Adiós al Ayer [3/3]; parte I

Jun 17, 2008 12:23


Título: Adiós al Ayer.
Autor:  furiosity
Traducido por: azazelblack
Género: Drama/Romance
Rating: NC-17
Pairing: Harry/Draco; Draco/Otro; Harry/Ginny
Disclaimer: Todo pertenece a JKR. Yo sólo juego. Tú no me demandas.
Summary: Draco se sentía listo para enfrentarse incluso a un millón de años en Azkaban siempre y cuando eso significara que  al final, haría que Potter pagara.
Link al original: Good-bye to Yesterday

Notas de la autora: Escrito para mijan como parte de hd_holidays 2006. Muchas gracias a nqdonne por betearlo y aguantarme. Gracias también a  kriken por venir a mi rescate cuando esta historia aún era un esbozo.

Notas de la traductora: Y, por fin, aquí está el final ^^. Espero que os guste. Gracias mil a  furiosity por darme su permiso y otras tantas para  sirem por betearlo. Si aún quedó algún error, todo culpa mía, que ando a uvas últimamente.

Primera parte en [1/3]; parte I


-Entonces -dijo Dolores mientras se recostaba en la silla de su escritorio -¿qué planes tienes para el año nuevo?.-Draco se encogió de hombros.

-Si estás pensando aún en minar la credibilidad de Potter, me temo que es un poco tarde para eso.

Dolores frunció los labios.

-Sí, bueno, ninguna insinuación que hagamos ahora tendrá tanto impacto como lo hubiera tenido cuando estalló la historia de Davies. Pero no es muy pertinente ahora que Potter se haya retraído tanto de la vida pública.

-¿Por qué lo ha hecho? -preguntó Draco, pensando en los fuertes dedos de Potter alrededor de sus muñecas, fijándolo a la cama.

-No tengo la menor idea -dijo Dolores. -Pero sospecho que el embarazo de su novia debe haber tenido algo que ver con eso. Las últimas encuestas de opinión muestran una fuerte desaprobación al firme rechazo de Potter a casarse con la chica.

-Potter nunca va a ser diplomático -replicó Draco. -Eso debería ser bastante obvio para cualquiera.

-Esa es, probablemente, la razón por la que Granger ha estado tan tranquila últimamente. Aunque supongo que la auditoría que ordené en el Departamento de Misterios está teniendo su efecto también -su gran sonrisa era triunfante. -Draco resopló.

-Bien hecho, Dolores. Podrías neutralizarla completamente haciendo que las auditorías fuesen una tradición anual, lo sabes.

-No es una mala idea.

Hubo un fuerte golpe en la puerta y el Ministro Scrimgeour irrumpió en la oficina de Dolores, luciendo agobiado.

-Merlín me salve de los periodistas -se quejó. -Soy un Auror, no un mono de feria. Debería haber al… Oh, buenas tardes, Sr. Malfoy. No me di cuenta de que tenías un invitado, Dolores.

-Ya me estaba yendo -dijo Draco, y se levantó. -Vendré de nuevo a lo largo de la semana -le dijo a Dolores. -Le ruego que me disculpe, Ministro.

Tomó las escaleras que bajaban al Atrio, donde inmediatamente se encontró cara a cara con Potter. El estómago de Draco dio una voltereta, pero él la cambió por una máscara de diversión benigna.

-Qué casualidad encontrarte aquí -dijo, moviéndose para pasar.
El brazo de Potter se extendió y agarró la muñeca izquierda de Draco. Por un momento, Draco sintió el golpe de su último encuentro con ese toque.

-Un poco descarado, ¿no crees? -murmuró mientras paraba y se giraba para encarar a Potter.

Los ojos de Potter se oscurecieron.

-Quiero que te encuentres conmigo en el Valle de Godric esta noche.

-¿El Valle de Godric?

-El lugar donde nosotros… ya sabes. Estuvimos. La última vez que nos vimos.

-Oh, el lugar donde estuvimos -dijo Draco, arrastrando las palabras. -¿Cómo podría olvidarlo? Qué forma tan agradable de estar fue esa-. La excitación golpeó su sangre; los sucesos de esa noche habían afectado a Potter. Después de dos semanas sin una palabra, Draco había pensado que era de otra manera.

-¿Vendrás?

-Fui la última vez; no veo porqué no habría de hacerlo ahora.

La cara de Potter se volvió rosa.

-Eso no es por lo que… No es lo que yo… Puta mierda, Malfoy, sólo dime, ¿me complacerás con tu presencia o no?

-Tanta pasión, tanta expresión… -bromeó Draco. -¿Cómo podría negarme? -Potter liberó su muñeca.

-Nueve en punto.

+

-Entonces, ¿sabe tu novia lo que estás haciendo esta noche? -preguntó Draco. Se había Aparecido ahí momentos antes; era un milagro que no se hubiera escindido a sí mismo… era difícil concentrarse en un destino del cual uno sólo tenía vagos recuerdos.

Potter se estremeció.

-Piensa que estoy comprando ropa para el bebé con Hermione.

-Granger te apoya en esta particular misión, entiendo.

-Hermione siempre me apoya -la voz de Potter era completamente inanimada.

-Mmm -dijo Draco, mirando alrededor con algo de interés. La habitación lucía diferente con la luz encendida, como todas las habitaciones. La cama era más grande de lo que recordaba, y la Saeta de Potter estaba apoyada en una esquina al final de la habitación. Fuera de la ventana, Draco podía ver las luces distantes de un pequeño pueblo o aldea -el Valle de Godric, sin duda-. Una foto en una de las mesitas al lado de la cama mostraba a Potter y su novia, sin duda en tiempos más felices. Draco asintió hacia la fotografía. -He oído que las fotos mágicas pueden funcionar como los retratos. ¿No tienes miedo de que nos haya visto la otra noche?

-¿Quién? ¿Mi madre?

Draco bizqueó hacia la foto. Casi seguro, la mujer no tenía pecas en la cara, y era bastante más guapa que la chica Weasley. James Potter, por otro lado, no tenía nada mejor que su hijo.Debidamente perturbado por tener tan caritativos pensamientos hacia Potter, Draco giró hacia él.

-Por amor de Dios, te has casado con tu madre, Potter. Es morboso, Potter.

-No me he casado con nadie -murmuró Potter. -Mira, no quiero hablar de Ginny. -Draco inclinó la cabeza hacia un lado.

-¿De qué quieres hablar?

-Quiero saber qué es lo que me hiciste.

-¿Otra vez con lo mismo? -preguntó Draco, parpadeando.

La expresión de Potter era dolorosa.

-Desde aquella noche, yo… -paró, tragó, desvió la vista. -Es como si me hubiera tomado una poción de amor.

-No lo entiendo. -Pociones de amor. ¿Por qué no había pensado Draco en eso?

Potter frunció el ceño, inhaló, exhaló, se mordió el labio. -No puedo dejar de pensar en ti.

Porque cualquier tonto incompetente podría conseguir una poción de amor. Esto, en cambio…

-Por supuesto que puedes -dijo Draco rápidamente, tratando de enmascarar su euforia. -Es sólo que no quieres. No es que me sorprenda. Sospecho que es justo ahora cuando tu encantadora mujer te está negando placer carnal porque ‘podría dañar al bebé’, ¿verdad? Quiero decir, seamos sinceros. Tu polla es bastante grande.

Potter echó la vista abajo.

-Es jodidamente ridículo que tú estés hablando de mi polla.

-¿Qué hay de ridículo en eso? Creo que si he tenido algo metido en el culo, ciertamente tengo permitido hablar sobre ello -en dos zancadas veloces, estaba al lado de Potter, moviendo su mano para cubrirlo a través de los pantalones. -Y no sólo hablar de ello.

Potter siseó y trató de alejarse, pero Draco puso su otro brazo alrededor de la cintura de Potter y lo sujetó allí.

-Malfoy, no.

-¿Por qué no? -suspiró Draco en su oído, presionando su palma lisa y dura contra la erección de Potter. -Esto es lo que quieres.

-Yo no debería… Yo, no.

Draco desabrochó el botón del vaquero de Potter y empujó la cremallera hacia abajo.

-Nunca te digas a ti mismo que no deberías querer algo -dijo quedamente, y tiró de los pantalones y los calzoncillos de Potter hacia abajo. -Sólo lo querrás más -tomó la enardecida, tensa polla de Potter en su mano y cerró los ojos con deleite. Enemigo mortal o no, la erección de Potter se sentía gloriosa en su palma, cálida y sedosa y un poco húmeda.

-Malfoy… -las notas suplicantes en la voz de Potter hicieron que Draco quisiera correrse justó ahí y en ese momento.

-Shh -suspiró, y apretó. Potter respiró rápidamente. Draco lo liberó y lentamente se puso de rodillas, mirando la cara de Potter todo el tiempo. Las gafas de Potter tenían una fina línea de vaho en el fondo, y su boca pendía ligeramente abierta. Las ligeramente rabiosas respiraciones de Potter se colaban a través del silencio. En algún lugar del piso de abajo, un reloj hacía tic-tac sincronizado con ellos.

Cuando Draco cerró su boca sobre la dureza de Potter, Potter jadeó, sorprendido, y luego dijo: -No.

Draco lo ignoró y estrechó su agarre. No se molestó en provocarlo; quería hacer que Potter se corriera, así que chupó, manteniendo una presión firme en la base de la erección de Potter. Con un sollozo, Potter giró sus caderas violentamente y se forzó a salir de la boca de Draco. Su pene brillando con una mezcla de pre-eyaculación y la saliva de Draco, y Draco estuvo horrorizado al darse cuenta de que la quería de vuelta en su boca. Estaba de rodillas frente a su peor enemigo porque él realmente deseaba estarlo, no sólo porque lo hubiera escogido.

-No me digas que no lo estabas disfrutando -murmuró, tratando de reenfocar su mente.

Potter se liberó del agarre de Draco sobre su culo y se inclinó torpemente para subirse los pantalones.

-Lo hacía. Ese es el puto problema. No se supone que yo…

Draco se sentó en el suelo y cruzó las piernas.

-¿Y por qué coño no? No me digas que no te sientes como si te hubieras ganado el derecho a hacer cualquier cosa que quieras.

Potter hizo una mueca.

-Yo no te pedí que vinieras y así poder hacer lo que quisiera.

-Oh, ¿por qué me pediste que viniera aquí, entonces?

-Ya te lo dije. Creí que me habías dado una…

-No digas gilipolleces, Potter. Ese tipo de cosas puede funcionar con tus cándidos amigos, pero yo estoy mucho más de vuelta de estas sandeces de lo que tú nunca estarás -Draco miró hacia él y bizqueó.

Potter miró sus pies, frunciendo el ceño profundamente.

-No sé qué coño es lo que quería. Quería verte, estar a solas contigo…

-Follarme. Querías follarme otra vez -facilitó Draco. -A pesar de las trampas de tu conciencia. -Potter lo miró, su cara inescrutable.

-Quizá solo quería ver si podía decir no.

Hubo un pequeño terremoto en las profundidades de las tripas de Draco, pero él luchó por mantener la compostura.

-Así que perdiste mi tiempo. Me usaste para tus propios propósitos.

-No, no es así -dijo Potter, su ceño frunciéndose más.

-¿Cómo es, entonces? -Draco se levantó del suelo y conjuró un pequeño hechizo para alisar su túnica. Su pene aún rogando atención, pero Draco lo ignoró.

-Yo… No lo sé -farfulló Potter. -Lo siento.

Así que el pequeño mojigato cabrón conocía el remordimiento. Draco cogió aire antes de hablar.

-Supongo que con eso concluye la audiencia de esta noche. Diría que quiero hacer esto de nuevo, pero estaría mintiendo con todos los dientes. ―Quería gritar, arrojar algo lo suficientemente grande para hacer mucho ruido y quebrarlo en millones de afilados trozos.

-Mafoy, espera.

La mano de Potter se cerró alrededor del brazo de Draco. Draco miró hacia abajo y se fijó en las extrañas cicatrices, casi como letras:

N- D - - O D- - -R -E-TI- -S

-¿Qué es eso? -preguntó antes de poder pararlo.

-¿El qué? Ah, eso. Un recuerdo de un castigo con tu buena amiga Umbridge.

Ah. La pluma que Dolores había mencionado en varias ocasiones. Así que realmente existía.

-Dolores es una mujer encantadora. Probablemente te lo merecías.

Los ojos de Potter se oscurecieron.

-Pensarías eso, ¿verdad?

-Todos merecemos lo que obtenemos -dijo Draco. -Incluso si no lo parece en el momento.

-Entonces, ¿por qué estás tan molesto porque yo haya desperdiciado tu preciado tiempo? -Draco lo miró.

-Porque fue una estupidez venir aquí, y odio cuando hago cosas estúpidas. Si has terminado con mi brazo, me gustaría que me lo devolvieras. No querría Aparecerte en mi casa.

Potter agitó la cabeza ligeramente, como si quisiera aclarársela.

-No, espera. Joder, Malfoy, esto es estúpido.

-Si, estoy totalmente de acuerdo.

-Te deseo -soltó Potter. -No he deseado tanto algo desde hace mucho tiempo.

-¿Algo? No soy una cosa. No parezcas tan conmocionado ahora. Déjame ir. ―No tenía ningún deseo de convertirse en el juguete sexual de Potter. Quería su alma. Quería sujetarla en su mano y tener el poder de arrugarla como un pedazo de pergamino inútil.

-Lo siento -dijo Potter. -Sé que no eres una cosa. Yo sólo…

-Es la segunda vez que te disculpas en menos de diez minutos. Todo lo que quiero es que me dejes irme, Potter. En vez de eso, te disculpas y continúas insultándome -Draco frunció los labios. -Estoy empezando a pensar que hay algo que funciona realmente mal en ti. De cualquier forma, ¿quién rechaza una mamada gratis?

Potter resopló.

-¿Estás diciendo que las haces por dinero, también?

Puta.

Draco no estuvo seguro de lo que pasó después. La rabia lo cegó y se movió instintiva, fluidamente. Lo siguiente que supo fue que tenía a Potter contra la pared y sus manos estaban alrededor de su garganta. Potter estaba tratando de alejar los brazos de Draco, pero la magia salvaje de Draco era más fuerte. Se controló y liberó el cuello de Potter, despacio.

-No soy -gruñó -una puta.

Las manos de Potter aún estaban en sus brazos, y atrajo a Draco hacia él.

-No me importaría si lo fueras -dijo vacilante.

-Por lo menos no te estás disculpando -murmuró Draco. Potter enterró la cara en el cuello de Draco y dijo algo indistinguible; Draco no podía oírlo por la sangre latiendo fuertemente en su cabeza. Su magistral seducción estaba yendo terriblemente mal, pero justo ahora Draco encontró difícil preocuparse. No cuando la lengua de Potter estaba dibujando su clavícula de esa manera, no cuando las manos de Potter se estaban deslizando hacia su culo… más abajo, más abajo, apretando.

-Te deseo -susurró Potter, y la batalla estaba perdida.

-Entonces deja de hablar -suspiró Draco, y dejó caer su cabeza hacia atrás cuando la lengua de Potter encontró ese punto en la base de su cuello.

Esta vez, también, Draco le cedió el control a Potter. Cuando Potter rememorara su encuentro, no tendría otra opción si no recordar que Draco no le había forzado a hacer nada. Draco no forzó a Potter para que rasgara la manga de su túnica, para que cerrara la palma de su mano alrededor de sus erecciones y presionara sus cuerpos juntos hasta que Draco creyó que no podía respirar, para que dejara descuidados mordiscos cariñosos por todo el cuello de Draco, para que empujara a Draco hacia el suelo a cuatro patas como un perro…

Draco hizo una mueca de dolor y jadeó cuando la polla de Potter lo partió en dos, pero Potter no pareció notarlo. Embestía dentro y fuera con lentos, dolorosos gruñidos, y Draco se preparó mentalmente para fingir placer, pero entonces sintió a Potter rozar contra ese punto dentro suyo, una y otra vez, hasta que Draco estaba empujándose hacia atrás, jadeando, pidiendo más, más rápido, ahora. Potter dejó escapar un gemido lento y Draco sintió la semilla de Potter dentro suyo, sintió el agarre de Potter en sus costados aflojarse.

Esperaba que Potter se diera la vuelta como la última vez, pero en vez de eso, sintió la mano de Potter cerrarse alrededor de su erección. Su agarre era rudo y torpe, pero la cuidadosa, infantil incertidumbre en los movimientos de Potter hizo que Draco se pusiera más duro de lo que sus más depravadas fantasías habían hecho. En la mente de Draco, Potter era siempre bueno en todo, seguro de sí mismo y chulo. Sentir los dedos temblorosos de Potter alrededor de su pene hizo a Draco sentir que había ganado, que, de alguna forma, se las había arreglado para romper el exterior del héroe.

-Se siente bien -suspiró cuando el agarre de Potter se hizo más firme, más seguro, demandando. Al final, Draco se estaba jodiendo en la mano de Potter, sin pensar, desesperado por liberar la presión de su pecho y su bajo abdomen. Se corrió silenciosamente, mordiéndose el labio, y Potter gimió cuando la semilla de Draco se derramó sobre sus dedos. Draco se dejó caer sobre su estómago y cerró los ojos. El duro suelo de madera era frío y calmante.

-Lo siento -dijo Potter.

Draco se giro para mirarlo boquiabierto, pero Potter no estaba mirando a Draco. Estaba sentado con las piernas cruzadas cerca de la pared y mirando hacia la ventana.

-Puede que quieras reservar las conversaciones con tu conciencia para cuando me haya ido -dijo Draco, buscando su ropa.

Potter miró hacia él.

-No, lo siento. Estoy engañando a Ginny. Contigo. Y quiero seguir haciéndolo. Tú me haces…

-Ahórrame las confesiones -cortó Draco. -No doy una mierda por lo que tú y la chica Weasley hacéis. No tengo propósitos de ser la madre de tu hijo. Si quieres disculparte con alguien, discúlpate con ella.

Potter parecía sombrío.

-Me abandonaría.

-Entonces no se lo digas. No es como si esto fuera algo más que follar -a pesar de saberlo bien, Draco contuvo la respiración.

-No, no lo es -dijo Potter, y Draco exhaló. -Pero entonces, ¿cuál es el punto…

Draco se meció en silencio.

-A veces sólo quieres follar. La mayoría de las mujeres tiene problemas para comprender eso. No seas tan sensible, Potter. ―Draco sacudió su túnica y se la puso. Una vez había pasado por su cabeza, añadió: -No hay nada malo en follar. Yo puedo ser ‘eso’, por usar tu encantadora expresión, pero no soy una fémina demasiado sentimental.

+

Según pasaba el invierno, Ginny Weasley estaba cada vez más embarazada. Predeciblemente, Potter empezó a buscar la compañía de Draco más y más habitualmente: pasaron de ser encuentros semanales en el Valle de Godric a tres veces por semana a diarios. En abril, a veces, se encontraban dos veces por día. Si coincidían en el Ministerio o en el Callejón Diagón, les tomaba sólo unos minutos buscar el baño de caballeros más cercano.

En otras palabras, el plan de Draco estaba funcionando. Había usado la misma táctica con Davies, y Potter había caído también en ella. Los hombres realmente eran esclavos de sus pollas, Draco tenía que admitirlo. Todo lo que tenía que hacer era permanecer implacablemente deseoso de complacer sexualmente a Potter mientras mantenía una rígida distancia emocional.

-Oh, joder, sí -murmuró Potter cuando Draco rotó sus caderas debajo de él. -Me encanta cuando haces eso.

Draco jadeó cuando Potter entró más profundo en él. Deslizó sus manos hacia el trasero de Potter y lo agarró firmemente.

-No te muevas -dijo, y Potter obedeció instantáneamente. Su cabeza estaba arqueada encima de Draco, su pelo húmedo por el sudor cayendo en su cara. Draco se dijo a sí mismo que sólo había imaginado a su corazón saltándose varios latidos con esa visión. Movió su pelvis hacia arriba, tomando la polla de Potter más profunda dentro suyo, y luego rotó sus caderas justo de la forma a la que Potter le gustaba, una y otra vez, girándose y empujándose hacia arriba mientras la respiración superficial de Potter se convertía en un continuo, lento gemido.

Entonces el control de Potter se rompió, y ya no se mantuvo quieto. Se corrieron juntos, Potter moviéndose dentro y fuera con una rapidez cegadora y Draco retorciéndose debajo de él, su erección moviéndose nerviosamente contra sus cuerpos sudorosos.

Potter no se salió de Draco cuando terminó; raramente lo hacía. Descansarían un poco y Potter estaría duro de nuevo, y podrían simplemente continuar follando hasta que ambos estuvieran demasiado exhaustos. Draco se dijo a sí mismo que todo eso era parte de su plan, pero incluso él tenía que admitir que era más agradable pasar tiempo domesticando a Potter en su cama que pasarlo en la mansión presenciando el lento descenso de su madre hacia la locura.

Draco cerró los ojos apretadamente. Incluso pensar en eso era doloroso. Una nueva ola de culpa se cernió sobre él; era un completo inútil. ¿Qué bien podía hacerle su venganza si perdía a su madre? Se odiaba a sí mismo por estar ahí.

-Tengo que irme -dijo.

Potter, que había estado tranzando vagos caminos en los costados de Draco con sus dedos, lo miró.

-¿Por qué?

Draco maldijo mentalmente. No se suponía que Potter hiciera preguntas. No se suponía que se preocupara sobre las razones por las que Draco hacía nada.

-Tengo que hacer un recado -dijo sin comprometerse. Un recuerdo burbujeó, el de Draco pelando una mandarina mientras le hablaba a Davies sobre llevar a su madre de vacaciones… -Mi madre y yo vamos a ir a las Seychelles mañana.

-Oh -Potter se levantó de encima de Draco un poco más. -¿Cuándo planeabas decírmelo?

El tono demandante en la voz de Potter no complació a Draco en absoluto, a pesar de que debería.

-Te lo estoy diciendo ahora. -Los ojos de Potter eran duros.

-¿Cuándo volverás?

Draco se movió para que la polla de Potter pudiera deslizarse fuera de su culo.

-No lo sé. Ella no ha estado bien últimamente, necesita unas vacaciones. ―La idea le parecía cada vez mejor. Llevarse a su madre lejos de la mansión podía ayudarla, y alejarse de Potter por un tiempo sería bueno para su propia salud mental.

-¿Por qué no puede ir sola?

-¿Por qué no puedes parar de hacer preguntas estúpidas? No es asunto tuyo, Potter. Mi vida no es asunto tuyo.

Potter tragó y se giró hacia un lado.

-Seh -dijo. -Está bien. ―Draco salió de la cama y se escondió en la ducha. Normalmente hacían eso juntos, así que la ducha parecía extrañamente espaciosa de repente. Cerró los ojos y pensó en la boca de Potter en su polla la noche anterior.

No.

Cuando Draco salió de la ducha, la cama estaba hecha y Potter se estaba vistiendo.

-¿Sabes? -dijo mientras Draco sacaba ropa interior limpia del último cajón. -Me alegro de no ser como tú.

Draco paró.

-Eso está bien -dijo. -¿Estoy a punto de recibir un sermón sobre lo inapropiado que fue no notificarte de mi próxima ausencia?

-No un sermón -dijo Potter. -Pero al menos podrías haber dicho algo. Quiero decir, nos vemos cada día y…

-Y bien podríamos ser extraños -dijo Draco. Eso no era exactamente cierto, pero lo parecía a primera vista.

Potter parecía sorprendido, como si las palabras se le atragantaran.

-¿De quién es la culpa?

-No es una cuestión de culpa -dijo Draco, y caminó hacia el armario para coger su túnica azul oscura. -Nunca seremos amigos porque el tiempo para eso ha pasado. Nunca seremos amantes en el mejor sentido de la palabra porque tú siempre tendrás a Potter Junior.

-Así que se supone que debo ser feliz con que me dejes follarte y dejar de hacer preguntas estúpidas, ¿es así?

-Algo así -dijo Draco. Al menos Potter no carecía completamente de cerebro, como Davies había hecho. -No es como si esto fuera a durar para siempre -añadió. -Pronto tu novia dejará de trabajar y estará en casa con el recién nacido. No podrás pasar tus mañanas aquí conmigo, ¿o sí?

Los hombros de Potter cayeron hacia abajo y él lucía completamente miserable. Draco se odió por notarlo, y se odió todavía más por querer cambiar de opinión y decirle a Potter que no se iba a ir a ningún lado. Se suponía que debía estar feliz de ver a Potter así. Se suponía que debía estar feliz porque su plan estaba funcionando de forma implacable. En lugar de eso, se sentía un mierda.

Hubo un fuerte toque en la ventana y ambos hombres se congelaron, mirándose uno al otro.

-Gracias a Dios que estamos vestidos. Me acompañaré hasta la puerta -murmuró Draco, preparándose para Aparecerse.

-No, no te vayas todavía -dijo Potter rápidamente. Levantó su brazo derecho como si intentara buscar a Draco y detenerlo. -Por favor.

-¿Cómo vas a explicar mi presencia aquí a quien quiera que esté en la ventana?

-Quien quiera que esté en la ventana es una lechuza -dijo Potter. -La gente toca a las puertas.

Draco estaba sin réplica, y se odió un poco más por quedarse. Se había dejado involucrarse demasiado, demasiado atacado emocionalmente por Potter. Si no ponía algo de distancia entre ellos ahora, podría ser lo suficiente mujer para perdonar a Potter algún día. Y eso no sería aceptable.

Potter caminó hacia la ventana, retirando la cortina hacia un lado, y abriendo el pestillo.

-No lo entiendo -murmuró. -Nadie sabe de este lugar excepto tú y yo.

-Es una lechuza de San Mungo -dijo Draco. Lo era. Las lechuzas del hospital eran de una raza distintiva, y eran capaces de encontrar destinatarios en cualquier lugar del mundo sin una dirección.

Potter liberó a la lechuza de su carga -un paquete de apariencia oficial que lucía dos veces más grande que el pájaro en sí-. La lechuza levantó el vuelo y Potter se quedó mirando el paquete.

-Está dirigida a mí -dijo. -Quizá le ha pasado algo a Ginny. ―Su voz estaba temblorosa y Draco, una vez más, se odió por la punzada de celos que sintió.

-No lo sabrás hasta que la abras -dijo -pero si prefieres que me vaya…

-No, no lo hagas -dijo Potter, el tono de su voz firme. Rasgó el paquete para abrirlo. Contenía una fina carpeta y una carta.

Potter recogió la carta.

-Querido señor Potter -leyó en alto -aquí están los resultados de los análisis que realizamos después de su estancia con nosotros. Rogamos disculpe la demora, pero tuvimos que enfrentarnos con algunas dificultades inesperadas y delegar parte del trabajo a un hospital francés. Si tiene alguna pregunta o preocupación respecto a estos resultados, por favor, contacte personalmente conmigo en el hospital. Sinceramente, Medimago B. Roberts.

-¿Cuándo estuviste en San Mungo? -preguntó Draco, curioso.

-Después de la pelea con Voldemort. Me dio con algunas maldiciones con las que no estaban familiarizados así que me hicieron estas pruebas -murmuró Potter dejando a un lado la carta y abriendo la carpeta. Escudriñó el contenido de las primeras páginas y se quedó muy pálido.

Draco se acercó un palmo.

-¿Dice que vas a morir en el próximo año o algo?

Potter agitó la cabeza. Dejó caer la carpeta en el escritorio cerca de la ventana y anduvo a zancadas hacia el baño, dando un portazo tan fuerte que las paredes de la casa se agitaron violentamente.

Draco se acercó y recogió la carpeta, aún abierta en la página que Potter había estado leyendo.

(Áreas de interés)

Pérdida de visión: temporal. Podría oscurecerse a veces.

Inestabilidad emocional: posiblemente propenso a violentos arrebatos. Suavizar con ocasionales encantamientos de ánimo.

Infertilidad: irreversible. El sujeto no podrá tener hijos.

Continúa en [3/3]; parte II

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