LA LEYENDA DE LOS SIETE PRIMEROS. Final.

Sep 28, 2007 00:09



La Leyenda De Los Siete Primeros
Por Axon Corvus
Final
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Al apartarse de ellos la presencia del máximo creador del cosmos, los siete caídos sufrieron un colapso y perdiendo el sentido, permanecieron inconscientes por un largo, largo tiempo...
Cuando volvieron en sí, habrían sufrido de una mutación asombrosa, no solamente en lo físico sino también en lo intelectual. La apariencia humana que antes podían cambiar a voluntad, ahora la tenían fijada en su carne y podían percibir al pecado, sin que este les repulsase.
Los cinco que aún tenían su cordura intacta, le reclamaron a Nom Nomine el porqué, siendo hermanos, les había hecho tanto daño y ya no siendo influenciado por Lucifer, el guardián abrió ante ellos su alma que en tanto tiempo se había resguardado, dejándoles ver cuánto había añorado ser lo que antes fue y como se había dejado seducir para así poder conseguirlo.
Aunque sus compañeros y hasta Oriel, en su desvariada mente, le entendieron, ninguno consiguió disculparlo lo suficiente para perdonarlo y desde aquel momento dejaron de llamarle Nom Nomine, para rebautizarlo Nefasto, por el gran daño que les había infringido, y jamás volvieron a confiar en él, aunque no lo apartaron de su lado nunca jamás, para mantenerle vigilado.
Sintiéndose fuera de la Gracia Divina, tampoco se creían merecedores de los nombres que su Creador les había dado, así que Valier se autoproclamó Valorem, Kamiel se convirtió en Kamrra, Yariel en Yarue, Haraviel en Haravigor, Chiel en Chian y a Oriel lo dejaron en Orr, porque era lo que la mayoría de las veces les contestaba cuando intentaban hablarle.
Se agolparon alrededor de los restos de la Emergida y envolviéndola en muchos lienzos, cavaron allí mismo una profunda fosa y la enterraron en ella, no quemándola ni convirtiéndola en cenizas, dejándole mejor al padre tiempo que dispusiera de ella, dejándole convertirse en polvo por sí misma. En derredor de la tumba erigieron una capilla y en los bloques de piedra labraron la imagen de una rosa, porque esa fue la flor preferida de la Emergida y terminaron llamándola “La Capilla Roseen” en honor a ella.
Sintiendo ahora mucha hambre, quisieron salir a buscarse el sustento, pero al enfrentarse al astro rey, éste ya no les dio la bienvenida causándoles un grave daño al ser tocados por sus rayos y reconocieron que tanto les recordaba la resplandeciente lumbrera la faz a la que habían renunciado que ya no conseguían soportarlo, así que le dieron la espalda, ocultándose del brillante sol, hasta que la pálida luna lo sustituyó y emergieron de la oscuridad, buscando aquellos manjares que tanto les apetecían, encontrándose con que ninguno les sustentaba y sus organismos los rechazaban, y así como fue el primero que los hizo caer, fue Nefasto el que les mostró como alimentarse... y con qué...
Tomar la vida de otros para sobrevivir no fue algo que perturbó a éstas nuevas criaturas, habiéndoseles corrompido la naturaleza divina con la que antes discernían como sagrado la vida de las creaciones del que fuera su máximo señor, pudiendo el ansia más que el respeto, se saciaron el voraz apetito que les atacaba con cada ser viviente que alguna vez les sirvió fielmente en aquel castillo.
Con el paso del tiempo procedieron acostumbrarse a su nueva condición y a las habilidades que se les modificaron, las que se les amplificaron, las que se les anularon y todas aquellas que les brotaron nuevas. Con atención se estudiaron a sí mismos, analizando en qué eran fuertes, cuales eras sus debilidades, encontrando que con la maldición, habían perdido su inmortalidad. La sangre de la Emergida no sólo los había proscrito del reino celestial, también les había pasado los dones que el Creador le había obsequiado a ella..., traspasándoles el derecho de controlar su vejez, pero así como ella no podían hacerse más jóvenes ni retroceder en apariencia física lo que hubiesen avanzado. Así mismo, descubrieron que no solamente la lumbrera mayor les acarrearía el abrupto final de su existencia..., cuando en uno de sus accesos de locura, Orr atacó a Nefasto, produciéndole solamente algunos rasguños, pero estos se le infectaron de una manera tan terrible, que lo postró en una cama de la que no volvió a levantarse en días enteros que se convirtieron en meses, dejándole las marcas de las heridas de manera indeleble sobre la piel.
La gravedad de su compañero preocupó sobremanera a los demás, quienes en su impoluta condición jamás habían pensado en enfrentarse a nada que remotamente se le comparara.
Aunque habían sufrido una fractura que los separaba irreconciliablemente, la inquietud que sentían por Nefasto era genuina y no congeniaban con la idea de que pudiese dejar de existir por culpa de una herida superficial..., y analizando el hecho, asociaron que así como era de plata el puñal que Orr había empleado para herirlo, también lo fue la copa que aquél usó para pervertirlos, y con eso encontraron el sentido de la advertencia que el Creador les había dado antes de abandonarlos.
Así de grande era el poder de la sangre de la Emergida, que al ser puesta en aquella copa, había convertido el platinado metal en una sustancia altamente nociva para ellos.
Aunque el cambio de Nefasto había sido primero que el de ellos, habiendo bebido la sangre directamente del cuello de su protegida, para engañar a Chian la había tomado también de la copa como de igual modo la tomó para echarla en la boca de Valorem, así que en su organismo había tenido el mismo destino, aunque la resistía un poco mejor que sus seis compañeros.
Eventualmente, Nefasto consiguió recuperarse necesitando para ello ingerir aún más sangre que la que requerían los otros, lo que desembocó en dantescas matanzas y cacerías, que derivó en la aterradora leyenda que desde entonces los envolvió para siempre y de la cual no volverían a librarse.
La escasez de alimento pronto les afectó, comenzando a mostrarles lo endebles que eran y que debían tomar en serio comenzar a organizarse.
Valorem determinó que como grupo, necesitaban ser más. Habiendo asimilado la naturaleza de su Emergida comenzaba a experimentar el deseo de procrearse. Siendo Kamrra, el más disciplinado, juzgó que debían de establecer los estatutos en base a los criterios que mejor los representaban y así consolidar una sociedad como tal.
Pero sobre tales temas, cada cual tenía su propio criterio y no estaba dispuesto a ceder en sus puntos de vista.
Kamrra solamente consideraba dignos de recibir su condición a aquellas criaturas que tuviesen habilidades mágicas..., a los cuales tenía en muy alta estima. Ahora que no tenía a la voz de la consciencia criticándole que hacia mal, se había dedicado a explorar el mundo de la magia que tanto le atraía.
Yarue no compartió su parecer, prefiriendo a todos aquellos que se inclinaran por la madre naturaleza y sus criaturas menores. Era tal el apego que le tenía a todos los seres vivos que solamente por instinto de preservación y la desesperación del hambre la orillaban a alimentarse y era la única que no llevaba a sus víctimas hasta el borde de la muerte.
Haraviel en cambio, opinó que solamente debían tomar como vástagos a todo aquel que su belleza fuera extraordinaria y así poder preservarla por toda la eternidad. Mucho había cambiado desde su caída, volviéndose fatua y vanidosa, persiguiendo los placeres carnales antes que los espirituales, siendo la primera que perdió su virginidad en una orgia sin par.
Chian sin embargo, determinó que debían elegirse los guerreros más sobresalientes y fuertes, luchadores capaces de defenderlos y protegerlos de cualquier criatura que osara enfrentarlos. Su carácter había degenerado en una ferocidad casi indómita, que solamente Valorem conseguía aplacar con su regio carácter o Kamrra, con sus dotes de luchador.
Orr solamente opinó que si el mundo era regido por Lucifer, solamente la locura debía prevalecer. Aún en sus devaneos y su parloteo sin sentido, su gran sabiduría conseguía sobresalir en su extraviada mente.
A Nefasto no se le permitió opinar, porque solamente era un elemento decorativo entre ellos, y no estaban dispuestos que la corrupción de su género, se esparciese sobre nadie más.
Pero Valorem tenía muy en cuenta el mandato que se le había dado, de mantener pura su estirpe para así conservar sus alas por el resto de su descendencia. También consideraba que en tanto tiempo concentrados en ellos mismos, tampoco se habían preocupado por cumplir con el segundo deber de cuidar todavía a los Demeter.
Fue claro al ordenarles a sus congéneres que buscaran vástagos cuya sangre fuera ejemplar, que eligieran entre reyes y reinas, sin despreciar a los que fueran príncipes, cualquiera que fuera gente de alcurnia que pudiese representarlos.
Y así salieron del castillo luego de un largo periodo de reclusión, enfrentándose a que habían pasado un tiempo considerable desde la muerte de Zóe Demeter y que el mundo era muy distinto al que una vez conocieron.
Obligatoriamente tuvieron que separarse para así poder expandirse por toda Europa, en donde centrarían su recorrido, tomando como principal labor localizar la descendencia de la familia Demeter, a la que habían perdido de momento.
Nefasto fue dejado en el castillo, a cargo de Orr y al mando de la principal tarea de resguardar la tumba de la Emergida. Si no la había protegido en vida lo haría en la muerte.
Nuevamente, los cinco Señores de la Noche se esparcieron por el viejo continente escogiendo para sí el territorio que mejor se acopló a sus gustos.
Valorem se ubicó en el imperio Euro-Asiático, que dominaba desde el Báltico hasta el Pacífico.
Kamrra escogió la península de Asia-Occidental, limitando su territorio con el Mar Rojo, el Golfo de Edén, el Golfo Pérsico y el Mar de Omán.
Yarue tomó para sí la Europa-Central, extendiendo su reino por las Mesetas de Suabia y Baviera, colindando con el Valle del Rin y los Alpes Suizos.
Haravigor escogió un territorio que consideró más civilizado, tomando posesión de la Europa-Occidental, dejando como límite lo que luego fue llamado el canal de la Mancha, el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo.
Chian fue tras los guerreros más fuertes, yéndose directamente a Asia, donde extendió su territorio hasta el Océano Glacial Ártico, llegándose por el Este al Mar de Bering y el Océano Pacífico, al Sur llegó hasta el Océano Indico y al Oeste hasta el Mar Rojo.
Y ahora, encontrándose solos y por cuenta propia cada cual ejerció su discernimiento, Convirtiendo a quien le pareció que era digno de ser como ellos. Pero todos estuvieron de acuerdo con que no tomarían a nadie a la fuerza, que aunque tenían la libertad de seducirlo como mejor les resultase, de ninguna manera podían forzarlo, chantajearlo, extorsionarlo o engañarlo. Si llegaba a ser como ellos, el candidato debía estar en pleno conocimiento de la maldición que iba a aceptar y hacerlo por su libre voluntad, llevando consigo todas las consecuencias.
Solamente serían diez los que tomarían en primer lugar, a los que luego estudiarían para saber que tanto les convenía tener tales adeptos, si serían exactamente iguales a ellos o habrían sus marcadas diferencias en esta segunda generación.
Poco a poco cada uno de los cinco formó su corte, en la que estableció sus reglas y a la que le dio su propio nombre..., quedando así fundado como clan.
Conforme iban creciendo, cada uno erigió un portavoz que luego envió de regreso al sagrario de la Emergida, donde descubrieron que tanto Nefasto como Orr habían hecho por cuenta propia sus propios clanes y transformaron el castillo en una opulenta ermita, llevando a las paredes exteriores la capilla que habían construido en el interior, formando alrededor un pequeño poblado que comenzaba a extenderse también.
Los portavoces formaron un conjunto, que luego erigieron en Concinum, agregando a ellos Nefasto y Orr los suyos para no quedarse por fuera y a partir de aquel momento comenzaron a dejar registro de su historia y el origen de su existencia.
Y tropezándose con su segundo deber, fue Valorem quien en la recóndita Transilvania encontró vestigios de la familia Demeter, descubriendo una rama no mezclada que provenía de uno de los hermanos de la Emergida del Génesis.
Era ya el tiempo de que un nuevo Emergido surgiese y quisiera reclamar de ellos el Mensajero prometido, así que grande fue la alegría de Valorem, así como su alivio de que en tantos años de descuido, que aún prevaleciera tal línea de sangre, así que buscó la cercanía de dicha familia, haciéndose pasar por un terrateniente local y sea su destino cruel que siéndole presentada la hija más pequeña de Vladimir Dracul-Demeter, sintió el Señor de la Noche que su alma se le revolvía, enamorándose irremediablemente de Mine Dracul-Demeter, en cuyas facciones parecía haber revivido Zóe Demeter.
Muchos habían sido los años de soledad y la calidez que emanaba aquella joven le hacía sentir demasiadas cosas y la codició en su corazón, haciéndosele banal la advertencia divina de respetar a la familia Demeter y a todos sus descendientes.
Pero, como las desgracias no suelen venir solas, la joven correspondió a su amor proscrito, habiéndose prendado de aquel gallardo y misterioso hombre desde que posó sus ojos sobre él, con la misma fuerza desquiciada y ciega que había subyugado a Valorem.
El Señor de la Noche intentó resistirse todo lo que pudo, dejándole al tiempo curar su alma, pero resultó que aquella medida fue contraproducente porque agonizaba con cada año que ella envejecía, así que ejecutó por primera vez su derecho de controlar su longevidad, pero, de alguna manera, el mismo tiempo que pasaba por su cuerpo no era el mismo que pasaba por el de ella, marchitándose Mine al menos cinco años por cada uno que él le arrancaba a su existencia y no soportando la idea de verla morir antes que él, le confesó su verdad y le mostró lo que era.
En un principio la joven se horrorizó, rechazándole fieramente, pero le amaba de verdad y no soportó mucho tiempo no verle más, y abatida, le entregó su destino huyendo con él, y aceptó la maldecida sangre la misma noche en que se convirtió en su esposa y se embarazó de su primer y único vástago.
Pero fuera el destino caprichoso, que habiéndose cumplido más de una centuria, un Emergido decidió que ya era tiempo para engendrarse y exigió para sí un Mensajero, tomándolo del vientre de la esposa de Valorem, reclamando para sí a Mâlik Valorem-Dracul, dándole como pareja a Candance Simkora, procreada en el seno del Clan Orr.
Fue un gran escándalo entre los Señores de la Noche lo que Valorem había hecho, pero como su hijo era un Mensajero, mitigó las zozobras que los seis tenían, reviviendo sus esperanzar de ser redimidos ya que el incorpóreo que se engendró fue reconocido como el Emergido de la Redención, Wa`el Marzûq.
No obstante, eso pronto pasó a ser un tema secundario, porque un vástago de carne y sangre había sido gestado en el vientre de una Convertida, y preguntándose si aquel milagro había sido posible únicamente por ser ella una Demeter, desde Kamrra hasta Chian dejaron la soltería y se dedicaron a ensanchar sus clanes con sus propios hijos, escogiendo consortes idóneos para proporcionarse sus esposas y esposos, dejando pasar la trasgresión divina cometida por Valorem y que solamente él cargara con el castigo que pudiese haberse acarreado sobre su cabeza.
Cansados ya de su largo destierro auto-impuesto, aquellos que comenzaron a ser conocidos como “Los Siete Primeros” por los otros Señores de la Noche, retornaron a la Capilla Rossen, que ahora se vislumbraba como una pequeña ciudad, aunque pocos eran los humanos que vivían en ella, y no eran suficientes para suplir la demanda de alimento así como la servidumbre.
Kamrra propuso hacerse de esclavos que les facilitara no sólo el cuidarlos, sino también en la protección que necesitaban durante el día..., y les habló de unas criaturas que había encontrado en su territorio, prácticamente recién nacidas, que podían suplirles de lo que carecían.
No eran humanos, sino una especie que andaba libremente a la luz del sol, que podía llegar a ser tan longevos como ellos y los equiparaban en fuerza, velocidad y resistencia.
La idea agradó a seis de ellos, siendo Yarue quien se opuso enérgicamente, porque ya sabía de quien hablaba Kamrra y les había tomado gran cariño a tales criaturas.
Pero la disputa se puso en votación, y siendo más que ella, la idea fue aprobada, y aunque ni Yarue ni ninguno de su clan alguna vez participó, los Clanes Noctámbulos cazaron y esclavizaron a los que luego llamaron Licántropos, sirviéndose de ellos para convertirlos en sus nuevos guardianes y custodios.
Las eras pasaron y el continente Europeo fue evolucionando en civilizaciones y más civilizaciones, y la larga vida de los Siete Primeros comenzó a cobrarles su tributo.
Haravigor fue la primera en advertir que cada hijo que producía su vientre tomaba un poco de su juventud y belleza, así que luego del décimo no le agradó la imagen que el espejo le devolvió, y dejó de dar a luz, proclamando que no iba a dejar que su cuerpo se marchitara hasta convertirse en polvo. Tanto había hecho en el mundo que no creía que el Creador cumpliría con su palabra de dejarla entrar a su inmaculado reino, así que cansada ya de estar viva, mandó a hacer un sarcófago de roca, cuyo interior recubrió con ónice, y agregó la orden de que fuera esculpido sobre su tapa una fiel reproducción de sí misma. Una vez terminado, decretó que fuera colocado en la misma recamara en donde reposaba la Emergida.
Sobre el cabezal de su tumba, lacrado en la roca de la misma gruta, mandó a que su historia fuera allí escrita, con gran lujo de detalles, para que nadie pudiese olvidar quien fue y una vez que el trabajo fue terminado se acostó en su mortuorio lecho y cerrando la tapa de su féretro, allí se quedó dormida.
Su ejemplo fue determinante para el resto, tomado Orr el segundo lugar para bajar al sepulcro. Siguiendo cada uno de los pasos marcados por Haravigor, mandó a confeccionarse un ataúd también de roca, pero que fuera recubierto por dentro con ópalos y ámbar gris.
Tan cuerdo pedido sorprendió a los otros Señores de la Noche, pero Orr a nadie explicó el porqué de aquello y terminando el trabajo, leyó en voz alta lo que de él se había escrito en la cabecera de su tumba, para luego garabatear su nombre con la punta de su ala y se acostó en su sepultura a disfrutar del sueño eterno.
No pasó mucho tiempo antes de que Yarue se cansara del diario existir, y aunque su esposo, sus muchos hijos y su veintena de nietos le rogaron para que permaneciera con ellos un poco más, la bondadosa noctambula se despidió de todos y el interior de su sepulcro de piedra personalizó con musgo, madre selva, jazmín, azahares, muchas rosas, y tendiéndose cuan larga era, cerró sus ojos y descansó al fin.
Valorem, Kamrra y Chian mandaron a hacer para ella una tapa que la representaba en sus años juveniles, así como ellos siempre la recordaban y con ella sellaron su tumba.
Chian no estaba cansada del mundo, pero su orgullo de guerrera le impedía dejarse envejecer y que de su brazo decayera su fuerza.
Mandó a hacer para ella un ataúd de mármol cuyo fondo recubrió con láminas de jade y a su efigie la adornó con sus armas. Se vistió con su mejor armadura y empuñando sus dos espadas, cruzándolas sobre su pecho, juró que sería la primera en despertarse cuando todos los demás se decidieran ascender, e inclinando su rostro dejó de respirar y así se quedó inmóvil.
Tanto Valorem como Kamrra decidieron dejarse morir de viejos. Ambos tenían buenos motivos para estar en el mundo, además de que se habían auto-impuesto la tarea de vigilar a Nefasto y evitar que propagase su mal en un número que no pudieran controlar. Por haber bebido la sangre de su Emergida directamente, era el único de los siete que podía contagiarles su condición, volviéndoles exactamente iguales a él, y cada uno de sus vástagos había heredado dicha habilidad.
Conforme pasaban los años, Valorem y Kamrra fueron envejeciendo, pero no como sus Convertidos, llegándole entonces el turno a Kardelen Ramamah, la esposa del segundo de los siete, tomar el descanso eterno mucho antes que él.
Fue triste su fallecimiento y mucho la lloró Kamrra, porque vasto era el amor que le profesaba, y con el corazón quebrantado, prefirió no vivir más. Hizo para ella una espléndida tumba, a la que le construyo su propio mausoleo, y la colocó en una parte de la Capilla Rossen en donde fuera besada diariamente por los rayos del sol, a los que renunció por amor a él, y junto aquella tumba pasó muchos días hasta que no volvió a moverse.
Valorem le confeccionó a su compañero un ataúd digno de mil reyes en la recámara de la Emergida y llevó hasta allí el cuerpo de Kamrra, dejándole reposar junto a los otros que compartieron su destino. Esculpió la historia de su fiel amigo en el muro de piedra sobre la cabecera de la urna y lloró por un largo tiempo cuando finalizó con su nombre el trabajo.
La muerte de Kamrra afectó mucho a Valorem, infundiéndole un gran temor, porque no quería sufrir lo mismo, teniendo que vivir luego de que su amada Mine dejara el mundo. Aunque la sangre Demeter en sus venas extendía sus días un poco más, no era suficiente y Valorem la veía languidecer y marchitarse, sin que nada pudiese hacer por evitarlo.
No queriendo verle sufrir de aquel modo, Mine le propuso dejar el mundo al mismo tiempo que él lo dejara, así ninguno tendría que penar por la ausencia del otro. Aunque la idea agradó a Valorem, no pudo aceptarla inmediatamente porque era el único que quedaba en pie para seguir controlando a Nefasto..., pero la existencia de Mine llegó a su límite y no consiguió esperarle más, así que Valorem confeccionó para ellos dos féretros idénticos en todos sus detalles de mármol blanco, recubriendo el interior con láminas de oro.
Aunque hubiese preferido yacer lado a lado, por el resto de la eternidad, la cámara inferior había quedado establecida para los Siete Primeros exclusivamente, así que, con la ayuda de su hijo Mâlik y sus cinco hijas, erigió también para su amada un mausoleo en la torre más alta de la Capilla Rossen, frente al panteón donde reposaba Kardelen, y en el hermoso ataúd la depositó, sellando sobre ella la tapa, para que nada la pudiese corromper. Luego escribió con sus alas la historia de su esposa en las cuatro paredes del féretro.
Ya sin fuerzas, Mâlik tuvo que llevar al ex-Querubín hasta su propio sarcófago, teniendo que acomodarlo en su interior y allí, Valorem se despidió de sus seis vástagos, dejando en sus manos al Clan Valorem y la responsabilidad que pesaba sobre él de cuidar al último de los siete. Enviándole un beso a su bien amada, cerró sus ojos y se rindió a los brazos del sueño sin fin.
Pero, contrario a lo que pudiese haberse esperado de él, al verse solo Nefasto no se descarrió ni hizo locuras temerarias, únicamente se deprimió. Sintiéndose muy solitario, comenzó a echar de menos a sus compañeros, y así como la desesperación por la larga vida de su Emergida nubló su razón y desequilibró su intelecto, su propia existencia se le volvió agobiante.
Al principio dejó que el tiempo dispusiera de su destino, pero las edades pasaban una tras la otra y la vejez nunca se le completaba para darle fin.
Desconfiando una vez más de la promesa que le fuera hecha por el Creador, envuelto en la ceguera de la desesperación, salió al patio del castillo cuando el sol estaba en el cenit, para que acabara con él y así terminar definitivamente sus días.
Mâlik le rescató justo a tiempo, pero Nefasto había quedado tan gravemente herido que su fin era evidente. Tal muerte, auto infringida, era algo que el primer Ma’lak no podía permitir porque sería la condena irrevocable de su padre y los otros cinco que solamente reposaban.
Se apresuró a confeccionarle un ataúd, utilizando para ello un apropiado mármol negro y revistió su parte interior con ébano y sándalo.
Todos aquellos seres que Nefasto había creado acudieron a sus funerales, presenciando reverentemente como el lastimado cuerpo de su señor era envuelto en tiras de lino empapadas en aloe y antes de que la muerte viniese a reclamarlo, el Ma’lak de la Redención le llevó a su atávico lecho, cerrando herméticamente la tapa sobre la que también había esculpido la imagen del grotesco ser.
Y así fue como reposó el último de los Siete Primeros, dejando atrás la incertidumbre de si su muerte fue completada o se habría logrado interrumpirla..., pero ninguno de los vástagos o Convertidos perturbó el sueño de ninguno de ellos para averiguarlo, dejándoles en paz en aquella sala mortuoria, entregándose a la esperanza de que otros les conseguirían la exoneración, devolviéndoles al reino celestial.

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Glosario De Nombres:
Kardelen: Significa “Flor”, es de origen Turco.
Ramamah: Significa “Trueno”, es de origen Egipcio.
Mine: Significa “Adorada”, es de origen Turco.
Dracul: Derivado fonético de la palabra Griega “Drakôn”, que significa “Dragón”.
Zoé: Significa “Venir Al Mundo”, “Nacer”, es de origen Griego.

Fuente De Información:
Todo lo aquí explicado pertenece a Axon Corvus, que ha tomado información de innumerables fuentes y principalmente de su inquieta y alucinante imaginación.

Demeter: Sacado de Deméter o Demetra (en griego antiguo Δημήτηρ: Dēmétēr o Δημητρα: Dēmētra, ‘diosa madre’ o quizás ‘madre distribuidora’, quizá del sustantivo indoeuropeo *dheghom* mater) es la diosa griega de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la muerte, protectora del matrimonio y la ley sagrada. Se la venera como la “Portadora De Las Estaciones” en un himno homérico, un sutil signo de que era adorada mucho antes de la llegada de los olímpicos. El himno homérico a Deméter ha sido datado sobre el siglo VII a. C.

Fuente De Información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Dem%C3%A9ter

(1) Querubín: Según la teología cristiana, un Querubín es un tipo de Ángel, el segundo de los nueve coros o jerarquías angélicas. Se consideran los guardianes de la gloria de Dios.
Su nombre significa “Plenitud De Conocimiento” o “Rebosante De Sabiduría”.
Su extrema inteligencia les permite conocer a Dios como ningún ser humano puede hacerlo.
Tienen un poder superior al de los Ángeles malos y de acuerdo con el Apocalipsis su velocidad es como la de un relámpago.

Etimología.
Querubín (Cherubim, en Hebreo según los cabalistas) son un grupo de Ángeles que ellos asocian especialmente con el Sephira, “Vigilantes”.
El Génesis coloca Querubines para guardar el Edén perdido, y el Antiguo Testamento se refiere muchas veces a ellos como dos figuras de oro aladas; en el Sancta Sanctorum del templo de Salomón habían colosales imágenes de la misma clase de Ángeles. Ezequiel los describe en poético lenguaje. Cada Querubín parece haber sido una figura compuesta de cuatro caras (de hombre, águila, león y toro) y sin duda alguna estaban alados.
Muchas otras naciones han exhibido figuras parecidas como símbolos de la Deidad; por ejemplo, los egipcios, en sus imágenes de Serapis, como describe Macrobio en su Saturnalia; los griegos tenían a Hécate de tres cabezas, y los Latinos tenían también imágenes de Diana con tres caras, según nos informa Ovidio en su Ecce Procul Ternis Hecate Variata Figuris. Virgilio la describe asimismo en el libro cuarto de la Eneida. Porfirio y Eusebio escriben otro tanto de Proserpina. Los Vándalos tenían una divinidad provista de muchas cabezas, a la cual daban el nombre de Triglaf. Las antiguas razas germánicas tenían el ídolo Rodigast con cuerpo humano y cabeza de toro, águila y hombre. Los persas tenían algunas figuras de Mithras con cuerpo de hombre, cabeza de león y cuatro alas. Añádanse a esto las Quimeras, las Esfinges de Egipto, Moloch y la Astarté de los sirios.

Iconografía.
La iconografía cristiana representa a los Querubines como seres alados como todos los Ángeles, y les otorga aspecto humano. Sin embargo, también se considera, según el (Apocalipsis, 4:5-9), que lo toma de la teología judía y del Talmud, que San Juan, durante una visión, presenció cómo los Querubines servían en el trono de Dios. Se los describe con el rostro de un león, hombre, buey y águila y esto sugiere que representan la perfección de las criaturas: El vigor de un león, la inteligencia humana, la velocidad de águila y el servicio de un buey. Su forma compuesta y su proximidad a Dios llevan implícita la seguridad de que “También las mismas creaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción.” (Ezequiel, 1:4-13)

Cultura Popular.
“Querubim” se llama la novela gráfica del dibujante y guionista mexicano Edgar Clement.

Fuente De Información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Querub%C3%ADn

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casta nocturna, aniversario, lycanos

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