Freedom’s Wings capitulo 5

Oct 05, 2011 16:01

Title: Freedom’s Wings
Rating: NC-17 este capítulo.
Genre: Drama/Romance/Humor
Pairing: Dean/Castiel
Beta: taolee (miles de gracias a ella por hacerme de beta)
Spoilers: en algún momento de la sexta temporada, aunque puede que haya un poco de AU (un poco mucho… :P)
Warnings: lenguaje sucio, sexo M/M.
Word Count: ~ 1800 palabras este capítulo.
Summary: Una cacería lleva a Dean a descubrir un secreto que Castiel jamás le reveló. Su deseo por conseguir que Castiel confíe en él lo lleva al extremo de sus acciones al punto de casi perderlo…

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Capitulo 5:

Después de aquella tarde, Cass no había aparecido por casi cuatro días y Dean tampoco lo había llamado. Cuando por fin el camino volvió a cruzarles, ninguno de los dos parecía dispuesto a hablar del tema y podía notarse un poco de tensión en el aire. Sam no era ajeno a la forma reticente en que Dean trataba al ángel. Sobre todo después de haberlos visto uno casi sobre el otro la última vez. Algo debió de haber pasado con ellos, porque su hermano pasó del acoso a la indiferencia con Castiel, y Sam se preguntó qué pudo haber causado semejante cambio.

Estuvieron así, apenas dirigiéndose la palabra durante aproximadamente tres semanas en las que el trabajo casi no les había dado tiempo para nada más.

A Dean le pareció que Cass estaba más cómodo ahora que no había vuelto a asediarlo y pensó que tal vez Baltazar tenía razón. No podía sacarse a su amigo tan fácilmente de la cabeza, pero quizás dejarlo en paz era lo mejor para todos. En cambio Cass, notó con extrañeza cómo las atenciones de Dean hacia él habían desaparecido y se preguntó con tristeza si quizás no había habido en sus gestos verdaderas intenciones con él. Luego del altercado, Baltazar había sido muy claro: “sólo está jugando contigo, Cassie. Además, estamos en medio de una guerra. Tienes cosas más importantes que atender”. Y por la facilidad con que Dean había dejado de asediarlo, era seguro que Baltazar tuviese razón.

Ese día la caza había resultado muy bien, y por primera vez en mucho tiempo, Sam y Dean habían conseguido una recompensa económica tras salvar al hijo de un joyero de una maldición, que aparentemente, tenía una diadema que habían adquirido recientemente, en cuyo “interior” habitaba el alma de una mujer muy vengativa y que exorcizarla en realidad para ellos había sido como pan comido, había resultado con un pago de aproximadamente dos mil dólares.

Sam y Dean habían decidido festejarlo a lo grande e invitaron a Cass a tomarse unos tragos con ellos. Había pasado bastante más de un mes de la última vez que habían tenido tiempo para ir los tres juntos a una noche de juerga, y alrededor de tres semanas desde que Baltazar había advertido a Dean respecto de Castiel y este, que no tenía intenciones de dañar a Cass, había decidido hacer lo imposible por dejar el tema atrás.

Luego de su pequeña “charla”, Dean había dejado de acosar a Cass quien parecía más relajado a su alrededor ahora que no sentía en todo momento las manos del cazador tocándole intencionalmente casi a cada instante.

El bar era pequeño, pero la música era agradable. Habían escogido un lugar al fondo y los tres se sentaron en una mesa que era para cuatro, dejando una silla libre. Al principio Cass no había querido aceptar beber, pero después de ver a los hermanos relajarse y reír, haciendo un break a sus agitados días, había terminado por animarse y pedir lo que sabía que pondría contento a Dean; una cerveza. Cuando la pidió, no pudo evitar mirar a Dean con una enorme sonrisa. Dean sintió su estómago revolverse. La verdad había sido bastante difícil no dejarse llevar por la forma en que Cass parecía insinuársele a veces. Aunque había terminado entendiendo que no era más que su inocencia y el desconocimiento de las costumbres humanas.

Le devolvió la sonrisa sobre su cerveza. Cuando ya iban por la tercera ronda y Sam había comenzado a reírse más alto que de costumbre, aunque Cass estaba completamente sobrio, y Dean demasiado pensativo, una rubia despampanante se acercó a ellos. Sam y Cass se miraron entre si, en cambio Dean creyendo que era su oportunidad para deshacerse de la tensión acumulada por su insatisfecho deseo hacía el ángel, se volteó a mirarla con una sonrisa de oreja a oreja.

La rubia, ignorándolo completamente, se apoyo sobre el respaldo de la silla libre quedando entre medio de esta y Cass, inclinándose un poco hacia delante de manera tal que su exuberantes pechos  quedaron a la altura de los ojos del ángel.

-Hola precioso… ¿me invitas un trago? -dirigiéndose evidentemente a Cass. La mandíbula de Sam cayó sobre la mesa, pero el espectáculo lo dio Dean atragantándose con su cerveza de tal forma que casi se le cuela por la nariz. Cass, absolutamente ajeno a todo, la invitó a sentarse con ellos mirando a Dean para asegurarse que estaba bien.

-Soy Miranda -dijo en lo que a Dean le había parecido un maullido de gata en celo, a quien de pronto ya no le gustó nada la rubia y su forma de inclinarse sobre Cass. Tenía la silla pegada a la del ángel y pasó descaradamente un brazo por el respaldo de la silla de éste.

-Castiel -contestó simplemente. Sam tosió de pronto recordándole que no estaba solo en la mesa y el ángel asintió entendiendo lo que el menor de los Winchester intentaba indicarle-. Mis amigos son Sam y Dean.

-Hola -dijo simplemente la rubia sin quitarle los ojos de encima a Castiel. Éste parecía ajeno a las intenciones de Miranda y algo como un remolino de celos y posesividad se estrujó en el estómago de Dean. ¿Por qué él, que era su amigo y lo conocía mejor que ningún humano, no tenía la confianza para tal cercanía? Pero entonces, cuando estaba a punto de levantarse para marcharse furioso, la rubia silenciosamente deslizó su mano del respaldo de la silla a la espalda de Castiel apoyándole la mano firmemente entre los omoplatos. Cass gimió como un animal herido, un sonido estrangulado escapándose de su garganta y se sentó tenso dejando caer de su mano el vaso de cerveza que se derramó sobre la mesa y en la falda de la rubia. Mientras Dean se levantaba de golpe al grito de “No lo toques” con un implícito MIO y ella le gritaba a Cass que era un “idiota” por ensuciarla, alejándose de allí a fuerza de insultos. El bar se había silenciado de pronto, todas las cabezas se habían volteado a mirarlos.

- ¿Qué demonios pasó? -Preguntó Sam aturdido. Dean tomó su campera y sin más que un escueto “me largo de aquí” salió disparado por la puerta.

Sam lo convenció de quedarse un rato más con él, a pesar de que Castiel había insistido en buscar a Dean. Después de todo con el ánimo con que Dean se había marchado lo mejor era dejarlo solo un buen rato, quizás después de una ducha o de algunas horas de buen dormir lograra recomponerse. Gracias a la buena compensación que el joyero les había dado, habían decidido pagar habitaciones privadas, separadas una de la otra, para poder evitar por una vez tener que explicar que ¡NO, no somos Pareja sino Hermanos!

Casi una hora después Sam estaba completamente ebrio y Cass tuvo que llevarlo con su “mojo” ángel hasta la habitación. Estaba a punto de marcharse cuando pensó en Dean y en la forma en que se había marchado enojado luego del episodio con la rubia. Dean parecía triste y frustrado últimamente, y Cass se preguntaba si tenía que ver con el incidente  que habían tenido hacía pocas semanas respecto a Baltazar. En algún momento creyó que Dean tenía interés en él, pero luego había desistido de sus avances y entonces Cass desestimó la idea. Pero esa noche…

Decidió que una visita tal vez podría calmar las cosas entre ellos.

Pero la imagen que vio cuando apareció en la habitación lo dejó boquiabierto. Dean estaba de rodillas en su cama sentado sobre sus talones con la espalda echada atrás, el cabello sobre el rostro sudoroso y enrojecido, los puños apretados. Cass hubiera querido decirle algo reconfortante al ver que su pecho subía y bajaba, como si fuera a llorar y a gritar de furia, sintiendo la urgente necesidad de acercarse y abrazarlo: pero se llevó las manos a la boca sobrecogido, conteniendo el aliento que se hubiese escapado como un delatador gemido cuando lo vio maldecir y luego abrirse los pantalones con manos torpes que parecían odiarse a sí mismo, tomando su erección en la mano, que estaba enrojecida y desesperada, y mucho más grande de lo que hubiera esperado.

Cass sintió que temblaba al ver a Dean echar la cabeza atrás con los ojos cerrados cuando su mano adquirió un ritmo rápido y brutal: parecía querer hacerse daño tanto como aliviarse, y cuando se acomodó en una mano para acelerar con la otra su esculpido vientre reluciendo con cada jadeo, cada ronco gemido, cada movimiento de su mano cruel, el ángel sintió que el deseo ir a él, tenderlo con manos cándidas y aprehensivas, quitar esa mano brusca y acariciarlo con ternura hasta llevarlo al placer lo enardecía, sin saber de dónde provenía, pero lo empujaba y atraía como una polilla al fuego, zumbando en sus oídos como el palpitar de su corazón intentando escaparse de su pecho, observando a ese hermoso hombre que se torturaba en una visión que fue devastadoramente cruel y excitante.

Dean llegó al orgasmo desesperado, con un aullido que sonó como el nombre del ángel. Intentó contenerlo mordiéndose el dorso de la otra mano, pero el nombre de Cass se le escapó entre jadeos, sus caderas arqueándose contra su voluntad casi espasmódico mientras el semen corría entre sus dedos, chorreante y furioso. Pero cuando se llevó una mano manchada de blanco y la otra de rojo a la cara, Cass lo vio sollozar como si el odio a sí mismo y algún terrible dolor lo dominasen. Y se acongojó mordiendo su propio puño para no delatarse, a sabiendas de la humillación que seria para el cazador saber que lo había visto sucumbir finalmente con vergüenza y deshonra para su horror a los deseos que aparentemente él mismo le provocaba. Que lo había oído invocar su nombre en el orgasmo avasallador que lo había golpeado sin miramiento. A Cass le habría encantado abrazarlo y besarlo, consolar su agonía y decirle que su fuerza de voluntad era la mayor que hubiese visto jamás en alguien. Pero desapareció en el mayor de los silencios, evitando avergonzar a Dean.

O aqui en FF.net http://www.fanfiction.net/s/7334446/5/Freedoms_Wings

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