Apostillas literarias a una partida de Trivial, y artículos varios

Dec 11, 2006 01:41

El otro día jugué una partida de Trivial por equipos. Hacía mucho que no jugaba. En el equipo contrario, por cierto, estaba esbirro. Nuestros contrincantes tuvieron un comienzo fulgurante con la consecución de cuatro quesitos frente a uno nuestro. Pero luego realizamos una remontada heroica y terminamos por ganar, a pesar incluso de la sospecha de turbios tejemanejes por parte del equipo rival (menos Isabel, todo hay que decirlo, que no participó  en ellos y aun condenó las actitudes sospechosas de su propio equipo), como por ejemplo un continuo barajar las tarjetas de nuestras preguntas o curiosas dubitaciones acerca de quién iba a realizarlas, cada cual con su propio mazo -"no, pregunta tú mejor, que te toca, ¿no lo recuerdas?"-, frente a la honradez de nuestro mazo único inserto en su caja, que nos pasábamos por turnos y con limpieza.

Sea como fuere. Obtuvimos todos los quesitos y llegamos a la casilla central dispuestos a enfrentarnos a la prueba de contestar cuatro de seis de una misma tarjeta. Lo hicimos. Pleno, de hecho, si mal no recuerdo. Pero hubo una pregunta que yo contesté sin dudar y que Isabel, ante mi seguridad, dio por buena y que luego, en la comprobación, resultó no coincidir con lo que decía la tarjeta. La pregunta era: "¿Quién escribió Las mocedades del Cid". Mi respuesta: Guillén de Castro. Sin embargo, la tarjetita decía: Corneille.

Como digo, no afectó al resultado del juego, pero yo defendí que tenía razón y la tarjeta estaba equivocada. El personal, lógicamente, tenía sus reservas (el trivial es mucho trivial). ¡Pero es que tengo la obra en casa!:



Es más: yo sabía que Corneille tiene una obra que trata sobre el personaje (recordaba incluso que hay una ópera de Massenet basada ella), pero también estaba seguro de que se llamaba simplemente El Cid, sin mocedades que valieran; o sea, que no es que las dos respuestas fueran válidas, sino que el Trivial estaba mal... Pero también podía tratarse de una cuestión de traducción, que aquí se hubieran comido parte del título o yo que sé. Así que nada más llegar a casa, aparte de sacar del anaquel el volumen de Guillén de Castro por puro fetichismo, consulté mi queridísmo Diccionario de grandes figuras literarias, de Jesús Martínez Cachero (Madrid: Espasa, 1998), que en su momento regalara con displicencia El Corte Inglés en una edición hecha ex profeso -lleva incluso su logotipo estampado- probablemente por la compra de una paletilla de ibérico, y que a mí tantos beneficios me ha hecho ya. Y hete aquí que no sólo confirmo que la obra de Corneille se titula, en efecto, el Cid a secas, sino que además dice la entrada  dice (p. 171): "El Cid (1636), su obra maestra, está basada en Las mocedades del Cid, de Guillén de Castro" (cosa que, por cierto, para el número creciente de freaks que desconfían ya de la letra impresa y sólo creen en Internet, confirma la Wikipedia). O sea, que no sólo estaba equivocada la tarjeta, sino que para más inri le atribuyen el título de obra original al que se basó en ella -de forma escultórica y sublime, todo hay que decirlo-... Seguro que en la elaboración del Trivial había un franchute chauvinista... Que casi nos demora la victoria.

En lo que sí metí la pata hasta el fondo fue contestando que las obras de Lope solían dividirse en cinco actos cuando la respuesta es tres. También lo miré al llegar, porque no me fiaba, pero sí, es en tres. Contesté en cinco con la cabeza puesta en el hecho de que Shakespeare divide las suyas en dicho número de actos, y pensando (erróneamente) a partir de ahí que lo de dividir las obras en tres actos sonaba más bien a la interpretación restrictiva típicamente dieciochesca y neoclásica de unas normas que Aristóteles, por supuesto, nunca dictó y a las que Lope, por otra parte, era más bien alérgico. Me equivoqué.

* * *

Cierro la cuestión de la Alianza de Civilizaciones en Granada Digital: El sintagma Alianza de Civilizaciones (y II).

Entretanto, el pasado jueves 7 me publicaron una reseña bastante extensa de la antología poética de Carvajal El nardo en tus ventanas en el periódico Granada Hoy. No lo sabía ni lo esperaba: yo le entregué el artículo a Antonio hace mucho tiempo (me pidió que lo escribiera); nunca más supe y me olvidé de él. Bienvenido sea. La edición digital no incluye el suplemento de cultura, así que lo he escaneado (sin el título, si no no cabía, que es "Mucho más que una antología") por si alguien quiere leerlo (que no sé si se verá bien). La ilustración es de Marite Martín Vivaldi, y pertenece al libro.

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