Cómo se encuentra su merced?
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Varias personas habían ido a buscarla para avisarle de la reciente recaída de su hijo. Afortunadamente, dos de ellas la habían interceptado cuando ya se encontraba en el camino de regreso a Baptiste. No había dudado un segundo en espolear su caballo y alcanzar su destino al galope.
De pronto, divisó a la responsable de cuidar a su hijo a pocos metros de la puerta por donde había entrado. Ignorando al noble con quien hablaba, se acercó a ella y demandó explicaciones sin reparar en su tono severo y
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Cuando la directeur comenzó a pedirle aclaraciones sobre Hyacinthe y todo lo ocurrido solo pudo encogerse mientras crecía el nudo en su garganta. El torrente de palabras que la inculpaban se le acumulaban en sus oídos y solo pudo esperar a que terminase. Se sentía fatal y una irresponsable pero no quería interrumpirla cuando sonaba tan amenazadora e imponente.
-Ma-madame.-Comenzó titubeante, tomo aire para deshacer el lazo en su cuello.- La enfermera dijo que aunque inconsciente ahora se encuentra bien. Yo-yo no pude hacer nada, le encontré así en su habitación, estaba bien y luego mal y luego le lleve corriendo para que el dieran su medicina.-Comenzaba a ponerse cada vez más nerviosa y a hablar con más rapidez- Envié a que la buscasen porque no estaba, pregunte nadie la había visto, volví a buscarla...-Dirigió su mirada al suelo- No lo entiendo estaba bien, no paso nada, no se movió de su habitación...
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-Bien, iré a verlo -respondió secamente. Entonces, al girarse unos pocos grados, descubrió la presencia que hasta ese momento había ignorado-. Monsieur Francois -lo nombró, sorprendida-. ¿Cuándo ha regresado?
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- Madame...
Hizo una pronunciada reverencia.
- Le traigo un mensaje de su majestad...
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Se quedó mirando la esquina tras la que había desaparecido la directeur. Durante unos segundos sopesó seguirla y así también ir a ver al petite Hyacinthe. Luego pensándolo mejor supuso que desearía estar con su hijo a solas y que ella tan solo molestaría. Desde el momento en que comenzó a servirle tenia la sensación de solo haber causado problemas...cuan diferentes eran madame Clementine y la directeur... Además ahora que no tenia que estar pendiente del pequeño se sentía extrañamente vacía.
-Monsieur, supongo que su hijo estará en el comedor a judgar por la hora que es.-Comentó volviéndose hacia Jean Pierre y sonriendo con algo de inseguridad.
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- ¡Oh sí!...Supongo que madame Adolphe está muy ocupada como para atenderme de momento. ¿Le molestaría a su merced a compañarme al comedor?
Le sonrío y le ofreció su brazo.
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No pensándolo mucho tomó el brazo ofrecido gustosa. Aquello le hacia sentir extrañamente reconfortada...
Caminando hacia el comedor observó que había menos gente de la habitual. De pronto recordó que aquella misma mañana algunos alumnos y guardas habían emprendido una expedición de caza. Lo sabía porque en su frenética búsqueda de la directeur por el internado, algunos de sus amigos le habían sugerido que igual ella también estaba tomando partido en la batida.
-Monsieur, quizás vuestro hijo este tomando partido en la cacería que han organizado...-Comentó frenando sus pasos-Salió esta mañana, así que no se si han regresado...
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Su desilución no fue tan grande. pensaba que estaba bien que su hijo tomara parte de las cacerías, eso lo haría más sociable y fuerte de caracter. Además, el podría pasarse ese tiempo con Sandrine...
- Entonces...Quizás...Podríamos dirigirnos a otro lugar.
Sujetó la mano de Sandrine y la miró seductoramente.
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