Harold Pinter, Premio Nobel de Literatura 2005

Oct 13, 2005 16:03


BEN.- Ve y préndela.
GUS.- ¿Prender el qué?
BEN.- La tetera.
GUS.- Querrás decir el gas.
BEN.- ¿Quién lo dice?
GUS.- Tú lo dices.
BEN.- (Sus ojos se entrecierran.) ¿Qué quieres decir con que quiero decir el gas?
GUS.- Bueno, es lo que quieres decir, ¿no? El gas.
BEN.- (Fuerte.) Si digo ve y prende la tetera quiero decir ve y prende la tetera.
GUS.- ¿Cómo se prende una tetera?
BEN.- ¡Es una manera de hablar! Prende la tetera. ¡Es una manera de hablar!
GUS.- Nunca lo había oído.
BEN.- Prende la tetera. ¡Es de uso corriente!
GUS.- Creo que estás equivocado..
BEN.- (Amenazante.) ¿Qué quieres decir?
GUS.- Se dice "pon la tetera al fuego".
BEN.- (Tenso.) ¿Quién lo dice?
 (Se miran el uno al otro, respirando fuerte.)
      (Con deliberación.) Nunca en mi toda mi vida he oído a nadie decir pon la tetera al fuego.
GUS.- Apostaría a que mi madre solía decirlo.
BEN.- ¿Tu madre? ¿Cuándo viste por última vez a tu madre?
GUS.- No lo se, hace...
BEN.- bueno, ¿Para qué estás ahora hablando de tu madre? [...]

Harold Pinter: El camarero mudo. [La traducción al español es mía, en exclusiva para los amigos lectores de este blog, tomada de la única obra de Pinter que tengo en mi biblioteca :)]

Me acabo de enterar por las noticias de la tele que el Premio Nobel de Literatura de este año ha recaído en el dramaturgo británico Harlod Pinter. Me parece que no estaba en la quiniela de los eternos candidatos (Philip Roth, Vargas Llosa, Joyce Carol Oates, Amos Oz), pero tampoco ha sido una de las sorpresas o excentricidades a las que la Academia Sueca nos tiene acostumbrados. Harold Pinter, nacido en 1930, es uno de los dramaturgos fundamentales del siglo XX en lengua inglesa. Rebusco en mis apuntes de la carrera  para recordar que se trata de un autor influido en un principio por el teatro del absurdo y que luego deriva hacia una suerte de inquietante realismo. Algunas de sus obras: La fiesta de cumpleaños, El vigilante, la habitación. También ha escrito importantes guiones para el cine, como los de En busca del tiempo perdido (supongo que será la adaptación que iba a realizar Visconti y que nunca terminó), o La mujer del teniente francés, basada la novela de Fowles (ahí es nada, el plantel de escritores para los títulos de crédito).

Sus obras se caracterizan por suceder en habitaciones cerradas (celdas, refugios) que simbolizan el mundo cerrado de los propios ocupantes. Lo que más le interesa a Pinter son las fallas que se producen en el lenguaje cotidiano (silencios, sobreentendidos, estereotipos) y a través de las cuales se revelan nuestros deseos ocultos, miedos, culpabilidades, neurosis... A este respecto, el propio Pinter ha dicho (la traducción, de nuevo, es mía):

"El habla que escuchamos habitualmente es una pista acerca de lo que no oímos. Es una evitación necesaria, una violenta, astuta y angustiada cortina de humo que mantiene al otro en su lugar. Cuando el verdadero silencio cae, nos deja con el eco, pero estamos más cerca de la desnudez. Una manera de mirar el habla es decir que es una estratagema constante para cubrir nuestra desnudez."

Desde luego, con Harold Pinter la Academia se ha mantenido en su línea de los últimos años, premiando a escritores de signo marcadamente político y de izquierda: Saramago, Grass, Jelinek..., quizá tratando de seguir la discutible directriz que Alfred Nobel dejó en su testamento al respecto (al menos según parece entenderla el actual jurado): premiar obras que se caracterizaran por su implicación en la mejora del ser humano, o algo así -a saber cómo se come eso-, y que no siempre se ha cumplido. En fin, a ver si los teatros se ponen las pilas por aquí, y empezamos a ver en cartel obras de Harold Pinter.

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