[Vereis...llevo desde ayer intentado que el LJ me deje subir este fic y no hay tu tia y eso que son 5 miseras paginas de word asi que...he decidido provar a cortarlo a ver si asi entra...aqui la primera parte y en el otro post la otra]
Titulo: Heaven In Six [2/2]
Fandom: Bleach
Pairing: Ulquiorra/Grimmjow
Disclaimer: Todo de Tite Kubo y espero que no me mate por hacer "esto" con sus personajes.
Advertencias: A parte del grave OOC de Ulquiorra...garrafal error por mi parte pero luego queda tan coherente con el ambiente de fic que no puedo cambiarlo...sorry...y bueno algo de lime, lemon o como lo querais llamar xD
Dedicado: A
o_nekoi_o porque este fic fue uno de los que le envie mientras estaba en Irlanda de vacaciones ahi con los irlandeses y la super fashion estatua de Wilde xD
[Viene del post anterior]
Estaban casi en ese punto en el que Grimmjow comenzaba a ronronear cuando Ulquiorra sintiéndose atrevido lamio con la punta de su lengua la nuca del Espada. La reacción no se hizo esperar y todo su cuerpo se erizo mientras el suspiraba de gusto. El Cuarto Espada sonrió complacido ante esa reacción y decidió, en ese mismo instante, que iba a hacerle gemir.
Empezó tentando los hombros, delicadamente con miedo a que se despertase y se cabrease. Poco a poco fue atreviéndose más haciendo que sus dientes se uniesen a su boca mientras lamia, mordía y besaba todo la piel que podía.
Los hombros dejaron de ser su punto de atención al poco tiempo y siguió bajando por su espalda recreándose en los huesos que conseguía notar en su recorrido. Los omoplatos fue su siguiente parada succionando la carne con algo de rabia y haciendo que Grimmjow jadease por primera vez desde que había empezado aquellas atrevidas caricias
Sin embargo no fue el último jadeo del Espada. Volvió a jadear cuando con ayuda de sus manos recorrió los costados de su compañero mientras lamia levemente los bordes del agujero de Hollow que atravesaba su espalda.
En algún momento Grimmjow debió de despertarse pero a Ulquiorra no le importaba porque ya había llegado al sitio que más ansiaba llegar; el número seis que llevaba tatuado en la espalda. Lo lamio, lo succiono, lo beso y lo mordió y cada vez que lo hacía más quería volver a hacerlo.
Llego un momento que casi se olvida de escuchar los gemidos y jadeos de Grimmjow hasta que a sus oídos llego su nombre entrecortado por gemidos.
-“Ulquiorra…para…”-era casi como oír rogar a alguien que jamás rogaba.
Lejos de querer parar lo que deseaba ahora era seguir, cuando más mejor. Sin embargo no podía dejar a Grimmjow sin respuesta. No sería lo normal.
-“Vaya…no sabía que el numero de tu rango lo habías puesto en una zona tan estimulante para ti. Eres un pervertido Grimmjow.”-le regaño con un deje de lujuria en la voz.
El escalofrío que recorrió el cuerpo del expuesto joven le indico que había comprendido perfectamente lo que había querido transmitir. Que lejos de desagradarle ese hecho estaba encantado de que el seis fuese su parte más sensible. Si lo hubiese sabido primero habría hecho aquello mucho antes.
-“Ulquiorra…”-intento sonar amenazante pero fracaso estrepitosamente porque en ese preciso instante el aludido decidió dar un gran lametón al seis que tanto le atraía. Grimmjow gimió más alto y arqueo la espalda apoyándose en los antebrazos contra la cama. En ese instante el Cuarto Espada comprendió lo que sucedía.
-“Vaya, vaya, vaya…aquí hay alguien a quien le ponen los masajes y lametones en la espalda.”
-“¿Y de quién crees tú que es la culpa?”-pregunto casi en un rugido enfadado Grimmjow.
-“Mía, solo mía. Y así tiene que seguir siendo; siempre.”-murmuro meloso echándose completamente sobre la espalda del Arrancar haciendo que sus cuerpos se pegasen completamente.
Grimmjow volvió a jadear por la sensación de la piel contra piel. En un fogonazo de rabia no puedo evitar entablar batalla con sus “torturador”
-“Vaya…los hay que no pierden el tiempo cuando quieren algo.”-refunfuño expresando así su descontento ante la rapidez con la que Ulquiorra se había desprendido de su chaqueta. El aludido ni se inmuto.
-“Ya ves…aunque no deberías hablar así de la servicial gente que tienes a tu disposición.”
-“Ja. Seguro.”-no podían evitar pelear y por eso mismo el Cuarto Espada decidió que era hora de hacer que de la boca de su compañero solo saliesen gemidos.
-“Seguro, seguro.”
Con intenciones nada inocentes comenzó a acariciar los costados de Grimmjow acercándose peligrosamente a los pantalones que aun llevaba puestos y a la parte delantera del cuerpo de su compañero. El joven jadeo ante el contacto y sin poder evitar los deseos de su propio cuerpo levanto las caderas levemente dejando que las manos de Ulquiorra se colasen al fin hacia su destino.
El moreno sonrió victorioso cuando llego al final de su camino y oyó el ronco gemido que escapo de la boca del joven bajo su cuerpo. Sentía la excitación de Grimmjow en su mano clamando por atención; poderosa y ansiosa por ser liberada, y su vez sentía su propia excitación que clamaba por sentir más y más aquel cuerpo.
¿Cuántas veces habían estado en aquella misma situación y habían acabado de la misma forma? Desde que Grimmjow había comenzado a llamarle para que le masajease la espalda no había día que no acabasen juntos y revueltos en aquella cama.
Casi podía llamarse rutina pero no era una rutina. Después de todo ellos no tenían nada el uno con el otro; tan solo eran compañeros en aquella guerra por llegar al cielo. Solo que a veces su manera de llegar a ese cielo no era peleando sino besando.
Pero no se besaban simplemente; no señor. Dentro de aquella cama ocurrían demasiadas cosas. Además de besarse enteros no podían dejar de lado los lametones, caricias y mordiscos. Ulquiorra se revelaba siempre el más mordedor a pesar de que por su naturaleza felina ese título le quedaba mejor a Grimmjow.
A veces simplemente se mantenían el uno pegado al otro aliviando su excitación pero últimamente eran pocas veces las que eso se daba. Ahora mismo necesitaban más contacto del que la piel les permitía, si por ellos hubiese sido se la arrancarían para sentirse a nivel de huesos, músculos y órganos. Claro que ninguno de los dos admitiría jamás que existía esa necesidad entre ellos.
Ulquiorra solía quejarse siempre. No es que no lo desease, es más, él era el culpable de que hubiesen acabado así; pero a veces odiaba que Grimmjow invirtiese las posiciones tan rápidamente y de pronto el estuviese bajo su cuerpo, totalmente a su merced, sintiéndose expuesto a aquella mirada turquesa que amenazaba con tragárselo.
Solo a veces.
Bueno, en realidad todo el tiempo.
Y odiaba esa sensación de exposición a pesar de que luego notaba esa misma sensación en los ojos de su amante, como si hubiese algo que no quisiese que jamás se revelase. La verdad es que tenían demasiados secretos y muchos de ellos amenazaban con revelarse mientras lo hacían sobre aquella mullida cama.
Eran muchas las veces en las que Ulquiorra perdía su mirada en el techo buscando de alguna manera un punto de apoyo que no le llevase irremediablemente a aquellos profundos ojos que le desarmaban. A veces lo lograba, otras no.
Pero había una cosa que no podía evitar.
El sumergirse en aquellos amados y odiados ojos cuando sentía cerca el orgasmo y su cuerpo clamaba por la liberación de todas aquellas sensaciones agolpadas a la vez.
Entonces era cuando veía y sentía el cielo en sí mismo. Cuando se sentía completo. Cuando la realidad se difuminaba lentamente. Cuando todo le daba igual y solo le importaba seguir mirando aquellos ojos azules.
Era en aquel momento.
Cuando alcanzaba el cielo…con ayuda del Sexto Espada.
FIN
Nota: Este fic se me ocurrio mientras escribia "
Brazos" a raiz de la misma imagen que inspiro el primero y porque la verdad...Tite....¿en que estabas pensando al poner el 6 de Grimmjow donde lo pusiste? ¿Puro fanservice o estrategia de marqueting? Mucho tiempo despues al finl ve la luz.
Espero que os guste.
PSD: A veces realmente odio el LJ ¬¬