Fic. An Unexpected Love - Capitulo 11 Parte 1

Sep 04, 2012 00:47



CAPITULO 11
Parte 1


Jared no estaba seguro de cuanto tiempo había pasado sentado contra la puerta, sólo que cuando pensó en levantarse tenía el culo adormecido. Saltó cuando el teléfono comenzó a sonar, rezando para que fuera Jensen mientras se lo sacaba del bolsillo. Su corazón se cayó cuando vio el nombre de Chad en la pantalla.

- Sí - respondió con brusquedad.

- Estoy entre los vuelos y quise llamar para saber como iba todo. Estás en tu casa ¿No? - preguntó Chad.

- Sí, estoy en casa - le confirmó.

- ¿No fue bien? - la voz de Chad sonaba preocupada.

- No - respondió con un suspiro. - Dejé que mi humor sacara lo peor de mí y abrí la boca.

- ¿Qué le dijiste? - la mente de Chad ya estaba pensando en una forma de corregir los daños.

- Algo así como que debía superar lo de Jeff. - confesó Jared en voz baja.

El sonido de Chad al tragar grueso le confirmó a Jared que la había jodido a base de bien.

- Y supongo que no de forma muy sutil. - insistió Chad.

- No realmente - respondió malhumorado.

- Genial ¿Dónde está él ahora?

- No sé - respondió con evidente preocupación.

- ¿Qué quieres decir con que no sabes? ¿Hace cuanto tiempo se fue?

Jared miró su reloj, sintiéndose más nervioso - Unas cuatro horas - respondió finalmente.

- ¿No tienes idea de a dónde?

- Tal vez al albergue, pero no creo que sea buena idea que llame ahora.

- ¿Ellos saben lo que ha pasado? - preguntó Chad, buscando el número de teléfono.

- Steve vio el reportaje, no sé si Chris también. - dijo Jared gruñendo al ponerse de pie.

- Vale, voy a llamar a Steve, tú llama a esa chica de la que él siempre habla.

- ¿Sophia?

- Sí, ella.

- ¿Y si no está con ella? No quiero preocuparla.

- Sólo dile que llegaste antes de tu viaje y querías sorprender a Jensen, pero no está en casa y querías saber a que hora regresaría. - sugirió.

- Eso podría funcionar - coincidió Jared de camino a la cocina.

- Jensen no parece el tipo de personas que guarda rencor. - dijo Chad mirando su hora de embarque.

- No, no lo es, pero me lleva millones de ventajas en cuanto a obstinación. - respondió Jared, hizo una pausa cuando la voz metálica del altavoz sonó.

- Oye, ya están llamando para embarcar. Llamaré rápidamente a Steve, si Jensen está allí te devolveré la llamada, pero si no oyes de mi es que él no está. Te llamaré al aterrizar. - prometió Chad, y colgó antes de que Jared pudiera incluso abrir la boca.

Jared cogió una botella de agua fría de la nevera y se la puso en la frente. Sentía como si su cerebro fuera demasiado grande y le fuera a partir la cabeza por la mitad.

Odiaba tener que presionar, pero había hecho todo lo que podía y nada había hecho a Jensen abandonar la burbuja rodeada de Jeff en la que se había metido. Por supuesto, que sabía que la forma en la que había abordado el tema, era horrible. Estaba cansado, frustrado y el dolor de que Jensen pudiera pensar que él era capaz de engañarlo, le superó.

No tenía ni idea de cómo se le olvidó lo testarudo que podía ser Jensen. Llegó a su memoria el verano en el que Jeff quiso enseñar a Jensen a surfear, estaba seguro de que Jensen se ahogaría antes de conseguir ponerse de pie en la tabla, pero el rubio no dejaba de insistir, hasta Jeff estaba a punto de perder las esperanzas cuando de pronto el chico consiguió montar una ola.

Dos meses después, al ver a Jensen durante el verano, nadie hubiese adivinado que era un novato en el surf. Jeff siempre lo llamaba testarudo. Recordaba unas cuantas historias de cuando Jeff pensó que de verdad tendría que empujar el cuerpo del chico hasta la orilla. Ahora le pasaba más o menos lo mismo, no imaginaba que tantas posibilidades tendría de encaminar las cosas con Jensen, o si al menos le dejaría intentarlo.

- Las cosas mejoran día a día. - murmuró con sarcasmo dejándose caer en la silla y marcando el número de Sophia.



Jensen condujo sin rumbo durante un buen rato hasta que terminó en el cementerio. No había vuelto allí desde el día que Jeff fue enterrado, tan sólo ver como dejaban caer la tierra sobre él le revolvió el estómago. No estaba seguro de porque había ido hasta allí en ese momento, pero sólo podía ser que su necesidad de hablar con Jeff era tan fuerte que superaba la muerte, aunque sabía que no obtendría respuesta.

Tomó una respiración profunda antes de abrir la puerta del coche, cogió la manta que siempre tenía en la parte de atrás y emprendió su camino entre las sombras, el sol marcaba la ruta reflejándose en las hojas hasta que llegó a la tumba de Jeff.

Cuando se calmó lo suficiente, se dio cuenta de que Jared tenía razón, Jeff era su lugar seguro. Jensen sabía que esperar de él, como hacerle feliz, como amarlo y dejarse amar. Estaban de acuerdo en casi todo y en lo que diferían no era tan importante como para sacarlo a relucir. Sin embargo, con Jared había una sorpresa en cada esquina. Tomando las películas como ejemplo, si Jensen hubiese estado pensando con claridad el primer día que fue a la oficina, habría prestado más atención a los pósters originales de películas antiguas que colgaban. Fue en su tercera visita en la que se dio cuenta de que compartían el mismo gusto, excepto por la película de Texas Chainsaw.

Luego estaban los libros. Cada uno tenía un escritor favorito que defendían con vehemencia. Lo que le sorprendió a Jensen fue que Jared decidió releer los libros para darles una segunda oportunidad. Con unos cuantos, el castaño estuvo de acuerdo en que valió la pena hacerlo y pudieron comentar lo que más les gustaba de ellos. Jensen también se animó a releer esos libros que le habían parecido demasiado secos, encontrándoles profundidad gracias a esa segunda lectura.

Sin embargo, seguían existiendo algunas películas y libros que por más que lo intentaran, no lograban coincidir y esos momentos de desacuerdo terminaban convirtiéndose en discusiones que eran graciosas para los que estaban alrededor. En una oportunidad fue Sophia, estaba tomando el sol en la piscina mientras él y Jared discutían sobre un libro que según el castaño, debía estar en la lista de los más aburridos del año.

- Era más seco que el Sahara y los comentarios de la escritora eran de mal gusto. - se quejó Jared.

- Solo porque a ti no te guste su postura personal, no significa que sea de mal gusto. Obviamente, tú no tienes buen gusto. - se quejó Jensen.

- Oh no, yo tengo muy buen gusto. - dijo Jared con voz suave.

Agarró la jarra vacía y se disculpó para ir a hacer un poco más de limonada. Jensen lo vio con confusión. De vez en cuando Jared solía decir cosas de una forma que lo dejaban desconcertado. Sophia se rió, lo que hizo que Jensen la mirara frunciendo el ceño.

- No lo captas ¿Cierto? - preguntó ella.

- ¿Captar que?

- Nada, cariño. Ya te darás cuenta. - respondió cogiendo un poco de palomitas.

- Pues sería mejor si alguien tuviera la amabilidad de explicármelo ya - se lamentó el rubio.

Jensen extendió la manta de tal forma que pudiera sentarse y descansar la espalda en la piedra fría, recordando que él y Jeff solían sentarse así, recostándose uno de la espalda del otro y hablar.

Se quedó allí durante un buen rato, sin decir nada, sólo pensando en como su vida había cambiado y cambiado, nunca parecía asentarse en la suave corriente de la que le gustaba disfrutar. Cuando por fin se sintió capaz de verbalizar sus emociones, el sol comenzó a descender.

Tiempo después, cuando se puso de pie, le dolía la espalda y tenía la vejiga llena. Al ver el reloj se dio cuenta de que habían pasado seis horas. Murmuró un juramento, tomó la manta y se movió tan rápido como sus articulaciones adoloridas le permitieron. No tenía ni idea de que había estado fuera tanto tiempo, tiró la manta en la parte de atrás, entró en el coche y buscó su móvil en la guantera, dejó caer la cabeza sobre el volante cuando vio la cantidad de mensajes y llamadas perdidas. Unos de Steve, Sophia e incluso de Chad.

- Genial - murmuró marcando primero el número de Steve para asegurarle que estaba bien y ya iba camino a casa. Con Sophia fue más fácil, había estado trabajando todo el día y no sabía nada de lo que había pasado, Jensen le prometió que la llamaría al día siguiente para ponerla al día con todo, aunque sabía que eso le costaría un buen regaño. No logró contactar con Chad, quizás estaba en algún vuelo, así que le dejó un mensaje a él también, diciéndole que lo llamaría luego.

Se detuvo en una gasolinera para llenar el tanque e ir al baño. No intentó llamar a Jared porque, si bien ya había tomando unas decisiones en su vida, aun no tenía las palabras correctas para empezar esa conversación con su marido.

Entró al garaje, apagó el motor y se quedó un momento tras el volante tratando de calmar los nervios. Sabía que posponer lo inevitable no le haría bien a ninguno de los dos, así que con un suspiró se dirigió hasta la casa. No se había dado cuenta de lo cansado que estaba hasta que llegó a la sala y encontró a Jared tirado sobre un sillón, con el móvil en una mano y una botella de agua en la otra, a punto de caerse.

Jensen no pudo evitar sonreír ante la imagen de Jared con la cabeza hacia atrás y la boca entre abierta por la que salían ligeros ronquidos. No se animaba a despertarlo para que subiera a la habitación. Sabía que estas dos semanas no habían sido exactamente de vacaciones para él y a eso había que sumarle el estrés que seguramente le causó el reportaje. Si se le añadían las 17 horas de viaje, era normal que estuviera exhausto. Jensen le quitó la botella de agua y la puso sobre la mesa, hizo lo mismo con el móvil luego de ponerlo en silencio.

Jared murmuró algo en sueños, se movió pero no se despertó. Cogió la manta del sofá y lo envolvió con ella tras quitarle los zapatos. Luego subió a su habitación bostezando y casi arrastrándose en la oscuridad, por suerte ya se sabía el camino. Se puso sus pantalones de pijama y para cuando colocó la cabeza sobre la almohada, ya estaba profundamente dormido.



Jared despertó en estado de pánico. Había llamado a Sophia y se debatía en llamar o no a Steve, sin importarle la molestia del otro, pero luego quedó en nada. Cuando se levantó de un salto, casi se cae al enredarse con algo a sus pies. Al fijarse bien, se dio cuenta de que era la manta que Jensen siempre mantenía en el sofá y estaba bastante seguro de que él no la había agarrado. Sus zapatos estaban acomodados a un lado y él sabía muy bien que no se los había quitado porque quería estar listo por si tenía que salir a buscar a Jensen.

Miró la mesa y vio tanto su móvil como la botella de agua, él no los puso allí. Corrió hasta el piso de arriba y vio que no sólo la luz nocturna estaba encendida sino que la puerta de la habitación de Jensen estaba entre abierta. La abrió un poco más y casi se desmaya por la forma en la que contuvo el aliento al ver a su marido durmiendo en la seguridad de su cama. Cerró un poco la puerta y se recostó en la pared intentando calmar los latidos de su corazón.

Jared no sabía exactamente que significaba que Jensen hubiera regresado a casa, pero tenía que ser algo bueno tomando en cuenta que se cambió por algo más cómodo y se acostó a dormir. Sin embargo, lo que hizo a Jared más feliz, fue que no había cerrado la puerta. No sabía que tanto la había jodido pero al menos el rubio volvió a casa y no había perdido la confianza que Jared ya se había ganado.

Volvió a bajar para asegurarse de que todo estuviera bien cerrado y se fue a su dormitorio, no sin antes asomarse de nuevo al de su marido, para comprobar que de verdad estaba sano y salvo. A pesar de todas las preocupaciones que aun seguían girando en su cabeza, le tomó solo unos minutos perderse en el sueño.



Cuando Jensen despertó a la mañana siguiente, el sol brillaba a través de las persianas y los pájaros cantaban alegremente. Gimió y se cubrió la cabeza con la almohada porque no quería empezar el día aun. Ayer había sido un día de mierda y hoy tenía que hablar con Jared, así que unos minutos más en la cama no le harían daño. Se quedó escuchando durante un momento pero no le llegó ningún ruido del pasillo o las escaleras, así que supuso que Jared seguía durmiendo. Los cambios de horario y el estrés no eran nada buenos para el cuerpo. Lo sabía por experiencia.

Se dio vuelta debatiéndose sobre como debía comenzar la conversación, pero no le gustaban ninguna de las que se le ocurrían. Sabía que le debía una disculpa a Jared. Estaba seguro de que la explicación que le había dado era cierta, para ser del todo honestos, sabía que Jared no lo había engañado desde antes que se lo confirmara. Pero los celos mezclados con una pequeña dosis de malas experiencias le hicieron actuar sin pensar.

Al darse cuenta de que no iba a poder dormir, se arrastró fuera de su cama caliente y se metió en el baño. La noche anterior, cuando llegó a casa estaba tan cansado que no se duchó, pero ahora no podía pensar mejor manera de comenzar el día, ya que no podía ayudarse con el café.

Jared había estado tirado en su cama durante varios minutos tratando de animarse para levantarse. El sonido del agua llegó desde el pasillo y suspiró aliviado de no tener que hacer frente aun a su marido. No estaba seguro de que sentía Jensen con respecto a él después de todo lo del día anterior. Todavía no encontraba las palabras necesarias para decirle lo mucho que sentía lo que había dicho y la forma. Realmente quería darse una ducha, pero no quería que Jensen se marchara sin aclarar las cosas, así que se levantó y bajó a la cocina para hacer el desayuno.

Jensen salió de la ducha y tomó una toalla del estante, entonces el olor del tocino y las salchichas hicieron rugir su estómago. El día anterior se había olvidado por completo de comer, lo cual era una buena explicación para el mareo y los fuertes sonidos de su estómago que casi le hacía doblarse del hambre.

Jared estaba colocando un pancake en el plato cuando Jensen apareció por la puerta. Había estado tratando de encontrar las palabras adecuadas para arreglarlo todo.

- Lo siento… - comenzaron a decir los dos al mismo tiempo.

Jared se aclaró la garganta y Jensen agachó la cabeza, frotándose la nuca.

- ¿Por qué no comemos, aprovechando que está caliente? Luego podemos hablar. - sugirió Jared.

El rubio alzó la mirada buscando el rostro de Jared, le sonrió amablemente y jaló una silla para sentarse.

- Vale.

- No estaba seguro de que querías desayunar, así que hice un poco de todo. - explicó poniendo varios platos en la mesa.

- Mi estomago está bastante estable últimamente, pero no quiero abusar, por si acaso. - respondió sirviéndose un poco de huevos revueltos y tostadas. - Gracias por hacer el desayuno. Caroline dijo que vendría esta tarde para limpiar un poco y que traería lasaña y algunos guisos. - dijo Jensen mientras comía.

- Le pedí que viniera más seguido los días que yo iba a estar fuera, por si necesitabas algo. - reconoció Jared deslizando un poco de bacon en su plato.

- Fue agradable tener a alguien alrededor. Estuvimos hablando sobre los planes que tengo para la próxima exposición.

- ¿Cuándo será la siguiente? - preguntó Jared, preocupado de que Jensen se comenzara a presionar demasiado.

- Oh Dios, no por ahora. Quiero ser capaz de pasar tanto tiempo como sea posible con el bebé, y aun tengo que hacer varias piezas de encargo. Solo sé que la galería quiere hacer otra. Voy a necesitar por lo menos un año para estar disponible, así que la exposición podría ser para cuando el bebé tenga dos.

Jared se relajó al saber que Jensen se tomaría su tiempo antes de empezar con el siguiente proyecto. Su marido había manejado bien la presión de la última exposición y todo el caos de los últimos meses, pero Jared sabía que tenía sus costes. Terminó el desayuno a regañadientes y puso el tenedor a un lado, no estaba listo para que la camaradería fácil terminara. Jensen puso el plato a un lado usando un minuto más para tomarse el jugo.

- ¿Por qué no vas a tomar una ducha mientras yo limpio esto? Luego podemos hablar - dijo Jensen aclarándose la garganta.

Jared quería aclarar las cosas entre ellos de una vez, pero no se había duchado desde hace dos días y ya estaba comenzando a incomodarle. Cada vez que regresaba de un largo viaje, lo primero que hacía era disfrutar de una larga ducha caliente. Le ayudaba a relajar la tensión de los músculos y liberarse de la incomodidad de estar sentado en aviones, taxis y salas de espera.

Jensen sonrió cuando Jared aceptó de mala gana, con la promesa de que no le tomaría mucho tiempo.

- Tómate todo el tiempo que necesites. Probablemente cuando termines estaré en el solarium, ve a buscarme y hablaremos.

Jared se quedó bajo la ducha un poco más de lo que tenía planeado. El agua caliente se sentía tan bien sobre sus hombros y su cuello, que se quedó durante un rato antes de enjabonarse y aclararse para luego bajar al encuentro de Jensen.

El rubio estaba, efectivamente, en el solarium, Jared se tomó un momento para admirarlo, estaba de pie frente a la ventana viendo el jardín de rosas. No estaba muy seguro de cómo comenzar la conversación, pero tenían que pasar eso para poder seguir adelante. Se aclaró la garganta e hizo una mueca cuando Jensen dio un pequeño salto y giró.

- Lo siento, no quería asustarte - dijo Jared tímidamente.

- No importa, estaba distraído. - respondió sonriendo y caminando hasta el sofá de la esquina.

Cuando Jared se dio cuenta de cómo se perdía Jensen dentro de su trabajo, ordenó un cómodo sofá y un juego de sillas para el solarium, con la esperanza de que le fuera más llamativo descansar cuando el cuerpo se lo pedía.

El castaño se sentó en una de las sillas - Lamento todas las cosas que dije ayer, - se disculpó mientras buscaba las palabras adecuadas para continuar.

- ¿Dijiste lo que de verdad pensabas? - preguntó Jensen en voz baja.

Jared comenzó a responder, pero se detuvo. No iba a mentir, pero necesitaba que Jensen le entendiera.

- Sí.- Tomó una respiración profunda para comenzar a explicar, pero Jensen comenzó a hablar sin darle tiempo.

- Entonces no te disculpes. Si lo decías de verdad, no tienes porque lamentarlo. - respondió Jensen con una sonrisa triste. - entiendo que todo esto tiene que ser frustrante para ti. - dijo en voz baja.

- Pero eso no significa que tuviera que expresarlo de esa manera, ni bajo esas circunstancias.

Jensen ladeó la cabeza con comprensión y luego concentró de nuevo la mirada en sus manos. Jared lo vio hacer un pequeño nudo en su chándal para luego alisarlo y anudarlo otra vez, así que se deslizó de su silla y se arrodilló delante de Jensen tomando sus manos para calmar sus nervios.

- Me siento frustrado. Siento que estamos estancados en el mismo lugar y no sé como hacernos avanzar, pero no me rendiré. Me dijiste que necesitarías tiempo, lo entiendo, en serio, pero necesito saber que estamos haciendo algún tipo de progreso. - trató de explicar con la esperanza de que Jensen lo entendiera.

- Lo sé - reconoció Jensen en voz tan baja que Jared tuvo que inclinarse hacia delante para poder escucharle bien.

Aun no apartaba los ojos de sus manos, ahora unidas a las de Jared.

- Jensen - dijo su nombre con suavidad, con la esperanza de tener una reacción diferente a un estremecimiento.

- No creo que me fueras infiel. - admitió Jensen aun sin levantar la vista.

- ¿Qué? - preguntó confundido por el cambio abrupto de conversación.

- Ya sabes, con esa actriz - explicó Jensen, negándose a repetir su nombre. - No creo que me fueras infiel.

- ¿Entonces por qué estabas tan enojado?

Jensen se encogió de hombros - Las fotos me tomaron por sorpresa… luego los recuerdos de lo que pasé con Joshua, y supongo que me puse algo celoso. - la ultima parte casi se arrastraba entre sus dientes.

- ¿Te pusiste qué? - sin saber si había escuchado bien, su pulso se aceleró por la idea.

- Me puse algo celoso. - admitió un poquito más alto.

Jared no podía seguir hablando así, por lo que sujetó la barbilla de Jensen para alzarle la cabeza y poder mirarlo a los ojos.

- No hay absolutamente ninguna razón para que estés celoso. Sólo te quiero a ti, y esperaré el tiempo que sea necesario. Únicamente necesitaba saber que había una oportunidad de que se diera algo más entre nosotros. - dijo Jared besando la frente de su marido.

- Supongo que mis celos son una prueba de que sí ¿huh? - preguntó tímidamente.

- Es un comienzo - respondió Jared con una sonrisa.

- Entonces… ¿Qué sueles hacer cuando se reportan cosas sobre ti que no son ciertas? - preguntó Jensen - ¿No te molesta?

- En realidad no, es decir, por lo general lo ignoro, a menos de que sea algo muy fuerte. Además, antes no tenía nadie que pudiera resultar afectado, sin contar a mi madre, pero ella se molesta hasta con las posibles malas reseñas a mis películas, así que no hay mucho que hacer. - Jared se encogió de hombros recordando la última vez que su madre casi lloraba hablando de la gente con mal gusto y como los padres no enseñaban buenos modales a sus hijos.

- No sé si me gustaría que la gente estuviera diciendo cosas de mí que no son ciertas.

- Tu mantenías un bajo perfil en tu vida personal, por lo que nunca fue un problema, será un poco distinto ahora. - le advirtió Jared.

- Me lo imagino - admitió con algo de disgusto.

- Hablando de eso, Chad cree que deberíamos hacer un comunicado anunciando nuestro estado civil, y que vamos a tener un bebé. - Jared le había dado varias vueltas a esa idea.

Jensen sabía que Jared no lo obligaría a hacer algo que no quería, y honestamente, la idea de involucrar a los medios de comunicación en su vida le aterrorizaba. Sin embargo, otra parte de él quería aclarar la situación. Hasta ahora la relación de ambos se había mantenido en silencio porque así lo pidió Jensen, le daba miedo que Joshua tomara represalias, en aquel momento Jared no sabía que lo había pedido por eso. Ahora que su ex marido estaba al tanto de todo, Jensen suponía que no haría peor daño hacerlo público.

- Yo no tendría que hacer ninguna entrevista ni nada ¿No?

- Prefiero que no. Chad puede emitir un comunicado a todos los medios informando que nos casamos en enero y que esperamos nuestro primer hijo para septiembre. Probablemente yo tendré que atender algunas llamadas, pero dudo que sea algo más que eso.

- Bueno, si piensas que eso puede ayudar, dile a Chad que lo haga. - aceptó Jensen.

- Lo llamaré un poco más tarde, seguro que aun está durmiendo. ¿Tenías planeado hacer algo hoy?

- No, no realmente. Había imaginado que podíamos pasar un tiempo juntos aprovechando que estabas de regreso. - dijo Jensen sonrojándose.

- Bueno, podemos hacer eso. ¿Ya sabes que quieres hacer en la habitación del bebé?

- Sí, creo que tengo un plan. Puedo mostrártelo si quieres.

- Eso me agradaría mucho. - respondió Jared con entusiasmo.

Jensen emprendió el camino hacia la habitación del bebé, cada vez más entusiasmado con la idea que se formaba en su cabeza. Los muebles de la habitación eran de tipo antiguo, y ya habían decidido poner alfombras en ciertos puntos en lugar de cubrir toda la madera con una sola.

- Realmente me gusta la idea de las mariposas, pero como no sabemos si será niño o niña, pensé que podíamos hacer un fondo de océano o de playa. Las paredes de alrededor serían un océano claro que se difumine y poco a poco mezclándose con colores que armonicen.

- ¿El mismo color que usamos para el baño? - preguntó Jared, no muy seguro de que lo que Jensen quería decir.

- No, un color más suave. Algo relajante, no que le altere. Sé de personas que dicen que la habitación del bebé debe ser estimulante, pero creo que para eso está el cuarto de juegos. El dormitorio debería ser pacífico, un lugar donde pueda relajarse lo suficiente para dormir.- dijo Jensen encogiéndose de hombros.

- Tiene sentido. ¿Tienes las muestras de colores?

- No, pensé que podíamos salir a comprar la pintura del resto de la habitación. Para el mural tendré que ir a donde suelo comprar las mías y seleccionar algunas.

- Muy bien, déjame desempacar, llamar a Chad y luego podremos irnos.

- Perfecto - aceptó Jensen - voy a anotar todo lo que necesito, así sabré por donde empezar.



Dos horas después, estaban en el coche dirigiéndose a la ciudad. Mientras Jared llamaba a Chad para decirle que procediera con el anuncio de prensa, Jensen llamaba a Steve para suavizar las cosas. Steve aun quería saber que había sucedido realmente, así que le prometió darle detalles luego.

Pasaron el día haciendo compras para la habitación del bebé, sobre todo pinturas y accesorios, Jensen descubrió una pequeña boutique escondida entre una librería y una tienda de mascotas. Por supuesto, Jensen insistió en entrar primero en la librería y Jared decidió darle una vuelta a la tienda de mascotas. Se encontraron en la tienda para bebés y salieron con bolsas llenas de juguetes y otras cosas.

Para cuando terminó el día, la parte de atrás del coche estaba llena y a Jensen le mataban los pies. Chad llamó y dijo que el comunicado debería salir en la emisión nocturna de entretenimiento y que había incluido un par de imágenes tomadas en la boda.

Jensen quería esperar para verlo, pero a las 9 ya estaba cabeceando en el sofá, por lo que Jared lo arrastró hasta la cama. El castaño se quedó despierto el tiempo suficiente para lavar los platos y cerrar, luego se acostó también.



Joshua había estado en completo éxtasis cuando salió la noticia de que Jared se había enredado con aquella actriz. Pensaba que ni planeando las cosas hubiesen salido tan perfectas. Así que desde que eso salió a la luz había estado pegado a los reportajes de espectáculos para saber que más decían. Sin embargo, no estaba preparado para lo que vio a continuación.

¡Esta noche, en nuestro reportaje principal anunciaremos una gran noticia!

De acuerdo con un comunicado que nos han enviado de la oficina de Jared Padalecki, las imágenes que mostramos ayer dan un fuerte giro. La señora Alba había salido a celebrar con el equipo de producción y a mitad de la noche se sintió indispuesta, el señor Padalecki la acompañó de regreso al hotel junto con otros miembros del equipo. También hemos sido informados de que el señor Padalecki había logrado ocultarnos un secreto muy grande. Resulta que él se casó el 10 de enero con Jensen Ackles, quien es reconocido en el mundo del arte por sus obras de paisajes realistas. Y si ese no es secreto suficiente para ustedes, señoras y señores, lo será el hecho de que la pareja está esperando su primer hijo, que nacerá a finales de septiembre. Nuestras fuentes en Argentina han confirmado está versión sobre lo sucedido allá y una fuente que tenemos en los tribunales nos ha informado que lo del matrimonio también es cierto. Todavía estamos esperando que otra fuente nos confirme el embarazo…

El vaso se rompió contra la pared esparciendo el licor y cristales por todo el alfombrado. La televisión no tuvo mucha mejor suerte, ya que fue empujada hacia atrás estrellándose contra el suelo. Las sillas, lámparas y las mesas alrededor fueron totalmente destruidas. Joshua estaba furioso. Ese hijo de puta no sólo le había quitado a su marido, sino que también lo había preñado. La idea de que ese engendro estuviera en las entrañas de Jensen hinchando su cuerpo le daban ganas de castigar a alguien, preferiblemente al propio Jensen. Él detendría esto, de una forma u otra y tendría a su marido de vuelta, a donde pertenecía, dispuesto a hacer lo que a él le diera la gana.

Podía imaginar a Jensen arrodillado entre sus piernas, sus labios gruesos alrededor de su polla, herido e hinchado por el castigo proporcionado por sus nudillos y lágrimas brotando de esos grandes ojos verdes. Joshua se metió una mano en el pantalón, se agarró la ya dura polla y cerró los ojos para masajearse con la idea de esas imágenes hasta que llegó a un rápido orgasmo. Se dejó caer en la silla permitiendo que el orgasmo y la adrenalina se pasearan por sus venas calmando su ira y permitiéndole pensar. Jensen sería suyo de nuevo, pero primero tenía que hacerse cargo de Jared Padalecki. Joshua sonrió por las diferentes formas en las que podía hacerlo y satisfecho por como Jensen sufriría por el dolor de perder a otro hombre que amaba.

Continuará.

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