S H E O L - PART 3 [EXO] [CHANYEOL/BAEKHYUN] [SN]

Dec 03, 2016 20:17


S H E O L



.I.

-Ya vale Lay, estoy bien, déjame.

Sehun, sentado en uno de los taburetes de la barra del "Neshiyya", se quejaba de las atenciones de Lay que no dejaba de mirar si había alguna herida que curar o si su energía se había restablecido por completo tras caer inconsciente en medio de la nave abandonada. Al otro lado de la barra, los otros cuatro observaban la foto que habían tomado del sello que había aparecido bajo Sehun y Baekhyun con preocupación.
-Sigo sin creérmelo -suspiró Kyungsoo incrédulo.

Hacia un par de horas que habían cerrado el local, los empleados habían acabado de recoger, limpiar y prepararlo todo para la noche siguiente antes de irse a descansar. Solo quedaban ellos hablando sobre los descubrimientos de aquella noche, apoyados en la barra que aún seguía iluminada, ahora menos resplandeciente ya que las luces estaban encendidas por todo el local.

-Yo tampoco -apuntó junto a él Taeyeon mirando el sello de la fotografía-. ¿Cómo es posible algo así? ¿Qué clase de seguridad hay en el Cielo para dejar que se escape alguien así?
-¿Perdona? -preguntó Baekhyun girándose hacia ella y levantando la mirada de las líneas del sello.- ¿Por qué presupones que la culpa es nuestra?
-Vosotros condenasteis y encerrasteis a Ramiel, ¿no? Este es su sello, su firma. Es vuestra culpa.
-Sí, pero no se le encerró en el Cielo. Se le encerró en Sheol -ante la sola mención de aquel apartado lugar un escalofrío recorrió a los presentes, incluido Lay que no había oído nunca ese nombre.
-¿Sheol? ¿Qué es eso? -preguntó el chino curioso.
-Es otro nombre para el Abismo. Existe el Cielo, el Infierno, el Limbo y el Abismo. El Abismo es el reino de los muertos, de aquellos que no tienen derecho de ir a ninguno de los otros tres lugares, de aquellas almas sin redención. Es el territorio de Abaddon -explicó Kyungsoo de forma académica dejando la sala en silencio durante unos instantes.
-Y ese Ramiel, ¿se ha escapado de ahí? -inquirió de nuevo.
-Eso parece -acabó Chanyeol-. Lo que no entiendo es como nadie se ha percatado de que un ángel caído estaba detrás de todo esto.
-Al parecer nadie ha sabido mirar en la dirección correcta -se quejó Baekhyun volviendo a mirar la foto del sello mágico, centrado en sus pensamiento, intentando averiguar qué había pasado cuando trató de proteger a Sehun del ataque de Ramiel. Tan concentrado estaba que tardó en percatarse de que el resto se le había quedado mirándole asombrado-. ¿Qué? ¿Pensáis que no sé reconocer mis errores? -bufó reclinándose sobre la barra sonriendo de lado-. ¿Quién prejuzga a quién ahora?

Aquella salida hizo que Taeyeon estallase en carcajadas y el ambiente se relajase durante unos instantes. Tras aquello, Lay decidió que Sehun estaba bien, para felicidad del chico, y se unieron a la improvisada mesa de debate para ver cuál era su próximo movimiento.

-Viendo quién está detrás de todo esto, quizá debería avisar a mis superiores de lo que he descubierto -expresó su duda Baekhyun, tamborileando los dedos sobre la brillante superficie de la barra del local. Kyungsoo negó fehacientemente.
-No te lo recomiendo. Ramiel antes era un arcángel. Posiblemente aún mantenga ciertas habilidades angelicales. Si te comunicas con tus superiores, no sabemos si él se enterará también de nuestros planes.
-En ese caso, no es muy seguro -apostilló Taeyeon-. Lo mejor será trazar un plan de ataque e intentar atraparle nosotros.
-¿Nosotros? ¿Atrapar a un arcángel? -preguntó asustado Sehun-. ¿Estás loca? No tenemos ni una sola oportunidad.
-Ya no es un arcángel y no es que vayamos a ir a la aventura sin más. Además, con lo variopinto de este grupo, algo haremos, ¿no? -aseguró la chica sonriendo.
-Tienes un plan, ¿verdad? -preguntó Chanyeol mirándola suspicaz, Taeyeon sonrió ampliamente.
-Tengo un plan.

.II.

Tras ultimar los detalles del plan se dispersaron. Kyungsoo, Lay y Baekhyun volvieron a casa del primero a descansar y prepararse para la batalla. El día pasó despacio para todos, sobre todo para Baekhyun que odiaba con cada célula de su ser la espera antes de las batallas. Los tres habían comido juntos ultimando detalles del plan de Taeyeon, con la que Kyungsoo estaba en perpetuo contacto mediante teléfono, y mientras el médium buscaba un par de conjuros en su extensa biblioteca Baekhyun decidió retirarse a su habitación a pensar.

Sin embargo, pensar no le resultaba agradable. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, Cielo, Infierno, ángeles, demonios, nephilims, ángeles caídos, todo se mezclaba en su cabeza y ya no sabía qué debía pensar, en qué debía creer, cuál era la verdad de todo aquello. Cansado de dar vueltas en su cabeza y en la habitación, sacó las pocas armas que poseía y decidió afilarlas para la batalla. Al menos aquello le relajaba.

Así le encontró Lay horas después, disfrutando del aire del patio interior con sus armas desperdigadas por la tarima que rodeaba la casa y enfrascado en no dejar ni una muesca en su daga favorita.

-¿Molesto? -preguntó acercándose con dos tazas de té en la mano. Baekhyun levantó la mirada de su trabajo y sonrió al verle.
-Para nada, solo me distraía -confesó algo avergonzado mientras apartaba las armas y le hacía un hueco al chino a su lado. Lay se sentó y le tendió una de las tazas.
-¿Qué te agobia tanto que necesitas ponerte a pulir tus armas con tanta concentración? -preguntó divertido-. ¿Problemas en el paraíso? -bromeó.
-En realidad, sí -confesó hundiendo el rostro en su taza y dando un largo sorbo a su té. Lay esperó pacientemente a que siguiese-. Tengo la impresión de que esta misión ha trastocado muchas de las cosas que creía como verdades absolutas.
-¡Ah! Ya veo. Comprendo. Chanyeol tiene ese efecto en la gente -sonrió cómplice el chino. Baekhyun se sonrojó y comenzó a negar con la cabeza rápidamente.
-¿Qué? ¡No! ¡No es eso! Me refiero a lo que hemos descubierto hoy y el hecho de que haya tenido más ayuda de dos demonios de alto nivel que de toda mi facción angelical y que... -cortó la frase a la mitad, sin saber bien qué decir o cómo expresar lo que sentía al respecto.
-¿Se siente bien? -probó el sanador. Baekhyun asintió abochornado-. No te agobies por eso, Baekhyun, en serio. A veces uno encuentra su lugar donde menos lo espera.

El ángel asintió no muy convencido y se dejó sumergir por la tranquilidad de la tarde y el humo del té. La verdad era que aquellos momentos le habían dado más paz que toda su estancia en el Cielo, siempre se había sentido mucho más cerca de los mortales que de sus congéneres angelicales. El hecho de que estos últimos le tratasen como un paria entre sus filas tampoco ayudaba mucho a que se sintiese cómodo a su alrededor, por eso casi nunca interactuaba con ellos. Quizá si hubiese intentado integrarse más, las cosas habrían sido distintas. O no.

-Igual no debería contarte esto, pero quizá te ayuda -empezó Lay sacándole de sus pensamientos y consiguiendo su atención-. Kyungsoo me contó que de pequeño no sentía que perteneciese a ningún lado, sus poderes se manifestaron desde muy joven así que veía y oía cosas que el resto no -Baekhyun puso toda la atención en el relato del chino-. Sus padres intentaron hacer todo lo posible porque se integrase pero, ya sabes, los humanos somos seres muy crueles por lo que finalmente fingía ser quien no era.
-¿Por qué me cuentas esto Lay? -preguntó el ángel intrigado por el motivo de la historia.
-Porque Kyungsoo siempre dice que hasta que no se deshizo de lo que le ataba a su anterior vida no fue feliz. Hasta que no dejó de fingir ser quien no era, quien no quería ser, no pudo descubrir quién era en realidad y quién quería ser.
-¿Y ahora? ¿Ahora es feliz? -preguntó interesado.
-Creo que sí -sonrió-. Tiene sus días buenos y sus días malos, como todos. Pero, ¿quién no los tiene? -Baekhyun asintió contagiándose de su sonrisa y terminando de beber su té-. Te cuento todo esto por una razón, Baekhyun. Sé poco de ángeles y demonios, pero sé que los ángeles no estáis hechos para dudar así que te pregunto, ¿qué te hace dudar? Y lo más importante, ¿merece la pena poner en duda todo lo que sabes por ello?

Con una de sus eternas sonrisas, Lay recogió las dos tazas, le revolvió el pelo y se alejó por donde había venido dejándole allí rodeado de sus afiladas armas y con la cabeza más llena de dudas que al principio.

.III.

Baekhyun pensó que le iba a costar mucho más llegar al "Neshiyya" pero, paradójicamente, se acordaba de la dirección perfectamente. El taxista ni se inmutó cuando se la dijo, acostumbrado seguramente a que otros tantos jóvenes quisiesen ir allí a esas horas de la noche. Era tarde, muy tarde. Baekhyun se había pasado parte de la tarde y noche pensando en qué hacer, en sus opciones, en qué debía hacer como ángel y, finalmente, había decidido hacer caso a Lay, pensar en él mismo y no en lo que la gente pensaba qué era o debía ser.

El local estaba abarrotado, la cola para entrar al mismo era enorme, pero se arriesgó a acercarse al portero de la zona V.I.P. y probar suerte. El fornido hombre le miró con recelo para dejarle pasar tras dos segundos de minuciosa inspección. Baekhyun suspiró relajado por haber superado la primera barrera y nervioso porque aquello era una carrera de obstáculos. No iba a ser fácil llegar a su destino.

La música seguía sonando igual de atronadora que la noche anterior, los cuerpos seguían moviéndose igual de erráticos, pero esta vez no le parecía tan novedoso, sabía a dónde tenía que ir y qué buscar. Bajó las escaleras sin dudar y se acercó a la barra. Sehun le vio y enarcó las cejas sorprendido. Baekhyun le hizo un gesto para que no se acercase y el joven nephilim entendió rápidamente a quién buscaba. Dos minutos después, Taeyeon apareció frente a él con una sonrisa divertida.

-¿Qué desea tomar? -preguntó sin perder la sonrisa.
-Un Sangre de Satán -respondió sin dudar. La chica emitió una carcajada antes de prepararle el chupito al segundo. Mezcló los ingredientes en la coctelera, los agitó y se los sirvió sin dejar de sonreír. Baekhyun cogió el vaso que le tendía, lo levantó hacia ella brindando a su salud y lo vació de un trago sin dudarlo. Tras posar el vaso de nuevo en la barra volvió a hablar-. Quiero hablar con Chanyeol.
-No está en la ciudad -le contestó la chica repitiendo la conversación de la noche anterior, sorprendida por cómo había sobrevivido a la intensidad del chupito y se había mantenido en sí mismo sin hacer una sola mueca de desagrado ante el fuerte sabor del alcohol.
-Ambos sabemos que eso no es verdad, Taeyeon -le recordó esbozando una leve sonrisa divertida-. ¿Dónde está tu socio?
-¡Oh! ¿Ahora es mi socio? ¿Ya no es mi jefe? -preguntó la joven demonio apoyándose en la barra seductora tratando de ganar tiempo.
-No soy tan tonto como para no saber que una mujer como tú no recibe órdenes de nadie de su mismo nivel jerárquico -susurró. A pesar del ruido de la música sabía que ella le había oído perfectamente. Baekhyun se sentía cómodo al lado de aquella mujer, a pesar de saber que si daba un paso en falso no dudaría un segundo en matarle. Kim Taeyeon no era alguien a quien tomar a la ligera. La capitana del Gran Duque Astaroth no perdonaba ninguna ofensa hacia su persona.
-Vaya Baekhyun, al parecer vas a ser más interesante de lo que pensaba -reconoció lamiéndose los labios lascivamente buscando avergonzar al ángel ante ella. Por toda reacción, Baekhyun agarró su mano y besó el dorso de la misma sin dejar de mirarla a los ojos, aún disfrazados de azul por las lentillas de color.
-Me halagas Taeyeon -susurró al separarse.

La joven le miró seria e intensamente durante dos segundos antes de sacar dos vasos de chupito, una botella de whisky y servirles a ambos un trago. Ambos bebieron a la vez sin romper el contacto visual.

-Chanyeol está ahora mismo ocupado reponiendo sus fuerzas -le dijo finalmente-. Necesita mucha energía para lo que pensamos hacer, por lo que está reunido -paladeó la última parte de la frase sonriendo perversamente para dejar bien patente a lo que se refería. Baekhyun frunció el ceño disgustado por sus palabras-. Si quieres puedo avisarle... O puedo darte la llave del ascensor para que te unas a la fiesta. Creo que tienes ciertas actitudes a la hora de conseguir energías ajenas.

Baekhyun respiró hondo un par de veces, sabía de sobra que la intención de Taeyeon era enfadarle, hacer que estallase para su propia diversión. Lo peor de todo era que lo estaba consiguiendo. La joven seguía sonriendo encantada con sus reacciones y él no podía evitar sentirse demasiado expuesto ante los ardides de la demonio.

-No será necesario, le veré mañana -acabó contestando girándose para irse-. Gracias por la copa.
-Si cambias de opinión... -empezó la chica antes de que se fuese-. Es todo a la izquierda.

Baekhyun gruñó y puso los ojos en blanco antes de alejarse por completo de la barra y mezclarse con la gente camino a la salida V.I.P. En otras circunstancias habría sabido perfectamente qué hacer, su anterior yo no habría dudado en darle una paliza a Taeyeon por su insolencia. Claro que los más probable habría sido que ella le hubiese ganado, era un demonio muy poderoso. Igualmente, ese habría sido su anterior yo, el de ahora no estaba muy seguro de qué habría hecho.

Quizá por eso estaba allí, en el mismo punto donde los pasillos se dividían. El de la derecha acababa en la calle donde no tendría más oportunidades de saber qué había sido aquello que había sentido junto a Chanyeol, qué había sido aquel ente extraño a su alrededor cuando el demonio había intentado extraer su energía. El de la izquierda llevaba a los pasillos interiores del "Neshiyya", a aquel laberíntico mundo donde Chanyeol reinaba y en el que, ahora mismo, en algún punto, estaba retozando con varias mujeres dispuestas a darle lo que él desease.

Realmente no había elección que hacer.

.IV.

Chanyeol se sorprendió cuando la puerta del ascensor se abrió y Baekhyun entró por ella como una fuerza de la naturaleza. No se esperaba a nadie aquella noche, realmente nadie debería haber podido traspasar los sellos que había puesto sin su permiso o el de Taeyeon. Parpadeó confundido y se levantó del piano donde había estado tocando relajadamente para atajar a su intruso.

-¿Baekhyun? -preguntó sorprendido.- ¿Qué haces aquí?

El aludido pareció salir de su estupefacción, dejó de escanear la habitación en busca de algo que no parecía encontrar, y fijó su mirada en él. Un escalofrío recorrió a Chanyeol cuando sus ojos se encontraron. No entendía cómo alguien cuya esencia se definía como la de un ángel podía tener una mirada tan oscura.

-¿Ha pasado algo? ¿Kyungsoo está bien? -preguntó de nuevo acercándose a él, temiendo que algo o alguien le hubiese puesto un hechizo de control. El ángel tembló ante la mención del médium.
-¿Es que todo tiene que girar entorno a Kyungsoo? ¿Solo tengo que estar aquí si tiene que ver con la misión? -espetó destilando rabia en cada silaba. Chanyeol abrió los ojos sorprendido por el tono empleado y negó.
-No, no es eso. Simplemente no pensaba que quisieses estar aquí si no era por eso -confesó con sinceridad, intentando acercarse al chico, buscando alguna razón para su comportamiento.

Ese fue su mayor error. Acercarse a él, meterse en su espacio vital, dentro del radio de acción de su esencia. No lo había sentido hasta ese instante, quizás enmascarado por los propios sellos de su ático, pero la energía que desprendía Baekhyun era viciosa. Una energía que le golpeó como un puñetazo en la boca del estómago y le dejó sin aire durante un segundo. El ángel le miró intrigado ante su reacción.

-¿Tanto te ofende mi presencia? -preguntó ofendido. Chanyeol negó incapaz de contestar, la energía de Baekhyun intoxicándole como un veneno-. Ayer no parecías tan ofendido cuando me trajiste aquí a robarme mi energía. Parecía todo lo contrario... -recordó pensativamente, acercándose unos metros más al demonio, este jadeó sintiendo una nueva oleada de aquella poderosa energía-. ¿Qué pasa, demoncito? ¿Tienes miedo a lo desconocido? ¿Quién teme ahora al lobo feroz?

Chanyeol abrió los ojos con sorpresa ante aquella pregunta y los clavó en los de Baekhyun. Craso error, puesto que aquel contacto visual fue el último sello que se rompió entre ellos. La energía alrededor de Baekhyun pareció crecer y engullir a ambos, haciendo que Chanyeol sintiese sus propios instintos demoniacos ser liberados a pesar de los miles de sellos y cuidadosas cadenas que los mantenían encerrados mientras duraba su estancia en el mundo humano.

Antes de que pudiese darse cuenta, el demonio había acorralado al ángel contra la columna que separaba el salón de su habitación y devoraba su boca con ferocidad. Su cuerpo temblaba como el de un neófito al conseguir su primera energía y no sabía por dónde empezar a atacar para quedársela toda. Mientras, Baekhyun se había aferrado a su espalda y le clavaba las uñas por encima de la ropa, gruñendo bajo dentro de aquel beso animal.

-¿Qué me has hecho? -preguntó el demonio en un segundo que sus bocas se separaron.
-Nada que tú no deseases hacerme.

Fue la lacónica respuesta del ángel antes de empezar, esta vez él, un beso demencial que los condujo hasta las sábanas de la inmensa cama del demonio.

.V.

Baekhyun se despertó con la primera luz del alba entrando por la enorme cristalera del ático de Chanyeol. Las sábanas cubrían su cuerpo y él intentaba esconder la cabeza bajo la almohada para robarle cinco minutos más al día en el mundo de los sueños. El aroma del café recién hecho cerca de él fue lo que finalmente le hizo abrir los ojos. Enfocó una taza en la mesilla a su lado y justo detrás unas paredes decoradas que no reconoció en un principio. Cuando lo hizo, se alarmó y se incorporó de un salto haciendo que las sábanas se deslizasen hasta su cintura. Una voz a sus pies se rió.

-Tranquilo tigre -Chanyeol, en un sofá junto a la ventana y vestido con una bata de seda negra, sonreía mientras bebía un whisky-. El café va incluido en mis funciones como anfitrión.
-¿Qué...? -comenzó para callar a media pregunta al darse cuenta de su desnudez, dejándose caer de nuevo en la cama con un gruñido de desasosiego-. Dime que no es verdad.
-Podría, pero me perdería ese bonito instante en el que entras en pánico y pones excusas como el alcohol, las drogas, una posesión o cosas así. Demasiado tentador como para dejarlo pasar -reconoció el demonio levantándose y acercándose a la cama, sentándose a su lado. Baekhyun abrió un ojo y le miró bufando.
-¿Me crees tan infantil? -gruñó girándose hacia él-. Ayer solo bebí un chupito que preparó Taeyeon y no creo que decidiese intoxicarme para que acabásemos en la cama -Chanyeol sonrió.
-No sé yo, es capaz de cosas muy diabólicas -el ángel omitió su frase y siguió con su explicación.
-No tomo drogas, menos anoche, y no he sufrido ninguna posesión demoniaca. Bueno, a parte de la obvia -reconoció sonrojándose haciendo que Chanyeol riese divertido.
-O sea que... ¿Has hecho uso de tu libre albedrio y has decidido perder tu gracia divina con un demonio? Y no con uno cualquiera, con un Caballero infernal nada más y nada menos -expuso divertido acercándose a su rostro esperando una reacción-. Vaya Baekhyun, he visto formas más discretas de caer.
-Si voy a caer, al menos lo haré de una forma memorable -le aseguró el ángel mirándole con intensidad.
-¿Sabes? Desde que entraste en mi despacho supe que ibas a traerme problemas. Malditos ángeles y sus divinas formas -susurró acercándose a sus labios con claras intenciones de besarle. Baekhyun rió y se alejó de él.
-Maldíceme todo lo que quieras, pero ambos sabemos que desde que entré por la puerta de tu despacho tú única intención ha sido hacerme caer en tus redes -Chanyeol sonrió tendiéndose sobre el moreno y aprisionándole bajo su cuerpo.
-Ya decía yo que eras más listo de lo que parecías.
-Se me da bien interpretar mi papel de ángel ingenuo.

Chanyeol rió ante la cara de angelical inocencia que puso el moreno y le besó. Esta vez Baekhyun no se apartó y compartieron una nueva sesión de besos que se extendió varios minutos, hasta que el teléfono de Chanyeol sonó.

Al otro lado del auricular Taeyeon les pedía que se preparasen rápidamente. Kyungsoo y Lay ya estaban allí y habían traído las cosas de Baekhyun acertando dónde podría haber ido el ángel la noche anterior. A regañadientes, Chanyeol sacó de la cama a Baekhyun y le guió a la ducha para que ambos se aseasen en el menor tiempo posible. A pesar de la insistencia del demonio, Baekhyun consiguió que se preparasen en un tiempo récord.

Cuando se unieron al resto en el "Neshiyya", todos repasaban el plan alrededor de la barra con una Taeyeon dando órdenes y paseando nerviosamente por detrás de la barra ultimando detalles. Al verles llegar sonrió pícaramente.

-Pensábamos que ya no nos acompañaríais en la misión.
-Estábamos pensando en hacer apuestas de cuánto ibais a tardar -siguió con la broma Kyungsoo mirándoles divertido. Lay rodó los ojos, mirando a los dos bromistas seriamente.
-Que conste que estos dos querían subir a ver por qué tardabais tanto en bajar. Según ellos, podríais haber sido atacados por alguien o algo.
-¡Es que han tardado mucho Lay! -se quejó la chica-. No tenemos todo el día.
-Está bien, está bien -cortó Chanyeol acercándose a la barra-. Ya estamos aquí, centrémonos en lo importante. ¿Todo listo?
-La duda ofende -contestó Taeyeon sonriendo.
-No estoy seguro de que el sello que he encontrado aguante, pero al menos lo intentaré -confesó Kyungsoo con decisión.
-Yo haré lo posible para repeler los ataques, Taeyeon me ha estado entrenando -dijo Sehun con decisión.
-Dirás que te ha estado apalizando, ¿no? -apuntilló Chanyeol divertido al ver un par de moratones en los pálidos brazos del chico, este se sonrojó.
-Yo voy de apoyo para curar las heridas que sufráis y soportar la barrera mientras Kyungsoo ejecuta el sello -avisó Lay cuando Chanyeol le miró interrogante.
-Bueno pues, todo preparado. ¿Listos para cazar un ángel caído?

Sus cinco interlocutores asintieron decididos a pesar de que todos sabían que era muy altamente probable que no volviesen de aquella misión. Suicido más que misión era lo que parecía aquello.

.VI.

En aquella ocasión encontrar la guarida de Ramiel les resultó mucho más complicado. Quizá por eso sabían que era la dirección correcta cuando aparcaron junto a una iglesia abandonada en lo alto de una colina a dos horas de Seúl. Un cartel a la entrada decía que la iglesia estaba consagrada a San Pedro, cosa que hizo que los demonios riesen por la ironía de que Ramiel se escondiese bajo la protección del apóstol que negó tres veces al hijo de Dios. Baekhyun no lo encontraba divertido, en realidad no encontraba nada de aquello divertido. Le daba igual que aquella vez todo hubiese sido más difícil, seguía siendo fácil. Estaba claro que se dirigían a una trampa, mejor orquestada esta vez, y no podía dejar de pensar en que había cinco personas junto a él que no merecían poner su vida en riesgo.

La puerta principal chirrió cuando la movieron de sus goznes, signo inequívoco de que llevaba décadas sin ser usada. Aquella zona había sido deshabitada cuando la migración a la ciudad se produjo y ahora tan solo quedaban unos edificios en pie. Ni siquiera la luna les daba luz a través de las vidrieras que decoraban las altas paredes de la nave, por lo que tenían que avanzar lentamente por ella, atentos a cada sonido que oían. Justo en medio del altar, sobre la piedra consagrada, se hallaba lo que tantos dolores de cabeza le había dado a Baekhyun, la razón por la que había emprendido aquella misión que tanto había trastocado su vida. El Manuscrito Voynich.

Fue verlo y el infierno se desató, quizás era el momento que el ejército de nephilims esperaba para atacarles, el preciso instante en el que hiciesen contacto visual con lo que buscaban. Cayeron sobre ellos por todos los flancos y con tal brutalidad que Baekhyun pensó que estaba de nuevo en una de las primeras guerras de ángeles y demonios de la antigüedad. Eran feroces y no temían a nada, se podía notar en sus ojos mientras trataba de defenderse de sus ataques.

En más de una ocasión Taeyeon tuvo que ayudarle con un de sus atacantes y viceversa, jamás pensó que se alegraría de tener a una Capitana infernal a su lado, pero lo hacía y mucho. La chica luchaba como un trueno, tan pronto estaba a su lado como defendía a Lay y Kyungsoo del ataque de un nephilim que había escapado de un sello del médium. Era rápida y mortífera con los cuchillos que poseía, hechos de un hierro forjado en lo más profundo del Infierno. A su lado, Chanyeol lanzaba flechas del mismo hierro con una precisión mortal, acertando siempre entre los ojos de sus atacantes y, si alguno llegaba a cruzar su línea de fuego, se deshacía de ellos con celeridad tras un mandoble de la espada curvada que llevaba colgada a la espalda. Baekhyun empezaba a entender por qué eran dos de los demonios más mortíferos del Infierno.

Comparados con ellos, el ángel tan solo se defendía de los ataques de los nephilim, protegiendo a Lay y Kyungsoo todo lo que podía y rezando para que no apareciesen más de aquellos seres. Por suerte no lo hicieron y tras unos cuantos minutos luchando sin cuartel, se vieron rodeados de cuerpos mutilados y sangre negra que manchaba el suelo consagrado y sus pies.

-¿Estáis todos bien? -preguntó Baekhyun mirando a su alrededor asegurándose de que todos se encontraban bien. Todos asintieron y se replegaron en bloque, sopesando qué hacer, cuando un estallido iluminó el altar tras el Manuscrito Voynich y una figura desdibujada apareció tras él.
-Habéis llegado muy lejos, queridos niños, pero no iréis más allá.

Su voz sonaba profunda y autoritaria, como la de un padre que regaña a sus hijos. Un escalofrío recorrió a la pequeña expedición que había entrado dispuesta a atrapar al ladrón del Manuscrito Voynich y, durante un segundo, su fortaleza se tambaleó. No podrían hacer nada contra un arcángel por mucho que ya no tuviese todo su poder divino.

-Ramiel, no tenéis por qué hacer esto -trató de razonar Baekhyun dando un paso al frente. La figura giró su rosto impreciso hacia él y pareció esbozar una sonrisa sardónica.
-Eres Baekhyun, ¿no? -preguntó interesado-. He oído hablar de ti. En el Cielo eres muy conocido y en el Abismo también. Tu padre te tiene en alta estima, querido niño. El episodio en Sodoma es un pasaje... épico.

Por toda respuesta Baekhyun no pudo articular palabra, tan solo comenzar a temblar presa del pánico al notar que alguien como Ramiel sabía tanto de él. Ninguno de los presentes sabía lo que había sucedido en Sodoma, apenas nadie lo sabía en el Cielo, tras lo sucedido le habían cambiado de Legión precisamente para que el episodio quedase enterrado para siempre. Mucho menos se sabía quién era su padre...

-¡Ya vale! -gritó Kyungsoo desde la retaguardia-. No tienes ningún derecho a decir esas cosas. Tú no eres mejor que nadie de los presentes. Traicionaste a tu gente, caíste y creaste una raza de seres perseguidos e incomprendidos.
-¡Oh! ¿Y tú eres mejor que yo, Do Kyungsoo? ¿El médium que vive una vida solitaria tan solo acompañado de la presencia de un sanador chino que le paga el alquiler con su cuerpo? -el médium sintió sus mejillas enrojecer de rabia y vergüenza al verse expuesto ante los demás de aquella manera.
-No hacemos nada malo -fue la respuesta de Lay a su lado-. Ayudamos a la gente que nos lo pide y vivimos sin hacer daño a nadie. No como tú, que has intentado acabar con el mundo robando ese Manuscrito.

Los ojos de Ramiel se clavaron en los del chino y le escrutaron durante unos segundos intrigado, sin embargo, no dijo nada.

-Devuélvenos el Manuscrito Voynich y no te mataremos -Taeyeon le devolvió a la conversación primaria acercándose a él en posición de ataque.
-¿De verdad crees que un simple demonio como tú puede hacerme algo? -Ramiel río cruelmente-. Se necesita más que hierro infernal y dos demonios de vuestra jerarquía para matarme, querida Capitana. No malgastéis energía en balde.
-Ramiel, termina con esta locura, por favor -imploró de nuevo Baekhyun acercándose a él-. ¿No ves el daño que podrías hacer si continuas con esto?
-¿No ves tú el mal que hacen ellos? -exclamó furioso volviendo su figura por un instante roja como la sangre-. Pensé que tú, mejor que nadie, lo entenderías Baekhyun. ¿Acaso el Cielo no te ha dado siempre la espalda? ¿No te tienen de chico de los recados cuando podrías hacer mucho más para ayudarles?
-Eso no tiene nada que ver con esto.
-¡Tiene todo que ver! -exclamó de nuevo-. El Cielo está tan corrupto como el Infierno. Lleno de burocracia y lameculos que han perdido la esencia de nuestra misión. Nuestra misión, Baekhyun, era ayudar a la humanidad, a la creación de Dios a evolucionar. Pero esa misión se ha perdido entre papeles, ascensos y más papeles. Hasta los demonios hacen más por los humanos que nosotros -siseó con rabia mirando a Chanyeol.
-Vaya, gracias -agradeció el demonio.
-Eso no justifica que intentes provocar un Apocalipsis para hacer que todo desaparezca.
-Todo no, solo el Cielo y el Infierno. El mundo mortal quedará intacto -aseguró convencido de su misión.
-¿Y quién velará por ese mundo? -preguntó el ángel sabiendo de antemano la respuesta.
-Los Grigori. ¿Quién si no? Los nephilims serán nuestros emisarios, dejarán las sombras y tomarán su lugar en el mundo, al lado de sus padres mientras estos rigen el mundo como debe ser.
-O sea, quieres cambiar una dictadura que no apruebas por otra que regirás tú, ¿es ese tu plan maestro? -expuso el ángel acercándose unos pasos más al altar sin miedo, tan solo rabia. Al final iba a tener razón Taeyeon, todos los problemas del Cielo y el Infierno se resumían en algún loco con mala pronunciación y delirios de grandeza-. Pues lo siento, pero a mí no me convences. Suena igual de mal que lo que ya hay y, para eso, prefiero lo que ya conozco, eso sí sé combatirlo.
-No sabes lo que dices. Estás cegado por el brillo del Cielo -gruñó Ramiel.
-Y tú por el odio hacia ellos -contraatacó Baekhyun-. Porque sabes que nunca serás como ellos.

La rabia dominó por completo a Ramiel, que se volvió una bola roja de luz incandescente dispuesta a atacar. Baekhyun vio su ataque dominado por la furia y aprovechó el mismo para fintar y llegar hasta el altar donde cogió el Manuscrito de Voynich en el despiste del ladrón. Ramiel se volvió hacia él al ver su plan con intenciones de recuperarlo pero, de pronto, el grimorio comenzó a arder en unas llamas negras. Baekhyun lo soltó sorprendido y el libro cayó de nuevo sobre el altar mientras se consumía por las llamas hasta que no quedaron más que cenizas.

Todos los presentes contuvieron el aliento mientras las llamas se extinguían y el instrumento del apocalipsis desaparecía de la faz de la tierra ante sus ojos. Ramiel gritó furioso y su rabia se centró en Baekhyun, al que embistió con toda su fuerza. El ángel vio venir el ataque, pero sabía que no era capaz de esquivarlo, Chanyeol también lo vio y corrió a intentar apartarle de la trayectoria del mismo. Lo consiguió por milímetros, pero eso solo hizo que la furia de Ramiel creciese más.

Sin el Manuscrito de Voynich para negociar, estaban a merced del grigori que volvió a atacarles. Baekhyun cerró los ojos y se aferró al brazo de Chanyeol esperando ser consumido por las llamas de la furia del Trueno de Dios. Sin embargo, eso no sucedió. Cuando los abrió, tres figuras se encontraban entre Ramiel y ellos, reteniendo al grigori que seguía igual de furioso. Baekhyun intentó buscar algo que decir pero una voz tras él, al final de la iglesia, le quitó las palabras de la boca.

-Parece que llegamos a tiempo para la fiesta.

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