'Cause we love Seigaku

Jun 21, 2008 22:37

Estoy MUY agobiada estudiando. Me quedan los peores exámenes por hacer y estoy volviéndome loca porque definitivamente, mi querido portatil, de 3 años y nueve meses, se me muere. No creo que llegue al otoño. Pero en septiembre espero haber trabajado lo suficiente durante el verano para tener dinero para uno nuevo.

Los chicos que salen de Tenimyu son un amor y hoy me han alegrado el día ^^

Y como necesito desestresarme, hago lo de siempre: algo relacionado con el OT5. Me curan todos los males habidos y por haber. Esta vez, es una tabla con los pecados. Ya que hice la de las virtudes tenía que dejarme caer por el lado oscuro de la vida.

1.- Ira 2.- Gula3.- Lujuria4.- Envidia5.- Codicia6.- Orgullo7.- Pereza

Hace siglos que no subía nada, así que estás dos cosas que escribí hace unos días son una buena forma de hacer algo ^^

Fandom: Prince of Tennis
Grupo: Seigaku
Advertencias: Yaoi; NR- 13
Tema: #13 -Tatuaje.
Disclaimer: Los personajes pertenecen a Takeshi Konomi. Ni son míos, ni saco beneficios haciendo esto.

Tatuaje
Las pistas de tenis del Seishun Gakuen seguían su rutina habitual. Nada perturbaba la paz que Tezuka había obligado a mantener tras cincuenta vueltas y un pequeño comentario de Inui acerca de sus nuevas mejoras a sus zumos antiguos. El joven de gafas había asegurado que ahora eran quinientas veces más poderosos y que hasta Fuji caería ante ellos. El prodigio simplemente se había reído y empezado un pequeño partido con Taka-san en la pista C.
Echizen y Momo, fueron los primeros en ver al inesperado grupo de visitantes. Inesperado grupo de visitantes que probablemente no era tan inesperado. No desde aquella vez que habían intentado confirmar que Buchou y Fuji-sempai estaban juntos y habían terminado con Atobe, Yukimura y Sanada interrumpiendo el entrenamiento.
Y sólo ver aparecer a Rikkai por la entrada del colegio a una hora en la que deberían estar entrenando; Ryoma empezó a reírse. Eso tenía pinta de ser algo relacionado con Fuji-sempai.  
Fijándose un poco más en los recién llegados, uno podía distinguir la risa en los ojos violáceos de Yukimura. Yanagi parecía tan inhumano como siempre y trataba de controlar a Kirihara, que se reía a gritos y miraba a Sanada como si su fukubuchou se hubiese convertido en un chiste con patas.
-¡Rikkai!- gritó Eiji dándose cuenta de los visitantes. Todos los miembros del club de tenis dejaron de prestar atención a sus entrenamientos y esperaron a que alcanzasen la entrada para saber que quería el equipo de Yukimura de ellos.
-¿Tienes idea de a que vienen Fujiko-chan?- inquirió Taka-san dejando su raqueta apoyada contra la red y adelantándose hacia dónde los titulares se reunían alrededor de Tezuka.
-Saa...
-¿Habrá ocurrido algo?- preguntó Kaidoh sonrojándose en el instante en el que se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta. Inui ya estaba junto a sus cuadernos tomando buena nota de todo.
-¿Y si ha habido problemas entre Yukimura y Tezuka y ahora el capitán de Rikkai viene a proponer un duelo de tenis como venganza? ¿Y si Tezuka está todavía dolido por la ruptura y acepta? ¿Y si viene a decirle que lo deja y destrozar el corazón de Tezuka?
-¡Oishi!- se quejó Kikumaru en un grito.- ¡Deja de preocuparte por Tezuka nyah! ¡Seguro que vienen a proponer algo divertido como una fiesta! ¡Después de todo se están riendo!
-Lamentamos interrumpir.- se disculpó Yukimura educadamente al detenerse junto a Tezuka. El resto de su equipo detuvo su comportamiento descarado y guardó silencio (Niou, Marui y Kirihara lo intentaron).- Hemos pensado que podíamos aprovechar más la tarde entrenando juntos.
Tezuka, buen conocedor de la mirada de Yukimura, simplemente alzó una ceja. Estaba más que seguro de que había algún otro tipo de intención. Aunque no iba a decir que no a un entrenamiento con Rikkai. Pocas cosas motivaban tanto a los chicos de Seigaku como la competitividad. Sin embargo...
-¿Por qué habéis venido?- preguntó mirando a Yukimura y sabiendo que no iba a obtener una respuesta si no preguntaba.
-¡Fuji!- escucharon el grito entre dientes de Sanada, mirando al prodigio con una mirada tan peligrosa que quemaría.
-¿Qué modales son esos cariño?- dijo el prodigio caminando hacia ellos con parsimonia.
A medio camino, Niou lo interceptó, arrodillándose ante él en algo que era una exageración burlesca clara pero que al mismo tiempo, parecía contener cierto grado de sinceridad. Aunque era Niou. Uno nunca puede estar seguro de cuando Niou es o no sincero.
-Gracias. Ha sido mejor que la mitad de mis tretas habituales. Te prometo que la próxima vez haré algo que te supere. Pero gracias. Has convertido lo que nos queda de curso en un paseo.
Junto a Tezuka y Yukimura, Sanada apretó los puños hasta que los nudillos se le quedaron blancos. oishi, hablando ahora con Eiji y Taka-san sobre la relación de Sanada y Fuji, había llegado en su simulación a un punto en el que Fuji se encontraba al borde del suicidio. Inui, escribía furiosamente en su cuaderno mientras Kaidoh fruncía el ceño de una forma muy similar a la de Tezuka (y trataba de ignorar a Kirihara, que se había acercado a “saludarlo”. Desde aquel partido de dobles y su año posterior como Individuales 1 y capitanes de equipo ambos tenían algo que Kaidoh odiaba considerar que era algún tipo de relación). Ryoma y Momoshiro se habían apoyado contra la red y observaban la situación riéndose.
-Fuji.- masculló de nuevo Sanada, haciendo que Niou se levantase y el prodigio avanzase hasta él de una vez. Cuando el joven más pequeño estuvo delante de él, toda su furia se concentró en su mirada.- Quítamelo.
-¿El qué? ¿Tienes algo raro?- inquirió Fuji fingiendo inocencia a la perfección. Yukimura, junto a ellos, se acercó un poco más a Tezuka mientras soltaba una risita entre dientes.- ¿Estás enfermo?
-Fuji.
Aunque nadie lo fuese a reconocer, en ese momento todos admiraron la presencia e imperturbabilidad del prodigio cuando Sanada estaba evidentemente en el límite de su paciencia y parecía capaz de asesinar a alguien con las manos. Excepto Yukimura, que seguía riendo. Y Niou, que seguramente encontraba la situación peligrosa como un interesante aliciente para su libido.
-Si estás enfermo será mejor que te acompañe a la enfermería.- anunció Fuji girándose hacia Tezuka.- Nos ausentaremos de la práctica un momento, Tezuka.- todos los demás, observaron como Sanada se giraba lo suficiente para que el la parte de atrás de su cadera se viese. Eiji fue el primero en reaccionar y acercarse a ver que ponía la mancha negra sobre la piel de Sanada.- Ah... ¿Te referías a eso?
Por primera vez en todo el encuentro, los ojos de Fuji se abrieron y se clavaron de forma muy intensa sobre su novio.
-Quítamelo.- repitió Sanada tan tenso como las cuerdas de un violín.
-Kunimitsu.- susurró la voz de Yukimura al lado de Tezuka.- Me ha gustado la idea. Creo que te voy a regalar un tatuaje parecido.
-¿Qué pone Eiji-sempai?- preguntó Ryoma a voz en grito.
-Hoi hoi...- Eiji se acercó a Sanada con cautela.- ‘Propiedad de Fuji Syuusuke’- leyó.- ¡Propiedad de Fuji Syuusuke!
Al instante, Sanada se bajó la camiseta y se encasquetó más la gorra. Niou, Kirihara y Marui volvieron a reírse a voz en grito mientras que Ryoma, Eiji y Momoshiro les hacían coro. El pobre Oishi se había quedado completamente anonadado. Inui, acompañado de Yanagi, hacía una revisión de sus datos de Fuji para averiguar en dónde estaba la pista que le habría tenido que indicar algo así. Yagyuu escondía una mirada tan perversa como dulce era la sonrisa de Taka-san al pensar en Fujiko. Kaidoh y Jackal, que habían terminado uno junto a otro, suspiraron al mismo tiempo, intercambiando una mirada que parecía decir que estaban en el infierno y no podrían salir nunca de él.
-A ti te quedaría mejor en la clavícula.- comentó de nuevo Yukimura para que sólo Tezuka lo escuchase.- No tienes un cuerpo tan musculoso y ancho como el de Genichirou. Pero tu clavícula es perfecta.
-¡Fuji!- la voz de Tezuka, tan fuerte y controlada como siempre, hizo que todos los presentes se callasen. El recuerdo del castigo por lo ocurrido la última vez seguía en sus mentes y nadie tenía demasiadas ganas de ponerse a correr.
-¿Si Tezuka?
-200 vueltas YA. Los demás, a trabajar si no queréis uniros a él.
Yukimura fue entonces el único con la valentía suficiente (o la locura) para seguir riéndose.

Fandom: Prince of Tennis
Grupo: Seigaku
Advertencias: Yaoi; NR- 17; 
Tema: #14 -Bufanda.
Disclaimer: Los personajes pertenecen a Takeshi Konomi. Ni son míos, ni saco beneficios haciendo esto.

Bufanda
Fuji siempre supo que su forma de ver las cosas era bastante única y personal. Pero aún así, tampoco era que importase mucho cuán diferente fuese de los demás, porque siempre se salía con la suya.
La idea se le ocurrió cuando varias de sus alumnas más jóvenes le hablaron de un libro que su profesora en inglés les había recomendado para las vacaciones. El argumento, a grandes rasgos, era que cuatro muy buenas amigas se tenían que separar y se compraban unos pantalones vaqueros que enviaban de casa de unas a otras para que así ninguna se sintiese sola.
Lo primero que pensó fue que lo de los pantalones era bastante vulgar. Días más tarde, se dio cuenta de que hacía un mes que no sabía nada de Eiji y pensó que el viejo Seigaku había tomado caminos muy diferentes.
El sábado siguiente, cuando encontró la hermosa y funcional bufanda en el escaparate supo exactamente qué iba a hacer con ella.
*
-Escúchame bien Eiji.- dijo Fuji mirando al que continuaba siendo uno de sus mejores amigos. El pelirrojo conservaba la misma capacidad elusiva de atención de siempre y ahora él necesitaba que se concentrase.- Voy a dejarte esto pero tienes que asegurarte de que tanto tú como Oishi lo usáis.- No dudaba que fuese así. Cualquier cosa que terminase en el apartamento de la Golden Pair terminaría siendo utilizada por ambos.- El primer día de primavera vendré a recogerla y me la volveré a llevar.
-Pero... ¿Fuji para qué...?- Eiji suspiró al ver la mirada de su amigo.- Está bien. Además es suave y bonita. A Oishi le encantará. Podrá ponérsela para ir a la facultad.
-Lo sé.- Fuji esbozó una de sus sonrisas más dulces.- Pero Eiji, como sufra algún percance me enfadaré mucho.
-¡La protegeré con mi vida!
Fuji asintió satisfecho.
*
-Oh, Inui, precisamente estaba buscándote.
-¿Fuji? ¿Has reconsiderado mi oferta?
-Saa... Vengo a traerte una bufanda.
-Hay un 98% de posibilidades de que sea la bufanda que el invierno pasado utilizaron Oishi y Eiji.- dijo el hombre de gafas sintiéndose una vez más perdido ante las intenciones del prodigio.
-Utilízala y cuídala. El primer día de primavera vendré a recogerla.- Fuji se dirigió hacia la puerta.- Por cierto, la formula con la que trabajan tus empleados no es correcta.- comentó como si fuese completamente normal que supiese más de física cuántica que los científicos bajo el mando de Inui y Yanagi.- Ah, y me enteraré si no la utilizas.
-¿Cuál es el error de la fórmula Fuji?- preguntó Inui casi avergonzándose de sonar tan desesperado delante de Renji.
-Nos vemos en primavera Inui.
*
-¡Ryoma-kun!
Los ojos dorados de su antiguo compañero de equipo miraban a Fuji con recelo absoluto. Para Fuji sólo era “Ryoma-kun” cuando quería molestarlo con algo.
-¿Qué quieres Fuji-sempai?
-Que desconfiado te has vuelto Ryoma-kun.- respondió el prodigio abriendo ligeramente los ojos y aumentando su sonrisa ladeada. Para todos los que tenían algún tipo de relación con Fuji, esa era su sonrisa mala.- He traído algo para ti y para Tezuka.
-¿Y por qué no lo has llamado a él? eres su mejor amigo.
-Saa... Con tantos torneos hacía tiempo que no te veía. Tezuka sigue como siempre. Y, entre tú y yo, no es demasiado divertido. Bueno, supongo que tú y él hacéis cosas divertidas... pero a mí nunca me deja jugar si está cerca.
Buen conocedor del carácter del afamado Tensai, Ryoma se mordió la lengua para no decir que su novio tenía mucha razón al no consentirle ser como solía ser con los demás.
-¿Qué es lo que quieres Fuji-sempai?
-Ay...- Fuji suspiró pesadamente.- Se te están pegando las malas costumbres de Tezuka. Con lo divertido que era estar contigo... Pero bueno, tendré que vivir con ello. Quería invitarte a un café. Y entregarte la bufanda.
-¿Qué bufanda?
-Una bufanda preciosa. Ignora la pequeña quemadura de uno de los extremos. Inui fue convenientemente castigado por ella. Y haz que Tezuka la utilice.
-Uhm.
Ryoma, aceptando la pequeña bolsa en la que se encontraba la prenda; no se planteó en ningún momento decirle que pensaba dejarla en algún armario de casa y no volver a acordarse de ella.
-En primavera volveré a recogerla. Ah,- los ojos azules de Fuji dejaron caer toda su intensidad sobre Ryoma. Seguían tan vitales como antes, ahora con más profundidad y que en vez de mirar hacia abajo tenían que mirar hacia arriba para conectar con los dorados de Ryoma.- Si no os veo con ella en alguna entrevista o por la calle supondré que la habéis dejado olvidada en algún armario y te aseguro que no me gustará NADA.
-Mada mada da ne.
*
-¡Qué sorpresa encontraros aquí!
Fuji caminó con paso firme hacia la pista de tenis en la que Kaidoh y Momo parecían disfrutar de su tarde de sábado.
-¡Fuji-sempai!
-Venía a pelotear un poco y no esperaba encontrarme con alguien conocido.- explicó el prodigio demostrando la misma maestría para sonreír que para mentir.- Ya hacía tiempo que no os veía jugar.
-Fshuuu...
-Algunas cosas nunca cambian.- musitó el joven prodigio para sí mismo.- Ya que estáis por aquí, quería prestaros una bufanda para que la utilicéis ambos.
-Es igual que la que utilizaba Ryoma el año pasado. ¡Mola!
-Es elegante y bonita. Sí.
-Cuidadla bien y en primavera volveré a por ella.
-¿No te quedas a jugar, Fuji-sempai?
-He recordado que tengo trabajo que hacer. Pero no os detengáis por mí. Otra vez será.
*
-Fujiko, tu wasabi sushi está listo. ¿Quieres sentarte en una mesa?
-No gracias Taka-san.- dijo el prodigio con una sonrisa inocente y verdadera.- Te toca la bufanda.
-¿Eh?
-Hace ahora cinco años compré una bufanda preciosa. Era mullida y negra. Perfecta para conjuntar con cualquier cosa. Lo suficientemente masculina para que pegue con alguien como tú o como Tezuka y lo suficientemente chic para que no desentone con Eiji. Preciosa.
-¿Y qué tiene que ver conmigo?
-Compré la bufanda para Seigaku. Para que la usásemos todos los del viejo equipo y así algo de cada uno quedase registrado en ella.- sacó la prenda de una pequeña bolsa que había a su lado.- ¿Ves esto? Fue Eiji. La enganchó con una cámara en una sesión de fotos. Esto de aquí fue Oishi. Se la quemó Oshitari sin querer pero intentó arreglarlo para que yo no me enfadase y casi no se nota. Esta otra quemadura de aquí se la hizo Inui con una gota de su nuevo prototipo de zumo. Desde que Yanagi le ayuda sus creaciones son peligrosas. Estos dos puntos sueltos son obra de Karupin un día que le saltó encima a Ryoma para recibirlo al llegar a casa. Que tenga los bordes en perfecto estado es cosa de Tezuka. Antes era más larga, así que como se deshilachó un poco la recortó para que siguiese siendo exacta. Y esta zona de aquí, la que parece más fina, es porque Kaidoh y Momo se pelearon un día por ponérsela y terminaron estirándola. Ahora, este invierno te toca a ti.
-¿Y tú Fujiko?
-Después de ti. La recogeré en primavera y me la entregaré a mí mismo el primer día de invierno.
*
La ceremonia transcurría en un silencio casi absoluto, roto de cuando en cuando por los intentos de Yumiko de controlar el llanto. Era el primer día de invierno y todos los rostros se mostraban solemnes y dignos. No estaba siendo un funeral masivo. Por petición de la familia sólo se permitía la presencia de los amigos más cercanos.
El fallecido parecía dormido. La extraña enfermedad había terminado con él en seis meses. Durante los últimos días, los ojos azules se habían ido apagando más y más cada vez. Todos sabían que su única intención era resistir al otoño. Vivir el primer día de invierno. Había dicho que se conformaba con el primer día. Que necesitaba ser capaz de ir hasta el viejo colegio con la bufanda protegiéndolo del frío. Tenía que ganarle al otoño, decían que repetía siempre en sueños plagados de pesadillas.
Por primera vez en sus jóvenes vidas, los titulares de Seigaku habían visto perder de verdad a Fuji.
Cuando bajaron el feretro, Yumiko dejó caer sobre él una carta de su baraja de tarot. El Mago. Había sido la carta de su hermano. Yuuta, recogió las dos raquetas infantiles que había junto a él y las dejó sobre la caja de madera. Shiraishi, afligida pareja del fallecido depositó un pequeño cactus.
Tezuka, representando a Seigaku, dio dos pasos al frente y dejó la vieja bufanda negra con Fuji. Querían creer que algo de cada uno de ellos se había quedado en la prenda. Los recuerdos que cada uno conservaba utilizando la bufanda no eran los únicos que Fuji les dejaba.
Pero era el primer día de invierno y era hora de que Syuusuke llevase consigo algo de cada uno de ellos.

PD: Naruto con Naruto y sin Sasuke, Amatsuki es mi gran descubrimiento del mes; Bleach vuelve al presente tras un flashback magistral y Oda sigue siendo DIOS al traernos esta "unión de novatos" temporal.

ot5, fic, seigaku

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