Primera parte - Eres fuerte - le susurrará Kyuhyun al oído. - Eres muy fuerte. Mucho más que todos nosotros juntos.
Y el mayor se separará, sin hacer comentarios sobre lo que le dirá el menor, pero le mirará agradecido hasta el infinito. Se disculpará por el espectáculo, pero nadie le recriminará nada, por supuesto.
A Sungmin, le seguirán Hangeng y Zhou Mi.
Con Hangeng la cosa será extraña. Aquello que le dijo en su juventud y luego nunca dejó de recriminarse, aquella frase que marcaría al chino para siempre, se aparecerá en su mente con una fuerza arrebatadora.
«Ni un perro mordería la mano que lo alimenta»
Kyuhyun se sentirá en la obligación de disculparse, de arrodillarse y suplicarle el perdón. No sería hasta mucho tiempo después de la separación definitiva de Super Junior, que el menor comprendería por qué Hangeng abandonaba el grupo. Lo entendió cuando su cuerpo se encontraba al límite, cuando el cansancio era pan de cada día. Ese día, supo los motivos de Hangeng, y lo alabó por haber soportado tanto tiempo.
Kyuhyun querrá disculparse.
- Ni se te ocurra decirlo - le dirá Hangeng, con una sonrisa, en chino.
El menor tendrá mucho tiempo para mejorar no solo su chino, sino su japonés y su inglés, así que le entenderá perfectamente. Y luego, se abrazarán.
Habrán sido años recordando a Super Junior, a sus compañeros, así que volver a estar ahí con ellos, con todos, será una bendición, la guinda perfecta para su vida. Hangeng pensará entre los brazos de Kyuhyun que si se muriera en ese momento, se iría feliz.
Hangeng habrá tenido una carrera como solista exitosa, pero no habrá encontrado a ninguna mujer que lo satisficiera del todo. Se refugiará en ayudar a los demás.
Cuando China ya no reconozca su nombre ni lo relacionen con el canto, Hangeng se dedicará a fundar una ONG. Donará cantidades ingentes de dinero a varias organizaciones y recorrerá el mundo para ver con sus propios ojos la pobreza del mundo y para colaborar. Y cuando vuelva a su país natal, pondrán su nombre en una plaquita de una calle cualquiera.
Será feliz aun sin haber encontrado el amor, porque su espíritu estará en una paz absoluta. Porque habrá encontrado el equilibrio perfecto entre felicidad y generosidad, entre preocuparse por uno mismo y por los demás.
Será feliz, muy feliz, y se sentirá pleno, cuando abrace al menor del grupo en su cumpleaños número sesenta.
Zhou Mi le abrazará como abrazan las viejas amistades que nunca olvidan. Ese tipo de hombres que nacen hablando de amistad y de amar al prójimo por encima de todo, y que atesoran cada segundo que pasan en compañía de los que quieren.
Con sesenta y dos años, Zhou Mi será un peluche gigante buscando afecto y eso hará sonreír de pura ternura a Kyuhyun. El chino entrelazará su mano con la del menor y le dejará un colgante entre los dedos. Su regalo, que trae recuerdos lejanos.
Ese collar lo compró una vez en China, cuando participaba con Super Junior M. Fue verlo, y Kyuhyun decidió que debía ser suyo, así que arrastró a Zhou Mi para que hablara por él con el de la tienda y lo compró por un módico precio. No era un collar caro, ni precisamente bonito, pero era perfecto para Kyuhyun, pensó Zhou Mi al verlo.
Sin embargo, con el ir y venir del grupo, estando siempre ocupados, Kyuhyun lo perdió. Le deprimió saberlo, porque cuando fue a comprar otro igual, ya no quedaban.
Por suerte, con sesenta años recién cumplidos, Zhou Mi se lo devolverá. El menor, fascinado y agradecido, le preguntará que de dónde lo ha sacado, pero el chino se guardará el misterio para sí con una sonrisilla.
Le pedirá a su mujer que le ayude con el collar mientras Henry y Kibum se le acercan.
Henry, que ya no sabrá cinco idiomas, sino once y será un cabeza de familia responsable. Henry, que habrá triunfado bailando al ritmo de su propio violín por todo el mundo, que transmitirá sus conocimientos de música a sus hijos y les dirá, travieso, que en el pasado mucha gente no le quería.
Y sus hijos le mirarán sorprendidos porque por qué alguien no iba a querer a su papá, que les deja dormirse tarde y les da caramelos a escondidas. Henry les explicará que hubo un tiempo que fue parte de un grupo, pero ese grupo era parte de otro mucho más grande, y que como él no pertenecía al grande, había fans que no le querían. Cuando sepan la historia, su hijo dirá «qué tontos» y su hermana mayor asentirá con las mejillas sonrojadas de enfado.
Pero Henry les regañará diciendo que cada uno puede opinar lo que quiera y luego les dirá «ahora que os tengo a vosotros, ya no necesito que nadie más me quiera, ¿verdad?» y le abrazarán como él abrazará a Kyuhyun, derrochando cariño.
Y entonces se colará Shindong en el abrazo y dirá «estaba celoso de tanto amor» y Kyuhyun se reirá un poco asfixiado, porque el tiempo no hará que Shindong adelgace ni que pierda su fuerza bruta. Más que nada, porque él dejará de estar acomplejado cuando se case con su esposa (Kyuhyun recordará esa boda mucho tiempo, fue en tiempos en que Super Junior aún luchaba por ser primeros en las listas de álbumes).
Dejará de estar acomplejado porque ella le susurrará la noche de bodas «no cambies nunca, mi osito de peluche» y él cumplirá a rajatabla. Nacerán sus hijos, incluso sus nietos, y Shindong no dejará de tener presente las palabras de su mujer. No cambiará, nunca. Y al que no le guste, que no mire.
Kibum… Kibum será el último, como siempre. Se mantendrá silencioso todo el tiempo, observando desde un rincón, y luego iluminará a todos con su sonrisa.
- Felicidades, magnae. - y se permitirá el pequeño capricho de llamarle magnae, porque con su llegada él dejó de serlo.
En realidad, Kibum nunca fue «el magnae». Nunca se comportó como tal. Era serio y responsable, más maduro que la mayoría de sus compañeros. Se tomaba a pecho su trabajo.
Cuando decidió dejar Super Junior, fue menos magnae que nunca. Mucha gente le recriminó muchas cosas que dolieron, pero no dejó que eso le parara. Actuar era su sueño y a base de persistir, lo logró, aún a costa de abandonar a sus amigos.
Kibum tendrá éxito en los dramas. Participará en alguna película, incluso, y su nombre se recordará durante muchos años.
Y aún así, a pesar de todo, esos años sin Super Junior será más magnae que nunca. Se sentirá solo, desconcertado, y a veces tendrá miedo y no sabrá qué hacer. Los recordará cada noche y querrá volver con ellos, volver a sentirse reconfortado, apoyado por todos.
Por eso, sorprendentemente, se aferrará más que nadie al abrazar a Kyuhyun. Porque esa reunión será mucho más que una simple reunión de amigos.
La fiesta será larga y muy ruidosa, al estilo de Super Junior. Se pondrán al día, llorarán juntos, reirán unidos. Harán un brindis y Leeteuk no dejará de hablar hasta que Kangin y Heechul le tapen la boca.
No será una reunión de amigos.
Cuando Kyuhyun cumpla sesenta, volverán a ser Super Junior, al completo.
~
Se le ocurre de repente, como si le hubieran lanzado la idea y recibiera en ese instante el impacto. No hay ningún motivo especial para la fecha que piensa, pero cuando la tiene, sabe que es perfecta.
Y Leeteuk, con su habitual espontaneidad, los reúne enseguida.
Aún son trece y ni siquiera imaginan que llegará el día en que tres deban partir, ni en sus más remotas pesadillas se les ocurre que habrá un día en que despierten y el número no sea trece (quince), sino diez.
Son trece y tres de ellos son ajenos al futuro por separado que les espera. Tres, aunque uno (y quizás dos) volverá.
Pero el líder siente la necesidad de hacer una promesa absurda que, probablemente, se lleve el viento (como si sus palabras fueran demasiado vacuas, demasiado ingenuas) y ninguno cumpla.
Le miran expectante, inquietos, porque tienen miles de cosas que hacer y cientos de cosas que prepararse y ahí está Leeteuk, sentado con una sonrisita emocionada danzando en sus labios.
- Prometedme - empieza, y los demás suspiran, decepcionados porque ya se esperan alguna tontería-, prometedme que cuando Kyuhyun cumpla los sesenta, nos volveremos a ver y lo celebraremos. Pase lo que pase, aunque ya ni recordemos nuestros nombres o hayamos olvidado que hubo un tiempo en que fuimos Super Junior. Prometédmelo.
the end
Lo adivinasteis: todo este rollo era solo para self-insertearme como esposa de Kyuhyun. Lo sé, soy tan asquerosamente predecible...