Título: Una guía, paso a paso, para no matarte esta noche
Fandom: Teen Wolf
Personajes: Scott McCall (Menciones de Allison Argent/Scott McCall, Melissa McCall y Stiles Stilinski)
Rating: R
Resumen: Esconder el dolor dentro de tus huesos y dejarlo ahí solo funcionará hasta que empiecen a pesar demasiado y se rompan.
Advertencias: Ideaciones suicidas, depresión severa, muerte de personaje.
Nota: Escrito para el prompt #1 de la actividad Los Cuervos de las Navidades Pasadas en
fandom_insanoNota #2: Básicamente, "guía para que Scott no se mate luego de que Allison muera", porque quiero que me odien un poco.
PASO UNO: No la llames esta noche. No. La. Llames. Su buzón de voz no sonará como una caricia conciliadora. No te hará sentir vivo, no te hará feliz. Vas a pensar que así no es como ella sonaba, que la grabadora no pudo capturar su risa correctamente. Que su voz sonaba como noches de verano y besos y que la burda imitación que logró la grabadora solo suena a muerte. Hará que quieras ir a donde puedas escuchar su voz otra vez, pero no encontrarás ese lugar en el gatillo de una pistola y tú no sabes eso. Así que, sin importar lo que pase, no la llames.
PASO DOS: Esconde las garras y suelta el arma. Por el amor que sentiste por ella, suelta el arma. Aquí llace un amado hijo y amigo no hará que las cosas sean mejores. Tu felicidad no está escondida dentro de una bala y no la encontrarás haciéndote un hoyo en la cabeza con un estruendoso bang. Esconde las garras y suelta el arma. Sabes que realmente no quieres dejar este mundo con un balazo y demasiada sangre en las paredes que tus amigos tendrán que limpiar luego.
PASO TRES: No pienses en el fuego. No pienses sobre todas esas veces en las que has querido prenderte en llamas y estallar por el cielo. No pienses en el olor a gasolina cuando llenas el tanque de tu moto. No mires el encendedor de aquel chico en la escuela. No mires las llamas, no pienses en el fuego. No pienses mucho sobre cuánto quieres quemar tu piel, cuánto quieres hacer una pila con todos tus recuerdos de ella, todos los poemas que nunca le diste, todas las fotos que una vez se sacaron juntos, pararte en el centro y prenderle fuego a todo. Hasta que el fuego consuma tu piel y te conviertas en nada más que cenizas.
PASO CUATRO: Deja de decirle a tu madre que estás bien. Deja de ignorar tu dolor. Deja de decirle que no tiene que preocuparse por ti; ella sabe que sí. Esa convicción desesperada de que el dolor se irá si no lo nombras está equivocada. Deja de tirar tus pesadillas al armario, deja de negarte a hablar sobre esos días en los que despiertas con un grito atorado en la garganta. Ten su número en la opción de emergencia. Llámala. Háblale de los días en los que todavía sientes la sangre que dejó aquella herida en tus manos. Deja que te abrace. Deja que te diga que todo estará bien algún día.
PASO CINCO: No ignores a tu amigo cuando te mira como si tu piel se siente como un suicidio. No ignores a tu amigo cuando te pregunte por las manchas rojas que dejó tu sangre en las sábanas la noche pasada. No ignores a tu amigo, aunque tenga el rostro de lo que la asesinó y a veces tengas que mirar hacia otra parte (por más que sepas que nada de esto es su culpa). No ignores a tu amigo, él no tiene una respuesta y realmente no sabe cómo ayudarte. Todo lo que tiene son un montón de palabras rotas, un te amo sin decir y un ruego silencioso que dice por favor no te mates esta noche, pero, luego de tu madre, es la única persona que tomaría una bala por ti, la única persona que te toca como si pudiese llevarse el dolor. No ignores a tu amigo pensando que harás su vida más sencilla si no le hablas de tus problemas porque no funciona así.
PASO SÉIS: Llora. Deja de intentar ser fuerte todo el tiempo. Deja de cerrar la puerta cada vez que no puedes respirar. Deja de esconder tus cortes hasta que se sanan. No actúes como si no te doliera. Quien sea que dijo que un líder no debe mostrar debilidad en ningún momento estaba lleno de mierda. No lo escuches. Deja que te sostengan. Deja que te consuelen. Esconder el dolor dentro de tus huesos y dejarlo ahí solo funcionará hasta que empiecen a pesar demasiado y se rompan. Aguantar la respiración cuando duele el aire, hundir tus garras en tu piel hasta que sagre y no hablar sobre tus pesadillas terminarán convirtiéndote en un cementerio.