Creo que nunca os he contado que me apasiona el patinaje sobre hielo (verlo, que no practicarlo, porque creo que me he puesto dos veces en mi vida unas cuchillas) y si de entre todos los patinadores del mundo de todos los tiempos tuviera que elegir a una pareja elegiría, sin dudarlo, a Marina Anissina y Gwendal Peizerat. Incluso diría que mi amor por este deporte empezó con ellos porque si antes me gustaba, a partir de verles a patinar a ellos, me fascina.
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Me enamoré de ellos allá por 1999 cuando vi precisamente esta gala de exhibición y esta danza que me parece preciosa y llena de magia. Ella tan pelirroja, él tan rubio... desprendían tantísima química juntos y patinaban tan, tan, tan bien... tanto que en el 2002, en las Olimpiadas de Salt Lake City, ganaron la medalla de oro en la competición de danza. Aquel fue un bonito día.
Curiosamente me gustaban tanto, por no decir que me obsesioné con ellos, que lo primero que escribí (yo creo que precisamente por el 2002) fue un fic que tenía a ellos dos protagonistas a ellos dos. Es infumable, me temo, pero todavía lo conservo xD
Se retiraron de la competición al acabar la olimpiada y aunque hoy en día hay patinadores buenísimos yo sigo echándoles muchísimo de menos. Pero muchísimo.