Habitación de Adolphe - Media tarde

Dec 31, 2011 01:21


Había pasado varios días enfermo. Por momentos no podía abandonar la cama de tan débil que se sentía. Pero cada tanto, no podía evitar desobedecer las órdenes del médico y se paseaba aburrido sin saber qué hacer entre su habitación y la de su madre. Sus juguetes le producían un tedio horrible. Terminó rompiendo la mayoría de ellos en terribles berrinches que se guardaba para sí (ya que su madre pasaba todo el día ocupada y enviaba a Sandrine a hacer recados larguísimos para no tenerla cerca).

"Mejor que no me vean disgustado...Debo ser bueno... ¡Ah, mon Dieu!...".

Finalmente tiró los restos de sus "jouets" debajo de la cama y dirigió su atención a un pequeño armario en la habitación de su madre. Grande fue su desilusión al encontrarlo completamente cerrado, tanto las puertas como sus cajones.

No dejó que su ánimo se opacara. Corrió rápidamente hacia la bandeja del desayuno y tomó un delgado cuchillo de untar tostadas. Pero cuando se encaminaba a cumplir su cometido descubrió una mejor herramienta…Un estilete relucía entre una pila de hojas en el escritorio.

Fue sencillo abrir con ello uno de los cajones en fondo del cual había un buen número de cartas y un cuaderno finamente forrado en cuero. El corazón le rebotó en el pecho, avisándole quizás que sus días de niño bueno habrían de terminar si las leía. Tragó saliva y metió la mano en el cajón.

Eligió primero un sobre con el sello real:

“Querida prima: Deduzco que tu último reporte acerca de las actividades del internado ha sido tan corto porque todo ha de estar marchando de maravilla. Te escribo estas líneas antes de acostarme solo para avisarte que tu carta fue bien recibida. El faisán que hemos degustado hoy en la cena fue un manjar. Su carne es tierna, sublime y sabrosa, pues se parece a la carne de ave y a la de venado al mismo tiempo…”

Como solo hablaba de comida hasta el final, Hyacinthe la devolvió a su lugar muy pronto.

Había varios sobres sin abrir cuyo remitente era “Fyodor Lubbouton” y “Malcom Mainfraid”. Hyacinthe comenzó a ojear la libreta.

“3 de septiembre de 1768

Hoy han llegado dos nuevos pupilos: un joven francés y una muchacha inglesa. Ella tiene el cabello rubio ceniza, pero creí haber notado una inusual coloración rojiza en las puntas, como si se hubiese manchado. Quizás sea un buen momento para incorporar nuevas reglas de higiene, especialmente para que las conozcan los plebeyos.

25 de septiembre de 1768

Es una preocupación menos saber que finalmente Alaister Rex y Rekyem Blackwood se casarán. Resulta perjudicialmente sencillo darse cuenta de que se escabullen durante la noche para encontrarse. La muchacha debería aprender más del arte de la discreción que, por cierto, su tío practica con gran habilidad. Sin embargo, en ese sentido, siempre estarán mejor preparados los compatriotas franceses.”

Comenzaron a oírse pasos aproximándose del otro lado de la puerta. Lo más rápidamente que su condición se lo permitía, Hyacinthe cerró el cajón, deslizó el estilete bajo el mueble y escondió el diario en su piyama al tiempo que corría a meterse en la cama. Todavía estaba agitado cuando la puerta se abrió…

(((Aclaro que hice el post con Lina y ella redactó los fragmentos que le correspondían a su personaje (Adolphe). Digo para que sepan que no hubo manejo de personaje xD

Vanessa: ¡no descubras a Hyacinthe todavía! )))
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