CAPITULO FINAL EPILOGO
De cuando la felicidad toca a tu puerta, entra y se instala.
Junto a ti - Sin bandera
Dos años después…
Jared gime por el escalofrío que le produce la humedad en su espalda. Le toma unos segundos darse cuenta de que es la lengua de su esposo la que se mueve serpenteante a lo largo de su columna hasta llegar al hueco de la cadera.
- mmmm - murmura haciendo sonreír al rubio.
- Oh, perdón, no quería despertarte - miente divertido mientras usa sus piernas para abrir las del menor y así poder meter la cabeza entre sus nalgas y lamerlo como si fuera la primera vez y no existiera otra oportunidad. Jared alza el culo para darle todo el acceso que necesite, aprieta las sábanas y se muerde el labio cuando siente la lengua colarse en su interior.
- Joder… - gruñe en voz baja.
- En un minuto - ríe excitado. No requiere de mucha preparación porque aún está dilatado gracias a la faena de la noche anterior, hace el mismo recorrido de su vida por su espalda y muerde levemente su oreja - cuando termine contigo, no vas a poder sentarte en una semana.
- Promesas - le reta aunque le consta que es verdad.
- ¡Papaaaaaa! ¡Papapapapapa!
- Mierda. - gruñen saltando en la cama, la fuerza con la que la puerta está siendo pateada les indica que el que intenta entrar es Jeremy. Un día de estos la va a tumbar el muy jodido.
- ¡Megan! ¡El niñoooo! - grita Jared sosteniendo a Jensen para que no se mueva de donde está.
- Solo voy a ver que quiere
- Ni se te ocurra Ackles, te lo advierto. - el aludido levanta una ceja divertido y se tumba sobre él para seguir con lo que estaban, ahora cara a cara.
Afuera se escucha la voz de Megan luchando con Jeremy para que deje a sus padres tranquilos por un rato, al mismo tiempo que le grita a Jade que se baje de donde sea que está montada, escuchan el timbre sonar y la voz de Mack unos minutos después.
- Rayos - murmura Jensen porque así no hay quien folle. Bufa y se tumba a un lado sintiendo como las ganas disminuyen.
- Voy a matar a alguien - comenta Jared pasándose una mano por la cara y el cabello. Cuando se escucha otro grito, ambos saben que no les queda más remedio que salir.
Las mañanas nunca son las mismas desde hace dos años.
Hay días en los que pueden dormir un poco más, otros en los que prácticamente no pegan un ojo. Los niños crecen de una semana a otra y parece que tienen pilas que se recargan solas porque nunca se cansan.
En la casa son ellos tres casi siempre, excepto los martes y jueves que va la chica que contrataron para la limpieza porque no les da tiempo de tanto.
Megan está por terminar el bachillerato y Jared va por el primer año de Fisioterapia. Aprendieron a coordinar estudio y entretenimiento infantil cuando los niños cumplieron 7 meses y comenzaron a querer caminar. Ahora están hablando aunque muchas veces es difícil entender a qué se refieren.
- ¡Audaaaaa! - grita Jade. Jensen se apresura a dejar la tostada en la mesa para ir a la sala, la niña sonríe cuando lo ve y señala el televisor. - su padre suspira sacudiendo la cabeza.
- No tienes que pedir ayuda para cambiar de canal, Jade.
- Auda - insiste poniéndole el control en la mano. Jensen rueda los ojos y comienza a cambiar hasta la niña ve algo que le llama la atención y le pide que pare.
Puede escuchar en la cocina a Jared luchando para que Jer coma algo, el niño resultó ser exquisito con la comida, solo quiere ciertas cosas y a ciertas horas, del resto es una pelea eterna.
Da gracias al cielo cuando su madre toca el timbre. La mujer parece tener el remedio mágico para dominar a los pequeños así que decidió que los cuidaría en las mañanas hasta que tuvieran edad para ir a un preescolar.
Megan sale con una tostada en la boca y abre. Le pide la bendición porque la mujer se ha comportado como una madre desde que forman parte de la misma familia.
- ¿Quién da guerra hoy? - pregunta la mujer mientras le da un abrazo.
- Jeremy con la comida - responde encogiéndose de hombros.
- Qué novedad. - se acerca a su hijo y le da un beso en la frente, luego apretuja a su nieta para después hacerle cosquillas. - tú - dice señalando a Megan - ya vas tarde para la escuela - la chica asiente y corre por su morral para irse - tú - esta vez se dirige a Jensen - tu padre quiere que lo acompañes en la reunión para definir los términos de la fusión con Industrias Paxton - el rubio asiente poniéndose de pie para ir por su maletín. - dime por favor que ya cambiaste el estado civil de tu identificación - Jensen pone cara de culpa y niega con la cabeza - es necesario para que firmes, por Dios, ve con Jared esta tarde, te apuesto que la suya también sigue igual. Yo me quedo con los niños hasta que lleguen.
- Sabes que te amo ¿cierto, madre? - comenta mientras la abraza.
- Hola, mamá - saluda Jared saliendo de la cocina con el pequeño travieso en brazos. La mujer le revuelve el cabello y le da un beso en la mejilla.
- ¿Sigues creciendo? - le regaña.
- No, señora - responde con seriedad.
- Más te vale, cada vez que te veo me siento más pequeña - el chico se rie y le pone a Jeremy en los brazos.
- No quiso comer mucho. - le informa mientras recoge lo que necesita para la universidad. - hay tetero en la nevera, y Jade tiene un poco de tos así que le dí remedio hace dos horas. - ella asiente prácticamente echándolos a los tres de la casa para poder hacer las cosas a su manera.
En el garaje, Megan los mira esperando cuál de los dos va a ser su chofer ese día, Jensen se encoge de hombros y le hace un gesto para que entre al coche mientras Jared le da las gracias en medio de un tierno pero rápido beso de despedida.
Se encuentran a primera hora de la tarde para cambiar sus identificaciones de una vez. Cada uno va a mantener su apellido intacto pero ahora en lugar de “solteros” dirá “casados”
Jensen aún recuerda todo lo que hizo Jared para pedirle matrimonio. Los niños tenían poco más de un año y ya estaban caminando aunque tropezaban de vez en cuando. Los vio entrar al despacho con algo guindando de sus cuellos, en el de Jade era un anillo y en el de Jeremy una nota que decía “¿Te casas conmigo?”
Jensen sonrió sintiendo como se aceleraba su corazón, salió corriendo con un niño en cada brazo y vio la mesa preparada. Luces bajas, velas, cena para dos y teteros para otros dos. Jared lo vio interrogante, mordiéndose el labio evidentemente nervioso. Jensen no dijo nada, solo levantó la mano mostrando el anillo en su dedo.
Esa noche mandaron a los niños a la cama más temprano de lo normal y follaron sobre la mesa jadeando sus nombres, lamiéndose, sudándose, rozándose y enredándose uno en los brazos del otro hasta que sus cuerpos no pudieron más.
- Bueno, ya estamos casados - dice el rubio.
- ¿No lo estábamos antes?
- No sé… el anillo me lo quitaba cuando me convenía, pero lo de la identificación no se puede ocultar, ni cambiar - se lamenta, Jared gruñe y lo golpea en el hombro.
- Eres un idiota ¿te lo he dicho?
- Sí, lo que no me has dicho es que me amas, pero no importa, puedo soportarlo.
- Que bueno, porque no te lo voy a decir - cuando llegan hasta el coche que usaron para ir hasta allá, lo acorrala y le come la boca dejando que su lengua se cuele hasta llegarle casi a las amígdalas. - te lo voy a demostrar - susurra sin terminar de separar sus labios.
- Acepto.
No les da tiempo de llegar a casa, tampoco es que estuviera en los planes de Jared hacerlo. Mientras Jensen va manejando, le saca la polla y se agacha para lamerla un par de veces en toda su longitud antes de metérsela a la boca. Jensen aprieta las manos en el volante y cuenta hasta diez para calmarse y no terminar chocando.
El castaño se la mete tan hondo como puede, usa la lengua para presionar y luego cierra por completo a su alrededor para succionar como si quisiera tragársela.
- Dios.
- Aparca - le ordena el castaño. Jensen busca rápidamente un lugar aislado al que se pueda desviar, se estaciona en un callejón y echa el asiento hacia atrás para facilitar los movimientos.
Jared termina de bajarle el pantalón y vuelve a chuparle la polla mientras sus dedos se cuelan en la entrada de su esposo, dilatándolo con más prisa de la normal.
- Date vuelta - su voz suena ronca por el deseo, eso hace que el miembro de Jensen se tense aun más, y que su culo se contraiga anhelante. Gira rezando porque nadie se acerque en ese momento y alza el culo para dejarle el acceso necesario, Jared se posiciona ignorando la incomodidad de estar en el coche y comienza a enfundarse, cierra los ojos cuando va por la mitad, respirando profundo por la presión que siente alrededor. No importa cuantas veces follen, cuan cachondos se pongan el uno al otro, hacerlo siempre es igual de caliente y apretado.
Cuando llega al final espera solo unos segundos para iniciar un ritmo al principio pausado pero luego desesperado. Pega su pecho a la espalda del otro, la frente a su nuca y le dice lo mucho que disfruta teniéndolo así, a su merced… sigue empujando mientras mueve la mano hasta el miembro de Jensen y lo masajea llevándolo al borde del éxtasis.
El asiento se mancha cuando el mayor se corre con fuerza, pero no podría importarle menos, sobre todo cuando siente que Jared hace lo mismo pero dentro de él, dejándolo húmedo y palpitante.
Es un desastre intentar vestirse, otro más cuando tienen que limpiar y ni hablar cuando Jensen tiene que sentarse para conducir a casa.
- Si quieres lo hago yo - se burla el menor con supremacía.
- No te creas tanto - murmura el otro haciendo un esfuerzo por no acceder a la oferta. Jared se ríe y le da un beso al que su esposo responde de muy buena gana.
Sí, la vida es perfecta. Y ninguno de los dos cambiaría lo que tiene por nada en el mundo.
FIN.