No. 6 Cap 10 - Peligro oculto

Oct 31, 2012 22:54


Autora: Asano Atsuko
Traducción de japonés a inglés: 9 ave

Traducción al español: Azhreik

Lista de capítulos
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Nunca le abras tu corazón a nadie. No creas en nadie más que en ti mismo.

Las últimas palabras de la anciana. De nuevo se volvía contra ellas.

No quiero perderlo. Sufriré.

Nezumi cuidadosamente enrolló de nuevo la nota de Karan y la metió dentro de la cápsula.

Estaba acostumbrado a la pérdida, a sufrir. ¿No es cierto? Incluso si Shion moría, tal vez no gemiría en agonía por su profunda pérdida. Incluso si lo hacía, tal vez sólo sería durante poco tiempo.

Podría usar libremente su cama y ducha; no tendría que preocuparse de hacer suficiente sopa; no sería arremetido con preguntas o conversaciones. Se vería libre de levantar la vista a mitad de un libro para poner atención a las palabras de otros, y de dar una respuesta mientras intenta contener su irritación.

Volvería a su vida normal. Eso era, simplemente debía entregar la nota, con cápsula y todo, a Shion, y luego darle la espalda.

Por capricho, Nezumi abrió de nuevo la puerta.

Ante él estaba su habitación, llena de libros y el disperso mobiliario. La cámara subterránea, rodeada de gruesos muros, era un nido que encajaba bien con una rata como él.

La habitación lucia árida y oscura, y más grande de lo normal. Su frialdad, oscuridad y espacio vacío penetró en sus huesos.

Eso es lo que significaba apegarse a alguien. Ya no sería capaz de vivir solo. Era una de las muchas trampas colocadas astutamente acechando en cada esquina de su vida. Y en ésta, había caído víctima.

Shion se ha ido acostumbrando a la vida en el Bloque Oeste, sin embargo Nezumi no está dispuesto a que Shion se convierta en su debilidad; pero muy pronto sus sentimientos se ven a prueba, cuando llega un mensaje de Karan, ¿Debe entregárselo a Shion y librarse de él, u ocultarlo y seguir como hasta ahora?

[Capítulo 10 parte A]

Capítulo 10.

Peligro Oculto

El primer día, todos apuntamos a nuestros países. El tercer o cuarto día apuntamos a nuestros continentes. Pero el quinto día, fuimos conscientes de una única Tierra.

-Sultán bin Salman Al-Saud, astronauta.

Después que Shion hubiera terminado de leer el libro ilustrado, Karan soltó un suspiro de satisfacción.

-Esa fue una buena historia.

Rico resolló malhumorado. Jugueteó con los vendajes nuevos en su cuello y se quejó.

-Bueno, yo no creo que fuera buena. Las historias sobre conejos son aburridas.

-Entonces, ¿Qué clase de historia quieres escuchar, Rico? -preguntó Shion.

-Mmmmm- -Rico se detuvo a pensar un momento. -Oh, una historia sobre pan. Y- y una sobre sopa y batatas fritas.

-Debes tener hambre, Rico.

Karan volteó hacia Shion y asintió.

-Tiene hambre todo el tiempo. Rico está más hambriento que los demás.

-Entonces, espera un minuto. Creo que tengo algo de sopa… -¿Quedaba algo de sopa para él? Un tazón lleno de sopa que pudiera saciar el estomago vacío de Rico durante un rato-

Karan se levantó.

-No, gracias. Está bien. Ya tenemos que irnos a casa. -Agarró la mano de su hermano menor y se acercó a la puerta. Se detuvo, volteó y susurró. -Gracias por leer para nosotros.

-No es nada.

-¿Podemos venir de nuevo mañana?

-Por supuesto.

-Ok. -Una sonrisa se extendió por el rostro de Karan, y medio arrastró a Rico por la puerta. Nezumi se estiró a la sombra de una pila de libros.

-Estúpido como siempre, ¿No?

-¿Estúpido? ¿Yo?

-Dicen que los mayores idiotas son los únicos que no se dan cuenta que son idiotas. Creo recordar un proverbio parecido. -Nezumi se levantó y se envolvió la tela de superfibra en el cuello. -Intentaste darles limosna a los niños. Intentaste darles las sobras de sopa.

-¿Eso es estúpido?

-Esos niños vinieron a que les leyeran, no vinieron a mendigar. Si puedes asegurar que Rico nunca más esté hambriento, entonces estaría excelentemente bien. Pero si por capricho le das la sopa sobrante un día, ¿Qué vas a hacer la próxima vez que esté hambriento? No serás capaz de cuidar de él todo el tiempo. Si vas a ser irresponsable y lo abandonarás a mitad de camino, sería mejor que en primer lugar no le dieras nada. Karan tiene una mejor idea de cómo funcionan las cosas. Esa chica es brillante y digna. Sabe rehusar tu imprudente caridad a medias.

Shion se hundió en una silla. Las palabras de Nezumi siempre le causaban dolor. Sentía como si su piel le estuviera siendo arrancada de todo el cuerpo. Casi podía escuchar el sonido de su carne siendo desgarrada. Su estupidez, su arrogancia, su negligencia. Con su vanidad externa cayendo, estaba desnudo: superficial y pretencioso- su verdadero yo. Nezumi se paró enfrente de él y continuó hablando mientras se ponía un par de guantes.

-Hay un segundo ejemplo de tu estupidez. ¿Quieres oírlo?

-Claro, dime.

-Hiciste una promesa para mañana.

-¿Hay algo malo en ello?

-No hay garantía de que vaya a existir un mañana.

Shion respiró profundamente.

-Así que estás diciendo que ¿No puedo estar seguro que estaré vivo mañana para leerles un libro a esos niños?

-Sí. Verás, empiezas a captar las cosas más rápidamente. Estás en la lista de Buscados del Departamento, y ayer estabas vagando fuera. No me sorprendería si los satélites de rastreo ya te tuvieran, tal vez los tipos que no tienen nada mejor que hacer en la división de Aplicación de la Ley del Departamento de Seguridad se dirigen hacia aquí ahora mismo. Si es así, entonces puedes olvidarte de leer en voz alta mañana. En el mejor de los casos estarás en una celda solitaria en el Correccional; en el peor, ni siquiera serás capaz de hablar, porque estarás muerto.

Shion clavaba la mirada en los guantes de piel de Nezumi. Incluso aunque estuviera hablando crudamente, sus movimientos aún eran elegantes. Shion quería imitarlo, si podía.

-¿Qué? -dijo Nezumi. -Estás distraído de nuevo.

-Oh… uh, lo siento.

-Realmente no tienes sentido del peligro, ¿Cierto? Creo que incluso un cervatillo recién nacido sería más cuidadoso que tú.

-Nezumi.

-No quiero oírlo, -dijo abruptamente. -Voy a trabajar.

-¿Realmente la ciudad intenta capturarme?

Nezumi se detuvo.

-Este lugar está junto a No. 6, -continuó Shion. -Si realmente tuvieran que capturarme, no sería nada difícil que lo hicieran… no, ni siquiera sólo yo. Tú también eres un CV fugado, ¿No? Y a diferencia de mi, tú andas fuera todo el tiempo. Los satélites de rastreo de No. 6 pueden mantener vigilancia detallada de una localización desde su órbita estacional.

-Aja, ¿Y?

-Y entonces me pregunto por qué. Las autoridades no intentan capturarnos en serio. Al menos, con certeza no están desesperados por hacerlo.

Nezumi encogió los hombros.

-Shion, para bien o para mal, la ciudad en la que naciste no está interesada en las cosas del exterior. Para ellos, todo se encuentra dentro de esos muros de aleación especial. El Bloque Oeste es su basurero. Aquí, arrojan sus desperdicios, su pus. Si para ellos eres pus, probablemente piensan que el Bloque Oeste es un lugar apropiado para ti, han sacado la pus de su pequeña herida y la arrojaron a la basura. No van a regresar a buscarla.

-Así que estaré a salvo mientras permanezca aquí.

-¿Quién sabe? Probablemente no sea tan fácil, pero existe una posibilidad de que así sea. -Tú dijiste que querías seguir viviendo aquí, ¿No? Tal vez tu sueño se hará realidad.

-Al menos hasta primavera.

Tenía tiempo libre hasta primavera. Una vez que llegara la primavera, y las avispas entraran en periodo de actividad, ¿Qué pasaría en el interior de la Ciudad Sagrada? ¿Las avispas barrerían la ciudad con su terror? Tenía que hacer algo antes que el tiempo se hiciera cálido, antes de que llegara la primavera. Tenía que hacer un plan antes de que pasara el invierno.

-Las avispas come hombres finalmente se han mostrado, -dijo Nezumi alegremente. -Debes simplemente sentarte y observar, será un escenario interesante, ver qué sucede en No. 6. Nuestras avispas serán la estrella del escenario. Una tragedia como ninguna otra- o una comedia como ninguna otra, me pregunto ¿Cuál será?

-Mi madre aún está dentro de esa ciudad. No puedo quedarme parado y ser un espectador.

-¿Qué, estás planeando ir a casa?

-Una vez, antes de que llegue la primavera. Voy a ver si puedo hacer un suero de sangre para entonces.

-¿Usando tu propia sangre?

-Sí. Por supuesto, será imposible hacer un suero perfecto, pero vale la pena intentarlo.

-Oye, puede que seas un genio, pero ¿Qué puedes hacer sin ningún vaso de precipitados o jeringa? Ten por seguro que no puedes obtenerlas aquí.

-Voy a intentar pidiéndoselas a Rikiga-san. Puede que sea capaz de obtener al menos lo mínimo del equipo que necesito.

-El hombre no hará nada a menos que eso le haga ganar dinero, -dijo Nezumi categóricamente. -Podrás ser el hijo de la chica que solía amar, pero intenta que haga trabajo gratis y se dará la vuelta lo más rápido posible.

-¿Eso crees? -dijo Shion dudando. --Pero aun así necesitamos un suero. Sí, le diré que si va bien, podría sacar algo de dinero. Lo convenceré de alguna man-

El pie de Nezumi se movió. Shion, la silla y todo se azotaron en el suelo. Una pila de libros colapsó y los ratones se alejaron.



-¿Por qué fue eso? -Intentó levantarse. Antes de que Shion pudiera moverse, la rodilla de Nezumi estaba en su pecho y su mano retenía su hombro en el suelo.

-Shion. -Mirando el rostro de Shion desde arriba, Nezumi movió los dedos desde el hombro de Shion a su garganta. A través de la piel de los guantes, Shion pudo percibir la sensación de los cinco dedos en su cuello. Apretaron lentamente.

-¿No te vas a resistir?

-No, sería inútil. Estarás de acuerdo, -dijo Shion con calma.

-Rindiéndote tan fácilmente, ¿Eh? ¿No te importa tu vida?

-Por supuesto que me importa.

-¿O estás pensando que nunca te mataría?

-Sí.

Nezumi sonrió. Sus ojos grises, sus labios delgados y su bien formada nariz formaron una sonrisa hermosa pero cruel y despiadada.

-No te tengas en tan alta estima, -dijo suavemente. Un cuchillo apareció en la mano de Nezumi como por arte de magia. -Me recuerdo haciendo algo parecido hace cuatro años. Te estaba reteniendo así en tu cama.

-Yo también lo recuerdo. -dijo Shion. -En esa ocasión, yo fui el que se abalanzó sobre ti. Me esquivaste como si nada, y al siguiente momento, me estabas sometiendo y yo ni siquiera pude moverme.

Esa noche tormentosa. Recordaba el viento rugiendo fuera de su ventana. Recordaba la sensación del cuerpo flacucho de Nezumi, febril y caliente. Habían pasado cuatro años desde entonces.

Han sido cuatro años, y aun así no tengo ni la habilidad ni el corazón para empujar a un lado su cuerpo.

-En esa ocasión, yo estaba sosteniendo una cuchara. Y dije- ¿Lo recuerdas? - que si fuera un cuchillo, estarías muerto.

-Sí.

-¿Quieres intentarlo? -Sus dedos se apartaron de la garganta de Shion. En su lugar, la hoja del cuchillo se presionó bajo su barbilla; estaba fría. Shion sintió un pinchazo doloroso.

-No permitiré que hagas un suero con tu sangre, -susurró Nezumi. -No te salve para que fueras e hicieras algo así. Mantén las narices fuera de los asuntos que no te incumben. Quédate encerrado aquí hasta que llegue el momento.

-¿Hasta que llegue el momento? ¿Cuándo será eso?

-Cuando impacte a No. 6 con el estallido fatal, será entonces.

-Cuando impactes a No. 6…

-Sí. Voy a exprimirle hasta el último aliento.

El pecho de Shion se liberó del peso. Nezumi apartó su cuchillo y borró la cruel sonrisa de su rostro. Se quitó un guante y con el dedo desnudo acarició suavemente la piel bajo la barbilla de Shion. Una pequeña mancha roja se impregnó en la punta de su dedo.

-Esta es tu sangre. Ni siquiera pienses en hacer algo estúpido como hacer un suero. Dale un mejor uso.

-Nezumi. -Shion sujetó su muñeca. -¿Por qué detestas tanto a No. 6?

No hubo respuesta.

-¿Qué sucedió entre tú y No. 6? ¿Por qué tienes tanto odia hacia ella?

Nezumi exhaló brevemente. Flexionó los músculos de su muñeca.

-Shion, ¿Aún no entiendes qué clase de lugar es No. 6? Succiona los nutrientes de los lugares a su alrededor, y mientras estos adelgazan, ella sólo se vuelve más corpulenta. Es una odiosa-

-Ciudad Parásita.

-Sí. Así que sabes de lo que estoy hablando. La humanidad tiene cada vez más la intención de expulsar los organismos parásitos. Lo que yo estoy haciendo es lo mismo. Voy a exterminar y barrer No. 6 de la faz de la tierra y una vez que ya no exista, la gente ya no tendrá que vivir en el basurero.

-Pero lo que yo quiero oír es tu razón personal, -insistió Shion.

-No tengo ninguna.

-Estás mintiendo. Tú fuiste el que me dijo que sólo peleara por mi mismo.

Nezumi se quedó callado, y encogió los hombros.

-¿Es venganza?

Silencio. Nezumi ni siquiera se molestó en soltarse del agarre de Shion, y lo miró mientras estaban cara a cara.

-¿Quieres vengarte de No. 6? Si es así- ¿Entonces qué sucedió?

-No necesito decírtelo.

-Quiero oírlo. -Shionapretó los dedos alrededor de la muñeca de Nezumi. -Quiero saber, Nezumi.

Repentinamente, Nezumi comenzó a reír. Sonaba como una risa genuinamente llena de alegría.

-Caray, eres como un mocoso teniendo una rabieta. Muy bien Shion.

-¿Mm-ajá?

-Si te lo digo, ¿Cooperarás conmigo?

-¿Eh?

-¿Me asistirás mientras clavo un cuchillo en el corazón de la ciudad donde naciste y creciste? ¿Me ayudarás a llevar la destrucción- no la salvación- a esa ciudad? No necesito ningún suero de sangre. Si las avispas parásitas existen, entonces las usaré. Quiero causar estragos desde el interior de No. 6. Quiero ver a la gente que siempre ha vivido con seguridad, entrar en pánico, huir en confusión, y dirigirse ellos mismos a la destrucción. Esa es la clase de cosa que tengo en mente. ¿Me ayudarás, Shion?



Shion sacudió la cabeza de un lado a otro. Apartó la vista del par de ojos grises.

-No puedo hacer eso.

Nezumi se sacudió los dedos de Shion.

-Siempre eres así, -espetó Nezumi. -Balbuceas sobre querer saber, pero nunca estás preparado para manejarlo. Saber significa estar preparado para saber. Una vez que descubres la verdad, no hay vuelta atrás. No puedes regresar a ser igual a como eras antes, dichoso y despreocupado. ¿Por qué no puedes entender eso?- Shion, déjame hacerte otra pregunta.

Nezumi se puso en cuclillas y enganchó un dedo bajo la barbilla de Shion.

-Yo o No. 6 - ¿Cuál eliges?



El aliento de Shion se quedó atorado en su garganta. Sabía que se enfrentaría a esa decisión algún día. Había presentido que vendría.

¿Cuál elegiría? Si escogía uno, perdería al otro. No quería regresar a No. 6. En ese sentido, no tenía ningún lazo que lo uniera a la ciudad; pero con las personas era diferente.  Su madre y Safu, quien estaba en otra ciudad ahora, y los habitantes de Lost Town, todos estaban dentro de esos muros; dentro de esos muros había paisajes familiares y recuerdos cariñosos.

Si Nezumi albergaba odio hacia la totalidad de No. 6, su gente, paisajes, recuerdos y todo, entonces no podía simpatizar con ese odio.

Los dedos de Nezumi se apartaron de su barbilla.

-Tú amas No. 6, y yo la odio. Es por eso que- un día, seremos enemigos.

Fue un murmullo, un murmullo que apuñaló su corazón.

-Tengo el presentimiento de que lo seremos. -dijo Nezumi bajito.

Había dicho algo similar anteriormente. En esa ocasión, Shion también había querido saber. Había querido saber cómo había crecido Nezumi. “Quiero saber sobre ti”, había dicho. Y ahora estaba recibiendo la misma respuesta que en esa ocasión. Seremos enemigos; pero en esa ocasión, aún había risa en los ojos de Nezumi y su voz había sido ligera en tono de broma. Pero ahora, era pesada. Una oscuridad colgaba sobre la afirmación, y el peso de su realidad se hundía más profundamente en Shion. Era la respuesta sincera de Nezumi.

Algún día, seremos enemigos.

Nezumi se puso de pie y miró el reloj en la pared.

-Mierda, voy tarde, -se dijo a si mismo. -El manager probablemente esté molesto. -Le dio la espalda a Shion. Su voz y sus ojos ya no tenían ni sombra del intento de asesinato. Sus ojos grises eran brillantes, y el tono de su voz era casual.

-Nezumi.

-Sí, sí. -dijo Nezumi despreocupadamente. -Mama irá a trabajar ahora. Corderito, estás a cargo de la casa mientras estoy fuera. Un espeluznante lobo va a venir, pero hagas lo que hagas, te prohíbo que abras la puerta. ¿Ok?

-No me subestimes, -dijo Shion calladamente.

La expresión de Nezumi se endureció. Levantó un poco la barbilla y apretó la mandíbula.

-¿Qué acabas de decir?

-Dije: no me subestimes tanto.

-¿Estás ofendido porqué te llame corderito? ¿Entonces por qué no te doy el papel de la Caperucita Roja? Linda e inocente Caperucita Roja. Ajena a las dudas y la cautela, termina siendo devorada por el lobo. Un papel perfecto para ti.

No vas a conseguir provocarme. Puedes ser condescendiente conmigo todo lo que quieras, pero hay algo que necesito decirte.

-A veces hay cosas que yo puedo ver y tú no.

-No entiendo qué estás diciendo, -dijo Nezumi francamente. -Oh, espera, se supone que esa es tu frase habitual, ¿Cierto?

-Tú pones todo en dicotomías, -continuó Shion, ignorando el comentario de Nezumi. -Amas u odias. Eres amigo o enemigo. Afuera del muro o dentro del muro. Y siempre dices que sólo puedes escoger una de ellas.

-Por supuesto. Si me paro en la bifurcación del camino, perdiendo el tiempo intentando decidir qué hacer, me extinguiría. Eso es lo que hacen los cobardes y traidores. No puedes huir por siempre; algún día tendrás que escoger una sobre la otra.

-¿No crees que podría haber una tercera opción?

-¿Tercera opción?

-Sí.

-Shion, lo que estás diciendo es incomprensible, -dijo Nezumi con irritación. -¿Qué “tercera opción”?

-En vez de destruir No. 6, ¿Qué tal si la haces desaparecer? ¿Nunca has pensado en ello?

Nezumi puso una mano en su mejilla y respiró hondo. Se estaba conteniendo para no dejar que se reflejara en su rostro, pero Shion podía asegurar que estaba agitado. Shion dio un paso al frente.

-Derribar los muros. Liberarse de ellos.

-¿Te refieres a las barreras de No. 6?

-Sí. Sin sus muros, No. 6 es un lugar que ya no existiría. Todos serían libres de ir y venir libremente. Quita los muros y puertas; entonces no habrá nada que divida No. 6 y los Bloques, y-

Nezumi rompió a reír. Se inclinó, sosteniéndose el estomago. Su aullante carcajada hizo eco en la habitación subterránea. Los ratones temerosos, se acurrucaron juntos, enrollándose, haciéndose aún más pequeños.



-¿Te parece gracioso?-  Dijo Shion tenso.

-Es hilarante. Es tan gracioso que me hace llorar. No eres simplemente un cabeza hueca, ¿Cierto? ¿También tienes tendencias ilusionistas? Que tercera opción, ¿Eh? Simplemente son palabras bonitas, un cuento de hadas irreal.

-Nezumi, hablaba en serio cuando dije-

-No quiero nada de eso. -No quedaba ni rastro de la sonrisa en su rostro cuando Nezumi dijo esas palabras. -Simplemente no podemos hacer que el lugar desaparezca tan fácilmente. Tenemos que permitir que siga siendo de la forma que es, dejar que se disfrace y se de un atracón de buena comida, deja que engorde. Simplemente puedo imaginar lo grandioso que debe sentirse rebanar esa panza de un solo golpe; voy a sacar sus entrañas repletas y las expondré a la luz. No puedo esperar. Sí, la primavera va a ser grandiosa. Estoy muy excitado.

Shion levantó la barbilla y apretó los puños a los costados.

-No me importa si te ríes de mi, aun así pienso que puede hacerse, -dijo desafiante. -Quiero creer que es posible.

-Solamente estás buscando una ruta de escape, -replicó Nezumi. -Buscas una forma de evitar salir herido. Te diré que si derribas los muros no conseguirás ninguna especie de paraíso. Será un infierno: tumultos, desorden, lucha, saqueos- no sabes cuanta gente ha sido sacrificada para que esa ciudad pudiera estar donde está ahora. No sabes, y es por eso que puedes darle vueltas a cuentos de hadas como ese. Shion, no es posible; no es como mezclar pintura, no puedes entremezclarlos y hacerlos uno. Uno tiene que destruir al otro, es la única solución. Así lo ha dictado el destino. Amor y odio, amigos y enemigos, los que están dentro de los muros y los que están afuera- y tú y yo. No pueden ser uno, ni tampoco nosotros.

-No lo sabrás hasta que lo intentes. Por una razón…-

-¿Por una razón?

--Yo sé que no me convertiré en tu enemigo. Nunca, no importa lo que suceda, incluso si soy asesinado, estaré de tu lado.

-Son sólo palabras bonitas.

-Es mi resolución.

Era su voluntad y era inamovible. Para saber, tenías que intentarlo primero. Él creía que las almas humanas, cuando se enfrentaban a un dilema, escogerían la paz sobre la guerra, canciones y escritos sobre armas, y el amor por sobre el odio. No era una fantasía. Era esperanza. Aún no he abandonado la esperanza; deseo encontrar un camino que no puedes ver y te lo señalaré.



Parte B

novela no. 6, no. 6, traducción, novela 2

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