EXO [Reminiscencia, Parte 1: Luz (de mi vida) (6/17)]

Sep 30, 2014 01:14

Título: Reminiscencia
Parte: Primera, Luz (de mi vida)
AU: Reminiscencia!AU
Fandom: EXO
Pairing: Chanyeol/Baekhyun, Kai/D.O, Suho/Chen
Rating: R
Palabras: 5.593
Summary: Baekhyun soñó. Soñó con las sirenas de las ambulancias, con el calor asfixiante sobre la piel. Soñó con un chico hecho de fuego, con un grito sobre el silencio; con otro hombre, de rostro muy joven y ojos muy cansados, leyendo la etiqueta que alguien le había colocado en el pie.
Y de repente, todo seguía pareciendo un sueño, pero él había abierto los ojos y estaba quieto, de pie, en el lugar en el que había empezado todo.
[Reminiscencia (del latín: reminiscentia)
-Acción de representarse u ofrecerse a la memoria el recuerdo de algo que pasó.
-Recuerdo vago e impreciso]


¿Puedes verme?

¿Puedes verme?

¿De verdad puedes… verme?



Parte Primera - Capítulo 6

Cuando Baekhyun cruzó, sin aliento, las puertas del hotel, el corazón le latía casi hasta el punto del dolor tras las costillas. Era la primera vez desde que se había despertado después de morir en la que se sentía tan alterado, la primera ocasión desde que había llegado allí en la que todo su cuerpo parecía temblar, consumido por una sensación que era mitad esperanza y mitad pánico; algo irracional que se sentía incapaz de explicar.

Había creído que era imposible - todos le habían dicho que era imposible - pero, cuando había estado parado bajo la pancarta de su monumento conmemorativo, en mitad de su antigua universidad, Sehun había subido los ojos y lo había visto. Había tenido que verlo, por como había cambiado su cara, por el modo en el que su rostro había palidecido como si tuviera delante a un muerto.

No podía haber equivocación posible. Sehun había visto un fantasma, y aquel fantasma era él.

Era así, y él no sabía cómo podía estar pasando aquello.

-¡Luhan! -llamó en alto tan pronto como estuvo detenido en mitad del viejo recibidor, con el cuerpo inclinado hacia delante y las palmas de las manos apoyadas en las rodillas-. ¡Luhan!

Si se paraba a pensar, podría haber llamado al otro Reminiscente en cualquier momento. Podría haberse parado a la salida de la universidad y haberle preguntado por todo aquello, pero en su momento la idea ni siquiera le había cruzado por la mente. Había querido escapar, refugiarse en una zona en la que pudiera estar seguro, y ahora no sabía si sentirse aliviado o sumamente decepcionado consigo mismo.

“Debería haberle dicho algo a Sehun. Tendría que haber hablado con él.”

-Baekhyun.

La voz que pronunció su nombre no fue el susurro mental de Luhan, que en aquel instante era poco más que un zumbido ronco en el fondo de su cabeza, sino un sonido muy real y considerablemente poco contento. Al alzar la cabeza, con la respiración todavía un tanto irregular, se encontró a Kyungsoo delante de él, con los brazos cruzados sobre el pecho y vestido con vaqueros y un jersey negro de cuello alto. Y Baekhyun se habría reído, porque visto así su tutor prácticamente parecía un niño pequeño disfrazado del protagonista de alguna vieja película de espías, pero él todavía estaba demasiado alterado y Kyungsoo literalmente echaba chispas.

-¿De dónde sales? ¿Has vuelto a irte? ¿Otra vez? ¿En un momento como este? -acusó más que preguntó-. ¿Se puede saber a dónde? Creía que lo habíamos dejado muy claro: no tenemos tiempo para ir a salvarte, y menos ahora. No puedes pretender poner en peligro cada misión que tenemos escapándote así.

Baekhyun sintió los últimos retazos de miedo dando paso a una especie de fastidio, la misma sensación de impotencia crónica que lo invadía cada vez que salía de la sala de entrenamiento, débil y agotado, sin poder controlar su propio poder más allá del mismo brillo inútil de siempre. Probablemente lo más prudente habría sido quedarse callado, disculparse con la cabeza baja y pensar en lo que había ocurrido con calma, encerrado en su habitación, pero todo su cuerpo se puso de acuerdo en seguir a Kyungsoo tan pronto como éste dio media vuelta, dirigiéndose a uno de los ascensores.

-Para tu información, no pretendía poner ninguna misión en peligro -replicó, tan pronto como las puertas se cerraron tras ellos. El rumor que era la voz se Luhan seguía susurrando incoherencias sin palabras en algún lugar de su mente, pero, estuviera lo que estuviese haciendo, parecía tener la capacidad suficiente como para activar los ascensores del hotel, porque la cabina empezó a ascender con rapidez-. Ni siquiera sé de qué misión estáis hablando, quizá porque nunca me contáis nada. Lo único que he hecho, ha sido ir a mi universidad.

El ascensor se detuvo en el piso del Salón de Cristal, y Kyungsoo chasqueó la lengua antes de salir, mirándolo por encima del hombro mientras cruzaba el pasillo y empujaba las puertas de madera.

-¿Ya estás otra vez? -murmuró-. No puedes ni defenderte solo. ¿Qué es lo que se supone que pretendes conseguir yendo a un lugar en el que casi te matan una vez?

-¿Qué ocurriría si Sehun pudiera verme?

Baekhyun había preguntado porque una parte de él necesitaba decirlo en alto, recibir una clase de confirmación de que aquello podía ser, aunque fuese indirecta, pero Kyungsoo se giró para mirarlo con la cara que ponía siempre que lo escuchaba decir algo particularmente estúpido.

-No puedes materializarte en el mundo real, Baekhyun -dijo sin más.

-Pero…

-Es imposible que pueda verte. Deberías dejar de engañarte a ti mismo.

-¿Qué? No me estoy engañando ni nada parecido. Eres tú el que debería dejar de ser tan…

“Eh, basta ya, vosotros dos,” ahora sí, la voz de Luhan pareció crecer de la nada, formulando pensamientos dentro de sus cabezas con un tono que era casi de reproche. “Tenemos ya los suficientes problemas como para que además os dediquéis a discutir entre vosotros. Se supone que estáis del mismo bando.”

Una parte de Baekhyun había esperado que Kyungsoo torciese el gesto y protestase un poco más, pero el otro chico frunció los labios y asintió, dejándose caer en uno de los sofás azules de cara a las paredes de cristal, clavando los ojos en el cielo al otro lado de los ventanales.

-¿Cómo va todo? -preguntó-. Con Suho y Chanyeol.

“La situación parece más o menos controlada,” respondió Luhan con calma. Baekhyun podía escuchar las palabras, suaves, en su cabeza, y no pudo menos que sentirse agradecido con el otro chico y el modo en el que lo estaba informando sobre la misión, a pesar de la aparente insistencia de Suho y Kyungsoo por dejarlo fuera de la misma. “El incendio era enorme, Kyungsoo, y ya sabes cómo se acercan los monstruos a los focos de muerte. Suho ha conseguido apagarlo, tanto en Reminiscencia como en el plano de los vivos, pero ha habido bajas. Humanas.”

-Siempre hay bajas. Ese tipo de catástrofes se crean para matar. El fuego era provocado, ¿no? Como Suho pensaba.

“Eso creemos.”

-¿Se sabe por quién?

“Los monstruos que van por su cuenta. O los monstruos que controla Kris. O incluso Réquiem. Probablemente una de las últimas dos opciones.”

Kyungsoo hundió la cabeza en los cojines del respaldo del sofá.

-Tendrían que haberme llevado con ellos -murmuró-. Suho estará cansado, y Chanyeol…

“No habrías podido hacer mucho para ayudar.”

-Aún así.

Baekhyun, aún de pie junto a la puerta, observó al otro chico con el ceño fruncido, comprendiendo de súbito por qué Kyungsoo estaba tan irritable desde que él había vuelto. Por lo que parecía, él no era el único a quien habían dejado fuera de aquella misión, y no sabía si la idea tendría que haberlo hecho encontrarse mejor consigo mismo, pero todo lo que sentía era impotencia y cansancio.

-¿Hay algo que podamos hacer ahora? -preguntó en voz alta-. ¿Falta mucho para que vuelvan?

Kyungsoo giró la cabeza para mirarlo, como si ya se hubiera olvidado de que estaba allí, y Luhan se rió, con la risa cristalina de siempre.

“Están volviendo ahora mismo,” declaró, y el chico prácticamente pudo verlo, imaginándoselo sonriendo, sentado en la silla blanca de su cuarto blanco, en el centro de su telaraña de cables de cristal. “No tardarán mucho en llegar al hotel, y, por supuesto, están a salvo.”

--

Baekhyun se mordió el labio, sosteniendo el puño cerrado en alto, frente a la puerta delante de él. Aquella era la primera vez que estaba allí, en aquel lugar, en aquel pasillo que, si bien era idéntico al suyo, estaba un piso más arriba, bajo el tejado. La disposición de todo era la misma - moqueta vieja en el suelo, puertas a ambos lados, iguales las unas a las otras - pero el ambiente parecía un tanto más silencioso, la luz que se colaba por la ventana al fondo del corredor un poco más viva. En su planta estaban Kyungsoo y él, y aunque no se podía decir que el otro Reminiscente fuera muy buena compañía, al menos hacía algo de ruido cuando cruzaba el pasillo y cerraba la puerta de su habitación, o cuando metía la cabeza en el dormitorio de Baekhyun para decirle a Chanyeol - que estaba allí con él muchas veces - que estaba pasando demasiado tiempo metiendo ruido en aquel lugar cuando probablemente tuviera muchas otras cosas (más útiles) que hacer en cualquier otra parte.

Era así siempre, lo que ya se había convertido en una rutina diaria: Chanyeol bajaba a su habitación o los dos subían a la azotea. Nunca era Baekhyun quien subía a la habitación de Chanyeol.

No hasta ahora, al menos. Y, parado allí, y sin saber muy bien por qué había acudido hasta allí tan pronto como Luhan le había informado de que Suho y él habían vuelto de su misión, se preguntaba si sería bienvenido si llamaba, si Chanyeol lo invitaría a pasar si le decía que estaba allí o si pensaría que estaba invadiendo su espacio personal.

Nunca lo había invitado a subir allí, después de todo.

“Bueno…”

Tomando aire, el chico decidió que sentirse cohibido por algo así era poco menos que ridículo y, tras un último momento de duda, llamó varias veces a la puerta con los nudillos. La respuesta llegó apenas un segundo después, con la voz grave de Chanyeol sonando extrañamente amortiguada desde el otro lado de la puerta.

-Suho, ¿por qué no me dejas solo un momento? Ya te he dicho que ahora no quiero hablar contigo.

Baekhyun sopesó sus opciones - Chanyeol sonaba cansado, tal vez aquel no fuera el mejor momento por mucho que él necesitara hablar - pero finalmente tomó una decisión.

-No soy Suho -aclaró-, soy yo.

-¿Baek? -la voz al otro lado de la puerta sonó casi incrédula, pero el chico no tuvo tiempo de añadir nada más porque Chanyeol no tardó mucho en volver a hablar-. Pasa si quieres. Está abierto.

Baekhyun asintió para sí, presionando el picaporte y empujando la puerta con la palabra en la boca. Seguía un tanto alterado por lo ocurrido horas atrás, y tenía mucho que decir, pero cualquier clase de sonido se le murió entre los labios una vez estuvo dentro de la habitación de Chanyeol.

Había salido con el otro chico de compras, lo había visto entrar a una pequeña tienda llena de trastos solamente para llevarse estrellas fosforescentes y sabía que al otro chico le gustaban, pero en ningún momento se le hubiera ocurrido pensar que Chanyeol pudiera tener tantas.

La luz estaba apagada; las cortinas, cerradas, y las estrellas estaban por todas partes, formando constelaciones de luz verde en el techo, las paredes, en los laterales del armario cerrado y en la puerta que él acababa de cerrar tras de sí. Era como haber abandonado el hotel y haber entrado de pronto en un mundo distinto, un mar en el que flotaban infinitos puntos de luz fosforescente, casi idénticos al cielo que se habría visto sobre sus cabezas, en el exterior, de no estar la Rueda tapándolo todo tras las nubes.

-Qué… vaya.

Baekhyun no se dio cuenta de que había dicho aquello en alto - un susurro casi reverente más que una exclamación - hasta que escuchó a Chanyeol reírse en algún punto por delante de él. Un instante después, se escuchaba el sonido de alguien moviéndose sobre el edredón de la cama y el cuarto se llenaba de pronto del característico fulgor amarillento de la luz eléctrica.

-Lo siento -Chanyeol, vestido con vaqueros, botas militares y la sudadera negra que había llevado antes, le dedicó una sonrisa de disculpa desde el borde de la cama-. No es que reciba a todos mis invitados a oscuras, pero no pensaba que fuera a venir nadie.

Con la luz encendida, el cuarto había perdido la mayor parte de su magia. Era sólo una habitación normal, con paredes color crema y muebles oscuros, con los restos apagados de mil estrellas fosforescentes pegados con cinta adhesiva al techo y las paredes y una vieja guitarra en un rincón. Había camisetas arrugadas apiladas sobre la cama, varios pares de deportivas y Converse tiradas en el suelo. De no ser por lo que ocurría cuando se apagaba la luz, habría sido una habitación perfectamente corriente.

-¿Son como las de verdad? -preguntó Baekhyun antes de poder detenerse-. Las constelaciones, digo, las del techo. ¿Son iguales a las del cielo? ¿Exactas?

Chanyeol parecía ligeramente avergonzado, y Baekhyun abandonó su lugar junto a la puerta para sentarse junto a él. Visto de cerca, tenía el pelo revuelto, un desgarrón en una de las mangas de la sudadera, un rastro de ceniza en la mejilla. El chico se preguntó si sería raro alargar la mano y limpiárselo con los dedos. Y sentía el cosquilleo en los dedos, el deseo irracional de alargarlos y hacer justo, precisamente eso, pero desechó el pensamiento tan pronto como se le ocurrió.

-Algunas -Chanyeol alzó la cabeza y paseó los ojos por el techo, deteniéndose en varias de las siluetas blancas de las estrellas apagadas con la familiaridad del que se conoce los patrones de memoria-. Al principio intenté hacer una especie de reproducción del cielo de fuera en mi habitación, pero hay demasiadas estrellas ahí arriba, así que ahora las pego como me apetece, donde veo que aún me queda espacio libre.

-¿Cuántas tienes?

-Muchas. Hace mucho que no las cuento ya.

Baekhyun asintió en silencio, jugueteando con el edredón bajo sus dedos antes de pasear la mirada por la habitación una vez más. Podía sentir los ojos de Chanyeol clavados en su perfil, y era casi como si pudiera sentir que algo en el chico a su lado no estaba bien del todo, en la tensión en su cuerpo y en el modo en el que parecía agotado. Daba la impresión de estar desanimado, falto de energía, y aquello era tan poco propio de Chanyeol que Baekhyun se sintió extrañamente triste.

-¿Qué tal la misión? -preguntó, decidiendo darle, tentativamente, conversación sobre el tema. Si había ocurrido algo allí, tal vez Chanyeol necesitara hablar de ello con alguien-. No sé muy bien de qué va todo este asunto, pero Luhan ha dicho antes que había un incendio. Tal vez… Sé que tu poder es fuego y todo eso, pero estaba preocupado. Suena peligroso, ya sabes. Por eso.

-Ha habido muertos. Menos de los esperados, pero ha habido muertos.

Baekhyun ahogó un escalofrío. Recordaba a Luhan y Kyungsoo mencionando que el incendio podía haber estado causado por “monstruos bajo el control de Kris”. Y se acordaba de la voz de Jongdae, el día que lo había conocido, mencionando que Kris y Chanyeol habían sido amigos.

-¿Por qué iba a querer nadie provocar un incendio? -murmuró.

-A los monstruos y a los Caídos normalmente no les basta con la fuerza vital que desprenden los humanos de manera natural. Necesitan muerte, Baek, y la crean si no pueden encontrarla. Por eso matan, por eso provocan esta clase de accidentes. Es una manera de cargar sus propias pilas, lo que hacen por sobrevivir.

-Es horrible.

-Supongo. Debería haberme acostumbrado ya, pero…

-Yo no creo que pudiera.

-La mayoría de nosotros lo acaba haciendo.

Chanyeol guardó silencio, y Baekhyun se maldijo internamente por haber escogido el tema equivocado. Cerró los ojos un momento, tratando de buscar qué decir ahora para que el otro chico se animase, pero cuando los abrió se encontró el rostro de su interlocutor cerca del suyo, observándolo con un brillo curioso tras las pupilas.

-¿Ocurre algo? -le preguntó, y Chanyeol lo miró durante instante más antes de responder.

-No, nada. Es sólo que estaba pensando que nunca subes aquí.

-No sabía que querías que subiera. Lo habría hecho antes de saber que tenías un planetario clandestino aquí escondido, de todas formas. Ha sido tu culpa por no avisarme.

Fue casi un alivio, el modo en el que Chanyeol volvió a reírse, tal y como lo había hecho cuando él había entrado allí.

-Me alegro de que por lo menos a ti te guste. Suho no opina, y Kyungsoo lo vio una vez y dijo que era excesivo.

-Probablemente absolutamente cualquier cosa que no sea negra sea excesiva para Kyungsoo -replicó Baekhyun con una sonrisa divertida-. No se lo tengas en cuenta, creo que le gusta arruinarle la diversión a la gente.

-Veo que ya lo conoces tan bien como yo, y que piensas exactamente lo mismo.

-Y tanto. Se ha puesto hecho una fiera cuando me ha visto volver al hotel esta tarde -Baekhyun alzó la voz hasta convertirla en una especie de chillido agudo, girándose hacia Chanyeol con una expresión de cómico enfado en la cara-. “¿A dónde has ido? Eres un irresponsable. Estás poniendo en peligro las misiones escapándote así. Ñiñiñiñi.” Es lo que dice siempre: a veces es peor que mi madre.

La imitación había sido cualquier cosa menos rigurosa - probablemente Kyungsoo lo habría golpeado con una sartén en la cabeza de haberlo escuchado tratar de copiar su voz subiéndola tres octavas - pero Chanyeol se rió de todos modos. No fue hasta un momento después cuando pareció darse cuenta de un dato importante, y fue entonces cuando se giró hacia él, confuso.

-¿Has salido esta tarde?

Baekhyun había olvidado que aquel era el tema que lo había llevado hasta allí en primer lugar, así que asintió tras un momento de duda.

-He vuelto a la universidad.

-Baekhyun… -Chanyeol había fruncido el ceño, y comenzó a protestar de modo casi automático, pero el chico no le dejó tiempo para continuar diciendo nada más.

-Sé lo que pensáis todos de este asunto, pero tenía que ir. Quería saber que todo esta bien, ¿entiendes? Y no sabía si había ocurrido algo con Sehun o…

Como siempre que hablaban de aquel tema, Chanyeol parecía afectado, un tanto molesto, triste, y Baekhyun se obligó a sí mismo a seguir hablando, tratando de llegar al punto que le interesaba antes de que el otro chico decidiera decir alguna cosa más que lo hiciera sentirse mal consigo mismo por haberse vuelto a escapar.

-La cuestión es, Yeol, que cuando estaba allí pasó algo, algo que no entiendo, y ahora mismo no sé qué pensar o qué hacer con ello.

-¿Algo?

Baekhyun asintió.

-No quiero decírselo a nadie más, pero… ¿Hay alguna manera de que los vivos puedan vernos? Sin materializarnos, quiero decir. ¿Hay algún modo por el que un humano normal pudiera verme a mí?

El rostro de Chanyeol era una máscara de confusión cuando lo miró, todo él cejas arqueadas y ojos muy abiertos.

-Tú no puedes materializarte, Baek. Se supone que es tu Pena: nadie fuera de este mundo puede verte -comenzó, y el chico sacudió la cabeza y suspiró.

-Eso es lo que pensaba yo, pero ya no sé qué creer -en un movimiento reflejo, Baekhyun aferró a su interlocutor por la manga de la sudadera, y Chanyeol dio un respingo y lo miró, haciendo el amago de sujetarlo por el hombro con su mano libre, pero dejando el brazo inerte a medio camino-. Estaba en el recibidor de la universidad cuando terminaron las clases y vi salir a Sehun. Y yo sólo quería saber si estaba bien, no esperaba ninguna cosa más, pero hubo un momento en el que él se paró en seco y me miró, Yeol. Me miró a los ojos.

-¿Qué? Pero… Eso es imposible.

-Me miró. Lo vi. Lo juro. Me miró como me estás mirando tú ahora. Directamente a la cara.

-¿Se lo has dicho a Suho?

-¿De verdad piensas que me creería? -Baekhyun frunció los labios, tratando de parecer más racional que desesperado, de intentar explicar con calma hasta qué punto aquello era importante, pero no logró que los latidos de su corazón se calmaran-. He intentado mencionárselo a Kyungsoo, pero me ha dicho que me estoy engañando a mí mismo. Tú eres el único que puede ayudarme, la única persona en la que puedo confiar.

Chanyeol dudó una vez más. Estaba inclinado hacia delante, tan cerca de su propio rostro que Baekhyun pudo ver las arrugas en su piel cuando frunció el ceño, la línea de tensión en sus labios cuando habló.

-Es imposible que pueda verte, Baekhyun -murmuró más que dijo, una vez más, casi como un mantra.

-¿Y si no fuera así?

Su interlocutor entornó los ojos, bajó la vista. Había una cierta elegancia en el modo en el que los párpados le cubrieron las pupilas por un instante; un cierto aire de derrota en cómo suspiró antes de volverlo a mirar.

-¿Qué es -preguntó-, lo que quieres que yo haga?

Baekhyun no supo muy bien qué decir.

--

-¿Esto sigue todavía aquí?

Baekhyun no necesitó mirar para saber a qué se estaba refiriendo Chanyeol, ni para saber la razón por la que su voz parecía un tanto contrariada. El había pensado lo mismo el día anterior - que la presencia de aquella especie de monumento conmemorativo hacia su persona allí se acercaba ya más al mal gusto que al respeto, que los mensajes de cortesía y las flores marchitas no le hacían ningún bien a su memoria cuando desde el accidente habían pasado semanas.

-Creo que se han olvidado de quitarlo -trató de bromear, fingiendo una carcajada que se quedó a medio camino en su garganta al ver que Chanyeol lo estaba observando con los brazos cruzados y expresión muy seria-. No tendrán nada que poner en su lugar, eso es todo.

-¿No quieres que nos vayamos? -el otro chico estaba de cara a las tarjetas, a los mensajes que adornaban la pared, y Baekhyun les dedicó un último vistazo, tratando de no parecer perturbado en absoluto.

-He sido yo el que te ha hecho venir aquí, ¿no?

-Sí, has sido tú, pero sinceramente no sé qué es lo que quieres encontrar.

-No lo sé. Algo.

Habían pasado unas tres horas desde que había estado allí por última vez. Tres horas desde que Sehun lo había localizado entre la multitud y él había salido huyendo como si el mismo demonio lo estuviera persiguiendo. No sabía qué hacía volviendo a aquel lugar, no cuando las clases ya habían acabado y allí sólo estaban ya los pocos alumnos que se habían quedado en la biblioteca a estudiar, ni mucho menos tenía idea de por qué había acabado arrastrando a Chanyeol con él, pero ahora que estaba allí no quería volver al hotel con las manos vacías.

El otro Reminiscente había aceptado acompañarlo tan pronto como se lo había pedido, pero parecía bastante poco ilusionado al respecto. Cuando tenían que salir a la calle para algo, solos los dos, o cuando se encontraban en la azotea una de esas noches en las que la Rueda parecía brillar más de lo normal, Chanyeol era todo sonrisas, el único de todos los suyos que no parecía constantemente preocupado o frustrado con el mundo a su alrededor. Ahora, sin embargo, estaba raro, serio, como la cuerda de un arco en tensión a punto de partirse en dos.

-Tal vez esperaba que algo fuera diferente aquí -Baekhyun decidió que ya pensaría en Chanyeol y sus problemas luego y, con los brazos en jarras, observó el recibidor a su alrededor-. No sé, ya sabes, que hubiera una pista de por qué Sehun pudo verme. Tal vez sea cosa del sitio, a lo mejor los dos mundos están más juntos aquí o…

-No había oído nada parecido en tres años -replicó Chanyeol, rozando con aire distraído algunos de los mensajes de pésame hacia Baekhyun pegados en la pared-. Reminiscencia está en desequilibrio, más cerca del mundo mortal de lo habitual, pero eso no quita que estemos hablando de planos separados. No se están tocando, no se comunican a no ser que pases del uno al otro.

-¿Desequilibrio? -murmuró Baekhyun, caminando hacia el centro del recibidor y dando media vuelta hasta quedar de cara a la pancarta con su nombre. Chanyeol estaba aún bajo ella, y parecía un chico normal, en vaqueros y camiseta y con la sudadera que había llevado antes atada a la cintura, con el rostro pálido a causa de la luz blancuzca proveniente de las lámparas del techo, pero nada más.

-Según Suho pasa de vez en cuando. Creo que lo mencionó contigo delante: dice que la Rueda…

Chanyeol había estado hablando en un tono casi monótono, como quien repite un discurso que se ha aprendido de memoria, pero se quedó callado de pronto, con los ojos entrecerrados y fijos en un punto por detrás de Baekhyun, que lo observó, a su vez, con una ceja arqueada.

-No me digas que… -murmuró, al mismo tiempo que Baekhyun daba media vuelta.

Y el chico había esperado muchas cosas, pero aquella no, y no pudo evitar que empezaran a temblarle las piernas.

-Sehun.

El otro chico acababa de llegar al recibidor a través de uno de los pasillos laterales - uno que, si Baekhyun no recordaba mal, desembocaba en la biblioteca de los alumnos de marketing - y tenía una expresión aburrida en la cara y varios libros muy gruesos en las manos. A juzgar por todo aquello, se había quedado a estudiar, como tantos otros alumnos cuando se acercaban los exámenes, pero a Baekhyun se le aceleró el corazón en el pecho cuando volvió a detenerse en su recorrido para mirar su monumento conmemorativo una vez más, como lo había hecho tan solo unas horas atrás, con un aire que era casi pensativo.

-Es él -confirmó, aunque por su reacción al verlo aparecer Chanyeol ya lo había adivinado-. ¿Puede vernos? ¿Puede…?

Antes de poder darse cuenta, Baekhyun había retrocedido hasta casi pegarse al otro Reminiscente, y Chanyeol lo miró desde arriba con aquella expresión suya que era una mezcla entre tristeza, cansancio y algo que Baekhyun no lograba identificar del todo.

-No puede, Baek. Míralo.

Sehun seguía parado en el otro lado de la habitación, observando la pancarta encima de sus cabezas como si no los viera allí, y no tardó mucho en seguir avanzando, para desgracia de Baekhyun, que se encontró acercándose a él y separando los labios para gritar su nombre.

-¡Sehun! ¿Puedes verme? ¡Sehun!

-Baek, te he dicho que…

Chanyeol había empezado a decir algo más, pero Baekhyun se negó a escucharlo y, dejándolo atrás, echó a correr. Se detuvo apenas hubo dado cinco pasos, no obstante, quieto en mitad del recibidor, no queriendo acercarse a Sehun para encontrarse una vez más con la misma sensación de siempre - voces que no llegaban a ninguna parte, dedos que intentaban aferrarse a algo y sólo se encontraban con vacío.

-¿Por qué pasa esto? -murmuró, más para sí mismo que para Chanyeol. El otro chico, sin embargo, ya estaba a su lado, y le apoyó una mano enorme y cálida - real - en el hombro.

-Te lo dije: planos diferentes -repitió, ladeando la cabeza al ver cómo Sehun estaba a punto de desaparecer por otro de los corredores-. Podemos hacer una prueba, si quieres. Para que te convenzas, sólo esta vez.

Baekhyun parpadeó.

-Chanyeol -comenzó, pero el otro chico ya había adoptado una expresión extrañamente resuelta y le había dado una especie de palmadita en la espalda antes de empezar a caminar hacia Sehun-. ¡Yeol!

Su interlocutor lo miró un momento antes de seguir andando y, de repente, algo en él había cambiado. Baekhyun no hubiera podido decir el qué, porque su figura, su ropa y su modo de moverse seguían siendo los mismos, pero había algo en todo su conjunto que era sustancialmente distinto, como si Chanyeol hubiera atravesado alguna especie de barrera invisible. Como si estuviera pero no estuviera en el mismo lugar que él.

-¡Eh, perdona! -lo oyó exclamar, y Baekhyun se estuvo a punto de preguntarle qué hacía antes de darse cuenta de que no le estaba hablando a él. Sehun estaba varios pasos por delante de ellos, a punto de desaparecer por el corredor al que iba destinado, y fue entonces cuando se detuvo y se giró con un respingo.

Chanyeol esbozó su característica sonrisa enorme y Baekhyun se quedó paralizado en el sitio. Porque Sehun había escuchado a Chanyeol llamarlo. Se había parado a mirarlo, sorprendido, como si quien había hablado fuera un ser humano más.

Chanyeol podía materializarse, sí, trasladarse de un plano a otro por un momento - algo natural para los Reminiscentes y que él no podía hacer.

Y Baekhyun no sabía por qué, pero aquello le dolía.

-¿De dónde has salido? -estaba preguntando Sehun, observando a Chanyeol de arriba a abajo como si el otro chico se hubiera materializado de la nada (cosa que, técnicamente, era lo que había ocurrido).

-De ese pasillo -Chanyeol siguió sonriendo y señaló uno de los corredores que desembocaban en el recibidor con toda la inocencia del mundo-. La verdad es que me transfirieron a esta universidad hace poco y todavía ando un poco perdido. Había quedado con unos amigos en la biblioteca, pero no sé dónde está y a estas horas ya no hay nadie a quien preguntar. ¿Podrías decirme tú dónde queda?

No había razón ninguna para que Sehun no se tragara su cuento, y tras mirarlo con aire dudoso durante un par de segundos más, le indicó con un dedo el mismo pasillo del que había salido antes.

-Sigue todo recto por ahí. No tiene pérdida.

-De acuerdo. ¡Muchas gracias!

Chanyeol inclinó la cabeza en una reverencia convenientemente educada, y Sehun, tras lanzarle un último vistazo, debió de decidir que ya no hacía nada allí, porque se despidió con un gesto y desapareció pasillo abajo, sujetando los tomos con los que cargaba casi con cuidado. Chanyeol lo observó irse con la cabeza ladeada, y cuando finalmente sus pasos dejaron de escucharse, giró sobre sus talones y se encaró con Baekhyun, con las cejas arqueadas en un claro “ya te lo advertí”.

-Te lo he dicho, planos diferentes -le explicó, tomando aire antes de volver a cambiar, a materializarse en Reminiscencia como si no le costara esfuerzo ninguno-. Parece claro que no podía vernos cuando cruzó la habitación por primera vez, pero he podido hablar con él al cambiar de dimensión. ¿Te convences ahora?

Al principio, Baekhyun no respondió. Suponía que Chanyeol había hecho todo aquello con la mejor de sus intenciones - no había ninguna razón para que lo hubiera hecho a malas, después de todo, no tenía nada que probar salvo su propia opinión - pero no podía evitar sentirse molesto con él. Todo lo que había querido él era que lo vieran, aunque sólo fuera para despedirse de su familia, para hablar con Sehun después de estar tan preocupado por él, y después de hacerse ilusiones Chanyeol se las tiraba por los suelos, materializándose en el mundo de los vivos como si aquello fuera sencillo, sólo para demostrarle que lo que Baekhyun había creído no era ni podía ser verdad.

-¿Era eso necesario? -murmuró.

-¿El qué?

-¿Tenías que montar esa especie de numerito sólo para enseñarme que Sehun no me puede ver? ¿No había otra manera de explicarlo?

Chanyeol suspiró, pareciendo de repente muy frustrado.

-Baekhyun… -comenzó.

-Yo sólo quería que me viese. ¿Tan difícil es de entender? Que me viese una vez.

-Aunque pudieras materializarte, eso no sería posible -el otro chico se pasó una mano por el cabello oscuro, revolviéndose el flequillo en el proceso, y Baekhyun encontró todo aquello ridículo; ridículo y muy injusto-. Aparecerse a los conocidos después de morir va contra las normas, Baekhyun. Aparecerse cuando no es necesario en sí va contra las normas, y bastante me las he saltado yo con lo que acabo de hacer como para que encima tú quieras…

-Las normas, las normas, siempre las normas -Baekhyun no había pretendido enfadarse, pero estaba harto de ese mundo, harto de todo-. Me alegro de que a ti te parezcan tan importantes como para querer obedecerlas siempre, pero yo no soy igual. Al contrario que otros, yo valoro mi vida anterior mucho más que toda esta mierda. Yo tenía un futuro, ¿entiendes? Y gente que me quería. No tengo miedo a arriesgarme por ellos o a hacer lo que haga falta.

Las palabras fueron como un latigazo, saliendo de entre sus labios como veneno antes de que Baekhyun pudiera detenerlas, y fue sólo al terminar de hablar cuando se percató de que Chanyeol lo estaba mirando con los ojos muy abiertos, como si acabara de abofetearlo con la mano abierta.

El otro chico nunca se había portado mal con él, había ido hasta allí sólo porque él se lo había pedido, y Baekhyun se sintió de repente como la peor persona del mundo.

-Yeol -comenzó, sintiendo que la voz le temblaba.

-No quiero discutir contigo, Baekhyun. Haz lo que quieras.

El otro Reminiscente pasó por delante de él, dirigiéndose a la puerta de salida al exterior, y Baekhyun no tuvo fuerzas para detenerlo. Se había preguntado varias veces antes cómo había muerto Chanyeol, pero por primera vez tuvo la duda de cómo había vivido - si, tres años atrás, él había tenido una madre que lo había recibido con una sonrisa al llegar a casa de clase, unos amigos con los que solía salir al acabar las clases en la universidad. Si había ido a la universidad, si había trabajado en algo los fines de semana. Qué había estudiado. Algo.

Baekhyun siempre estaba hablando de su vida, pero nunca le había preguntado a Chanyeol cómo había vivido él. Por no saber, ni siquiera sabía su nombre completo.

Y seguía sin estar seguro de si Sehun podía verlo o no, y no pensaba rendirse hasta llegar al final del asunto, pero eso no quería decir que tuviera que ser injusto con nadie.
[Capítulo 5]   [Capítulo 7]

!multi-chaptered, pairing: chanyeol/baekhyun, rating: r, pairing: suho/chen, au: reminiscencia, pairing: kai/kyungsoo, fandom: exo, fic: reminiscencia

Previous post Next post
Up