Terminé otro de los mini fics :) Esta vez el pedido de
nyaza . Gracias a kmiya, por el beteo ^^
Título: Cinco palabras.
Fandom: Harry Potter
Advertencias: Spoilers de DH, OCs.
Hannah entró al primer invernadero, en el que generalmente Neville le daba las clases a los de primer año. Sostenía en una de sus manos una bolsita que contenía semillas de diferentes tipos, separadas mediante un hechizo para que no se revolvieran las unas con las otras; Neville se las había pedido para plantarlas en un rincón del invernadero como proyecto personal, ya que se trataban de semillas sin ninguna propiedad mágica. A Hannah le había encantado la idea, no por nada tenía la misma afición de su esposo. También, a pesar de que podía habérselas mandado por vía lechuza u otro medio de transporte, prefirió traérselas ella misma. La razón era simple, no perdía oportunidad de visitar Hogwarts.
Entró en el invernadero, y no se sorprendió encontrarlo con la túnica llena de tierra. Neville era bastante descuidado, aparte de que los hechizos de limpieza no se le daban del todo bien. Meneó la cabeza, antes de acercársele. Cuando estuvo cerca se dio cuenta de que no estaba solo. Un niño de once años (por su baja estatura, no podía ser de un curso mayor) con la insignia de Slytherin, tenía el cabello rubio y corto, piel blanca y los ojos de un intenso azul.
Sólo llegó a captar un pequeño retazo de la conversación.
-… al menos, a mí me parece divertido -aseguró el niño, seriamente.
Neville pareció consternado, y Hannah no podía saber el por qué.
-Pero no es cuestión de si te diviertes o no, si no cómo se adapta él.
El niño rubio asintió, comprendiendo.
-¿Le va bien?
El niño pareció vacilar, sin decidir cuál sería la mejor respuesta. Hannah se preguntó si estarían hablando del hijo de Harry Potter, Albus, que había ido a parar a Slytherin. No le extrañaría que tuviera problemas para adaptarse al grupo, si ella misma había pensando que era igual a su padre, y por lo tanto quedaría en Gryffindor, lo mismo pensó con James tres años atrás.
-… Es que hay que dejar que entre en ambiente. Puedo ayudarlo, señor -se ofreció el niño, aunque no sonó muy seguro.
-Me gustaría que lo hicieras, Señor Nott.
-Claro, aunque siendo sincero… Creo que estaría mejor con Scarmander y Black. Parecen del mismo tipo.
-Aún así, señor Nott…
-Haré lo que pueda, de igual forma. Albus también, si le digo -siguió Nott, sin dejar que Neville hablara.
Así que no se referían a Albus. En cierta forma, a Hannah le agradaba la noticia. Le aliviaba que a pesar de las diferencias que podrían llegar a tener Albus y sus compañeros, le iba bien. O eso parecía.
-Eso es todo, señor Nott -dijo Neville.
Hannah vio como el niño asentía y se despedía cortésmente de Neville. Éste abrió la boca un momento, como si pensara agregar algo, pero terminó por cerrarla, sin decidirse. Nott notó esa indecisión de su profesor, y como si ya sospechara qué le iba a decir, le comentó:
-Albus debe de estar con Scorpius en la Sala Común. Le mandaré saludos de parte de usted, profesor.
-Ah, sí, claro…
Hannah y Nott se toparon en el camino, pero apenas cruzaron una mirada, curiosa en ambos. Fue en ese momento cuando Neville se percató de ella.
-¡Hannah! ¿Qué haces…? -Neville, a pesar de sus palabras, sonrió-. No te esperaba.
-Vine a traerte las semillas -dijo, depositando un beso en la mejilla de su esposo-. No me digas que ya lo olvidaste.
Neville se sonrojó levemente.
-Gracias, la verdad no había pensando en ellas en todo el día.
-Me imagino -dijo Hannah, Neville levantó las cejas-, pareces que tienes problemas aquí, ¿o no?
-No del todo -Neville se encogió de hombros-. Se trata sobre el hijo de Zacharias Smith, ¿te acuerdas de él?
-Cómo no, cariño -Hannah puso los ojos en blanco, recordando a su molesto compañero. No era que le desagradara en Hogwarts, incluso llegaron a entablar una especie de amistad, pero una vez graduados de Hogwarts y pasado el tiempo perdieron el contacto. Ahora, los rasgos de Zacharias que más arraigados estaban en su memoria era su peculiar carácter.
-Bien, tocó en Slytherin -explicó Neville.
Hannah no veía el problema, después de todo, por un tiempo pensó que Zacharias habría hecho un buen papel en Slytherin (y el hecho de que hubiera quedado en Hufflepuff, siendo tan diferente a ellos, a ella, era un misterio que aún no se le aclaraba).
-El chico… Bueno, su familia no está del todo contenta -siguió Neville-. Los Smith han estado todos en Hufflepuff, como creo que sabes, Hannah. Aparte, Phil se siente molesto consigo mismo por no cumplir con las expectativas de su familia, y tiene problemas para integrarse al grupo.
-Pero, ¿y Zacharias? ¿Qué dice él?
-Zacharias no se encuentra en el país.
Hannah arrugó el ceño. Tal vez eso justificaba el estado de Phil, sin tener a un padre que lo apoyara todo le sería más difícil, ¿no? Estaba segura que Zacharias se hubiera enorgullecido de su hijo, así no fuera lo que esperaba. Sin razón alguna, intuía que eso no era todo. Después de todo, Albus Potter había caído en Slytherin cuando toda su familia había ido a parar en Gryffindor, y no se había armado tanto revuelo. Al menos, no por parte de Albus. Neville le había contado que se había adaptado perfectamente, a pesar de que algunos de sus tíos hubieran puesto el grito al cielo.
-Albus, ¿sigue estando bien?
-Sí, en especial con Malfoy y Nott.
Esbozó una pequeña sonrisa, captando la ironía del asunto.
-Neville, ¿crees que el pequeño Smith logré adaptarse, también?
-Sí, al tiempo -respondió Neville, convencido-. El sombrero nunca se equivoca.
Neville le tomó de la mano en la que sostenía las semillas.
-Déjame guardarlas. Luego, iremos a las Tres Escobas.
Hannah le esperó, ocupándose su mente en esas cinco palabras.
El sombrero nunca se equivoca.
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