Feliz Amigo Invisble nimphetamina
Para: nimphetamina
De: Amigus Anonimus
Titulo: Todo comenzó en París
Fandom: Harry Potter
Rating: G
Pairings: Ron/Hermione, Harry/Original
Disclaimer: Nada de esto me pertenece, excepto el personaje original y la historia, todo lo demás es propiedad de J.K.Rowling.
Resumen: Harry, Ron y Hermione, después de la batalla de Hogwarts, deciden cambiar de aires y eso les lleva hasta una ciudad francesa.
Notas: Espero que te guste, y aunque no sea lo que esperabas que disfrutes leyéndolo.
Todo Comenzó en París
La guerra había acabado, los buenos vencieron. El bando que perdió, fue encarcelado en Azkaban, algunos lograron escaparse. Pero eran tan pocos que ellos mismos se escondieron, y no se les ha vuelto a ver.
Harry, Ron y Hermione, habían acabado agotados, los tres amigos dejaron pasar varias semanas para que todo se pusiera en orden. Hermione fue en busca de sus padres, y modificó sus memorias a como habían sido siempre.
Ron y su familia, intentaron poco a poco reponerse de la perdida de Fred, que supuso un duro golpe para todos ellos. George a veces parecía ausente, tuvieron que pasar muchos meses hasta que finalmente sonrió.
Harry necesitaba tranquilidad. Todo el mundo había querido darle las gracias al final de la batalla en Hogwarts, pero pasados unos días tuvo tiempo para descansar y dejar en el pasado la batalla y todo lo que él mismo había tenido que soportar; tantos años de lucha contra Voldemort.
Dos años más tarde de la batalla, los tres amigos decidieron que ya era hora de pensar en qué hacer con su futuro. Hermione acababa de terminar sus estudios en Hogwarts, su séptimo año.
Y, aunque Ron y Harry tenían fijo su puesto de Aurores, querían estudiar el curso que todos los demás habían hecho para poder ser parte de los Aurores. Así que un mes más tarde, los tres amigos pusieron rumbo a París, donde encontraron una casa con tres habitaciones que les encantó y alquilaron.
Hermione iba a estudiar las leyes mágicas. Como ya sabía algo de francés de los años que había ido al colegio antes de entrar en Hogwarts, lo aprovechó para tener una buena plaza en la academia de leyes mágicas.
Harry y Ron, habían pedido una beca para estudiar el curso de Auror en el ministerio Parisino. No les costó mucho hacerse amigos de los demás chicos y chicas de su clase.
Jake, Patrick y Etienne eran franceses y se habían llevado muy bien con ellos desde el principio. Ahora todos ellos eran un grupo de amigos con los que quedar o estudiar para los exámenes o trabajos.
La zona mágica de París estaba muy bien situada cerca del centro. Un par de calles a la derecha desde la torre Eiffel, podían encontrar un bar, mucho más limpio que El caldero Chorreante y también más caro, por el que se accede al callejón Magique, donde se encuentran las tiendas mágicas de la zona.
En el callejón Magique puedes encontrar tiendas de calderos, de animales, de Quidditch, el banco mágico de Francia, tiendas de ropa, de libros y hasta una pequeña pastelería cafetería que tiene unos dulces que brillan desde el escaparate de la tienda.
Durante el tiempo que los amigos estuvieron en Paris, Hermione conoció a un chico, André, que era compañero suyo en la academia de leyes mágicas, y Harry conoció a una chica, Juliette, que estudiaba también en una de las academias del ministerio de París.
Ron intentaba que Hermione dejara al tal André, que, pensaba, quería algo con ella, pero lo único que conseguía era que Hermione le dijera más cosas sobre sus compañeros de clase. A Ron le costaba mostrar los celos de forma que los demás los entendieran.
Pasaron los exámenes del primer año allí y Ron se fijo cómo André la miraba y cómo siempre quedaban juntos. Harry intentaba que hubiera tranquilidad siempre que Ron o ella sacaban el tema de los compañeros de esta, hasta que un día Ron se lanzó.
Habían llegado a casa poco antes que Hermione, habían bebido varias copas de Hidromiel y estaban algo contentos. Hermione llegó y los encontró en el salón, riendo.
Se acercó y Harry decidió que iría a su habitación a dormir. Ron se acercó a Hermione, y le dijo que sentía mucho todo lo que le había molestado con el tema de sus compañeros y demás.
Hermione le dijo que no importaba, y que no volviera a hacerlo. Ron se acercó lentamente hacia ella y la besó. Le dejó que siguiera, le gustaba. El besó duró varios minutos y después cada uno se fue a su cama.
Varios días después, Ron le pidió una cita y ella aceptó sin pensarlo. Mientras, Harry, por su parte, había quedado con Juliette en la entrada del ministerio de Magia, donde estaba también una pequeña cafetería típicamente parisina. Había quedado con ella con la excusa de que tenía una duda sobre un animal mágico que necesitaba para sus clases, y como ella estudiaba para trabajar en el departamento de regulación de criaturas mágicas, y se llevaban bastante bien, le dijo que sí.
Harry le preguntó algo que había dado en clase cuando la vio y se le acercó. Al final, acabaron hablando de otras cosas y él la invitó a tomar algo.
Juliette, era parisina, pero tenía ascendencia londinense, y hablaba muy bien el inglés. Era delgada, con los ojos marrones y rubia. Tenía un par de hermanos más, una de ellas estudiaba con Harry en la academia de Aurores, el otro era squib.
Cuando los tres amigos, medio año después, terminaron sus estudios, decidieron volver a Londres. Harry prometió a Juliette, con la que llevaba saliendo desde hacía 6 meses, que volvería.
Cuando regresaron, los trabajos de Ron y Harry seguían esperándoles en el ministerio londinense, Hermione echó una solicitud en el ministerio para trabajar, a los pocos días la llamaron y empezó a trabajar en la sección de leyes mágicas, revisando los papeles que le llegaran al jefe del departamento quejándose de leyes mal usadas.
Ron, que había vuelto a vivir con sus padres, se dio cuenta de lo mucho que su hermano George necesitaba a alguien más en la tienda. La dependienta que habían contratado hacía años y él no daban abasto solos. A Ron siempre le había encantando la tienda de sus hermanos, y ahora veía la oportunidad de trabajar en ella, algo que, por otra parte, tampoco le importaba.
Pensándolo bien, era como ser tu propio jefe, aunque en realidad lo fuera su hermano. Y podría tener más horas libres que trabajando en el ministerio, y no tendría que irse varios días o salir corriendo en medio de la noche, por una orden de su jefe ni porque necesitaran de él en algún lugar de Inglaterra para capturar a algún sospechoso o alguna cosa.
Así que un día que tenía unas horas libres, se acercó a Sortilegios Weasley y le dijo a su hermano que quería hablar con él.
Al principio, le costó hacerle entender que necesitaba a alguien, George decía que no quería contratar a nadie de fuera, que no quería a ningún desconocido ni nadie cotilla.
Ron se ofreció, le dijo que no le importaría trabajar en la tienda, que le gustaría.
George aceptó y, un par de días más tarde, se incorporó a la tienda. Estaba emocionado con trabajar allí, con ser uno más de la tienda de los Weasley.
Pasados los meses, Ron y Hermione se comprometieron y empezaron a buscar casa. Harry, pidió días libres y se fue a París, a ver a Juliette con quien seguía manteniendo una relación.
Harry pudo ver cómo Juliette estaba un poco más triste que otros días. Le dijo a Harry que deseaba hacer planes de futuro con él, y que era cada vez más difícil verse y estar juntos en la distancia. Por lo tanto, durante los tres días que Harry se quedó en París, sopesaron la opción de que Juliette fuera a Londres o Harry se viniera a París.
Finalmente, ambos decidieron que lo mejor era que se fueran a vivir a Londres. Juliette estaba encantada con la idea de ir allí, había estado una vez y le encantó. Así que el día que Harry llegó a Londres se sumó a sus amigos y se puso a buscar casa también.
Ron y Hermione encontraron una preciosa, a las afueras de Londres. La tienda había estado dando beneficios desde que se abrió y George había estado pasando algo de dinero a su familia cada vez que podía. Ahora los Weasley tenían una pequeña suma de dinero, no mucha, pero si mayor que la que habían tenido antes.
Ron también había salido ganando al incorporarse a Sortilegios Weasley, y había estado ahorrando algo desde que empezó a trabajar como Auror y después en la tienda. Hermione contaba con un pequeño dinero muggle que sus padres tenían guardado para ella y que podía cambiarse sin problemas en el banco Gringotts, en el caso de que la zona de la casa fuera mágica.
La casa tenía tres habitaciones y estaba orientada al sur. Además, tenía un pequeño jardín y un salón amplio. A ambos les gustó y no tardaron en dar la señal para comprarlo.
Habían pedido un préstamo a Gringotts, que los otorgaba a jóvenes en busca de vivienda o para autoempleo. Por lo tanto, tardarían poco más de 30 años en pagarlo completamente.
Por su parte, Harry encontró una casa en otro barrio Londinense, que le encantó nada más verla.
Harry no tenía problemas de dinero, ni necesitaba pagarlo a plazos como sus amigos, y a pesar de que les había ofrecido su dinero, ellos no lo habían podido aceptar.
Tenía el dinero que le habían dejado sus padres, y el que le dejó Sirius, por lo tanto no pensó ni un segundo de más el comprar la casa y hacerlo lo antes posible, por si alguien ofrecía más y no se la vendían al final.
La casa daba al sur y al este, tenía cuatro habitaciones, un jardín, dos cuartos de baño y un amplio salón que daba al jardín. Además estaba seguro de que a Juliette le encantaría, más sabiendo que ella vivía en una casa bastante grande en París.
Y acertó, un mes más tarde cuando Juliette por fin obtuvo el traslado al ministerio de Londres, y le llevó a ver la casa, ella se emocionó, le gustó tanto que ya pensaba en los muebles que compraría para cada habitación y cómo iba a adornar el jardín con flores y árboles.
Harry estaba muy contento, sabía lo mucho que deseaba empezar una vida con Juliette y lo contenta que se pondría cuando supiera que tenía una “cuñada” francesa como ella.
Los Weasley siempre le habían considerado como un hijo más, Molly le invitaba a todas las fiestas, a todas las reuniones, a la Navidad y le hacía regalos como a todos sus hijos. Y ahora que habían tenido nietos, estos le llamaban tío. Y tanto Bill, como Charlie o Percy, que eran los que ya estaban casados y algunos tenían hijos como Bill, le llamaban cuñado. Así que para él eran como su familia.
George y Ginny seguían viviendo con sus padres, igual que Ron, que estaba a punto de marcharse a vivir con Hermione. George salía con Angelina, quienes estaban prometidos y George deseaba encontrar una casa que les gustara, algo que de momento no habían encontrado.
Ginny también se había echado novio, aunque de momento no tenía intenciones de irse a vivir con él. Arthur y Molly estaban muy contentos con sus hijos, incluido Harry.
Varios meses más tarde, la casa de Ron y Hermione estaba más habitable. Habían amueblado el salón, la cocina, el baño y su habitación con lo básico. Y estaban a punto de irse a vivir juntos.
Cuando, un día, Ron, sentado en el sofá, esperaba a Hermione que acababa de salir y estaba a punto de volver del trabajo. Había puesto velas por todo el salón, en las estanterías nuevas, en los muebles, en la mesa de madera, en el suelo y él tenía una caja en la mano.
Cuando Hermione entró en casa y dejó las llaves en la entrada, Ron se preparó para la sorpresa que estaba a punto de darle. Hermione abrió la puerta del salón y se quedó quieta, sorprendida por todo lo que estaba observando. Busco a Ron, que estaba al lado del sofá, levantado.
Dejó el bolso y los papeles en la butaca a su lado y se acercó despacio para preguntarle qué celebraban. Ron le dijo que, de momento, nada. La celebración dependía de lo que ella contestara.
Se puso de rodillas y abrió la pequeña caja que tenía en la mano. El anillo era precioso, con un pequeño diamante en el centro, y de oro blanco. Hermione se emocionó y le dijo que sí.
Siete años después
La boda de Ron y Hermione se celebró en la madriguera. Al igual que la de Juliette y Harry.
El día que Harry le pidió a Juliette que se casara con él, lo hizo en París. De noche y en el jardín de Versalles. Después de cenar juntos, y en un día precioso de primavera.
A Hermione la habían ascendido en el trabajo, ahora era una jefa más del departamento de leyes mágicas. Y Harry había ascendido hasta el puesto de Auror jefe de su zona.
Juliette también trabajaba en el Ministerio, regulando las Criaturas mágicas del país, y las que entraban nuevas. Por su parte, Ron seguía en la tienda con su hermano, más contento que si tuviera cualquier otro trabajo, porque le encantaba estar con George, y sobre todo había aprendido muchas cosas sobre las bromas y todo tipo de objetos que vendían allí.
Ron y Hermione habían tenido dos hijos, una niña llamada Rose y un niño llamado Arthur. La niña tenía casi cuatro años, mientras que el niño acababa casi de cumplir el año. Los padrinos de Rose habían sido Juliette y Harry, y los de Arthur, George y Angelina.
Juliette, había hecho muy buenas migas con Fleur. Ambas hablaban normalmente en francés para no perderlo. Y solían quedar juntas para tomar algo o se visitaban con frecuencia, ya que no vivían cerca. La pareja más cercana que tenían eran George y Angelina, que vivían a 20 minutos andando desde su casa. Y quienes tenían un niño llamado Fred, y esperaban una niña.
Juliette y Harry habían tenido tres niños, James el mayor tenía seis años, mientras que Lily tenía cuatro y Fleur tenía dos. Fleur y Bill eran los padrinos de la pequeña Fleur.
Ron y Hermione lo eran de James y Charlie y la hermana de Juliette lo eran de Lily.
Harry sentía que era uno más de los Weasley, igual que Juliette, quién enseñaba además a sus hijos a hablar francés desde pequeños. Ellos seguían volviendo a París cada dos meses, para ver a su familia y recordar cómo se conocieron y todo lo que había pasado después. Harry disfrutaba en París, la ciudad le había gustado desde que la conoció, estudiando en ella.
Además Paris se había convertido en un lugar especial para el, allí había conocido a su esposa y le había pedido casarse. Así que nunca decía que no cada vez que iban, le traia muchos recuerdos agradables.
FIN
De: Amigus Anonimus
Titulo: Todo comenzó en París
Fandom: Harry Potter
Rating: G
Pairings: Ron/Hermione, Harry/Original
Disclaimer: Nada de esto me pertenece, excepto el personaje original y la historia, todo lo demás es propiedad de J.K.Rowling.
Resumen: Harry, Ron y Hermione, después de la batalla de Hogwarts, deciden cambiar de aires y eso les lleva hasta una ciudad francesa.
Notas: Espero que te guste, y aunque no sea lo que esperabas que disfrutes leyéndolo.
Todo Comenzó en París
La guerra había acabado, los buenos vencieron. El bando que perdió, fue encarcelado en Azkaban, algunos lograron escaparse. Pero eran tan pocos que ellos mismos se escondieron, y no se les ha vuelto a ver.
Harry, Ron y Hermione, habían acabado agotados, los tres amigos dejaron pasar varias semanas para que todo se pusiera en orden. Hermione fue en busca de sus padres, y modificó sus memorias a como habían sido siempre.
Ron y su familia, intentaron poco a poco reponerse de la perdida de Fred, que supuso un duro golpe para todos ellos. George a veces parecía ausente, tuvieron que pasar muchos meses hasta que finalmente sonrió.
Harry necesitaba tranquilidad. Todo el mundo había querido darle las gracias al final de la batalla en Hogwarts, pero pasados unos días tuvo tiempo para descansar y dejar en el pasado la batalla y todo lo que él mismo había tenido que soportar; tantos años de lucha contra Voldemort.
Dos años más tarde de la batalla, los tres amigos decidieron que ya era hora de pensar en qué hacer con su futuro. Hermione acababa de terminar sus estudios en Hogwarts, su séptimo año.
Y, aunque Ron y Harry tenían fijo su puesto de Aurores, querían estudiar el curso que todos los demás habían hecho para poder ser parte de los Aurores. Así que un mes más tarde, los tres amigos pusieron rumbo a París, donde encontraron una casa con tres habitaciones que les encantó y alquilaron.
Hermione iba a estudiar las leyes mágicas. Como ya sabía algo de francés de los años que había ido al colegio antes de entrar en Hogwarts, lo aprovechó para tener una buena plaza en la academia de leyes mágicas.
Harry y Ron, habían pedido una beca para estudiar el curso de Auror en el ministerio Parisino. No les costó mucho hacerse amigos de los demás chicos y chicas de su clase.
Jake, Patrick y Etienne eran franceses y se habían llevado muy bien con ellos desde el principio. Ahora todos ellos eran un grupo de amigos con los que quedar o estudiar para los exámenes o trabajos.
La zona mágica de París estaba muy bien situada cerca del centro. Un par de calles a la derecha desde la torre Eiffel, podían encontrar un bar, mucho más limpio que El caldero Chorreante y también más caro, por el que se accede al callejón Magique, donde se encuentran las tiendas mágicas de la zona.
En el callejón Magique puedes encontrar tiendas de calderos, de animales, de Quidditch, el banco mágico de Francia, tiendas de ropa, de libros y hasta una pequeña pastelería cafetería que tiene unos dulces que brillan desde el escaparate de la tienda.
Durante el tiempo que los amigos estuvieron en Paris, Hermione conoció a un chico, André, que era compañero suyo en la academia de leyes mágicas, y Harry conoció a una chica, Juliette, que estudiaba también en una de las academias del ministerio de París.
Ron intentaba que Hermione dejara al tal André, que, pensaba, quería algo con ella, pero lo único que conseguía era que Hermione le dijera más cosas sobre sus compañeros de clase. A Ron le costaba mostrar los celos de forma que los demás los entendieran.
Pasaron los exámenes del primer año allí y Ron se fijo cómo André la miraba y cómo siempre quedaban juntos. Harry intentaba que hubiera tranquilidad siempre que Ron o ella sacaban el tema de los compañeros de esta, hasta que un día Ron se lanzó.
Habían llegado a casa poco antes que Hermione, habían bebido varias copas de Hidromiel y estaban algo contentos. Hermione llegó y los encontró en el salón, riendo.
Se acercó y Harry decidió que iría a su habitación a dormir. Ron se acercó a Hermione, y le dijo que sentía mucho todo lo que le había molestado con el tema de sus compañeros y demás.
Hermione le dijo que no importaba, y que no volviera a hacerlo. Ron se acercó lentamente hacia ella y la besó. Le dejó que siguiera, le gustaba. El besó duró varios minutos y después cada uno se fue a su cama.
Varios días después, Ron le pidió una cita y ella aceptó sin pensarlo. Mientras, Harry, por su parte, había quedado con Juliette en la entrada del ministerio de Magia, donde estaba también una pequeña cafetería típicamente parisina. Había quedado con ella con la excusa de que tenía una duda sobre un animal mágico que necesitaba para sus clases, y como ella estudiaba para trabajar en el departamento de regulación de criaturas mágicas, y se llevaban bastante bien, le dijo que sí.
Harry le preguntó algo que había dado en clase cuando la vio y se le acercó. Al final, acabaron hablando de otras cosas y él la invitó a tomar algo.
Juliette, era parisina, pero tenía ascendencia londinense, y hablaba muy bien el inglés. Era delgada, con los ojos marrones y rubia. Tenía un par de hermanos más, una de ellas estudiaba con Harry en la academia de Aurores, el otro era squib.
Cuando los tres amigos, medio año después, terminaron sus estudios, decidieron volver a Londres. Harry prometió a Juliette, con la que llevaba saliendo desde hacía 6 meses, que volvería.
Cuando regresaron, los trabajos de Ron y Harry seguían esperándoles en el ministerio londinense, Hermione echó una solicitud en el ministerio para trabajar, a los pocos días la llamaron y empezó a trabajar en la sección de leyes mágicas, revisando los papeles que le llegaran al jefe del departamento quejándose de leyes mal usadas.
Ron, que había vuelto a vivir con sus padres, se dio cuenta de lo mucho que su hermano George necesitaba a alguien más en la tienda. La dependienta que habían contratado hacía años y él no daban abasto solos. A Ron siempre le había encantando la tienda de sus hermanos, y ahora veía la oportunidad de trabajar en ella, algo que, por otra parte, tampoco le importaba.
Pensándolo bien, era como ser tu propio jefe, aunque en realidad lo fuera su hermano. Y podría tener más horas libres que trabajando en el ministerio, y no tendría que irse varios días o salir corriendo en medio de la noche, por una orden de su jefe ni porque necesitaran de él en algún lugar de Inglaterra para capturar a algún sospechoso o alguna cosa.
Así que un día que tenía unas horas libres, se acercó a Sortilegios Weasley y le dijo a su hermano que quería hablar con él.
Al principio, le costó hacerle entender que necesitaba a alguien, George decía que no quería contratar a nadie de fuera, que no quería a ningún desconocido ni nadie cotilla.
Ron se ofreció, le dijo que no le importaría trabajar en la tienda, que le gustaría.
George aceptó y, un par de días más tarde, se incorporó a la tienda. Estaba emocionado con trabajar allí, con ser uno más de la tienda de los Weasley.
Pasados los meses, Ron y Hermione se comprometieron y empezaron a buscar casa. Harry, pidió días libres y se fue a París, a ver a Juliette con quien seguía manteniendo una relación.
Harry pudo ver cómo Juliette estaba un poco más triste que otros días. Le dijo a Harry que deseaba hacer planes de futuro con él, y que era cada vez más difícil verse y estar juntos en la distancia. Por lo tanto, durante los tres días que Harry se quedó en París, sopesaron la opción de que Juliette fuera a Londres o Harry se viniera a París.
Finalmente, ambos decidieron que lo mejor era que se fueran a vivir a Londres. Juliette estaba encantada con la idea de ir allí, había estado una vez y le encantó. Así que el día que Harry llegó a Londres se sumó a sus amigos y se puso a buscar casa también.
Ron y Hermione encontraron una preciosa, a las afueras de Londres. La tienda había estado dando beneficios desde que se abrió y George había estado pasando algo de dinero a su familia cada vez que podía. Ahora los Weasley tenían una pequeña suma de dinero, no mucha, pero si mayor que la que habían tenido antes.
Ron también había salido ganando al incorporarse a Sortilegios Weasley, y había estado ahorrando algo desde que empezó a trabajar como Auror y después en la tienda. Hermione contaba con un pequeño dinero muggle que sus padres tenían guardado para ella y que podía cambiarse sin problemas en el banco Gringotts, en el caso de que la zona de la casa fuera mágica.
La casa tenía tres habitaciones y estaba orientada al sur. Además, tenía un pequeño jardín y un salón amplio. A ambos les gustó y no tardaron en dar la señal para comprarlo.
Habían pedido un préstamo a Gringotts, que los otorgaba a jóvenes en busca de vivienda o para autoempleo. Por lo tanto, tardarían poco más de 30 años en pagarlo completamente.
Por su parte, Harry encontró una casa en otro barrio Londinense, que le encantó nada más verla.
Harry no tenía problemas de dinero, ni necesitaba pagarlo a plazos como sus amigos, y a pesar de que les había ofrecido su dinero, ellos no lo habían podido aceptar.
Tenía el dinero que le habían dejado sus padres, y el que le dejó Sirius, por lo tanto no pensó ni un segundo de más el comprar la casa y hacerlo lo antes posible, por si alguien ofrecía más y no se la vendían al final.
La casa daba al sur y al este, tenía cuatro habitaciones, un jardín, dos cuartos de baño y un amplio salón que daba al jardín. Además estaba seguro de que a Juliette le encantaría, más sabiendo que ella vivía en una casa bastante grande en París.
Y acertó, un mes más tarde cuando Juliette por fin obtuvo el traslado al ministerio de Londres, y le llevó a ver la casa, ella se emocionó, le gustó tanto que ya pensaba en los muebles que compraría para cada habitación y cómo iba a adornar el jardín con flores y árboles.
Harry estaba muy contento, sabía lo mucho que deseaba empezar una vida con Juliette y lo contenta que se pondría cuando supiera que tenía una “cuñada” francesa como ella.
Los Weasley siempre le habían considerado como un hijo más, Molly le invitaba a todas las fiestas, a todas las reuniones, a la Navidad y le hacía regalos como a todos sus hijos. Y ahora que habían tenido nietos, estos le llamaban tío. Y tanto Bill, como Charlie o Percy, que eran los que ya estaban casados y algunos tenían hijos como Bill, le llamaban cuñado. Así que para él eran como su familia.
George y Ginny seguían viviendo con sus padres, igual que Ron, que estaba a punto de marcharse a vivir con Hermione. George salía con Angelina, quienes estaban prometidos y George deseaba encontrar una casa que les gustara, algo que de momento no habían encontrado.
Ginny también se había echado novio, aunque de momento no tenía intenciones de irse a vivir con él. Arthur y Molly estaban muy contentos con sus hijos, incluido Harry.
Varios meses más tarde, la casa de Ron y Hermione estaba más habitable. Habían amueblado el salón, la cocina, el baño y su habitación con lo básico. Y estaban a punto de irse a vivir juntos.
Cuando, un día, Ron, sentado en el sofá, esperaba a Hermione que acababa de salir y estaba a punto de volver del trabajo. Había puesto velas por todo el salón, en las estanterías nuevas, en los muebles, en la mesa de madera, en el suelo y él tenía una caja en la mano.
Cuando Hermione entró en casa y dejó las llaves en la entrada, Ron se preparó para la sorpresa que estaba a punto de darle. Hermione abrió la puerta del salón y se quedó quieta, sorprendida por todo lo que estaba observando. Busco a Ron, que estaba al lado del sofá, levantado.
Dejó el bolso y los papeles en la butaca a su lado y se acercó despacio para preguntarle qué celebraban. Ron le dijo que, de momento, nada. La celebración dependía de lo que ella contestara.
Se puso de rodillas y abrió la pequeña caja que tenía en la mano. El anillo era precioso, con un pequeño diamante en el centro, y de oro blanco. Hermione se emocionó y le dijo que sí.
Siete años después
La boda de Ron y Hermione se celebró en la madriguera. Al igual que la de Juliette y Harry.
El día que Harry le pidió a Juliette que se casara con él, lo hizo en París. De noche y en el jardín de Versalles. Después de cenar juntos, y en un día precioso de primavera.
A Hermione la habían ascendido en el trabajo, ahora era una jefa más del departamento de leyes mágicas. Y Harry había ascendido hasta el puesto de Auror jefe de su zona.
Juliette también trabajaba en el Ministerio, regulando las Criaturas mágicas del país, y las que entraban nuevas. Por su parte, Ron seguía en la tienda con su hermano, más contento que si tuviera cualquier otro trabajo, porque le encantaba estar con George, y sobre todo había aprendido muchas cosas sobre las bromas y todo tipo de objetos que vendían allí.
Ron y Hermione habían tenido dos hijos, una niña llamada Rose y un niño llamado Arthur. La niña tenía casi cuatro años, mientras que el niño acababa casi de cumplir el año. Los padrinos de Rose habían sido Juliette y Harry, y los de Arthur, George y Angelina.
Juliette, había hecho muy buenas migas con Fleur. Ambas hablaban normalmente en francés para no perderlo. Y solían quedar juntas para tomar algo o se visitaban con frecuencia, ya que no vivían cerca. La pareja más cercana que tenían eran George y Angelina, que vivían a 20 minutos andando desde su casa. Y quienes tenían un niño llamado Fred, y esperaban una niña.
Juliette y Harry habían tenido tres niños, James el mayor tenía seis años, mientras que Lily tenía cuatro y Fleur tenía dos. Fleur y Bill eran los padrinos de la pequeña Fleur.
Ron y Hermione lo eran de James y Charlie y la hermana de Juliette lo eran de Lily.
Harry sentía que era uno más de los Weasley, igual que Juliette, quién enseñaba además a sus hijos a hablar francés desde pequeños. Ellos seguían volviendo a París cada dos meses, para ver a su familia y recordar cómo se conocieron y todo lo que había pasado después. Harry disfrutaba en París, la ciudad le había gustado desde que la conoció, estudiando en ella.
Además Paris se había convertido en un lugar especial para el, allí había conocido a su esposa y le había pedido casarse. Así que nunca decía que no cada vez que iban, le traia muchos recuerdos agradables.
FIN