Fic de Bones - Pequeños secretos

May 28, 2008 00:11

Llevo dos semanas leyendo fics de Bones tan llenos de angst y viendo videos tan tristes que creo que voy a terminar llorando. Aun así supongo que lo lógico es que yo también hubiera escrito un fic triste o uno que explique algo mejor todo lo que pasó en "The Pain in the Heart" y que cierre satisfactoriamente esa tercera temporada. O si acaso uno dando mi punto de vista.

Pero no.

Que me hubiera gustado, para que mentiros, pero las cosas salen cuando salen y salen como salen… y a mi me ha salido esto. Y es tontón y ligerito y nada profundo. Pero… es lo que hay.

Contiene spoilers de "The Pain in the Heart" y "The Wannabe in the Weeds", pero no, no los spoilers que suponéis, porque casi no nombro a Zack. Hablo de cierto suceso que podía haber sido buenísimo en la trama pero que se quedó en nada y de cierta escena que podría haber hecho que la pantalla explotase de la UST pero que quedo en casi nada igualmente.

A veces los guionistas me deprimen enormemente.

Curiosamente aparece Angela. Y digo curiosamente porque nunca, jamás, en ninguno de mis fics de ningún fandom había metido a una tercera persona. Los había nombrado pero nunca les había hecho hablar. ¿Que queréis? yo es que soy de pairings, puros y duros.

Dicho lo cual…


Pequeños secretos

-¡Chiquitín!

Brennan levantó la mirada de los huesos que estaba analizando para ver entrar en la sala a una Angela exultante y con los ojos brillantes.

-¿Perdona?

-Es Chiquitín- repitió Angela.

-¿Quién es chiquitín?

-Booth.

-Angela, Booth es muchas cosas pero no precisamente pequeño. Su volumen muscular y su talla corporal...

-No- la interrumpió Angela -Su mote en el FBI. Es "Chiquitín".

-¿Chiquitín?- preguntó algo confundida Brennan.

-¿Recuerdas lo que me contaste sobre los motes del FBI? Cuando salías con Sully. Que a los melenudos les llamaban "Calvos", a los gordos "Flacos"... Y que a Sully le llamaban "Cacahuete"- le recordó Angela.

Brennan esbozó una ligera sonrisa al recordar los atributos sexuales de Sully y el por que le llamaban Cacahuete.

-Recuerdo lo de Sully, sí- concedió Brennan.

-Bueno, pues a Booth le llaman Chiquitín- añadió triunfante Angela.

-¿Te lo ha contado él?- preguntó extrañada Brennan.

-¡No! He estado esta mañana en el FBI ayudándole con unos archivos de datos y en un descanso he oído una conversación entre dos agentes. Ha resultado muy instructivo, desde luego- le explicó entre risas Angela.

-Ya ¿Y estas segura de eso?

-Completamente- le aseguró la joven -Bueno, dime ¿es cierto? ¿se cumple aquí también la contradicción?

Brennan miró fijamente a su amiga y replicó:

-¿Y se supone que yo debería saber eso por...?

-Oh, vamos Cielo- replicó exasperada la artista.

-Angela, por nonagésima vez, no me acuesto con Booth- dijo resoplando Brennan.

-Está bien, está bien, no te acuestas con Booth. Pero has sido su compañera desde hace casi cuatro años. Habéis trabajado de incógnito, habéis compartido habitación, le has trasladado al hospital mas de una vez... ¿Me vas a decir que en todo este tiempo nunca has tenido la oportunidad de verle desnudo o casi desnudo?

Brennan suspiró e hizo memoria.

-Booth es muy pudoroso para esas cosas pero hubo una vez que irrumpí en su cuarto de baño y le vi desnudo, sí.

-¡Irrumpiste en su baño! ¿Cuándo? ¿Y por qué no me lo has contado nunca?

-Fue hace meses, la primavera pasada, cuando... lo de Zack- Brennan calló un momento y bajo la mirada, aun le dolía recordar a Zack.

-Oh- la sonrisa se borró un instante del rostro de la joven artista al recordar a su amigo.

-Fue cuando nos enteramos de que Booth estaba vivo después de fingir durante dos semanas su propia muerte.

Brennan se silenció otra vez. Aquellas dos semanas habían sido las peores de su vida, cuando creyó que había perdido a su compañero para siempre. Aun sentía un escalofrío recorrer su espalda cuando recordaba aquellos quince días.

-El caso es que estaba furiosa con él- continuó la antropóloga -y fui a su casa a pedirle explicaciones de por que no me contó la verdad y me lo encontré en la bañera.

-¿Y?- inquirió Angela sonriendo otra vez.

-No aparté la mirada de su rostro en ningún momento, Angela. Ya te he dicho que estaba furiosa con él.

-¡Oh, cariño, no me lo puedo creer! ¿No echaste ni una miradita? ¿Ni siquiera por curiosidad científica?- replicó desilusionada Angela.

-Me temo que no.

-Cielo, a veces aun me sorprende lo imperturbable que puedes llegar a ser.

-Pero mi visión periférica es excelente- añadió Brennan con una sonrisa.

-¿Cómo?

-Mi visión periférica. Puedo estar observando fijamente un objeto y no perder detalle de todo lo que ocurre a mi alrededor sin necesidad de estar mirándolo directamente. Mi sentido de la vista está muy desarrollado.

Angela se rió abiertamente ante la observación de su amiga.

-¿Y entonces?

-La relación inversamente proporcional que utilizan en el FBI para denominarse unos a otros también se cumple en este supuesto, te lo aseguro.

Al recordar a Booth desnudo delante de ella Brennan sintió un cosquilleo en el estómago y un suave calor nació de entre sus piernas y recorrió todo su cuerpo en suaves ondas obligándola a apoyarse en la mesa del laboratorio durante un segundo.

-¿Entonces está bien dotado?- quiso asegurarse Angela sin dejar de reír.

-Más que bien, sí- corroboró Brennan con un suspiro.

-Cielo, deberías aprovechar las oportunidades que te manda Dios y no dejarle escapar- sugirió Angela.

-No creo en Dios, Angela. Ya lo sabes.

-Detalles, Bren, detalles. Ya sabes lo que quiero decir.

-Buenos días, chicas. Huesos ¿comemos?

Booth entró en la sala inesperadamente y las dos se le quedaron mirando fijamente.

-¿Ocurre algo?- preguntó Booth extrañado al ver como le observaban las dos amigas.

Angela sonrió y le miró de arriba a abajo y de abajo a arriba, deteniéndose un momento en su entrepierna y mordiéndose el labio.

-Os dejo solos, chicos- y añadió mirando a Brennan -Recuerda lo que te he dicho, cielo. Aunque no creas en Dios.

Se encaminó hacía la salida y al pasar al lado de Booth le miró alzando un ceja.

-Adiós... Chiquitín.

Booth la vio salir por la puerta y, acto seguido, se giró mirando a Brennan asombrado.

-¿A que ha venido eso?

-Sabe tu mote del FBI- le explicó Brennan.

-¡¿Se lo has dicho tú?!

-¡No! Lo ha oído esta mañana mientras estaba en tu oficina.

-Mataré a Hanson. Es un maldito bocazas- gruño Booth fastidiado.

Brennan se acercó a él y le colocó la corbata que llevaba torcida. Se detuvo un momento y, mirando por encima del hombro de Booth, se aseguró de que nadie les observaba. Al comprobar que estaban solos se inclinó sobre él y depositó un suave beso en sus labios.

-No deberías hacer eso- la dijo Booth sonriendo.

-¿Por qué no?- preguntó ella.

-Porque vas a conseguir que lo mande todo al infierno y que te bese delante de todo el mundo sin que me importe nada.

-Creo que eso le haría muy feliz a Angela- le dijo sonriendo Brennan.

-¿Cuándo se lo vas a contar?

-Pronto. Sospecha algo y no creo que pueda ocultárselo durante mucho más tiempo.

-Tú decides- añadió Booth -Pero te matará cuando sepa que llevábamos juntos casi dos meses y que no le has dicho nada.

-¿Dos meses ya? Veo que llevas la cuenta- bromeó Brennan mientras jugueteaba con la corbata de Booth e invadía su espacio personal inclinándose sobre él.

-Ya, bueno, sí- carraspeó Booth -¿Nos vamos?

-Lo estoy deseando.

-¿Tú casa o la mía?

-La mía.

-¿Por qué vamos siempre a tu casa?- se quejó Booth.

-Porque está más cerca y eso nos deja más tiempo para hacer... otras cosas- dijo traviesa Brennan.

-Buena respuesta- rió Booth.

-Como todas las mías.

Cuando ambos desaparecieron del laboratorio rumbo al aparcamiento Angela salió de detrás de la columna que la había mantenido oculta y se encaminó al despacho de Hodgins con una sonrisa en los labios. Llevaba demasiado tiempo guardando silencio y ya era hora de que le contara a alguien lo que había descubierto un mes atrás.

Al fin y al cabo no todos los días una volvía una noche a su despacho a recoger unos papeles olvidados y se encontraba a su mejor amiga sentada a horcajadas sobre su compañero, con la ropa sospechosamente desordenada y besándole ¿no?

Fin

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