Más temprano que tarde.
El insomnio de la mañana, ese pequeño resquicio de día en que el sueño puede prevalecer, me trae la noticia. Se expande por mis brazos una descarga eléctrica y empiezo a recorrer el espacio en blanco, las sábanas rotas, el calor que se escapa. Suelen ser los finales así, un montón de culpas como triste estandarte de lo que
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