Mar 03, 2008 23:17
Era demasiado largo =(
Símbolo 16: Acto
A veces, Ginny Weasley pensaba que eran inútiles todos los esfuerzos que hacia. Que por cada paso que ella avanzaba, Snape y los Carrows la obligaban a retroceder tres.
A veces, Ginny Weasley pensaba que era estúpido el riesgo al que estaba sometiendo al nuevamente reunido ED. Que Neville y Luna, principalmente, caminaban en la cuerda floja, y que era por su culpa.
A veces, Ginny Weasley pensaba que un grano de arena no era nada comparado con la enorme montaña del oponente. Que su participación era tan insignificante que era como ahogarse en un vaso de agua.
A veces, Ginny Weasley pensaba que haría mejor quedándose callada y pasando desapercibida como Harry hubiera querido. Que proteger su propia seguridad era lo más sensato.
A veces, Ginny Weasley pensaba que no era capaz de encabezar la resistencia. Que no era más que una niña tonta con pretensiones de grandeza que s ele habían subido a la cabeza.
A veces, Ginny Weasley pensaba que sus malditas lágrimas eran un desperdicio de agua y energía. Que a Harry no le servían de nada su nostalgia, su tristeza y su deseo.
Pero entonces se asomaba por la ventana y sentía en los huesos que Harry estaba vivo. Y luchando. Y pensando en ella. Y todo volvía a cobrar sentido
Porque era fundamental recordarle a los mortífagos que había sangre joven que resistía y no se daba por vencida. Porque era importante poner en el camino de los ejecutores del régimen la mayor cantidad posible de obstáculos.
Porque el ED merecía la libertad de forjar su propio destino, mostrar lo que Harry les había enseñado y su propia valía. Porque Luna y Neville habían elegido su destino tiempo atrás, y ella debía respetar la decisión y ayudarlos, como ellos hacían con ella.
Porque el grano de arena no es nada comparado con la montaña, pero la montaña no es nada sin el grano, porque él es quien la hace. Porque toda participación era vital cuando se hacía con responsabilidad y absoluta entrega.
Porque Harry había arriesgado su pellejo por ella más de una vez, y no podía no pagarle con la misma moneda. Porque era una Weasley, y una Weasley no pasa desapercibida, mucho menos si alguien que ama está en riesgo.
Porque la voluntad y la perseverancia eran sus mejores cualidad, y amaba la causa con toda su alma. Porque los detractores de la tiranía la habían elegido como líder natural, sin empuje psicológico de su parte, y ella confiaba ciegamente en ellos.
Porque sus lágrimas eran la prueba de amor más ferviente que podía ofrecerle. Porque no podía evitar extrañarlo y llamarlo calladamente con cada partícula de su cuerpo, y sabía que él lo comprendería.
Porque Ginny amaba la causa, y amaba su libertad, pero por sobre todas las cosas, amaba a Harry.
Y en el amor, como en casi todas las cosas de la vida, es mejor actuar que hablar.
------------------------------------
Bajémosle al humor un rato. Lindo^^
“Tómame como al tequila
de un golpe y sin pensarlo”
“Duele verte” - Ricardo Arjona
Símbolo 7: Impulso
Comenzaba siendo una caricia leve, casi como si alguien le estuviera haciendo cosquillas con una pluma en la planta de los pies. Harry procuraba ignorarla. Siempre intentaba resistir lo más posible antes de sucumbir. Además, el placer de tener que contener el impulso era casi tan delicioso como la desidia de entregarse al vicio.
Poco a poco, la situación empeoraba y Harry tenía que apretar los dedos de los pies para contener las ansias de moverse, que se relacionaban directamente con esos pinchazos que nacían en su estómago y subían por su tracto digestivo.
Cuando el hormigueo llegaba a sus labios, Harry tenía que agarrar un libro (por regla general, del año equivocado y al revés) para que no se le notara que comenzaban a desenfocársele los ojos. En esa parte del trance era que Hermione comenzaba a observarlo con el entrecejo fruncido.
Y entonces comenzaban los movimientos reflejos y descontrolados. Sus extremidades en general y sus articulaciones en particular parecían demostrarse extrañamente anárquicas y se rebelaban ante la idea de cualquier forma de gobierno.
Y Harry se paraba. Le gustaba contenerse un poco más, resistir la tentación para luego hacer más dulce el momento en que cediera al impulso. Se despertaban risitas y toses incómodas a su alrededor. Hermione también se paraba, mortalmente ofendida, y Ron se aprestaba a mirar para otro lado.
Cuando la tensión en la Sala Común se volvía insostenible, Harry dejaba sus piernas en libertad. Le gustaba pensar que él ya no las guiaba, sino que la buscaban por instinto.
En cinco seis largos pasos llegaba al lado de ella, la tomaba del mentón, la obligaba a levantar la vista del insoportable libro de turno y la besaba hasta dejarla temblando, incapaz de volver a concentrarse en una sola letra en todo el día. Ginny lo miraba con ojos chispeantes, entre enternecidos y burlones.
Entonces Harry se alejaba feliz, con la plenitud espiritual de quién sabe que se ha dejado sucumbir frente a uno de los pequeños placeres de a vida. Cuando volvía a sentarse en el sillón d antes, sentía indefectiblemente la mirada furibunda de Hermione sobre él, ardiendo como mil lanzas del infierno. Se encogía de hombros y decía, para excusarse ante ella y ante si mismo:
- ¿Qué? ¿Acaso uno no puede ceder ante un impulso?
---------------------------------------------
Say no more.
Símbolo 2: Intriga
Oliver Wood dejó la escoba a un lado, cuando notó que un par de muggles se quedaron mirando con asombro. ¡Otra vez lo había arruinado! Respiró tratando de aparentar normalidad y se acercó a la mesa donde se encontraban todos.
Ginny Weasley fue la primera en hablar.
- Otra vez llegas tarde.
-Lo siento…- se disculpó tratando de sentarse lejos de ella.
-¿Lo trajiste?- Esa fue la voz de Harry Potter quien se encontraba escondido bajo su capa de invisibilidad. Oliver Wood se asustó.
-Lo tengo aquí. - dijo nervioso. Miró alrededor asegurándose que nadie los observara y lentamente extrajo de su capa el diminuto paquete. - El hechizo que lo protege termina a la media noche...- susurró Oliver.
Ginny asintió mirándolo con ansiedad. Tomó el paquete con delicado cuidado y verificó en el reloj. Les quedaban exactamente cinco horas para terminarlo todo...
-¿Quieren otra cerveza? - Ofreció Oliver.
Pero nadie contestó, ya que en ese instante se escucharon dos voces a la distancia, una de cada sexo. Venían discutiendo. No hacia falta ser un genio para imaginar de quienes se trataba. La femenina, ligeramente aguda y con una leve nota de histeria, pertenecía a una muchacha de enmarañado cabello castaño y brillantes ojos color chocolate. Era de contextura menuda y mirada inteligente, pero irradiaba un aura tan oscura que ahuyentaba a la gente de su alrededor. Además, venía acalorada por la disputa y parecía dispuesta a golpear al primero que osara atravesarse en su camino. La masculina, grave, pero repleta de desesperación, era de un joven pelirrojo de penetrantes ojos azules. Él estaba pálido y parecía más arrepentido que enfadado.
- ¿Cómo está Alicia? (1)- Preguntó precipitadamente Ginny, intentando retomar la conversación para que ninguno sospechara.
- Muy bien. Por suerte, la joyería… ¡Ouch! - Se interrumpió al recibir una patada de parte de la pelirroja, que lo miraba con ojos desorbitados. Se dio cuenta demasiado tarde de que había estado a punto de meterse en un tema escabroso.
Pero Hermione estaba demasiado concentrada en su enfado, y ni siquiera se molestó en dirigirles la palabra. Alejó de la mesa una silla teóricamente vacía, e intentó sentarse en ella, pero Harry, que era su ocupante invisible, alcanzó a quitarse la capucha de la capa justo a tiempo. Hermione pegó un grito y se llevó las manos a la cara.
- ¡Harry! ¿Cuántas veces debo decirte que no hagas eso? Me quitaste cinco años de vida.
- Lo siento, Hermione.
- ¿Qué haces ahí escondido?
- Me oculto de Bill. Pero si tu ya estás aquí, supongo que también es decente que yo lo esté. -Ginny ahogó una risita mientras Harry se quitaba la capa, Hermione y Oliver los observaban perplejos, y Ron examinaba minuciosamente sus uñas, perdido en sus pensamientos.- Es que el hermano mayor no encuentra apropiado que duerma con su hermanita. Y se pone fastidioso si llego en simultáneo con Gin. Entonces, me escondo.
Hermione arqueó una ceja reprobatoria.
- ¿No sería más fácil separarse en el trayecto?
- ¿Y perderme la oportunidad de poner nerviosa a Ginny? Ni hablar.
La pelirroja se encogió de hombros.
- A mi nada me pone nerviosa.
- Si Luna estuviera aquí, te diría que es porque nunca te cruzaste con un stroper de cola peluda, o algo así.
Los jóvenes rieron.
- Dentro de muy poco, solo Xenophilius dirá cosas así. Luna se está decepcionando bastante de su viaje por África.
Se hizo silencio durante unos instantes, que fue finalmente roto por Oliver.
- Muchachos, lo siento mucho, pero debo irme. Mi esposa me espera.
- Gracias por haber pasado, Oliver.- Ginny le guiñó un ojo.
- Siempre que…- Estuvo a punto de decir “me necesites”, pero era coherente con lo que ella había pensado, y no con lo que ella había dicho.- …pueda, Ginny.
Besó a las mujeres en la mejilla, estrechó la mano de Harry (Ron aún parecía no haber notado que él existía), tomó su escoba y se perdió en el cielo.
- ¿Qué hacía aquí?- Inquirió Hermione.
- Paso a saludar. ¡No todo tiene una segunda intención, Hermione! - La respuesta, por supuesto, no era satisfactoria, y la actitud defensiva de Ginny mucho menos, pero la castaña decidió que podía dejar las preguntas para después. -¿Qué pasó con mi hermano?
- Solo le dije unas cuantas verdades.
- Hermione, varias veces le dije verdades a Ron, y en una oportunidad estuvo a punto de hechizarme, y lo hubiera hecho si Harry no se hubiera interpuesto. Pero jamás lo vi tan desalentado.
Granger se encogió de hombros.
- Él sabrá porque es.- Se levantó y se marchó meneando la larga melena castaña.
En ese instante, Ron pareció despertar de su letargo, y fue corriendo tras ella al grito de su nombre de pila. Ginny bufó.
- Estoy más orgullosa que nunca de la decisión que tomamos, Harry.
- ¿Crees que funcionará?
- Tengo plena confianza en que Alicia llevo a cabo la parte técnica impecablemente. La táctica va por nuestra cuenta. El problema es como haremos que ambos lo toquen a la hora indicada.
- ¿Por qué siempre necesitamos a Hermione en asuntos relacionados con Hermione?
Ginny rió.
- Porque somos Hermione-dependientes. Veamos como es el anillo.
- ¿Por qué elegiste un anillo?
- Me pareció significativo. Además, Alicia es la mejor haciendo trasladores, y tiene una joyería.
Desenvolvió el paquete y, para sorpresa de ambos, encontraron dos anillos y una nota.
Queridos Harry y Ginny:
A fines prácticos, preferí hacer dos anillos en lugar de uno. De este modo, no necesitarán juntarlos. La protección se rompe a las doce en punto. A partir de ese momento, la primera persona en tocar el anillo será transportada a donde-ya-todos-sabemos. Los anillos son mágicamente flexibles. Pueden transformarlos en lo que gusten sin dificultades. Mucha suerte. Oliver y yo estaremos esperando ansiosos los chismes del experimento. Los quiere,
Alicia.
- Perfecto- murmuró Ginny haciendo girar los anillos entre sus dedos. - Esto facilitará mucho las cosas.
Harry se encogió de hombros.
- Ginny, la verdad es que…
La muchacha lo obligó a callarse poniéndole un dedo sobre los labios.
- Deja todo en mis manos, Harry.
------------------------
Ginny observó a las dos personas sentadas delante suyo con evidente satisfacción. A sus ojos, formaban un cuadro armonioso y relajante, pues encontraba sumamente atractivos a ambos. Fleur, con sus dulces ojos tan azules que daban escalofríos, su piel impoluta de porcelana china y su cabello rubio con centelleantes destellos plateados, era tan hermosa que quitaba el aliento. Su porte inalterable de princesa nórdica establecía un canon indiscutible de belleza, difícil de igualar. A su lado, como cualquier otro mortal, Harry podría haber parecido insignificante, pero el cabello azabache, oscuro como ala de cuervo, se complementaba con la melena metálica y los ojos verde esmeralda no quedaban opacados ante los zafiros de ella. Ginny sintió un escalofrío al pensar que hubieran hecho una pareja soñada. Sabía que la mitad de la belleza del cuadro está en el ojo del que lo mira, y era consciente de que veía a Harry tan atractivo porque estaba enamorada de él hasta las pestañas. De todos modos, nunca dejaba de agradecer que Fleur se hubiera prendado irremediablemente de Bill, y que, en su momento, Gabrielle hubiera sido demasiado joven como para tomar una acción decisiva.
Carraspeó para excusarse cuando se dio cuenta de que se había pasado un par de minutos observándolos sin hablar. Fleur sonreía, pero Harry tenía el entrecejo fruncido, pues no le gustaba no saber lo que ella estaba pensando. Ginny se irguió y tomo aire. Tenía un hermano y una mejor amiga que emparejar.
- Supongo que los dos saben para que están aquí.
Harry resopló y estuvo a punto de decir algo, cuando Fleur lo detuvo con un gesto.
- Déjala. Lo está disfgutando mucho. Hace tiempo que no la veía tan feliz. Y no le hace mal a nadie.
Ginny se lo agradeció con una sonrisa resplandeciente. La francesa acuso recibo con un movimiento de la cabeza.
- Como decía- Prosiguió.- los dos saben cual es el plan básico.- Fleur y Harry asintieron con la cabeza.- Les explicaré entonces cual es su misión específica. Fleur, tú serás la encargada de darle el anillo a Ron.- Sacó un paquetito del bolsillo y se lo entregó. - Tienes completa libertad para transformarlo en lo que se te antoje, y buscar la excusa que te parezca más conveniente. Es indiferente. Todos sabemos que mi hermano te adora y babea por horas con tu simple cercanía.- Fleur soltó una carcajada.- No te rías.- La reprendió Ginny.- Es patético. Da pena. Creo que hasta necesita tratamiento.- Suspiró- Harry, tu parte.- Tomó una bolsa que había sobre la mesa y se la alcanzó a su novio.- Como lo entendería hasta el más torpe iluso, el mejor anzuelo par pescar a Hermione es un libro. Lo fundamental en tu misión es que acudas a ella pocos minutos antes de la medianoche, con aspecto de animal desvalido, y clames por socorro. Es vital que la fastidies lo suficiente como para que ella tenga el libro en sus manos cuando den las doce.
Harry hizo puchero.
- ¿Por qué no lo haces tu, Ginny?
La pelirroja rió.
- Usa esa cara y comprarás hasta al diablo, Harry. No, no puedo hacerlo yo. Hermione me conoce demasiado bien, y sospecharía una intriga de mi parte. Creo que en cualquier momento va a comenzar a usar protección mágica para tomar cualquier cosa que yo le de. - Se llevó una mano al mentón, pensativa.- Quizás tenga que ver con el pequeño detalle de que le grite frente a toda la familia que no descansaría hasta reconciliarla con Ron, aunque fuera lo último que hiciera- Fleur y Harry rieron. Ginny se encogió de hombros con fingida inocencia.- Desde ese día, me tomo manía. No sé de donde saca esas ideas.
- Tampoco yo- dijo Fleur entre risas.- Pogque encegarla con tu hegmano en una habitación impenetagble durante dos días es absolutamente normal. No tiene nada de grago.
- ¡Para nada!- Clamaron Harry y Ginny al unísono.
---------------------------------------
(1): No recuerdo con mucha exactitud cual de las tres ex cazadoras de Gryffindor se caso con George. Si es Alicia, lamento el error.
El comienzo no es mío. Es un texto que me mandaron las administradoras de Amortentia. Tenía que hacer un escrito canon de entre 1000 y 2000 palabras, describiendo a tres personajes, y mencionando a cinco no principales, y ese tenía que ser el comienzo. Es para ser betalectora. ¿Creen que me aprobaran?
No se pueden quejar. Tienen besos, humor, golpes, pesadillas y hasta planes maquiavélicos.
harry/ginny,
ginny omfg ginny *-*