Fanfic [ Iro No Koi Wa Shinku ] [ Cap 6 ] [parte 1]
Gomen por no hacer esta entrada antes u.u estuve algo ocupada, en fin mi vida no importa mucho xDD
ahora chan chan chan (??) el Cap 6 de Iro no koi wa shinku ha llegado >< así que sabremos cual era la persona misteriosa xDD sin más Douzo~
CAPÍTULO 6
Mientras en una habitación, Keito le indicaba a Yuma las reglas del palacio.
-Bueno Nakayama-kun, creo que es todo lo que debes saber, espero que duermas bien, nos veremos mañana, estoy ansioso por pelear contigo.
-Lo mismo digo, buenas noches.
El samurái acomodó su futón en el suelo y se sentó sobre él mientras observaba con detalle la habitación, cuando después de unos segundos escuchó un par de golpes en la puerta.
-¿Quién es?-preguntó
-Soy…Chinen Yuri…pu..¿puedo pasar?-preguntó tartamudeando a causa de los nervios.
-Adelante, pase.-le respondió con una voz profunda y amable.
No tiene que pedirme permiso, después de todo, yo soy el intruso aquí, dijo abriéndole la puerta.
-No, no diga eso, ya es tan parte del palacio y tan parte intruso como yo aquí..desde el momento en el que Yamada hizo ese anuncio…se hizo oficial.-dijo bajando la mirada recordando el estrecho lazo que había entre Yuma y Yamada.
-Siéntese, dígame ¿En qué le puedo servir?- preguntó sentándose sobre el futón a un lado de chinen sin percatarse del semblante del menor.
-Ah…bueno…yo sólo quería..emm..Bueno pre..Preguntarle si estaba a gusto aquí..-dijo no muy convencido de sus propias palabras y notablemente nervioso.
-Sí, lo estoy, les agradezco mucho a todos lo amables que han sido conmigo, me gustaría recompensárselos a todos de alguna manera.
-No se preocupe por eso, en serio no necesita agradecerlo después de todo lo que ha hecho por mí y por Yamada-Afirmó de una manera efusiva y adorable, con las mejillas sonrojadas.
-Le agradezco mucho su hospitalidad-respondió inclinando su cabeza con una mirada serena.
De nuevo las miradas de Chinen y Yuma se encontraron, Chinen desvió la suya rápidamente por culpa del nerviosismo, incluso sentía escalofríos de vez en cuando, estos espasmos no pasaron desapercibidos por el mayor, pues en ese momento tomó por los hombros al menor mirándolo fijamente.
-¿Se encuentra usted bien?
-¿Eh? si..es..estoy bien…emm debe ser porque fui al lago y estaba algo fría el agua dijo sin darle mucha importancia.
-Ya veo…por favor cuídese, me apenaría mucho si se enfermara.
Este comentario sorprendió un poco a Chinen, quien sin pensarlo preguntó:
-¿Tú…te preocuparías si algo me sucediera?
-Por supuesto.-respondió sin dudarlo.
-¿Por qué?-la brillante mirada de chinen llena de preguntas contemplaba al samurái
-Yo…-El mayor no supo que responder en ese momento.
-Está bien, perdóname por potarme raro, no debí preguntar nada, olvídalo ¿si?- dijo poniendo una sonrisa indiferente.
-Chinen-sama...-intentó responder aun con duda en su rostro.
-Sólo…quédate un momento a mi lado- susurró mientras se recargaba en el hombro del samurái.
A chinen le ardían las mejillas, se sentía muy nervioso al estar así con Yuma pero quería estar a su lado el mayor tiempo posible, no podía quitar de su mente el hecho de que Yuma y Yamada fuesen tan cercanos...no...¿Por qué ellos dos?, no le parecía justo, quería estar más cerca de Yuma...instintivamente movió hacia un costado su cabeza, la inclinó buscando el rostro del mayor, acarició una mejilla de éste y se posó cual delicada mariposa en una rosa, sobre los labios del samurái, quien se quedó inmóvil ante tal inesperado contacto, sin embargo no rechazó el mismo.
-¿Que será esta fragancia tan familiar?..¿Qué será?… ¿Por qué no puedo recordarlo? - Se preguntaba el mayor saboreando los suaves labios del emperador percibiendo un aroma dulce y embriagante, un aroma a… ¿fresas?, al instante recordó la peculiar fragancia del emperador Yamada, a quien le gustaban tanto las fresas que había mandado a hacer una fragancia de éstas, que siempre utilizaba en sus ropas y piel, el kimono que estaba usando Chinen en ese momento también olía a fresas, fue entonces cuando se separó de esos labios con dificultad, el menor abrió los ojos y se topó con el rostro atónito y sorprendido del mayor, se separó al instante del samurái cubriendo su boca con su mano, totalmente apenado y mirando al piso aún con el rostro colorado.
-Yo….lo…siento...mucho…-susurró el emperador.
-No se preocupe…su alteza…yo…
-¡No!...esta vez….lo siento en verdad...no por ti…sino por Yamada…yo…no debí…hacerle eso…
-¿Su alteza? Perdone pero ¿a qué se refiere con eso?
-¡Rápido! Debes irte…yo hice algo malo….ve a las aguas termales...no debí… ¡ash! ¡Sólo ve rápido!-exclamó el menor desviando la mirada frunciendo el ceño.
-Pero no entiendo por qué…
-Yamada está allá...pero no está solo…no debí enviarlo con él...estando tan enojado…sabes una cosa Yuma? …cuando él está enojado, se deja llevar por sus emociones…y si ambos están solos en estos momentos...no sé lo que le pueda suceder a yamada-dijo sin despegar la mirada del piso.
Al instante Yuma se puso de pie sin decir nada más y dejó la habitación corriendo por los pasillos del palacio hacia las aguas termales, chinen apretaba los puños sobre su regazo escuchando los pasos de Yuma alejarse.
Yuma corría lo más rápido que podía presintiendo lo peor, las palabras del emperador resonaban en su mente junto con el rostro arrepentido de éste…finalmente llegó hasta la puerta de los baños, temeroso, tocó primero y luego habló:
-Disculpe… ¿Yamada-Dono?… ¿Está allí dentro? …¿Se encuentra bien?...-nadie parecía responder y la desesperación lo atacó, sin reparos abrió la puerta de un tirón.
-Yamada-Dono!!
Yuma se adentró unos pasos entre el vapor del agua, buscó con la mirada a Yamada por los alrededores, su vista se fijó en una de las paredes, justo en la esquina, junto a la gran onsen+, se encontraba una silueta en el piso, dio otro par de pasos que charpeaban al caminar, entonces pudo verlo; Estaba sentado en el piso recargado en la pared, con sus ropas desordenadas a medio desvestir, los pies descalzos, la cabeza totalmente mojada, sus cabellos goteando sobre su nagajuban, la mirada perdida y desolada, esa que recordaba muy bien, esa mirada se parecía a la que tenía el joven Yamada al mirar hacia el jardín cada tarde después de la muerte de sus padres cada tarde.
-¡Yamada-Dono!!-gritó de nuevo llamando la atención del aludido quien volteó y lo miró sorprendido.
-Yu..ma…¿Qué haces aquí?...deberías estar en …tu habitación.
-¿Está bien? ¿No está herido?-Preguntó acercándose.
-¡No vengas!- exclamó de repente abrazándose a sí mismo, lanzándole una mirada enojada a Yuma.
-Yo…no quiero hacerle daño...Yamada-Dono- se acercó más extendiendo una mano hacia el emperador.
-¡Aléjate! ¡No vengas! No des un paso más!- dijo cerrando fuertemente los ojos.
Si no te alejas te…-pero Yamada no pudo continuar más con su amenaza pues en ese momento los brazos de Yuma lo rodearon intempestivamente y lo acercaron a su pecho.
-No quiero que me digas de nuevo esas palabras…de lo contrario...no podré soportarlo…no quiero que me digas que me vaya...no tú, Ryosuke-susurró al oído del emperador acariciando sus cabellos humedecidos.
Yamada estaba paralizado. Por alguna razón no quería que Yuma lo soltara, sin embargo de nuevo esa sensación de miedo lo invadió y recordó lo que había pasado apenas hace unos minutos cuando Yuma no estaba, comenzó a temblar, apretó los puños clavando sus uñas en sus palmas y mordió sus labios para evitar que las lágrimas subieran por su garganta, ocultó su rostro en el pecho de Yuma, quien sintió que algo andaba mal…sin embargo no preguntó y sólo se limitó a abrazar al emperador mientras acariciaba su espalda y le daba un par de palmadas , sintiendo como sus ropas se humedecían lentamente, escuchando los sollozos que el emperador intentaba reprimir.
-Está bien….Yamada-Dono…sabe que yo...no le diré a nadie si llora…nunca lo he hecho… Y jamás lo diré, no tiene porqué seguir luchando más, perdóneme por no estar a su lado durante tanto tiempo, le prometo que eso jamás volverá a suceder, desde ahora.-Kimi dake wo zettai hanasanai *solo a ti no te soltaré*
Terminó finalmente abrazando más fuerte el cuerpo del emperador, quien no se pudo contener más y lloró silenciosamente sobre el hombro de su samurái mientras éste sostenía una mirada furiosa y arrepentida, furiosa ante el causante del pesar de su amo…y arrepentida de sí mismo, en estos momentos, el samurái tenía un sentimiento imperdonable para sí mismo, se juró no mirar a nadie más ni pensar en nadie más mientras viviera.
Dentro del castillo, vagando por los lúgubres pasillos de éste a mitad de la noche, caminaba un joven con la mejilla enrojecida, la mirada cabizbaja y oculta entre sus cabellos azabache, deslizó una puerta corrediza y entró a su habitación, en la obscuridad de ésta no dejaban de pasar por su mente los innumerables errores de esa noche que había cometido y que jamás tendrían perdón en su corazón.
Por razónes de LJ ¬¬ tuve que partir este Cap sino, no me deja ponerlo todo así que les hago el enlace aquí para que continuen con el FLASH BACK mujujuju ^^
Siguiente parte ^^
ahora chan chan chan (??) el Cap 6 de Iro no koi wa shinku ha llegado >< así que sabremos cual era la persona misteriosa xDD sin más Douzo~
CAPÍTULO 6
Mientras en una habitación, Keito le indicaba a Yuma las reglas del palacio.
-Bueno Nakayama-kun, creo que es todo lo que debes saber, espero que duermas bien, nos veremos mañana, estoy ansioso por pelear contigo.
-Lo mismo digo, buenas noches.
El samurái acomodó su futón en el suelo y se sentó sobre él mientras observaba con detalle la habitación, cuando después de unos segundos escuchó un par de golpes en la puerta.
-¿Quién es?-preguntó
-Soy…Chinen Yuri…pu..¿puedo pasar?-preguntó tartamudeando a causa de los nervios.
-Adelante, pase.-le respondió con una voz profunda y amable.
No tiene que pedirme permiso, después de todo, yo soy el intruso aquí, dijo abriéndole la puerta.
-No, no diga eso, ya es tan parte del palacio y tan parte intruso como yo aquí..desde el momento en el que Yamada hizo ese anuncio…se hizo oficial.-dijo bajando la mirada recordando el estrecho lazo que había entre Yuma y Yamada.
-Siéntese, dígame ¿En qué le puedo servir?- preguntó sentándose sobre el futón a un lado de chinen sin percatarse del semblante del menor.
-Ah…bueno…yo sólo quería..emm..Bueno pre..Preguntarle si estaba a gusto aquí..-dijo no muy convencido de sus propias palabras y notablemente nervioso.
-Sí, lo estoy, les agradezco mucho a todos lo amables que han sido conmigo, me gustaría recompensárselos a todos de alguna manera.
-No se preocupe por eso, en serio no necesita agradecerlo después de todo lo que ha hecho por mí y por Yamada-Afirmó de una manera efusiva y adorable, con las mejillas sonrojadas.
-Le agradezco mucho su hospitalidad-respondió inclinando su cabeza con una mirada serena.
De nuevo las miradas de Chinen y Yuma se encontraron, Chinen desvió la suya rápidamente por culpa del nerviosismo, incluso sentía escalofríos de vez en cuando, estos espasmos no pasaron desapercibidos por el mayor, pues en ese momento tomó por los hombros al menor mirándolo fijamente.
-¿Se encuentra usted bien?
-¿Eh? si..es..estoy bien…emm debe ser porque fui al lago y estaba algo fría el agua dijo sin darle mucha importancia.
-Ya veo…por favor cuídese, me apenaría mucho si se enfermara.
Este comentario sorprendió un poco a Chinen, quien sin pensarlo preguntó:
-¿Tú…te preocuparías si algo me sucediera?
-Por supuesto.-respondió sin dudarlo.
-¿Por qué?-la brillante mirada de chinen llena de preguntas contemplaba al samurái
-Yo…-El mayor no supo que responder en ese momento.
-Está bien, perdóname por potarme raro, no debí preguntar nada, olvídalo ¿si?- dijo poniendo una sonrisa indiferente.
-Chinen-sama...-intentó responder aun con duda en su rostro.
-Sólo…quédate un momento a mi lado- susurró mientras se recargaba en el hombro del samurái.
A chinen le ardían las mejillas, se sentía muy nervioso al estar así con Yuma pero quería estar a su lado el mayor tiempo posible, no podía quitar de su mente el hecho de que Yuma y Yamada fuesen tan cercanos...no...¿Por qué ellos dos?, no le parecía justo, quería estar más cerca de Yuma...instintivamente movió hacia un costado su cabeza, la inclinó buscando el rostro del mayor, acarició una mejilla de éste y se posó cual delicada mariposa en una rosa, sobre los labios del samurái, quien se quedó inmóvil ante tal inesperado contacto, sin embargo no rechazó el mismo.
-¿Que será esta fragancia tan familiar?..¿Qué será?… ¿Por qué no puedo recordarlo? - Se preguntaba el mayor saboreando los suaves labios del emperador percibiendo un aroma dulce y embriagante, un aroma a… ¿fresas?, al instante recordó la peculiar fragancia del emperador Yamada, a quien le gustaban tanto las fresas que había mandado a hacer una fragancia de éstas, que siempre utilizaba en sus ropas y piel, el kimono que estaba usando Chinen en ese momento también olía a fresas, fue entonces cuando se separó de esos labios con dificultad, el menor abrió los ojos y se topó con el rostro atónito y sorprendido del mayor, se separó al instante del samurái cubriendo su boca con su mano, totalmente apenado y mirando al piso aún con el rostro colorado.
-Yo….lo…siento...mucho…-susurró el emperador.
-No se preocupe…su alteza…yo…
-¡No!...esta vez….lo siento en verdad...no por ti…sino por Yamada…yo…no debí…hacerle eso…
-¿Su alteza? Perdone pero ¿a qué se refiere con eso?
-¡Rápido! Debes irte…yo hice algo malo….ve a las aguas termales...no debí… ¡ash! ¡Sólo ve rápido!-exclamó el menor desviando la mirada frunciendo el ceño.
-Pero no entiendo por qué…
-Yamada está allá...pero no está solo…no debí enviarlo con él...estando tan enojado…sabes una cosa Yuma? …cuando él está enojado, se deja llevar por sus emociones…y si ambos están solos en estos momentos...no sé lo que le pueda suceder a yamada-dijo sin despegar la mirada del piso.
Al instante Yuma se puso de pie sin decir nada más y dejó la habitación corriendo por los pasillos del palacio hacia las aguas termales, chinen apretaba los puños sobre su regazo escuchando los pasos de Yuma alejarse.
Yuma corría lo más rápido que podía presintiendo lo peor, las palabras del emperador resonaban en su mente junto con el rostro arrepentido de éste…finalmente llegó hasta la puerta de los baños, temeroso, tocó primero y luego habló:
-Disculpe… ¿Yamada-Dono?… ¿Está allí dentro? …¿Se encuentra bien?...-nadie parecía responder y la desesperación lo atacó, sin reparos abrió la puerta de un tirón.
-Yamada-Dono!!
Yuma se adentró unos pasos entre el vapor del agua, buscó con la mirada a Yamada por los alrededores, su vista se fijó en una de las paredes, justo en la esquina, junto a la gran onsen+, se encontraba una silueta en el piso, dio otro par de pasos que charpeaban al caminar, entonces pudo verlo; Estaba sentado en el piso recargado en la pared, con sus ropas desordenadas a medio desvestir, los pies descalzos, la cabeza totalmente mojada, sus cabellos goteando sobre su nagajuban, la mirada perdida y desolada, esa que recordaba muy bien, esa mirada se parecía a la que tenía el joven Yamada al mirar hacia el jardín cada tarde después de la muerte de sus padres cada tarde.
-¡Yamada-Dono!!-gritó de nuevo llamando la atención del aludido quien volteó y lo miró sorprendido.
-Yu..ma…¿Qué haces aquí?...deberías estar en …tu habitación.
-¿Está bien? ¿No está herido?-Preguntó acercándose.
-¡No vengas!- exclamó de repente abrazándose a sí mismo, lanzándole una mirada enojada a Yuma.
-Yo…no quiero hacerle daño...Yamada-Dono- se acercó más extendiendo una mano hacia el emperador.
-¡Aléjate! ¡No vengas! No des un paso más!- dijo cerrando fuertemente los ojos.
Si no te alejas te…-pero Yamada no pudo continuar más con su amenaza pues en ese momento los brazos de Yuma lo rodearon intempestivamente y lo acercaron a su pecho.
-No quiero que me digas de nuevo esas palabras…de lo contrario...no podré soportarlo…no quiero que me digas que me vaya...no tú, Ryosuke-susurró al oído del emperador acariciando sus cabellos humedecidos.
Yamada estaba paralizado. Por alguna razón no quería que Yuma lo soltara, sin embargo de nuevo esa sensación de miedo lo invadió y recordó lo que había pasado apenas hace unos minutos cuando Yuma no estaba, comenzó a temblar, apretó los puños clavando sus uñas en sus palmas y mordió sus labios para evitar que las lágrimas subieran por su garganta, ocultó su rostro en el pecho de Yuma, quien sintió que algo andaba mal…sin embargo no preguntó y sólo se limitó a abrazar al emperador mientras acariciaba su espalda y le daba un par de palmadas , sintiendo como sus ropas se humedecían lentamente, escuchando los sollozos que el emperador intentaba reprimir.
-Está bien….Yamada-Dono…sabe que yo...no le diré a nadie si llora…nunca lo he hecho… Y jamás lo diré, no tiene porqué seguir luchando más, perdóneme por no estar a su lado durante tanto tiempo, le prometo que eso jamás volverá a suceder, desde ahora.-Kimi dake wo zettai hanasanai *solo a ti no te soltaré*
Terminó finalmente abrazando más fuerte el cuerpo del emperador, quien no se pudo contener más y lloró silenciosamente sobre el hombro de su samurái mientras éste sostenía una mirada furiosa y arrepentida, furiosa ante el causante del pesar de su amo…y arrepentida de sí mismo, en estos momentos, el samurái tenía un sentimiento imperdonable para sí mismo, se juró no mirar a nadie más ni pensar en nadie más mientras viviera.
Dentro del castillo, vagando por los lúgubres pasillos de éste a mitad de la noche, caminaba un joven con la mejilla enrojecida, la mirada cabizbaja y oculta entre sus cabellos azabache, deslizó una puerta corrediza y entró a su habitación, en la obscuridad de ésta no dejaban de pasar por su mente los innumerables errores de esa noche que había cometido y que jamás tendrían perdón en su corazón.
Por razónes de LJ ¬¬ tuve que partir este Cap sino, no me deja ponerlo todo así que les hago el enlace aquí para que continuen con el FLASH BACK mujujuju ^^
Siguiente parte ^^