Nov 28, 2011 16:26
Habían pasado varios minutos, los zapatos martillaban pesadamente el suelo de los laberínticos pasillos camino al despacho de la Directeur y ahora, cuando sólo faltaban unos cincuenta metros sintió la asfixiante necesidad de apurar el paso como si su vida fuera demasiado corta para despercidiarla en un perezoso caminar.
Al estar frente a la imponente puerta debió apoyarse en sus rodillas para tomar el aliento que le faltaba, y la decisión de golpear o no se hizo presente.
Esperó. Sus sentidos afinados por su profesión le permitieron oír cualquier ruido interno.
"Sí, ella está aquí" Finalmente golpea y tras el sonido entra cuidadosamente.