Dark shadows

Jul 01, 2012 00:11



La última película de Tim Burton amenazaba con resultar una entrega palomitera ahogada en lugares comunes.

No defrauda en eso; si bien la historia, ya gestada, resultaba perfecta para una adaptación burtoniana, pues quién mejor para dar rienda suelta a su creatividad vampírica y hacer nadar en la abundancia la belleza plástica... el resultado es mediocre y dirigido a un nicho comercial muy concreto.

El problema es tan simple como el guión. Carente de estilo, deshilachado y nimio, no se sostiene en absoluto, eclipsando la fuerza visual del total.

En cuanto a las actuaciones, si bien el binomio psicosexual Burton-Depp resulta cansino aun funcionando para cierto tipo de papeles, curiosamente son bastante salvables, desde el apuesto Johnny a la excelsa Eva Green, exceptuando claramente a una Pfeiffer trasnochada que produce urticaria. Pero sumidos en esa vorágine de sinsentidos del libreto se convierten en un desfile de autómatas bien maquillados, vacíos y exagerados hasta el esperpento.



El doblaje es lamentable y le resta puntos a la línea de humor, bastante pobre pero seguramente mucho menos que en su engranaje real.

La parte positiva, es la banda sonora, muy acertada, culminando en la aparición (a calzador) del gran Alice Cooper con su actuación musical; la estética, como se esperaba, es de una belleza indudable (aunque plana); el prólogo brillante, y se puede interpretar que el histrionismo de todo el circo interpretativo es planeado y guionizado a conciencia. La identidad del director queda plasmada en todo momento, lo cual es un arma de doble filo abierta a valorar.

El poderoso mundo de sombras y monstruos bizarros de la mente de Burton, a consciente disposición taquillera. Un carísimo traje de alta costura que se deshace pasada una noche; el segundo visionado es arriesgado sin bebidas espirituosas como red.
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