No se pa que mantengo el hiatus la verdad xDDDD
Titulo: Drugs make you fuck hard
Fandom: EXO-K RPS
Pairing: Kai/Chanyeol
Disclaimer: Nada mioooooo nada pero nada xD
Dedicado: a
wileret porque me hizo el gran honor de leerlo, corregirlo y no aberrarse. Gracias cielo. Y a
ciel_funtom95 que fue quien me paso el fic original y culpable de la idea en parte xD
Notas: Este fic esta basado a su vez en
este otro. Un smut genial. Un DO/Kai. Y os preguntareis como narices ha acabado surgiendo un Chanyeol/Kai....bueno, digamos que el fic da a entender que esos dos tienen una relacion..."especial" de ahi surgio esto. Pobre autora...espero que jamas se entere de esta "side" xDD Hay una leve advertencia de drogas blandas e idas de pinza supremas, proceded con cautela.
Drugs make you fuck hard
Le pesan los párpados. Apenas puede ver nada entre la cortina de humo de sus cigarros y las persianas bajadas, dejando tan solo que se cuele la penumbra. Cuando se encerraron allí eran las once de la mañana, ahora ya han perdido la noción del tiempo. Supone que será media tarde, quizás está anocheciendo ya. No lo sabe, está perdido en la maraña de pensamientos de su lenta mente. Definitivamente la hierba que ha conseguido Jongin esta vez es de la buena.
Tiene la mano derecha casi entumecida del frío que desprende la cerveza que sujeta y por estar en esa postura tanto tiempo. Por no hablar de la espalda que empieza a dolerle de la postura retorcida que ha cogido en el sofá con medio cuerpo apoyado de mala manera, el cuello en una posición nada cómoda, y sentado casi fuera del asiento. Pero no le importa lo más mínimo porque están mirando una película antigua en la tele y ni siquiera recuerda el argumento. Su mente desconectó a la quinta calada de su maltrecho canuto y desde ese instante sólo recuerda algún comentario de Jongin sobre lo guapa que es la actriz o lo malos que son los efectos especiales.
Está casi seguro de que la película no puede ser tan larga, quizás no ha pasado tanto tiempo desde que se encerraron en el apartamento del moreno y pusieron la tele. O quizás hay un gnomo escondido en la casa que aprovecha cuando parpadean en medio de los créditos para cambiar el DVD. O igual, simplemente es que se ha dormido en algún momento y Jongin ha aprovechado para cambiar de película. Aunque esa última la duda porque su amigo parece estar tan colocado como él.
Si él está retorcido en el sofá, la postura de Jongin sólo puede calificarse de contorsionismo avanzado. Está sentado en su lado del sofá con las piernas sobre el asiento, medio cuerpo apoyado en el reposabrazos, echado de costado y con la cerveza balanceándose en la mano que tiene fuera del sofá. Chanyeol emite una pequeña risita al verle así. Le hace gracia porque esa postura es la que coge siempre que está demasiado drogado. Jongin es de esos que no puede pararse quieto cuando está en ese estado o borracho, a diferencia de él que se queda quieto y amodorrado en medio de un duermevela extraño. Y es gracioso porque es todo lo contrario a como son en su estado normal. Jongin es bastante calmado y él no para quieto. Al parecer la droga les hace cambiar los roles.
Se ríe de su propio chiste interno y porque ha recordado que no sólo cambian roles en su comportamiento, también a la hora de follar. O al menos es algo parecido lo que hacen. No es que Chanyeol esté muy por la labor cuando está drogado. Su risa hace que Jongin levante la cabeza y le mire confuso. Él tan solo niega con la cabeza incapaz de parar de reír. Se intenta tapar la boca con la mano que no tiene ya fría, pero no consigue mucho, sobre todo porque en esa mano tiene el cigarro y aprovecha para darle una calada que sólo hace que se ría aún más.
Pronto su moreno compañero ya se ha movido en el sofá, se ha arrodillado en el asiento y le mira interrogante.
- ¿De qué te ríes Chanyeol? -le pregunta mirándole con suspicacia. El castaño vuelve a recostarse contra el sofá cuando consigue dejar de reírse.
- De nada, Jongin. De nada -consigue decir tras recuperar el aliento. Sin embargo, Jongin no parece contento con la respuesta.
- Venga, dilo y así nos reímos los dos -le presiona frunciendo los labios en un puchero que trata de ser mono y queda como infantil. Chanyeol sonríe malicioso porque ya sabe lo que va a desencadenar.
- Nada en especial. Únicamente he llegado a la conclusión de que la droga nos cambia.
- ¿Que la droga nos cambia? ¡Pamplinas! -exclama con una expresión tan antigua que el castaño vuelve a reírse con ganas -. No nos cambia, nos hace mejores personas. Gracias a la maría he encontrado el sentido de la vida -asegura muy serio.
- ¿Ah, sí? ¿Y cuál es el sentido de la vida, filósofo drogado? -le interroga dándole un trago a su cerveza, su mano está fría pero el líquido está caliente y sabe demasiado amargo así que tras beber la deja en la mesa. Jongin le mira buscando las palabras para explicarse.
- El sentido de la vida me ha llevado a esta habitación, hoy, contigo y la señora maría. Es una entidad cósmica que nos hace tomar decisiones que nos llevan hasta nuestro destino en la vida.-dice muy seguro de sus palabras.
- ¿Eso significa que tu destino en la vida es drogarte conmigo? -pregunta divertido el mayor.
- No. Significa que tú eres mi destino -contesta muy seguro de sí mismo. En ese momento Chanyeol duda un segundo si reírse o tomárselo en serio. Dicen que los borrachos y los niños no mienten, en el caso de Jongin habría que decir los drogados y los borrachos, porque con un par de canutos fumados y unas cuantas cervezas en la sangre el moreno es incapaz de decir una sola mentira. Lo ha comprobado.
- Qué bonito. ¿Debería dejar entonces a Baekhyun y fugarme contigo? -le pregunta intentando averiguar cuánta seriedad hay en su declaración.
- Nah, no hace falta. No eres mi destino en ese sentido narcisista -le dice rodando los ojos -. Me refería a nuestra amistad.
- ¿A cuál? ¿A esa en la que sólo hablamos de porno gay y de cómo follamos como conejos? ¿O a esa en la que fumamos hierba, nos emborrachamos y vemos pelis antiguas? -le pregunta volviendo a dar una calada al canuto y sonriendo de lado incrédulo.
- A todas y a la que no has dicho -le dice cogiendo la mano que baja de su boca y dándole él mismo una calada al cigarro mientras le mira de reojo. Chanyeol no puede evitar lamerse los labios cuando ve cómo los de Jongin rodean el maltrecho filtro del canuto.
- ¿A cuál te refieres? -le pregunta a pesar de que sabe la respuesta. Jongin deja su cerveza al lado de la suya en la mesa y se mueve hasta quedar a pocos centímetros de su boca.
- A esta -le dice antes de echarle el humo de la calada en la boca para luego unir sus labios a los suyos.
En condiciones normales se habría apartado riéndose de la broma, del momento idiota de Jongin y ambos seguirían hablando de lo que fuese que estuviesen hablando. Pero estaban drogados y tenían una especie de pacto no escrito en el que cuando la marihuana les hacía efecto ninguno de los dos trataba de aparentar lo que no era. Porque esos besos en condiciones normales trataban de ser de hermandad, pero los dos sabían que cuando se apartaban tras ese pequeño roce ambos deseaban mucho más.
Por eso cuando los labios de Jongin acariciaron los suyos con determinación Chanyeol no se separó, tan sólo pensó “por fin” mientras dejaba que la boca del moreno dominase el ritmo del beso haciéndolo más profundo a cada segundo que sus labios pasaban unidos. Muy pronto sus lenguas se encontraron a medio camino y procedieron a devorar ambas bocas con desesperación. ¿Hacía cuánto que no quedaban juntos? Demasiado. Chanyeol había estado muy ocupado con Baekhyun y Jongin había descubierto que su primo Kyungsoo era un gran amante; cosa que él sabía de primera mano pero el moreno acababa de saber. Había casi descuidado su relación pero habían decidido quedar hoy. Para ver una película y esas cosas.
El problema era que “esas cosas” siempre acababan con ellos dos besándose y haciendo guarradas en el sofá del apartamento de Jongin, justamente como estaba sucediendo en ese instante. Las manos del moreno escalaban por encima de su camiseta tanteando sus costados mientras su lengua seguía en su boca caracoleando y haciéndole gemir con gusto. Lo bueno de la droga era que lo amplificaba todo. Hasta el más mínimo roce de las manos de Jongin le provocaba escalofríos y hacía que los gemidos escapasen de su boca cada vez con más frecuencia.
Detrás de la niebla espesa que era su mente, se vio de pronto echado cuan largo era sobre el sofá con su amigo sentado sobre él de alguna forma casi imposible y con su boca succionando su cuello sin tregua. Iba a dejarle una marca, lo sabía él y lo sabía Jongin. Seguramente al día siguiente tendría que buscar una excusa para Baekhyun o al menos recordarle que entre Jongin y él todo era sexual pero no había nada más que eso. Seguramente iba a tener que demostrárselo, pero Chanyeol estaba seguro de que con un par de buenos polvos y una cena romántica se olvidaría del asunto.
- ¿Por qué sonríes? -le pregunta de pronto el moreno sonriendo de lado-. ¿Pensando en cómo vas a contarle a Baekhyun que te has hecho esas marcas en el cuello? -le pregunta acertadamente, mientras pasa la lengua por una de ellas provocándole un gemido.
- Si alguien que yo me sé no tuviese cierta obsesión con mi cuello no tendría que explicarle nada a nadie -le responde intentando sonar enfadado y sonando sólo resignado.
- Eso puede arreglarse -le asegura sonriendo de nuevo. Chanyeol ha aprendido a temer esa sonrisa y con razón.
Maldice el momento en que han tenido esa conversación porque ahora ve claramente que Jongin lo ha hecho adrede y él está demasiado drogado para haber sorteado la trampa. Las manos del moreno se cuelan bajo su camiseta y le obliga a moverse para conseguir quitársela. Tarda dos segundos en hacerlo y volver a besar su cuerpo con renovadas fuerzas. Pronto los dientes del más joven se clavan en sus costados haciéndole gemir con más fuerza y tirando del pelo del chico para que se separe de él, cosa que sólo consigue que el siguiente mordisco sea aún más fuerte y su gemido más alto.
Jongin tiene una fascinación secreta con dejarle marcas por todo el cuerpo y ni siquiera se avergüenza al admitir que le encanta ver su piel blanca llena de marcas rojizas y púrpuras por todas partes. Chanyeol nunca lo reconocerá pero le gusta que lo haga, porque cada mordisco viene seguido de pequeños besos y lametones para calmar la maltratada piel. No es que le importe, pero eso significa que va a tener que follarse a Baekhyun con la ropa puesta al menos hasta que desaparezcan la mayoría de las marcas.
Ajeno a todos sus pensamientos el moreno sigue con su tarea de morderle bajando cada vez más por su cuerpo y acercándose peligrosamente a su más que notable erección. Una parte de Chanyeol le gustaría dar vuelta a las tornas y hacerle pagar cada mordisco pero la otra parte de él, la que de verdad tiene voz y voto, está demasiada drogada como para hacer algo más que no sea gemir y ayudarle a quitarse los pantalones.
Las manos de Jongin conocen muy bien el recorrido desde sus rodillas a sus muslos y sus caderas. Demasiado bien para su gusto. Lo cual demuestra la cantidad de veces que ha hecho ese recorrido con las manos, la lengua y los labios. Hasta los dientes saben dónde deben morder, en ese punto entre sus rodillas y su cadera, o encima justo del hueso que provoca escalofríos en su cuerpo y gemidos roncos que parecen animar aún más a Jongin. Su boca no tarda en acercarse demasiado a sus caderas y a su erección, por lo que Chanyeol tiene que empezar a intentar contener sus gemidos con su mano sobre sus labios. Aunque no tiene mucho éxito, sobre todo cuando la lengua de Jongin decide descender sobre su erección casi sin aviso.
Está seguro que el gemido que se ha escapado debe haberse oído en todo el edificio. A pesar de la niebla que tiene en su mente, aquel gesto parece haberle espabilado lo suficiente como para agarrar al moreno del pelo y obligarle a seguir con su tarea sin descanso.
El moreno lo hace gustoso y pronto Chanyeol apenas puede contenerse cada vez que su lengua desciende sobre él. Luego está esa manía suya de hablar por los codos. Siempre lo ha hecho, siempre lo hará. Pero de alguna forma, cuando la droga campa a sus anchas por su sistema, lo hace aún más y ni siquiera piensa lo que dice. Todo se reduce a las vocales saliendo de su boca, seguidas de unos cuantos “Joder” y amenazas varias “Como pares te mato, Jongin”, además de indicar el camino correcto “¡Oh, sí! Justo ahí. ¡Sí!”
Jongin deja su tarea riéndose y asciende por su cuerpo hasta los labios del castaño mientras éste se queja de la falta de atención con un cojín del sofá aferrado a su mano como intento de tapar sus gemidos.
- Adoro cuando intentas controlarte -le confiesa antes de volver a besarle con ganas, muchas ganas.
Chanyeol se deja llevar por la intensidad del beso y le corresponde enredando su lengua con la del moreno mientras sus manos vagas se mueven traviesas por debajo de la ropa que aún lleva Jongin. Éste se separa de sus labios con la determinación pintada en los ojos.
- Ese cojín no te servirá de nada -asegura -. Pienso hacerte gritar mi nombre hasta que te corras incapaz de pensar en nada más -Chanyeol traga saliva mientras le ve quitarse la ropa con rapidez.
- No es como si ahora mismo pudiese pensar en algo más. Bueno, pensar en general -confiesa mientras ve los pantalones y la ropa interior de su amigo caer descuidadamente al suelo, acompañando a la suya. Jongin vuelve a situarse sobre él rozándose con clara lujuria contra su cuerpo.
- Así me gusta -dice, tanto a su anterior frase como al gemido largo que acaba de escapar de sus labios.
Y lo mejor, y peor, de todo es que el moreno cumple su amenaza. No le deja casi pensar mientras se lo folla. Al segundo está lamiendo sus dedos mientras se frota contra él, al momento está haciéndole delirar con esos mismos dedos dentro de él y un rato después intenta invadirle poco a poco. Chanyeol tan solo cumple las expectativas de Jongin y gime cada vez más alto hasta casi gritar cuando se hunde del todo en él la primera vez. Luego es todo una sucesión de gemidos y jadeos mientras las embestidas se suceden sin pausa. El día menos pensado romperán el sofá que ya rescataron de casa de la abuela de Jongin y no es muy estable. Algún día no muy lejano al parecer, porque el moreno le embiste como si fuese la última oportunidad que tiene y Chanyeol apenas puede pensar en nada que no sea su cuerpo siendo invadido por Jongin. Es culpa de la hierba y del hecho de que ha echado de menos aquellos momentos de lujuria desenfrenada con su amigo.
El caso es que apenas puede contenerse, ni pensar en algo que le haga aguantar más esos instantes con Jongin. Alcanza el clímax en una sucesión de imágenes casi caleidoscópicas fruto de la droga y de las sensaciones. El moreno no tarda en seguirle llevado al límite por el cuerpo del castaño cerrándose en torno a él y los gemidos con su nombre como protagonista que escapan de aquella boca tan deseable.
Jongin cae sobre el cuerpo de Chanyeol, sin separarse de él y ambos tratan de recuperar el aliento del todo antes de moverse, la densa niebla de la droga aún velando sus sentidos. Se quedan así un rato sintiendo la respiración del otro acompasada a la suya.
- Deberíamos pedir algo para comer. ¿Una pizza? -pregunta el dueño del apartamento rompiendo el momento. Chanyeol se ríe con ganas.
- Pizza y hierba, la combinación perfecta. La mía con mucho queso.
- Como siempre -dice el moreno levantándose del sofá en busca de su teléfono.
Ambos reprimen el gemido al desunir sus cuerpos y Chanyeol queda en el sofá tendido mirando cómo su amigo rebusca en sus pantalones. Buscando el móvil completamente desnudo y dándole una visión deliciosa a sus ojos. Cuando Jongin cuelga tras pedir la pizza y se gira hacia Chanyeol, la visión que tiene ante él le hace jadear de la impresión.
- ¿Nos da tiempo a otro antes de que lleguen? -le pregunta el castaño juguetón mientras su mano vaga por su estómago y recoge poco a poco su propio orgasmo.
Por toda respuesta Jongin se lanza sobre él. No será la primera vez que tienen que volver a encargar la pizza, ni será la última.