Prueba médica

Sep 27, 2008 09:30

 Ahora mismo son las 9:30, aunque llevo levantada desde las 7:00.

Hoy tengo un tac a las 10:15, si es que se escribe así.

¡Deseadme suerte para no tener nada!

***

Edito.

Faltan cinco minutos para las 12:00.

Acabo de llegar de hacerme el tac. Ha sido una experiencia horrible y lo he pasado fatal. No sólo porque me han dejado sorda y con un dolor de cabeza y de oídos espantoso, sino porque parece que no tenían otra cosa que hacer que ensañarse conmigo.

Resulta que me hacen la primera parte de la pruba. Quitarse los objetos metálicos y meterse en el aparato. Ni siquiera me he tenido que desnudar, cosa que me ha parecido estupenda. Han encerrado mi cabeza en un aparato y me he tumbado. Todo bien. Los ruidos eran casi insoportables y ni siquiera pensar en música o mis historias me han abstraído. Total, que se acaba la primera parte y sacan la cama del tubo.

Y ahora viene la segunda parte. Tenían que ponerme un líquido intravenoso para hacer el contraste. Y me han cogido el brazo izquierdo. En ese brazo nadie consigue ni meter ni sacar nada, porque las venas se muevan mucho y la verdad, es malo para eso. Se lo he dicho y se lo he repetido: que siempre me hacen mucho daño y que al final me terminan pinchando en el otro. Y nada, las enfermeras a su royo. "Que no te preocupes, que nosotras ya veremos donde te pinchamos". ¡Pero quien se creen que son! Yo me hago análisis todos los meses una y dos veces, ¡sabré donde me tienen que pinchar! Pues nada, ellas como son tan chulas, ¡ála! a rebuscar. Pinchazo en la muñeca y las lágrimas saliéndome de los ojos.

Ahora se ponen a murmurar "Oye, que no entra" "Habrá que pincharle en la otra". Sacan la aguja, haciéndome un montón de daño y me ponen un esparadrapo, porque por lo visto me ha salido sangre. Y se van al otro brazo. No han buscado ni dos minutos y a los tres ya me estaban quitando la aguja. Todo perfecto. Terminan la prueba y se acerca un enfermero que estaba allí que lo había visto todo. "Bueno, ¿quién tenía razón?" "¡Tú quien crees!" salto yo.

Me he ido de allí con los lagrimones saliendo de mis ojos por pura frustración y unas ganas tremendas de meterles un puñetezo a cada una. (Porque llevo casi un cuarto de hora escribiendo esto, cuando con las muñecas bien, no habría tardado ni cinco minutos). Tienen suerte de que mi padre esperara fuera y de que yo no soy una persona violenta. Porque de lo contrario... Esas no lo cuentan.

Así que nada, ahora tengo las dos muñecas inservibles y un cabreo de mil demonios. ¡Qué nadie se acerque, que muerdo!

c'est moi, negro

Previous post Next post
Up