¿Quien cojones se inventó la puta regla de los partidos de champions de que en caso de empate los goles marcados en campo contrario valgan doble? Que pregunta más larga me ha salido. Quiero decir: ¿acaso no se juegan dos partidos, uno en casa y otro fuera? No lo entiendo. Que más da, si ambos equipos tienen las mismas oportunidades de marcar fuera. Que vale, que si has marcado cuatro en campo contrario, pero, ¿en un principio no existía la posiblidad de que te los marcaran a ti?. No me estoy explicando. Partamos desde el inicio. En realidad, sería más justo considerar que en realidad se juegan dos partes de 90 minutos divididas en cuartos de 45, porque ambos equipos estarían totalmente igualados en probabilidades de marcar fuera.
¿Ha sido siempre asi, que el "triunfismo heroico" se ha colocado por encima de la justicia? Quizá ahora son goles, pero antes podrían haber sido soldados. Quizá masacrar cientos, miles de vidas sobre el campo de batalla en territorio enemigo hubiera bastado para que los heroes hubieran construido la justicia.
Y estoy convencido que siempre fue asi. Y a mi eso no me parece bien. Sino hay justicia, ni hay nada.
Por una vez, la Muerte no pareció sonreir.
Bajó la mano y cruzó las cuerdas.
No hubo ningún sonido.
En lugar de ello hubo un cese del sonido, el final de un sonido que Susan comprendió que había estado oyendo todo el tiempo. En todo momento. Durante toda su vida. La clase de sonido en el que no se repara hasta que se detiene...
Las cuerdas se habían quedado inmóviles.
Hay millones de acordes. Hay millones de números. Y todo el mundo se olvida del que es un cero. Pero sin el cero, los numeros no son más que aritmética. Sin el acorde vacío, la música no es más que ruido.
La Muerte tocó el acorde vacío.
[...]
Alzó la mano y tocó.
El acorde resonó por el barranco, y sus ecos trajeron de vuelta armónicos extraños.
GRACIAS, dijo la Muerte. Dio un paso adelante y cogió la guitarra.
Se movió con súbita rapidez y la estrelló contra una roca. Las cuerdas se separaron y algo se alejó, acelerando hacia la nieve y las estrellas.
La Muerte contempló los restos con cierta satisfacción.
ESO SÍ QUE ES MÚSICA CON ROCAS DENTRO.
[...]
Una voz que sólo el oyó: "Así que eres un rebelde, pequeña Muerte?¿Y contra qué te rebelas?".
La Muerte pensó en ello. Si había alguna respuesta sarcástica, a él no se lo ocurría.
Soul Music, Terry Practchett