Tabla: Refranes
Fandom: Harry Potter
Claim: Charlie Weasley/Nymphadora Tonks
Título: No hay ciego peor que el que no quiere ver
Tema: #5 Más vale maña que fuerza
Número de palabras: 546
Música sugerida: Cuando no Tarde para cambiar- Amaral
Notas: Inspirado en
este fanartAdvertencias: Ninguna.
Refrán 5: Más vale maña que fuerza
Viejas fotos
A Nymphadora Tonks le temblaron las manos al encontrarse con aquél viejo álbum arrumbado en el desván. Estaba buscando sus fotos de pequeña, para demostrarle a Remus- que no le creía- que también ella había nacido con el cabello color turquesa- de exactamente el mismo color que Teddy. Pero encontrarse con aquello no estaba para nada en sus cálculos.
Se mordió los labios al no poder sustraerse a la tentación de abrirlo. Sólo una ojeada, se dijo con algo de culpa.
Las primeras fotos no eran tan terribles, su primer año era casi soportable, con Mackenzie- porque Tonks prefería refugiarse en los recuerdos de Mackie atesorados durante años, y no pensar en el presente- y Timothy como compañía ineludible, la Tonks de once años parecía verdaderamente feliz.
No era, en realidad, que la de doce años lo hubiera sido menos, pero a la de veinticinco le provocaba mucho más dolor. Porque en las fotos de segundo año comenzaba a aparecer Charlie Weasley. Y, para Tonks, Charlie era un recuerdo amargo de tan dulce. Porque Charlie representaba una etapa de su vida que consideraba cerrada, y no quería volver a abrir. Porque Charlie representaba algo que podría haber sido, y no había sido.
Porque, pensar en Charlie era, a fin de cuentas, pensar también en Mackenzie, con más realidad y más sentido crítico, y Tonks sentía que aún no estaba lista- que nunca lo estaría- para soportar ese dolor, y entendía- o creía entender- como se sentía Remus. Y no le gustaba pensar que él había pasado más de una vez por ese trance de perder a alguien que, al morir, se lleva un pedazo de tu alma.
Porque pensar en Charlie era pensar en épocas felices- porque Tonks era más que feliz con su marido y su hijo, pero cuando no hay que preocuparse segundo a segundo por la seguridad de los que se ama, siempre todo es más fácil.
Porque pensar en Charlie era pensar que a veces el destino puede ser sumamente caprichoso- y Tonks prefería desterrar esa idea de su mente. Y no se podía aguantar las lágrimas frente a la foto que estaba dominada por la sonrisa radiante de Charlie al ver como su pequeño dragón le lamía el rostro a su novia- ella. Y el dolor era más intenso al recordar el comentario risueño de Samanta- ¿Cómo estaría Sam? ¿Habría logrado reponerse? ¿Habría recuperado la sonrisa?- Si su dragón lame tu rostro, es amor.
Porque, pensó Tonks mientras hundía ese mismo rostro entre las manos, Samanta había tenido razón. Pero el destino tiene vueltas de vals impredecibles, y si Charlie había sido, pero no era, por algo sería. A Tonks le gustaba pensar que todo tenía un sentido, y si el presente era de ese modo, sería porque Remus la necesitaba más que Charlie- o ella necesitaba más a Remus que a Charlie.
Cuando Nymphadora Tonks bajó llevando entre las manos la foto que probaba sus afirmaciones, y en las mejillas el rastro seco de copiosas lágrimas, Remus Lupin prefirió quedarse callado. Sabía perfectamente que, a veces, ambos sufrían de remordimiento, culpa y arrepentimiento, pero si querían sacar ese matrimonio adelante y vivir aunque sólo fuera unos meses de paz, tenían que escabullirse del pasado con más maña que verdadera fuerza.