Fic. Destino Capi final

Sep 13, 2011 01:44




CAPITULO 16

CAPITULO 17 FINAL
Por mucho que sople el lobo, las casas fuertes no se derrumban.



En la mesita de hospital que está frente a Jared hay una taza con gelatina, un vaso de jugo y cientos de papeles con distintos nombres, unos descartados, otros en la lista de “puede ser” y los favoritos.

- Mírala bien - protesta Jensen - no tiene cara de Samantha, no importa que tan mono sea el nombre.

Jared gira para ver a su niña y tiene que admitir que es verdad, que no tiene cara de Samantha, ni de Julia, ni de Rebecca, ni de Nathalia, para ser honestos, no tiene cara de ningún nombre en específico y al paso que van, terminaran llamándola “nena” toda la vida.

Se los llevaron por primera vez la noche anterior, y eso porque amenazó a Morgan con que se escaparía de la habitación para verlos, si era necesario. Jensen podía bajar y admirarlos cada vez que le daba la gana pero a él lo tenían castigado con el cuento de que necesitaba reposo.

Al parecer, va contra las normas dejar los bebés fuera del retén por más de tres horas seguidas y cuando están en incubadoras, no los dejan moverse ni por minutos, pero el castaño le insistió en que de algo debía servir ser amigo del jefe de una de las áreas del hospital.

El hombre rodó los ojos murmurando lo pedante que resultaba el comentario, pero en el fondo debía entender la situación porque media hora después una enfermera entró con los dos bichitos y Jared por fin pudo tenerlos cerca, ver sus caritas, olerlos y contar por sí mismo sus deditos, Jensen ya lo había hecho pero nunca está de más verificar.

Desde ese momento no pierde oportunidad para guardar en su memoria cada detalle, cada gesto, sus narices en forma de botoncito, sus boquitas finas… la forma en la que se mueven buscando algo que agarrar, tratando de traspasar el vidrio que los separa para tocarlos como si supieran que ellos son sus padres.

Si tenerlos en el vientre fue una experiencia única, verlos allí, saber que son sus bebés, es indescriptible.

Solo los dejaron por tres horas pero en la mañana los llevaron de nuevo. Es un placer escuchar sus aún débiles llantos y ver la curiosidad que muestran por los objetos a su alrededor.

- Vale, Samantha no, pero si no encontramos un nombre pronto no vamos a poder sacarlos de aquí.

- Lo sé. - responde con frustración.

- Tanto lío por un nombre - comenta Chris entrando en ese preciso momento. - póngale Christina y todos felices.

- Si lo que quieres es escuchar tu nombre en femenino de forma constante, cámbiate el sexo - se burla su mejor amigo. Chris gruñe un poco sin dejar de decirle con tono irónico, lo gracioso que le parece.

Sin embargo, Jared se queda viendo a la nena para saber si “Christina” se le parece aunque sea un poco, si nota alguna reacción, lo que sea…

El del varón fue menos complicado, la razón es que él mismo decidió como se llamaría.

- ¿Si? ¿Habló? - pregunta Chris con sarcasmo. Jared sacude la cabeza optando por ignorarlo mientras relee los papeles.

- No idiota. Cuando dijimos el nombre en voz alta, el niño hizo un sonido.

- El cual insito que fue una risita - agrega Jared. Jensen se encoje de hombros dispuesto a no pasar dos horas más descifrando si fue risa o no.

- Lo que sea, pero es una buena señal para suponer que le gusta

- O para ustedes ahorrarse el trabajo de decidir.

- Tú dí lo que quieras. Lo importante es que ya tiene nombre, te presento a Jeremy Ackles Padalecki. - Chris asiente con fingida seriedad y aprieta con dos dedos la manita del pequeño. - vamos, Jeremy, dile hola a tu padrino - dice el rubio concentrado por completo en el niño, pero imaginando como debe estar la cara de su amigo.

- ¿Pa… padrino? ¿En serio? - ambos asienten y entonces el hombre estalla en una risa feliz, la cual sorprendentemente le asustó más a ellos que los recién nacidos. Les brinca encima y les asegura que va a ejercer su función con empeño.

Es hora de visitas, así que no es una sorpresa que 15 minutos después de haber llegado Chris, la madre y la hermana de Jensen aparezcan cargadas de regalos, globos y peluches. No habían querido ir antes para no incomodar a Jared, especialmente Donna, porque seguía con la culpa de haber empujado a Jensen a los brazos de Sherry.

Jared tuvo que decirle a Mack por teléfono que tenían que ir a conocer a los gemelos o ni por el coño les iba a enseñar a decir “tía” y “abuela”, nunca se imaginó que tan buena sería esa técnica de presión.

- Es una nena preciosa - dice Donna muriéndose de ganas por tenerla entre sus brazos.

- Y este chiquitín es guapísimo - Mack parece tener dificultad para apartar la mirada de la criatura.

- Sí, pero la niña sería más mona si tuviera nombre y así yo podría terminar de redactar las constancias de nacimiento. - no es necesario mirar hacia la puerta para saber que se trata de Morgan.

- Lo dices como si fuera tan fácil - gruñe Jared - si tan solo hiciera un gesto al escuchar Tracy o… - rebusca entre el lote de favoritos - o Jade. - un pequeño “prrrrrrrrrr aguuu” proveniente de la niña llama la atención de todos en la habitación llenando el lugar de silencio por exactamente 10 segundos, un “yay” exclamado por ellos se escucha inmediatamente después.

- Mis hijos son unos genios - comenta Jensen orgulloso. No importa lo que digan, dentro de muchos años, cuando le toque contar la historia, dirá que ellos solos escogieron sus nombres teniendo solo días de nacidos.




Sherry no ha salido del hospital en cuatro días. Vigilando cada movimiento, analizando horarios, odiando las risas que salen de la habitación de Jared. Queriendo destrozar cada regalo que le llevan, deseando partirle la cara a Jensen cada vez que lo ve con los niños en el retén.

Cuatro días tratando de hacer el plan perfecto, de encontrar la oportunidad pero su cabeza está tan abarrotada que le cuesta pensar con claridad y rapidez.

Sería perfecto poder tomar a los niños y salir por la puerta principal sin levantar sospechas pero no hay manera. Tampoco tiene muy claro donde podría esconderse… viajar al extranjero es una opción, pero implica más papeleo de lo normal.

Aun así, aquella noche, después de que las visitas se marchan y los niños son devueltos al retén, Sherry consigue hacerse de un traje de enfermera y entrar.

- Jeff - murmura viendo al pequeño Jeremy. Su mente brinca en planos donde ese niño es su nieto y otros donde es su hijo perdido. Es como tener la oportunidad de empezar de nuevo, de hacer las cosas bien con él, de cuidarlo como debe ser.

Duda un momento antes de sacarlo de la incubadora porque no quiere dañarlo, pero sabe que no puede llevárselo dentro de esa cosa, ya se encargará de ponerlo en una cuando lleguen a donde van.

Es tan tarde que los guardias se dan el lujo de hablar entre si y pasear por los pasillos con calma haciendo rondas, lo que le deja la salida bastante libre. Igual Sherry contiene el aliento hasta que el aire frío de la noche da contra su rostro, entonces sonríe feliz porque ha ganado. O por lo menos eso piensa ella, pero para su desgracia, Chris, Steve y Misha se habían quedado a celebrar en una pequeña tasca diagonal al hospital.

Cuestión de segundos.

La mesonera se estaba tardando mucho con la sexta ronda de cervezas y Misha recordó que tenía que trabajar en la mañana siguiente… solo por eso salieron a esa hora, justo cuando una loca iba caminando con un bebé por el medio de la calle.

- ¿Ésa no es…? - la mujer luce tan mal que Chris casi la confunde con una vagabunda, pero sus alarmas de padrino le obligan a tomar todas las precauciones y verificar si realmente está pasando lo que sospecha o son solo paranoias.

- Definitivamente es ella - responde Steve con voz tensa. Misha la ha visto muy pocas veces como para negar o afirmar - maldición. - se mueven rápidamente tratando de decidir cuál es la mejor opción para quitarle al bebé sin que lo lastime.

- Puede que no sea uno de nuestros niños - murmura Misha moviéndose con cautela entre las sombras.

- Sea uno de ellos o no, esa mujer se lo ha robado del retén y evidentemente no está en sus cabales. - Steve decide que brincarle encima puede ser más peligroso que otra cosa, así que deciden separarse para rodearla y dejarla sin salida. - ¿Sherry? - le llama con voz suave. La mujer se detiene conteniendo el aliento y apretando al bebé contra su pecho con demasiada fuerza. - vamos, Sherry, todo está bien, solo queremos ver al bebé.

- Delincuentes - murmura ella - bastardos igual que los demás - mira para todos lados buscando una vía de escape - no se acerquen, es mío, mi pequeño Jeff - lo presiona con tanto desespero que ellos entran en pánico.

- Ya la hemos jodido con ésta…. - Christian aprieta los dientes para no comenzar a gritar barbaridades - ¡Sherry, entréganos al niño!

- ¡No! - él hace el intento de ir hasta ella pero se detiene cuando la ve separarse del bebé y alzarlo en el aire - no te acerques - le advierte. - es mi bebé, mi Jeff… mío o de nadie. - ellos sueltan un juramento cuando el niño comienza a llorar, tienen que actuar ya, arriesgarse, o no va a sobrevivir más de unos minutos.

- ¡Que me lo des! - le ordena Chris corriendo hacia ella, los otros dos lo imitan. Sherry intenta desviarse en dos direcciones hasta que comprende que no tiene escapatoria, es cuando decide que prefiere ver a Jeff muerto antes que en manos de esos hijos de puta, por eso lo deja caer.

Steve se lanza frente a ella raspándose con el concreto pero logrando atrapar el niño, Misha llega un segundo después para ayudarlo mientras Chris lucha con la mujer para retenerla.

Comienzan a gritar por ayuda, tan fuerte que uno de los guardias del hospital los escucha.

- Intentaba robarse el niño - dice Steve tratando de levantarse, Misha toma al bebé y corre hasta el hospital para que algún médico lo vea. Sherry aprovecha para patear a Chris y escapar.

- Yo me encargo - el vigilante comienza a decir códigos por radio y les hace señas para que vayan con el bebé.




Jared se despierta sobresaltado y mirando directamente a donde la enfermera siempre ubica las incubadoras, entra en pánico pero recuerda que a esa hora ya ellos están en el retén. Sin embargo, tiene una opresión muy extraña en el pecho.

- ¿Jen? - su novio tampoco está durmiendo en el sofá cama, se encuentra pegado a la ventana mirando con preocupación hacia la calle. Voltea cuando escucha su nombre.

- ¿Estás bien? - pregunta con preocupación - ¿necesitas algo? deberías dormir, son las dos de la mañana.

- ¿Qué está pasando? - Jensen sacude la cabeza y trata de sonreír.

- Nada, escuché ruidos… gritos, y me asusté porque esta zona siempre es callada, pero no logro ver qué sucede. - Jared asiente viendo de nuevo a donde deberían estar sus hijos. Jensen casi puede leerle el pensamiento - también odio que los alejen de nosotros - protesta en voz baja. Se pasa la mano por la nuca y el cabello sintiendo una desesperación repentina. - ¿Qué te parece si voy a darles una vuelta?

- Dios, sí. - Jensen sonríe, le da un beso y sale casi de inmediato.

Definitivamente algo pasó porque el hospital está revuelto, eso le hace caminar aun más a prisa hasta el retén. Se congela a medio camino cuando ve a sus amigos hablando con la policía.

- ¿Qué pasó? - pregunta con voz de pánico, se pega al vidrio buscando con la mirada a sus gemelos. Jade está en su incubadora pero Jeremy….

- Tranquilo, Jen

- Dios… ¿Dónde está Jer? ¿Dónde está mi hijo? - cada palabra suena más desesperada que la otra.

- ¿Es usted el padre? - pregunta el policía ignorando su evidente ataque de pánico.

- ¡Christian! - grita necesitando una explicación.

- ¡Está bien! De verdad, Morgan lo está revisando pero ya nos ha asegurado que no tiene nada malo, está bien, Jen, Jeremy está bien. Ya lo traen. - lo repite una y otra vez, hasta que nota que las palabras calan en la mente de su amigo. Entonces Jensen se permite respirar un poco. Se estruja los ojos aun con las manos temblorosas y lo mira interrogante, sintiéndose incapaz de pronunciar palabras por culpa del nudo que tiene en la garganta. - hubo un pequeño incidente - comienza a decir, buscando las palabras adecuadas para no empeorar las cosas. El niño ya está de vuelta, puede que ni siquiera sea necesario decirle lo que ha pasado, pero el policía no parece tener paciencia para rodeos, el muy cabrón.

- Una mujer identificada como Sherry Padalecki, tengo entendido que es su suegra, intentó robarse al bebé del retén hace unos minutos - dice el policía sin anestesia, ni miramientos. - ¿Tiene alguna idea de por qué la señora actuaría de esa manera?

- ¿Sherry? ¿Robars…? ¿Cómo…? ¿SHERRY INTENTO ROBARSE AL NIÑO? - el grito es tan alto que todos voltean a verlo. - esa puta - murmura con los dientes apretados. - ¡Esa puta! - la va a matar. No lo va a decir en voz alta para que no lo capturen antes de tiempo, pero la va a matar con sus propias manos. Luego de matarla va a demandar al hospital… y después ponerle una estatua a sus amigos porque si están allí a esas horas es porque en algo ayudaron, pero primero lo primero. - Jared no puede saber esto - advierte. Es cierto que se está recuperando bien, pero por cualquier alteración la tensión se le desnivela, Morgan ha sido enfático en que tiene que mantenerse tranquilo y esa noticia solo conseguirá que le de un ataque.

- ¿Jared es el… otro padre? - pregunta el policía tratando de adaptarse a la rara situación que ya le informaron. - su madre está involucrada, debo tomar su declaración.

- Escuche oficial - le advierte Jensen sin importarle lucir alterado y amenazante - mi pareja no está del todo bien y esta noticia va a ser un golpe bajo, así que al menos de que usted venga con una orden judicial y además tenga la autorización de nuestro médico, no va a hablar con él. Yo le responderé todo lo que quiera. - el hombre se plantea el protestar para demostrar su autoridad, pero se da cuenta del lugar en el que está y casi puede comprender la situación por la que están pasando así que accede a la petición.




Los primeros 20 minutos, Jared pensó que Jensen se había distraído tanto con los bebés que perdió la noción del tiempo. A los otros 20 minutos comenzó a preocuparse, preguntándose si de verdad algo andaba mal.

Cuando lleva una hora solo, está demasiado desesperado como para seguir aguantando y se levanta dispuesto a salir, ignorando lo adolorido y mareado que aun se siente.

- ¡Hey! - le llama Jensen cuando lo ve abrir la puerta - ¿Qué crees que estás haciendo? - le regaña tomándolo de la cintura para que regrese.

- Tardabas - protesta haciendo un puchero el cual cambia por preocupación cuando ve que atrás viene una enfermera con las incubadoras. - ¿Qué pasó? - quiere soltarse pero Jensen no se lo permite, lo sostiene hasta que llegan a la cama de nuevo.

- Nada - miente. Jared lo ve levantando una ceja - vale, se presentó un problema con un paciente y decidieron trasladar a todos los niños a las habitaciones de sus padres. - esa parte no es del todo mentira. La policía necesita interrogar a las enfermeras y los vigilantes para saber como algo como eso pasó, otros padres entraron en pánico al enterarse y la solución para que aquello no se volviera un caos fue entregarle a cada uno sus hijos. En el caso de Jensen, dijo literalmente, o me dejan llevarlos a la habitación o los demando. Sabe el efecto que puede tener esa palabra mágica.

Jared lo mira con recelo pero termina aceptando su respuesta porque es de madrugada, está cansado y solo quiere disfrutar de sus niños.

Pasan dos días en los que Jensen difícilmente logra dormir más de una hora corrido y Jared comienza a sospechar que su versión de los hechos fue distorsionada, suerte que Morgan decidió darle de alta con la condición de que mantuviera el reposo es casa, pero por alguna extraña razón, el hombre pensó que se irían sin los gemelos.

- Ni de coña - dijo Jared. No sabe que fue lo que pasó pero si decidieron dejarles los niños tiempo completo en la habitación no sería por algo bueno.

- Quisiera cuidar de ellos un poco más, Jared.

- Dinos como hacerlo en casa, si tenemos que comprar esos aparatos, lo hacemos, hasta contrataremos una enfermera pero no vamos a marcharnos sin ellos. - Jensen hace énfasis en sus palabras, recordándole el susto de hace solo unos días.

- Eso no es… Dios. - se queda callado un momento manejando sus alternativas - Bien… ya no necesitan la incubadora, son fuertes - dice más para sí mismo que para ellos, analizando la situación lo más objetivamente posible - De acuerdo, pero si se presenta cualquier anormalidad me llaman y tienen que venir a consulta dentro de quince días.

- De acuerdo - responden los dos al unísono, sin poder borrar la sonrisa de satisfacción de sus rostros.

- Una cosa más - dice Jensen - ¿Crees que podamos viajar con ellos hasta Nueva York? - Jared voltea a verlo sorprendido.

- ¿Por qué ir hasta Nueva York?

- Porque quiero tranquilidad. Chris consiguió un buen apartamento en una zona residencial bastante segura.

- Dije que tienen consulta en quince días.

- Y aquí estaremos, Jeff. Nueva York no está tan lejos y no quiero volver a casa todavía.

Jared no dice nada, pero no puede dejar de sospechar que aquello tiene que ver con Sherry, aunque Jensen se niegue a dar explicaciones o lucir preocupado.

Desde el accidente en el que murió su hermano Jeff, no ha sabido nada de su madre. Ni siquiera ha ido para decirle lo mucho que lo odia, pero Jensen debe esperar un ataque sorpresa porque de lo contrario no buscaría de mudarse teniendo un par de recién nacidos.

Morgan acepta a regañadientes y unas horas después, están conduciendo hasta Nueva York. Jared y Jensen van atrás, cada uno con un bebé en brazos, Chris al volante y Steve de copiloto.

El viaje es en un silencio tranquilo, cada uno fijando su atención de vez en cuando en los dos nuevos miembros de la familia.

Jared se da cuenta de que no bromeaban con lo de la seguridad, cuando tienen que identificarse con dos guardias antes de llegar al edificio, luego otro en la recepción. El apartamento no es muy grande pero está bien para ser algo temporal.

En la habitación principal está una cama matrimonial y una cuna. No es donde tenía planeado que durmieran sus bebés pero ni modo.

- Será solo por unos días - le asegura Jensen al ver su tristeza.

Sherry no se ha presentado ni en su casa ni en las oficinas. Gracias a las cámaras de vigilancia del hospital, pudieron ver que la mujer había estado asechándolos casi desde que llegaron y que efectivamente intentó robarse a Jeremy, va a necesitar un buen abogado para librarse de la cárcel y ni así, porque Jensen se gastará hasta lo que no tiene para asegurarse de hundirla.

Quitando la parte desagradable del asunto, la vida como padres está resultando toda una experiencia llena de satisfacciones, pero igual de complicada y tortuosa, especialmente porque el menor llanto de parte de los niños los pone tan nerviosos que el número de Morgan se marca casi de forma automática.

- Probablemente son solo gases - dice el hombre - seguro tienen sueño… puede que tengan calor. Tal vez solo lloran porque quieren que los carguen - cuando se produce la séptima llamada en tan solo tres días, Morgan cree que se puede volver loco - si no se calman voy a ir hasta allá y me traeré a los niños al hospital hasta que cumplan nueve años. - Suena sincero, así que la siguiente vez se lo piensan dos veces antes de llamar.

Cambiar pañales no es tan difícil como la gente hace ver, preparar la fórmula tampoco, pero lo que si es una verdadera odisea es bañarlos. Entre los dos no pueden con uno solo, tienen miedo del agua, de apretar demasiado, de enjabonar muy fuerte, de que se enreden con la toalla y terminen en el piso, lo que sea. Necesitan de dos semanas para encontrar el ritmo perfecto.

Pasado ese tiempo hasta se animan a bajarlos al parque que está en una esquina para que tomen un poco de sol, preparan una cesta con comida y se llevan unas mantas para poder estar todos en la grama.

Casi se puede decir que tienen la vida perfecta. Casi. Pero ninguno de los dos se engaña, aun hay cosas que solucionar antes de poder vivir como una familia medianamente normal.

- Necesito recuperar a mi hermana - dice Jared de la nada rompiendo el silencio que había durado más de diez minutos. Suena taciturno, con la mirada perdida en el horizonte mientras deja que Jade juegue con su dedo.

- Lo sé.

- Mi madre no va a dejar que me acerque a ella.

- También lo sé, pero de tu madre me encargo yo, Jay. - dice Jensen de manera tajante. Aún no pierde las esperanzas de matarla, no solo por intentar llevarse a Jeremy, sino por todo el daño que les ha hecho en este tiempo - vamos a sacar a Megan de ese internado y vivirá con nosotros - Jared sonríe divertido pero lleno de amor.

- ¿Si? ¿En ese pequeño apartamento? - pregunta solo por molestar. Sabe que tarde o temprano volverán al de Los Ángeles.

- No - responde Jensen con superioridad. - cuando estemos seguros de que no hay peligros, vamos a comprar una casa en California, y Megan tendrá una gran habitación para ella, justo al lado de la de los gemelos. Cerca estará un preescolar para cuando ellos tengan la edad adecuada, y no muy lejos la universidad para que puedas estudiar Fisioterapia. Yo trataré de trabajar desde casa el mayor tiempo posible, ir a la empresa solo cuando sea necesario y los fines de semana los pasaremos en la playa - es evidente que no está improvisando, que ha pensado cada detalle con cuidado, es tan impresionante y suena tan perfecto, que Jared no puede, ni quiere contener las ganas de brincarle encima y besarlo, odiándose por lo fácil que llora últimamente.

- Te amo tanto, idiota - solloza contra sus labios. Jensen se ríe envolviendo los brazos a su alrededor para profundizar el beso.

En una esquina desde donde se puede ver el parque y el edificio, Sherry aparta la mirada llena de odio y saca su móvil.

- Prepara todo, será en cualquier momento - le dice a alguien al otro lado de la línea, espera respuesta y cuelga repitiéndose que debe tener paciencia si quiere ganarle a ese par.




Jared verifica la cerradura, conecta la alarma, apaga las luces y cierra las ventanas antes de ir a la habitación. Sonríe feliz cuando ve a su novio dormido con un bebé de cada lado.

Se habían tumbado en la cama para ver una película y él fue el único que aguantó hasta el final. Podía haberse parado antes pero no había necesidad de perderse la sensación de estar rodeado de las personas más importantes en su vida. Poder velar por sus sueños, al igual que sabe que hace Jensen cuando la situación es al contrario.

Suspira levemente y se acerca para pasar a la cuna a Jade y luego a Jeremy, acomoda mejor a Jensen en la cama para después acostarse a su lado, rodeándole la cintura con su brazo. No duerme corrido pero sí feliz.

Ese lunes les toca la primera consulta con Morgan. El hombre se muestra bastante satisfecho con la salud de los niños y aun más con el hecho de que sus padres dejaran de llamarlo cada dos horas.

Bromean un poco sobre la paranoia de los primeros días y las horas de sueño que esperan poder recuperar pronto.

Aprovechan que están por el lugar para llamar a sus amigos. Se reúnen todos en la casa de Chad porque sus padres estaban desesperados por conocer a los gemelos. Para cuando retornan al apartamento en Nueva York está oscureciendo, lo menos que esperan es ser atacados al entrar al estacionamiento.

Un tipo hace una llave alrededor del cuello de Jensen, mientras otro tumba a Jared al suelo para poder someterlo. La sangre de ambos se congela cuando de las sombras sale Sherry caminando directo al coche, sin duda alguna en busca de los niños.

- Mamá… madre, no hagas una locura - gruñe luchando con su atacante.

- No me llames madre. - responde ella sin mirarlo, no suena enfadada, más bien ausente. Como si estuviera allí y a la vez no. Cuando la mujer abre la puerta de atrás, Jared saca fuerzas para quitarse al tipo de encima y darle un puñetazo para después llegar hasta su madre y jalarla a ella del brazo, claro que no se esperaba que intentara atacarlo con un cuchillo. - maldición - protesta esquivándolo con dificultad - ¿te volviste loca?

- ¡Tu me lo quitaste todo! Es hora de que yo tenga retribución - arremete de nuevo rozándolo con el cuchillo en el brazo derecho. Jensen usa el codo para golpear al primer atacante e ir hasta Jared para ayudarlo, pero el segundo lo golpea en la espalda. Luchando con uno y otro consigue sacar el móvil para marcar el 911 y pedir ayuda.

Sherry se frustra más con cada intento fallido, es como si ese par estuviera riéndose de ella en su cara.

Agarra el cuchillo con toda la mano, alzándola en el aire para clavársela a Jared justo en el corazón, pero el chico la detiene. Se sorprende al notar la cantidad de fuerza que usa, pero él no es precisamente un debilucho así que le da pelea. El forcejeo es confuso, el metal afilado va y viene hasta que por fin el castaño logra someterla, quizás con más impulso del necesario porque termina haciendo que ella misma se acuchille en un costado.

Sherry protesta adolorida retrocediendo unos pasos, alucinando por la sangre que tiñe su vestido de rojo.

La sirena de la policía espanta a los dos delincuentes que la acompañan pero los vigilantes del edificio logran atraparlos antes de pasar la caseta de vigilancia.

Jensen se acerca a su novio para asegurarse de que la herida del brazo sea superficial y no tenga nada más, cuando lo comprueba, no puede evitar abrazarlo con fuerza hundiendo la cara en su cuello, un minuto después pasan por un lado de Sherry para llegar hasta los gemelos.

Ella parece confundida, parpadea de manera extraña mientras se presiona la herida para detener la sangre, ni siquiera lucha cuando la policía la detiene, aunque si es un poco acojonante la mirada que les dirige a los dos mientras se aleja.




La casa tiene piscina, cinco habitaciones, dos pisos, un jardín y un garaje donde caben tres coches.

Megan pasa cinco minutos ordenando las cosas en su habitación y quince jugando con los bebés, así sucesivamente. Jared sacude la cabeza divertido cuando la ve haciéndoles monerías, su corazón da un par de saltos emocionados cuando los escucha reír. Definitivamente es de los sonidos más grandiosos del mundo.

Entra a la habitación que aun están decorando para terminar con la pintura verde pastel que lleva la pared del fondo, Jensen está montado en un taburete para colocar los adornos que bordean la parte alta.

La vida ahora sí es perfecta, incluso cuando pelean porque ninguno quiere lavar la loza una que otra noche.

Parece mentira que los niños tienen ya dos meses y que casi no se despiertan en la madrugada. Que puedan pasear por la calle sin el miedo de que alguien intente hacerles daño, que Jared como hermano mayor consiguiera la custodia de Megan y que Sherry esté internada en un sanatorio mental, sin ninguna posibilidad de que salga pronto.

El castaño hace un esfuerzo por apartar los malos recuerdos mientras decora ese lugar tan especial de la casa, pero le cuesta. Aún no puede creer que una mujer como su madre se derrumbara de la forma en la que lo hizo.

Según la defensa, la pérdida de su hijo mayor y la traición de los menores, la llevaron a la locura. Jared hubiese podido protestar porque le hacían parecer el malo de la película, pero no valía la pena salir a defenderse, lo que pensara esa gente era lo de menos. Lo importante es que la sentencia fue la esperada.

“Sherry Padalecki, está sentenciada a estar en una institución mental hasta su recuperación, la cual, si se da antes de los diez años, deberá cumplir con el resto del tiempo en una cárcel del estado”

Jared casi puede escuchar las palabras del juez. No cree que diez años sea lo que debe sufrir una secuestradora, pero no hay mucho que hacer cuando se alega locura. Lo más que consiguieron fue eliminar cualquier posibilidad de reducción de pena por buen comportamiento, o derecho a fianza.

- ¿Todo bien? - pregunta Jensen cuando nota su ceño fruncido. Jared parpadea un par de veces y sonríe.

- Sí. Bien. - responde extendiendo la mano para que se acerque. El rubio rueda los ojos pero obedece gustoso, caminan hasta el sofá y observan con orgullo su obra casi terminada. - y pensar que todo comenzó porque me colé a un bar y tropecé un jarrón egipcio. - dice con incredulidad. Jensen se ríe suavemente acomodándose contra su firme pecho.

- Estoy pensando en ponerle un altar a esa cosa.

- Y yo estoy pensando que deberíamos hacer que Chris y Steve lo agarren al mismo tiempo - esta vez la risa de Jensen es fuerte, ni de coña se imagina a uno de esos dos embarazado.

- Como te escuchen te van a cortar las pelotas. - imaginárselo hace que el castaño se encoja protectoramente. Aunque la idea de que hombres embarazados se vuelva una moda, le llama la atención, Chris en esa situación debe ser descojonante y aterrador en el mismo nivel, hasta puede que un poco traumatizante, pero aun así, vale la pena intentarlo.

- ¿Por qué a mí? La culpa será del jarrón… y del destino. - responde despreocupadamente, montando los pies sobre uno de los potes de pintura, disfrutando de los pocos momentos de tranquilidad junto a su novio, hasta que los pequeños bichitos chillen por hambre.

EPILOGO

supernatural, jensen casate conmigo, j2 are love, jared me enloquece las hormonas, baby bang, ♥Fanfics

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